—¿Pero a dónde se supone que te iras?— logré pronunciar entre sollozos sujetando a Nikolas de su oscura camisa.Sus ojos estaban oscurecidos por ratos, sudaba como si hubiese estado bajo el mayor de los diluvios, se soltó de mi agarre con movimientos bruscos como si no supiese controlar su fuerza en estos momentos provocando que diera algunos pasos atrás.—Es más seguro para ti—gruñó con la voz ronca sin mirarme siquiera.—Nikolas por favor—suplique acercándome nuevamente a él y volvió a apartarse dejándome en el suelo.Comenzó a caminar a las afueras de la alcoba alejándose de mi a paso firme y justo cuando sostenía el pomo de la puerta entre sus dedos detuvo su paso lazándome una corta mirada por sobre sus hombros y no pude evitar ese brillo oscuro que cada vez se intensificaba más en sus diferentes ojos.—No me perdonaría nunca si este monstruo te lastima—pronunciando aquellas palabras se marchó cerrando la puerta tras de sí.La noche trascurrió tortuosamente lenta para mí que me l
Nikolas CronsHabía decidido alejarme lo más posible de ella y a medida que la noche llegaba y la luna roja se alzaba en el nocturno cielo mi cuerpo se retorcía de dolor como si peleara una batalla sin fin con el yo maldito que se escondía en lo más profundo de mí ser.El dragón utilizaba mis emociones pero mil veces más fuerte y me aterraba que todo lo que siento por Andrea, todo este amor él lo convierta en odio, sangre y muerte. Quizás la maldición se rompa y no llegue a transformarme pero y si no...Caí de rodillas por el piso apoyando la palma de mis manos en el mismo lanzando un gruñido en un intento fallido de alivio.Sentía como si cada hueso de mi cuerpo se quebrara. En mi cabeza un martillo constante me golpeaba y esa sensación dolorosa en las uñas como si me las estuviesen arrancando.Un olor frutal, con unos delicados pasos irrumpió en la cueva en el momento exacto que la luna coronaba en el cielo y no necesite mucho para saber que era ella. Su respiración estaba agitada c
Estoy a tan solo un año de cumplir 18, seré lo suficiente mayor para poder tomar mis propias decisiones y lograr estudiar medicina ,tener el conocimiento para salvar o dar vida me da la fuerza que necesito para luchar por mi vocaciónA decir verdad me niego a terminar rodeada de zapatos en la famosa fábrica de papá o adnegada a la casa como mamá Pero llegar a esa edad también traía consigo una responsabilidad mayor ,mantener el honor de mi familia , siendo la única hija de una familia distinguida de clase alta y viviendo en un reino tan conservador con tradiciones tan marcadas ,al cumplir los 18 años significaba contraer matrimonio como dicta la costumbre El sr Sabash ,mi padre , eligiria un candidato de buena familia sin importar si lo amo o no ,al igual que hicieron con mi madre a mi edad A decir verdad la idea de tener un compañero de vida ,según la experiencia que había tenido desde pequeña en mi hogar ,me encantaba ,el poder tener a alguien con quien platicarle tus problemas y
**Un año después***Eran cerca de las 2 de la madrugada la frialdad de la noche unida la fuerte lluvia que caía y la oscuridad de mi habitación me hicieron acurrucarme aún más bajo mis mantasPero algo llamó mi atención era una sensación extraña a mí nunca y sin saber a ciencia cierta el por qué mis ojos viajaron por toda la recámara hasta posarse en la silueta que ella hacía en el sillón del escritorio sobresaltándome a tal punto de caer sentado en la cama y encendiendo con rapidez el candelabro de la mesita de nocheNi siquiera con la luz de las velas se podía distinguir bien pero puedo asegurar que era un hombre totalmente vestido de negro-¿Quién eres? -fue lo único que pude decir entre tartamudeos tragando en seco-soy un asesino despiadado y venga por usted damiselaNo ayudas - recriminé para mis adentrosPero él no respondió nada , un inquietante silencio me erizó los bellos de pies a cabeza y por unos segundos se mantuvo inmóvil con una sonrisa muy bien colgada y con una chisp
De los muchos libros románticos que he tenido el placer de leer a lo largo de mi vida; puedo asegurar que en ninguno describían al amor como esa sensación amarga que te corta el apetito y te estruja el corazón dejándote sumida en una tristeza desgarradora. Jamás existieron en ellos un final tan fatídico como el mío, pero a decir verdad solo en las fábulas podía existir ese felices para siempre que inconscientemente todos buscamos, es técnicamente impensable que la caperucita terminara devorada por el lobo y menos aún que ella lograra enamorarlo.Nikolas Crons era ese lobo feroz que esperaba cada noche a caperucita por la simple satisfacción de asustarla. Él había sido ese niño malcriado al que le cumplían cada uno de sus caprichos, el príncipe que el rey mostraba orgulloso y el que lograba sacar suspiros de cada doncella de este reino.Pero toda regla tiene su excepción y yo era la de Nikolas.Él se convertiría en mi verdugo pero yo no sería otra de sus esclavas que hacen lo que dice
Mi vestido color pastel rosaba el frio suelo una vez que mis pies entraron en contacto con el mismo por lo que me apresuré a colocarme mis sandalias doradas, tenía los hombros caídos y un discreto escote lleno de pequeñas mariposas que desaparecían a medida que se alargaba la falda. Mi cabello suelto bailaba sobre mis hombros mientras caminaba apresuradamente tras una Mariantonieta hambrienta que corría suplicante de comida hacía la cocina. —Aunque esa decisión te afecte es la mejor para tú familia — el padre de Mary le decía a mi padre cuando entramos al comedor mientras este negaba con la cabeza clavando sus ojos en mí y por consiguiente su hermano se giraba notando finalmente mi presencia zanjando el tema con un ligero golpe de hombros. —¿Entonces es cierto?—preguntó mi conciencia quien aún no se quería creer del todo lo que mi prima me había contado y supongo mi cara delato mi decepción por la mirada fugaz que papá me lanzó. Sus labios se separaron como si fuese a decirme algu
El compromiso con Nikolas ya era un hecho y alejado a la idea de que todo fuese una terrible pesadilla esa mañana un ostentoso carruaje real esa mañana en cuanto el alba se asomó se estacionaba frente a mí casa con los modistas más prestigiosos y reconocidos del reino.En un abrir y cerrar de ojos mi habitación estuvo repleta de maletas y baúles con muestras de telas blancas como la nieve y encajes tan finos como caros. Me mostraron bocetos de diseños de vestidos excesivamente despampanantes, era una ofensa hacia mi sencillez ver aquellos modelitos.—Esto debe ser una broma— bufe en un tono casi inaudible pero que capto la atención de todos los presentes —Creo que no lo dijiste tan bajito nada—me recriminó mi conciencia haciendo que mi vista se levantara del boceto que tenía entre mis manos a cada uno de los presentes que me observaban con preocupación.—¿No son de tu agrado los modelos que te han mostrado?— me preguntó finalmente Arthur, o creo que ese era su nombre.Se había pres
Mi pesadilla había comenzado, es como cuando te encuentras cómodamente acostada en la cama de tu habitación y estas teniendo uno de esos sueños magníficos del que no quieres despertar hasta que aparece un monstruo terrible para arruinarlo todo y despertarte de la forma más aterradora posible.Eso exactamente era lo que me estaba ocurriendo en este momento. Sentí como el bello de mi nuca se erizaba con esa sensación punzante que te da en esa misma zona cuando alguien tiene su mirada perdida justamente ahí. Me gire sobre mis talones lentamente suponiendo lo peor; bien dice mi madre “piensa mal y acertaras” y así fue. En cuanto estuve frente a él mis ojos se posaron sobre aquellos de diferente color. Ya había notado ese singular rasgo característico en él, algo que por alguna extraña razón me aterraba más todavía y si unido a eso sumamos su expresión seria y calculadora; debo admitir que pude sentir como cada centímetro de mi cuerpo se estremecía.El príncipe Nikolas Crons estaba parado