Cariñitoooos, segundo capítulo del día!! les agradezco mucho si me ayudan dandole amor a esta novela, dejando su reseña y comentando en los capítulos, eso me ayuda mucho en la app. Besoooos
Amir Sigo a Anya por los pasillos del hospital sin decir una sola palabra, hasta que me lleva directo a la puerta de la habitación en la que ella se encuentra. Con cada paso que doy el recuerdo de lo ocurrido regresa a mi mente consiguiendo que la rabia, la frustración y el miedo se entretejan en mi interior. ¿Por qué demonios tuvo que subir? Y ya puestos ¿Cómo se le ocurrió correr de esa forma hacia las escalares? Para el momento en que Anya da un paso a un lado yo ya estoy hecho una furia y sin siquiera tomarme un segundo en relajarme, abro la puerta de un tirón y entonces siento que tengo un Dejavu cuando la veo semi recostada en la camilla y llevando la cabeza vendada y la ropa del hospital pareciendo un cervatillo asustado. Sin embargo, su mirada perdida y asustada no hace nada en estos momento para apaciguar la rabia que llena mi cuerpo, por el contrario sólo consiguen incrementarla. ¿Cómo pudo ser tan irresponsable para ponerse en esta situación? ¿Qué carajos iba a buscar?
Samira Me está besando. Sus labios se están presionando sobre los míos y siento como cada terminación nerviosa de mi cuerpo se estremece ante el contacto. Esto no debería estar pasado, no está bien. ¡Él no puede besarme! No puede tocarme, no así. El miedo comienza a apoderarse de mí, esto es pecado, ningún hombre debería tocarme de esta forma, ¡yo no debería permitirlo! Sin embargo, mi cerebro y mi cuerpo no consiguen conectarse, porque hay algo más formándose en mi interior, algo que no entiendo, pero que no me disgusta. Sus labios se presionan un poco más y entonces, ni siquiera entiendo cómo termino abriendo los mios y es ahí cuando el fuego y el verdadero pánico se apodera de mí. Sus labios capturaron los míos de forma lenta, casi como si los estuviera venerando y yo me derrito, realmente lo hago, entonces su lengua entra en mi boca sacándome un gemido que ni siquiera sabía que era capaz de decir y contrario a todo lo que he pensando en mi vida, ahora mismo lejos de sentirme
Amir El regreso a la mansión lo hacemos en silencio. Ni siquiera Anya sentada al lado del chofer se ha atrevido a decir una sola palabra y es que me imagino que mi rostro iracundo debe ser suficiente señal para que sepan que estoy hecho una furia. A mi lado puedo ver como Samira ha estado todo el viaje retorciendo sus manos y por la forma en que sus pupilas no dejan de moverse de un lado a otro me imagino que debe estar dándole vueltas a todo lo sucedido. Pues bien, me alegro. Porque yo también lo hago. No he podido dejar de pensar en sus palabras un solo segundo, en la forma en que ella me ha encasillado como el mostruo de su historia joder, y si, sé que al decirle que podía besarla porque la compré fue un error, pero estaba cabreado. Desde que la traje a la mansión no he hecho más que procurar que esté bien y a decir verdad ni yo mismo entiendo la razón de mis acciones, es como si ella despertara en mí un lado protector que desconocía, pero ya no más. Si ella cree que soy un h
Samira “No soy un violador” No pude dormir en toda la noche. Cada vez que lo intentaba lo único que podía oír en mi mente, como si de un disco rayado se tratara, eran las palabras de Amir. Señor, el tono de su voz, la forma en que se escuchaba tan… decepcionado. Como si le hubiesen dolido mis palabras en verdad, y lo sé, sé que haberle insinuado que tendría que obligarme no estuvo bien, pero estaba enojada y asustada y él estaba siendo un completo idiota. Además no se quedó en la mansión. Esa es otra de las razones por las que no puedo dormir, aunque no quiera admitirlo, la simple idea de imaginar que él fue a verlas a ellas hace que se me revuelva el estómago y no entiendo por qué. Solo ha pasado poco más de una semana desde que nos conocemos y parece que fuera una eternidad. Nunca me había sentido así. Y el beso… Alá, no puedo dejar de pensar en ese beso y en todo lo que me hizo sentir. Fue como si se hubiesen encendido fuegos artificiales en mi interior. Sin poder soportarl
AmirDistancia. Necesito poner distancia. Eso es lo que me he estado repitiendo desde que me subí al auto y llegué a mi oficina en el buffet, al tiempo que ignoraba las miradas interrogantes y la sonrisita burlona que tenia el idiota de Said en el rostro. Sin embargo, en todo lo que llevo del día no he conseguido sacarme el rostro de Samira de la cabeza ni la forma en que este se contrajo al escuchar mi respuesta, pero joder, es que esa niña va a enloquecerme. Un día me trata de monstruo y violador y al siguiente parece un corderito arrepentido. Mi amigo tiene razón, no puedo estar pensando con la cabeza de abajo, si la tengo en mi casa es únicamente para protegerla de mi padre y conseguir la información que ella tiene sobre los negocios de su padre, eso es todo. Haberla besado fue un completo error, uno que pudo haber arruinado todo por lo que llevo años trabajando y no pienso permitir que eso suceda. En eso la puerta de la oficina se abre y Said con las manos llenas de documento
Samira Esperar a Amir ha pasado de ser algo gratificante a una completa tortura. Desde hace dos días cuándo prácticamente me dijo que no iba a molestarme ha interpuesto una distancia entre los dos que estoy odiando con fuerza y corazón. Por tonto que parezca en los quince días que llevaba en la mansión me había acostumbrado a nuestros paseos por el jardín y hablar de como había sido mi ida, pues él muy pocas veces habla sobre el suyo. Pero ahora todo lo que tengo a mi alrededor es silencio y oscuridad y lo odio. No sé qué es lo que siento por Amir Rahal, pero lo que sí sé es que por más que he intentado mantener la distancia y actuar igual de indiferente que él, no puedo. Es como si todo mi cuerpo extrañara tenerlo cerca. Creo que me estoy volviendo loca, y mejor ni hablar de los sueños que he tenido, esos en donde la sensación de sus labios sobre los míos amenaza con volverme loca. Dejando salir un grito frustrado me giro en la cama y me obligo a dormir, no sirve de nada esperarl
Amir Calor. Eso es lo primero que siento cuando la luz entra por las ventanas de la habitación, que no entiendo porque no están cerradas. Lentamente voy a abriendo los ojos y me quedo totalmente paralizado cuando siento un cuerpo pequeño y cálido pegado al mío. Una mano delicada me rodea el torso y cuando bajo la mirada la respiración se me corta al ver el rostro angelical de Samira durmiendo a mi lado. Por unos segundos no puedo hacer más que mirarla, ni siquiera quiero respirar con demasiada fuerza para no despertarla. Entonces, viendo que ella sigue plácidamente dormida me atrevo a levantar una de mis manos y con mucho cuidado comienzo a acariciar su rostro, delineando con cuidado sus mejillas y voy bajando hasta el contorno de sus labios que se sientes como seda bajo mis dedos. Santo alá, ella es sencillamente hermosa, perfecta. —¿Qué demonios es lo que me estás haciendo, princesa?—susurro, aprovechando que ella no puede escucharme. Mi mano sigue su camino y ahora se enros
Samira Tuve que haber perdido la cabeza. Esas palabras no dejan de repetirse en mi mente mientras voy en la parte trasera del auto junto a Amir, quién no ha querido soltarme una sola palabra sobre el lugar al que vamos. Por el contrario parece decidido a incrementar más y más mi curiosidad, justo como está haciendo en estos momentos. —Cuando estemos ahí quiero hablarte de algo importante—me dice y yo frunzo el ceño al escucharlo, pensando que puede tratarse del caso de mi padre. —¿Es sobre el asesino de papá?—digo sin titubeos y viéndome más ansiosa de lo que me hubiese gustado. Pero lo cierto es que sueño con el día en que ese hombre finalmente esté tras las rejas, mi padre tenga justicia y yo pueda seguir con mi vida con normalidad, o al menos toda la normalidad que mi nueva condición me permite. Escucho como Amir deja salir un suspiro ante mi pregunta y luego se aclara la garganta antes de responder. —Sigo trabajando en ello—me dice, pero puedo notar que se ha puesto tenso—Si