Hola holaaaa cariñitoooos!!! Este capítulo lo he amado ¿A ustedes qué les ha parecido? Dejenme saeber sus observaciones, amo leerlas!! Besoooooos
Amir Calor. Eso es lo primero que siento cuando la luz entra por las ventanas de la habitación, que no entiendo porque no están cerradas. Lentamente voy a abriendo los ojos y me quedo totalmente paralizado cuando siento un cuerpo pequeño y cálido pegado al mío. Una mano delicada me rodea el torso y cuando bajo la mirada la respiración se me corta al ver el rostro angelical de Samira durmiendo a mi lado. Por unos segundos no puedo hacer más que mirarla, ni siquiera quiero respirar con demasiada fuerza para no despertarla. Entonces, viendo que ella sigue plácidamente dormida me atrevo a levantar una de mis manos y con mucho cuidado comienzo a acariciar su rostro, delineando con cuidado sus mejillas y voy bajando hasta el contorno de sus labios que se sientes como seda bajo mis dedos. Santo alá, ella es sencillamente hermosa, perfecta. —¿Qué demonios es lo que me estás haciendo, princesa?—susurro, aprovechando que ella no puede escucharme. Mi mano sigue su camino y ahora se enros
Samira Tuve que haber perdido la cabeza. Esas palabras no dejan de repetirse en mi mente mientras voy en la parte trasera del auto junto a Amir, quién no ha querido soltarme una sola palabra sobre el lugar al que vamos. Por el contrario parece decidido a incrementar más y más mi curiosidad, justo como está haciendo en estos momentos. —Cuando estemos ahí quiero hablarte de algo importante—me dice y yo frunzo el ceño al escucharlo, pensando que puede tratarse del caso de mi padre. —¿Es sobre el asesino de papá?—digo sin titubeos y viéndome más ansiosa de lo que me hubiese gustado. Pero lo cierto es que sueño con el día en que ese hombre finalmente esté tras las rejas, mi padre tenga justicia y yo pueda seguir con mi vida con normalidad, o al menos toda la normalidad que mi nueva condición me permite. Escucho como Amir deja salir un suspiro ante mi pregunta y luego se aclara la garganta antes de responder. —Sigo trabajando en ello—me dice, pero puedo notar que se ha puesto tenso—Si
Amir Mis ojos están recorriendo todo el lugar para tratar de fijarme si alguien ha podido reconocer a Samira. Sé que estoy siendo paranoico, pero si hay algo que he aprendido en esta profesión es que nunca se es demasiado precavido. Mi padre tiene ojos en todas partes y luego de lo sucedido con sus lacayos y su mano derecha no me extrañaría que esté siguiendo cada uno de mis pasos, lo que me convierte en un completo idiota al haber aceptado sacar a la chiquilla de la mansión, pero simplemente no pude decirle que no. Mis brazos la están rodeando con fuerza y joder, sentir todo su cuerpo pegado al mio, aún bajo estas circunstancias está consiguiendo que mis instintos más bajos comiencen a reaccionar, pero no puedo evitarlo. La chiquilla me ha estado provocando desde el primer momento en que la ví e intento enfrentarme como nunca nadie ha hecho antes y lo sigue haciendo cada maldito día sin siquiera ser consciente de ello. —Lo lamento—escucho que dice Samira al tiempo que sus manos s
SamiraHe tenido una cita. Amado alá, aún no puedo creer lo perfecto que fue todo en la salida con Amir, debo admitir que no pegué ojo en toda la noche recordando cada palabra que me dijo, cada momento de lo que vivimos y es que, por primera vez desde que he quedado ciega, pude olvidarme de mi condición y simplemente disfrutar plenamente del momento. ¡Y luego el abrazo! Sé que no debería estar pensando en esto, pero sentir su cuerpo firme y cálido rodeando el mío me hizo despertar sensaciones y emociones que me asustan y emocionan al mismo tiempo. Es como subirse a una montaña rusa emocional, dónde estoy aterrada, pero al instante siguiendo simplemente exploto de felicidad y quiero volver a subirme. Porque si, a estas alturas debo aceptar que sea lo que sea que está pasando entre el abogado y yo, no quiero que se termine. Tal como he venido haciendo me he duchado y estoy a punto de escoger mi propia ropa, cuando siento dos golpes en la puerta, antes de que la voz de Anya llegue ha
Amir No puedo creer que esto esté pasando. El caso en el que llevo años trabajando se está enfriando y la mayoría de los testigos que tenía se han estado echando para atrás desde que Mohamed murió, supongo que temen ser las siguientes víctimas de mi padre y aunque no los culpe, si me cabrea de maneras monumentales. Necesito conseguir la información que tiene Samira. Ayer estaba convencido de que ella finalmente hablaría y aunque por un momento olvidé por qué estaba haciendo todo esto, cuando ví la duda en ella, supe que estaba más cerca que nunca, sin embargo al final volvió a cerrarse, por eso he decidido llamar al médico para que se presente hoy. Pienso usar todas las armas que tenga a la mano, ya no tengo tiempo que perder. Entonces, como si la hubiera invocado, veo a Samira entrar en el comedor. Está vez ya no está vistiendo atuendos coloridos, lo que me hace pensar que Anya la ha ayudado, aunque debo admitir que se veía bastante adorable y me gustaba saber que estaba siendo in
SamiraLa emoción que siento en estos momentos es indescriptible. No he podido dejar de mover mis piernas con nerviosismo mientras espero sentada en la sala a que el médico finalmente llegue. Tal como Amir me pidió terminé el desayuno, en tiempo record, y luego me vine para acá, estoy ansiosa por saber si lo que él me ha dicho es cierto. Sin embargo, todo mi cuerpo se paraliza cuando siento la mano grande y cálida de Amir posarse sobre mi pierna, consiguiendo que el movimiento se detenga. —Tranquila, ya debe estar por llegar. Todo estará bien—me dice, pero su gesto lejos de calmarme solo revoluciona aún más mi cuerpo, aunque ahora por razones muy distintas. —No lo sé, ¿Qué tal si ha dado cuenta que es un error no podré ver nuevamente?—Ese es uno de mis mayores miedos, que todo esto no sea más que una falsa ilusión. Amir me da un leve apretón en la pierna que consigue enviar corrientes eléctricas por todo mi cuerpo, antes de alejar la mano. —No pienses en eso—me dice—De hecho debe
Samira Los días han pasado y la emoción que siento al saber que el ala médica muy pronto estará lista para iniciar mi tratamiento no ha cesado ni un poco y creo que todos en la mansión se han dado cuenta, pero sinceramente poco me importa. Ahora mismo me encuentro, por petición de Anya, tomando un poco de sol en la terraza trasera, mientras disfruto de un bocadillo. Estoy tan metida en mis pensamientos que no escucho los pasos acercarse a mí hasta que tengo a la persona prácticamente enfrente mío. Sé que se trata de una mujer por el sonido inconfundible del repiqueteo de tacones y lo primero que se me viene a la cabeza es que se trata de Haifa. Sin embargo, aunque sí es una mujer, la voz es diferente. —Tú debes ser Samira—me dice y por el desprecio en su voz asumo que debe tratarse de una de las mujeres. Tomando un respiro profundo intento mostrarme lo más serena posible. —Y tú debes ser una de “las mujeres” — Contesto, tratando de ocultar todo lo que su presencia me afecta. —V
Amir El mensaje de Anya me ha hecho salir como un lunático de la empresa dejando a un sorprendido Said enfrente de la reunión con los clientes que tenemos agendados, pero el hecho de que solo me haya dicho “Debe venir ya a la casa” ha hecho que los peores escenarios se pasen por mi mente. Todos y cada uno de ellos son sobre Samira. Estoy mal, muy mal, pero ahora mismo no voy a pensar en ello. Cuándo el auto se detiene enfrente de la mansión, ni siquiera espero a que el chofer me abra la puerta, me bajo como un rayo y entro prácticamente corriendo mientras que grito el nombre de mi ama de llaves. —¡Anya! Entonces veo a la mujer aparecer junto a Maya, lo que me hace fruncir el ceño de inmediato, pues aunque ellas tienen vía libre para venir a la casa, normalmente lo hacen cuándo yo estoy y soy informado con antelación de ello. —¿Qué estás haciendo aquí, Maya?— le digo de inmediato y aunque se que ella no es como Haifa, pues no hay nada entre nosotros, no puedo evitar la sospecha y