– ¿Qué más tengo que decirte? No entiendo, no entiendo nada ¿Cómo es posible que hasta anoche estuviéramos bien y en cuanto decides verlo todo cambia? No te he dado ni una sola razón para que desconfíes de mí, desde el primer momento lo único que he hecho es tratarte con gentileza, la forma en la que se debe tratar a una chica
– Alan, no es porque haya ido a verlo, es simplemente que he pensado las cosas y me parece que es demasiado. Hasta una cuna compraste solo para que me quedara anoche contigo
– Explícame cómo eso puede ser algo malo. No fue hasta que lo viste hoy y hablaste con él que todas esas cosas que he hecho por ti te parecen malas
– Ya te acabo de decir que eso no es así
– ¿Ah no? ¿entonces por qué ayer no me dijiste nada? ¿Por qué ayer no te pareci&oacu
Gracias a que uno de los mayores de Theo son las maratones de sueño que hecha, pude descansar yo también. Después de tantos días agitados, lo necesitaba y mucho. Soñé con todo, con Alan, con Federico, con cómo pudiera ser mi vida con cada uno de ellos. Los sueños son una de las cosas más raras que poseemos los humanos. Ellos nos llevan a lugares que nosotros nunca nos atreveríamos a ir. En los sueños somos más valientes, más atrevidos, más intrépidos y eso me encanta. A pesar de todo lo que me ha sucedido, todavía creo en el amor. Creo que un amor verdadero es capaz de hacer que se olviden los problemas más graves por su efecto embriagador. El amor ha logrado que muchos enfrentes sus peores temores porque es como una inyección de valor. Hace que se perdone hasta lo imperdonable, a personas que alguna vez han herido como ha hecho Federico conmigo y viceversa. Tengo que creer en el amor porque es el único que en mis momentos más oscuros me ha devuelto el
Me acosté a su lado y acercándose a mí continuó con su cadena de besos. Esos besos suaves pero decididos a subirme el color rojo a mis mejillas. Su lengua, una vez más, comenzó a indagar dentro de mi boca, pidiendo una respuesta de la mía. Mis manos no pueden parar de tocarlo, de abrazarlo, tengo la necesidad de aprovechar este momento, no sé si vuelva a suceder, si nos tengamos que arrepentir de esto después, así que necesito disfrutar cada segundo. Entrelazo mis dedos por su pelo, está más corto de lo que lo recordaba, supongo que se peló hace poco, pero no afeitó su barba, los pelos de su bigote incipiente me acarician, me cosquillean en mi labio superior, me gusta. – ¿Ahora te dejas la barba? – No he tenido tiempo de afeitarla ¿te molesta? – Para nada –le digo sonriendo y retomando el beso, no sé qué me está pasando hoy que soy incapaz de separarme de sus labios, no quiero que se vaya Se incorpora sobre uno de sus brazos
Permanecimos así acostados bastante rato. Él es como una especie de almohada personalizada para mí porque me siento tan cómoda con la cabeza apoyada en su pecho y recostada sobre su cuerpo que los párpados comienzan a pesarme.El calor que emana su cuerpo es muy agradable, su mano acariciando la mía que descansa sobre él. Esto es amor, ya no hay forma de negarlo, es que no puedo hacerlo. Estar tanto tiempo sin verlo, sin estar así con él, ha hecho que me de cuenta realmente de que lo necesito en mi vida y después de las palabras tan hermosas que me acaba de decir, no puedo negarme.Soy consciente de que Lis va a ser la primera en meterme la bronca, decirme que soy una inconsciente, que siempre se me olvida por todo lo que me ha hecho pasar con solo unas palabritas que me diga, y tiene razón, en parte es verdad. Solo es cierto la parte en la que hemos sufrido mucho, pero los demás no lo
Cierro la puerta un poco choqueada. No puedo creer que yo misma haya dicho esas palabras, sabía que estaba enamorada de él, pero no sabía hasta qué punto exactamente.En cuanto se va Alan lamento haberlo tratado de esa manera, estaba un poco fuera de lugar con sus comentarios, pero era lógico, estaba dolido. Si hubiera sido yo, ver algo así me hubiera lastimado enormemente y, en cierta parte, es verdad lo que le dije, técnicamente no estamos juntos, no llegamos a ser pareja, pero él sí lo quería y sé que mantuvo las esperanzas hasta el último momento.Parte de eso es culpa mía. No debí haberme acostado con él. mis intenciones nunca fueron hacerle daño. Él apareció en un momento donde yo necesitaba de alguien así, alguien que volviera a levantarme el ánimo y eso fue exactamente lo que él hizo.No había ten
— Theo, deja de molestar a tu hermana por favorEl niño me mira haciendo un mohín, cruza sus brazos a modo de protesta y se va hacia su cuarto.Federico no para de reirse a carcajadas—No te rías, siempre termino yo siendo la mala con él porque tú nunca lo querés regañar, el niño no puede hacer siempre lo que quiera Fede, eso no es bueno—Está bien señora Lombardi, discúlpeme por mis malas acciones, no lo hago a propósito, es solo que mi bien corazón no me permite regañarlo—Tú sabes mucho. Estoy cansada de decirte que no me digas Lombardi, por algo decidí mantener mi apellido de soltera, no quiero que todos piensen que he logrado mis éxitos profesionales por estar casada con Federico Lombardi—¿Tú crees que es tan fácil crear una empresa propia solo porque esté
Este último año ha sido realmente estresante. Todo lo que he hecho prácticamente ha sido solo trabajo y, a pesar de que me encanta observar como mis esfuerzos van dando frutos, estoy extenuada. Necesito tiempo para dedicarle a mi familia, a mi bebé que no para de crecer y a Fede que hace todo lo posible día a día para hacerme feliz. No tengo nada de lo que quejarme. Contrario a todo pronóstico, la decisión de quedarme a su lado fue la mejor que pude haber tomado. Él ha hecho todo lo que ha estado a su alcance para mejorar, para ser un buen padre y un excelente compañero.Nuestras discusiones han quedado en el pasado. Me di cuenta por mí misma que todos fueron malentendidos entre los dos. Él nunca quiso hacerme daño, incluso después de todos mis esfuerzos por hacérselo a él en un inicio.La relación entre Fede y Theo marcha mucho mejor de lo que me gustara. Es él quien le lee cuentos por las noches antes de dormir, quien lo lleva a jugar todas las tardes, quien lo cuida cuando yo est
Un calor abrazador hace que mis ojos se abran. Miro hacia las ventanas y ya está el sol fuera, pero esa no es la razón por la cual siento tanto vapor.Federico está sobre mí, su piel desnuda acaricia la mía y sus labios juguetean en mi cuello. El movimiento de sus caderas hace que sienta su pene chocando contra mi pelvis.Él está ansioso, lo conozco ya. Probablemente llevara un rato intentando despertarme. Sonrío porque de todas las maneras que tiene de darme los buenos días, esta, sin dudas, es mi favorita. Mi interior comienza a humedecerse de inmediato, como respuesta a sus estímulos, así que, para complacerlo y hacerle saber que ya estoy despierta, comienzo a acompasar mis caderas con sus movimientos.Es tanta la complicidad que tenemos entre nosotros que pareciera que hemos coreografiado cada uno de nuestros movimientos, son tan armoniosos, tan emplazados como los engranajes de un reloj funcionando a la perfección.Su respiración comienza a acelerarse cada vez más, soltando aire
No tengo la menor idea de a dónde nos está llevando Federico, solo sé que llevamos horas en este avión y que ya tengo deseos de llegar. La ansiedad y la emoción están haciendo de las suyas, necesito saber a dónde vamos.Cuando por fin aterrizamos pude notar que todas las señales y carteles del aeropuerto estaban en italiano ¡No puede ser, no puede ser! – ¿Estamos en Italia? Me giro hacia él para plantearle la pregunta y es evidente como estaba esperando que esta fuera mi reacción, sus labios se elevaron formando una sonrisa perfecta, es tan guapo que no me acostumbro todavía. – Pues sí, estamos en Italia y estaremos por quince días, son las vacaciones que te mereces, bueno, nos merecemos. Has trabajado muy duro cielo, jamás había visto a la empresa como ahora. Estoy muy orgulloso de ti, eso tienes que saberlo y merece un premio también, por eso estamos aquí – No me lo puedo creer ¿es en serio? Pellízcame por favor – Pues créetelo ¿todavía no tienes idea de lo mucho que has hecho