Qué crees que se viene???????
SaidSé que probablemente me estoy metiendo de lleno en la boca del lobo, pero lo cierto es que esta mujer, esta chiquilla enfurecida tiene algo que hace que no pueda sacarla de mi cabeza, por eso cuando me dijo que quería ganarse las cosas, no pude resistir la tentación de hacerle una nueva propuesta.No quiero verla limpiando la casa, ya tengo a alguien que se encarga de eso, además nadie me saca de la cabeza que ella está ocultando algo y la mejor manera de averiguarlo es tenerla cerca, y eso es justo lo que voy a hacer.Miro mi reloj de pulsera, dándome cuenta que necesito salir ahora de la casa si quiero llegar a tiempo, entonces escucho el sonido de tacones acercarse y cuando levanto la cabeza no puedo hacer más que mirarla.Melany está enfundada en un conjunto ejecutivo que la hace ver descaradamente hermosa, esa falda tubo se ajusta a sus curvas y el escote de la camisa me tiene cautivado. Cuando ella aclara su garganta llevo mis ojos hasta su rostro y el hecho de que ella teng
MelanyNo sé ni cómo fue que llegué a esto, pero debo aceptar que me gusta.Llevar una vida normal, tener un trabajo, eran cosas que creí imposibles todo el tiempo que estuve con él, sin embargo, aunque sé que debo mantener un perfil bajo y que los monstruos siguen ahí, me permito respirar con tranquilidad por primera vez en mucho tiempo.Camino por los pasillos de la empresa tratando de no perderme, mientras intentó recordar cuál es el pasillo de los abogados Junior para entregar las carpetas que Said me mandó hasta que finalmente lo encuentro.Dejando salir un suspiro de alivio me acerco a la secretaria que está enfrascada en una conversación al teléfono. Creo que no voy a poder acostumbrarme nunca a las costumbres de este lugar. Como solo contratan mujeres solteras, porque las casadas no tienen el permiso y aún asi las solteras deben pedir permiso a su tutor, o sea un hombre, para poder hacerlo, algunas no tienen permitido usar tacones, tienen que venir a recogerlas, no pueden sali
SaidEl silencio se vuelve espeso en el auto mientras nos dirigimos hacia mi apartamento. Después de lo sucedido ninguno de los dos volvió a tocar el tema, pero el ambiente se quedo cargado de cierta tensión que me impidió poder trabajar con eficiencia.Es que todo lo que tiene que ver con esta niña me enloquece y después de haber encontrado esa información sobre ella, luego de enterarme que es hija de un senador en Estados Unidos y que, contrario a lo que nos dijo, si tiene una casa a dónde volver, ya no sé que pensar.En especial, porque no encontré ninguna denuncia de su familia sobre su desaparición, lo cuál es mucho más extraño.—El expediente que tenías abierto, ¿es sobre otro caso de trata?—su voz me trae de regreso al presente y giro mi rostro para verla por un momento antes de volver la vista a la carretera.—Si, mi padre me pidió ayuda con unos casos pendientes, aunque en el despacho a veces tomamos ese tipo de casos también, siempre con ayuda de la fiscalía.Ella vuelve a qu
SAMIRA“Papá… No… “Dolor, eso es lo único que mi cerebro puede procesar en estos momentos, un dolor tan grande que ni siquiera sé dónde empieza y dónde termina, pero que me está consumiendo por completo. El olor a antiséptico y el pitido constante de una máquina a mi lado me hacen saber que me encuentro en un hospital, lo cuál no alivia ni un poco mi preocupación, por el contrario solo consigue alterarme mucho más.El silencio que sigue al sonido de la máquina es suficiente para hacerme saber que estoy sola en este lugar. No hay nadie más conmigo aquí, ni mi padre ni mi madrastra, aunque tampoco es que esa mujer fuera a venir a cuidarme, por el contrario de seguro está ansiosa esperando a que nunca despierte, pero mi padre nunca me abandonaría y ese simple pensamiento comienza a alterarme. Porque si no está conmigo es por algo.Haciendo un esfuerzo sobrehumano intento abrir los ojos y me cuesta más de lo que debería conseguir que mis pestañas se alcen y por más que trato no consi
AmirLlevo una semana en Estambul. Y por más que quisiera decir que es por mero placer o que estoy disfrutando de la variedad de mujeres que ofrece la ciudad, la verdad está muy lejos de ello. Una pista me ha traído hasta aquí, una pista en el caso más importante en toda mi carrera como abogado.Y eso que soy el dueño del buffet más importante y temido de todo el maldito planeta.Me encuentro en la habitación de hotel con todas las fotografías regadas por la cama, y en cada una de ellas se ven las distintas personas que he seguido en la ciudad y otras tantas que mi grupo de detectives privados han capturado para mí. En la pared del fondo he estado trazando los hilos que lo conectan a todos:Trata de blancas, secuestro, esclavitud, asesinato, narcotrafico y la lista sigue hasta ir conectando punto a punto, persona con persona, solo necesito el puente que me lleve a vincularlos a todo a la maldita cabeza detrás de toda esta mierda: El milagroso. Así es como lo llaman en el bajo mun
SamiraMiedo. El miedo se mueve dentro de mí como si de una masa viscosa se tratara y termina absorbiendome por completo. Puedo sentir la cercanía del hombre, aunque no lo veo se que su rostro está muy cerca del mío y eso hace que los latidos de mi corazón vayan desbocados dentro de mi pecho.—No… Yo no le pertenezco, usted no puede…—Claro que puedo, porque yo te he comprado, querida, ahora eres mía —el aliento de Amir roza mis labios y siento como la cabeza me da vueltas, mientras que mis manos se cierran en puños sobre la sábana de la camilla.Nunca antes en mi vida había estado tan cerca de un hombre y no se si el hecho de que no pueda verlo es una maldición o una bendición.Puedo sentir el nudo en mi garganta haciéndose cada vez más grande, mientras que el miedo, la angustia y la desesperación se van apoderando cada vez más de mí.—Mientes —digo con los dientes apretados. Aunque sé que eso solo podría empeorar mi situación, pero no puedo contenerme—. Mi padre nunca me habría ve
Samira El aturdimiento al sentir sus labios en mi frente no me deja pensar y el hecho de no poder ver consigue que la sorpresa sea mucho mayor cuando siento como sus manos se van a mis piernas y cintura y me toma en brazos, consiguiendo que deje salir un grito, mitad sorpresa y mitad dolor, pues aún me duele todo el cuerpo por el accidente. No quiero ni imaginar cómo debo verme en estos momentos. —Lo siento, princesa, pero debo sacarte de aquí asi que vas a tener que aguantarte el dolor por un momento. Las ganas de responderle con cientos de improperios me está comiendo viva, pero sé que eso solo me va a traer más problemas, pues aunque no lo pueda ver si que he escuchado hablar de él, su fama recorre todo el medio oriente y esa no es precisamente la de un un hombre amable y cariñoso, no, de hecho es todo lo contrario. Por lo que me limito a apretar los labios con fuerza mientras él comienza a caminar conmigo en brazos. Aunque si soy sincera, cada una de las veces que escuché
Amir Mis ojos se fueron de inmediato a las mujeres enfrente de mí y quise golpearme de bruces contra una pared nada más verlas. Amina, Maya y Haifa, son algo así como mis mujeres recurrentes, las tres lo sabían y ninguna ponía problema al respecto. De hecho, las tengo viviendo en una de mis propiedades, tenemos una relación que disfrutamos los tres y donde no tengo a nadie atrás poniendome problemas. En nuestra cultura no hay problema con que un hombre tenga más de una mujer, siempre y cuando todas tengan las mismas condiciones, sin embargo yo no soportaría jamás tener a todas viviendo en mi casa, eso es algo que no es negociable para mí y que ni siquiera entra a consideración… Hasta ahora. No había pensado ni un segundo en las tres mujeres enfrente mío cuando tomé la decisión de traer a Samira, y es que siendo sincero no me siento seguro dejándola en ninguna de mis otras propiedades, ni mucho menos al cuidado de alguna de ellas. Las conozco y sé lo locas y celosas que pueden