¡¡SE VIENE LA BODA!!! Mis cariñitos, sé que ya estaban ansiosas por la boda, pero hay cositas que debían pasar, aunque ahora mismo no le veamos sentido, ya más adelante sabrán porque jejeje Pero no sufran más que ya llegó!!! En la noche les dejo el siguiente capítulo: LA BODAAAAAA
Voy a casarme. Más puntualmente estoy a pocos minutos de hacerlo. Si alguien me hubiese dicho que este año terminaría huérfana, ciega y casándome voluntariamente con un hombre que me compró y que al mismo tiempo se convirtió en mi salvador, le habría dicho que debe dejar las drogas. Sin embargo aquí estoy, dejando que Anya y Maya me arreglen a su antojo mientras que ambas parlotean sobre lo bella que me veo. Según sus descripciones y lo que he podido deducir con el tacto, estoy llevando un lindo vestido de seda entallado al cuerpo que cubre mis brazos y cuello, pero que se amolda perfecto a mi figura. Anya está terminando de ajustar el hiyab en mi cabeza mientras que Maya no ha dejado de parlotear sobre lo épico que es este momento. Algunas veces me olvido por completo de la existencia de la chica y por más que quiero mantener la distancia, es imposible que ella no me agrade. —Listo mi niña, estás perfecta.—me dice Anya con la emoción vibrando en su voz. Siento que los ojos me ar
Samira Los dos hombres de seguridad de Amir me llevan casi que a rastras hasta una de las habitaciones de la primera planta de la casa. Escucho sus voces ansiosas y desesperadas, pero no consigo entender qué es lo que está pasando. —¿Qué está pasando? —pregunto sintiendo el cuerpo tembloroso—¿Quién es ese hombre? Ambos hombres continúan hablando entre ellos ignorándome completamente. Sin embargo, por más que lo intento no consigo entender qué es lo que pasa más allá que llegó alguien que Amir odia, pues los hombres hablan con tanta rapidez que únicamente consigo escuchar palabras sueltas de la conversación. —Disculpen…—intento nuevamente pero, en definitiva es como si en lugar de ciega fuera invisible. Por eso, cansada de la situación y sin poder quedarme quieta sin saber qué Amir está bien, me muevo con ayuda del bastón hacia donde creo que está la puerta y con mucho cuidado la abro, antes de salir al pasillo de la mansión. Los gritos y el sonido de pasos y voces es lo primero
Amir No puedo creer que esto esté pasando. El día había empezado demasiado bien y sinceramente mi mente estaba concentrada únicamente en Samira. Y es que ¡por alá! Hoy más que nunca es acertado llamarla princesa, porque es justo lo que ella parece. Mis ojos no podían separarse de su figura, de la manera en que el vestido de seda roza sus curvas y cae en cascada por su cuerpo haciéndola ver como toda una diosa. Anya tenía una sonrisa enorme en el rostro y los ojos enrojecidos mientras la traía hacia mí y el hecho de que sea ella quien lo hiciera consiguió que un sentimiento enorme entre la emoción y la nostalgia se forme en mi pecho. Pero entonces, todo se fue a la m****a en cuestión de segundos cuando el infeliz de Karim apareció en mi terraza, en medio de mi boda, reclamando a Samira. La ira que siento ahora mismo no se compara a nada de lo que haya sentido antes. Voy a matarlo con mis propias manos y voy a disfrutarlo. Veo como se llevan a Samira mis hombres de seguridad y es
Samira Este día ha sido un completo sube y baja de emociones, pero ahora mismo aquí sosteniendo la mano de Amir enfrente del notario que va a unir mi vida a la suya me siento la mujer más feliz del mundo. No sé qué es lo que este hombre hizo en mí, o cómo es que los sentimientos que tengo pusieron haberse desarrollado con tanta rapidez en tan poco tiempo, pero lo que sí sé y ya no puedo negar más es que estoy completamente enamorada de él. De el hombre serio, poderoso y protector, así como del risueño, cariñoso y posesivo que me vuelve loca. Cada faceta de él me enamora más y me hace sentir que estoy en una nube de la que no quiero bajarme. El notario le ha pedido que diga sus votos y mi corazón ha empezado una carrera en su lugar a espera de lo que él va a decir. Estoy temblando de emoción. Mis manos están un poco frías, pero las de Amir las envuelven con fuerza y calidez. Frente al notario, frente a nuestras vidas entrelazándose, espero ansiosa a que Amir pronuncie sus votos. —
Amir Ni siquiera lo pienso y tomo a Samira de la mano y la guío fuera del jardín sin siquiera despedirnos de nadie. No es como si ellos no supieran qué es lo que vamos a hacer ahora mismo. La chiquilla viene callada y sonrojada a mi lado y cuando llegamos al pie de las escaleras la cojo por sorpresa cuando la tomo en brazos. —¡Amir! ´¿Qué haces?—su rostro entre sorprendido y asustado me saca una sonrisa. —Llevo a mi esposa a su noche de bodas, por supuesto—le digo. Y así, con una sonrojada y risueña Samira en brazos, subo las escaleras hasta que llegamos a mi habitación. Esa misma que mandé a adecuar para este momento, pues aunque ella no puede ser, si puede oler y sentir y espero hacer de esta noche algo inolvidable. Al entrar dejo un beso pequeño sobre sus labios antes de lentamente irla poniendo en el suelo mientras veo como parpadea con rapidez antes de decirme. —Huele… Huele a flores—me dice y no paso por alto la emoción que se filtra en su voz. —El hecho que no puedas ve
Samira Estoy prendida en fuego. Las manos de Amir se sienten como brasas calientes sobre mi piel y el hecho de no poder verlo hace que, de alguna manera, mi excitación sea mucho mayor, pues no sé qué es lo que va a hacer. Por eso, en el instante en que siento su respiración justo en la zona más sensible de mi cuerpo, mi sangre se calienta de una forma que ni siquiera puedo describir. El primer instinto que siento es el de cerrar las piernas, nunca nadie me ha visto ahí. Nunca nadie me ha tocado de la forma en la que él lo está haciendo. —Oh no, cariño, nada de cerrar, deja que te adore como quiero.—la voz ronca y gruesa de Amir solo consigue que mi centro se humedezca mucho más de lo que ya está. Debo estar absolutamente roja ahora mismo y mejor ni hablar de la manera desbocada en que late mi corazón. —Me… me da vergüenza, nunca… nunca nadie… —Lo sé, princesa—Me dice y deja un beso en el interior de mi muslo y ¡santo padre! se siente como electricidad pura—Yo quiero ser el prime
Amir Me despierto sintiendo un peso en mi costado. Mis ojos se sienten pesados y mi cuerpo más liviano que nunca. Lentamente abro los ojos y lo primero que veo es una melena de cabello oscuro regado en mi pecho antes de observar la delicada figura de una Samira todavía desnuda a mi lado. La sola visión consigue que mi hombría brinque y se endurezca con una rapidez impresionante. Entonces, ni siquiera lo pienso antes de comenzar a dejar pequeñas caricias por su espalda y seguir bajando hasta el inicio de su trasero, ese firme y respingado trasero que podría ponerme de rodillas si así lo quisiera. Debo admitir que la noche anterior ha sido la mejor experiencia de mi vida. Nunca la intimidad se había sentido de esa forma. Jamás pensé que podría sentir tanto al entregarme a una mujer, pero bueno, el punto aquí es que no estoy hablando de cualquier mujer sino de la princesa. A estas alturas seguir negando lo innegable es totalmente absurdo: Tengo sentimientos hacia la chiquilla. No qui
Samira Esta última semana ha sido un sueño hecho realidad. Me siento como si estuviera viviendo en una nube y el responsable de eso no es otro más que Amir. En estos días me ha explicado que mi nueva condición como la señora Rahal también me ayuda a que mostrarme al público sea menos peligroso, pues mi padre me mantuvo muy bien protegida a lo largo de mi vida, por lo que fingir que no soy Samira Nader no debería ser tan complicado. Sin embargo, como hay gente que sí me conoce y en especial gente mala, solo puedo salir de la mansión a sitios muy concurridos, acompañada de Anya y dos guardaespaldas. Dígamos que la seguridad pone un poco paranoico a Amir, pero no lo culpo.Sin embargo, lo que en realidad me tiene emocionada el día de hoy es que finalmente voy a empezar el tratamiento de la vista. Escucho la puerta de la habitación ser abierta y de inmediato el aroma que ya reconozco como el mío propio llega a mis fosas nasales y por alguna tonta razón me sonrojo. Puede ser por el recu