Capítulo 1

**Un año después***

Eran cerca de las 2 de la madrugada la frialdad de la noche unida la fuerte lluvia que caía y la oscuridad de mi habitación me hicieron acurrucarme aún más bajo mis mantas

Pero algo llamó mi atención era una sensación extraña a mí nunca y sin saber a ciencia cierta el por qué mis ojos viajaron por toda la recámara hasta posarse en la silueta que ella hacía en el sillón del escritorio sobresaltándome a tal punto de caer sentado en la cama y encendiendo con rapidez el candelabro de la mesita de noche

Ni siquiera con la luz de las velas se podía distinguir bien pero puedo asegurar que era un hombre totalmente vestido de negro

-¿Quién eres? -fue lo único que pude decir entre tartamudeos tragando en seco

-soy un asesino despiadado y venga por usted damisela

No ayudas - recriminé para mis adentros

Pero él no respondió nada , un inquietante silencio me erizó los bellos de pies a cabeza y por unos segundos se mantuvo inmóvil con una sonrisa muy bien colgada y con una chispa de mandá en sus ojos

Creo que tienes razón

-te lo dije, yo nunca me equivoco

Comenzó a ponerse de pie y dió unos pasos lentos hacia mí con sus manos muy ocultas en los bolsillos de su gabardina, dejo que la luz de las velas iluminaron su rostro

-tu futuro esposo -añadió cuando estuvo ya a pocos metros de mí

-tú ...¿qué haces aquí?

-vengo cada noche desde hace un año

-se puede saber por qué

-se puede saber porque haces tantas preguntas no te educaron bien o qué

-me educaron perfectamente solo quiero saber el por qué me despierto en la madrugada y tengo un acosador en mi habitación que al parecer lo hace desde un año

-pues no pareces una mujer no sabes que no debes preguntarle tantas cosas a un hombre y menos si es tu prometido

-que sepas que este compromiso es contra mi voluntad y que jamás podré quererte

-que sepas que me da igual yo necesito una boda y tú un esposo así que mientras sigas mis reglas no tenemos inconveniente

-tus reglas ,no me hagas reír por favor ,no pienses que me doblegaré tan fácil ante ti su majestad - arrastre cada letra de esta última palabra con un tono muy elevado de hipocresía - y a pesar de que te creas un Oasis en pleno desierto yo ya encontré al hombre que verdaderamente quiero a mi lado

En un rápido movimiento con una mano sujeto mis muñecas y con la otra me agarró fuertemente por la barbilla dejándome petrificada

-es exactamente lo que quiero Andrea, doblegarte y lo lograré te lo aseguro -hizo un breve silencio - yo que tú me olvidaba de él porque ningún otro hombre te tocará -dijo centímetros de mis labios, dejándome sentir el cálido aire que expulsaba en cada expiración y desapareció dejándome totalmente en shock

-estúpido ni te creas que te la vamos a poner tan sencilla

Eso lo puede tener por seguro

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Hacía más de una semana de lo sucedido en mi habitación con su majestad todo poderoso , nótese el sarcasmo.

Corrí al bosque que regía los límites del reino como si mi vida dependiera de ello, hasta llegar al viejo roble con más de cien años de historia ,repleto de pequeñas pero hermosas florecitas rosa que a su vez cubría todo el suelo a su alrededor dejándolas caer con tanta suavidad que parecían pequeños copos de nieve en pleno invierno.

Me detuve a pocos metros del árbol, soltando la cola de mi vestido que había sujetado con fuerza para evitar caerme en el trote y tomé una enorme bocanada de aire intentando recuperar mi agitada respiración, mi corazón parecía una manada de caballos salvajes, al mismo tiempo que perdía mis ojos por todo el bosque con desesperación con la ilusión de encontrarlo, de volver a verlo por fin ....

Llevaba 15 días esperándolo y hace a penas unas horas me envió el aviso de que estaba de vuelta, así que sin pensarmelo mucho aproveche un despisté de mi madre para poder venir a su encuentro.

-Florecilla- su tono suave resonaba por la parte trasera del colosal roble apareciendo de a poco desde allí hasta terminar con la espalda ligeramente apoyada en el tronco regalandome esa seductora sonrisa que tanto amaba y que fue el incentivo para volver a prender la carrera hacia sus brazos.

Aquella crespa cabellera rubia se haría al compás de la brisa y sus verdes ojos se conectaron con los míos, llegandome hasta lo más profundo de mi corazón consiguiendo sacarme una sonrisa sincera pero nerviosa a la vez que sus brazos se abrieron dispuestos a recibirme.

Cuando nuestros cuerpos entraron en contacto el tiempo pareció detenerse, el mundo se me paralizó en el segundo exacto que nuestros labios se rozaron, las agitadas respiraciones se mezclaron a la perfección al igual que nuestros olores corporales fundiéndose en un aroma sencillo, único y existo.

-Florecilla mía, no sabes lo mucho que te he hechado de menos - susurró a centímetros de mis labios y antes de que logrará responderle lo mucho que yo lo había extrañado me volvió a besar con tanta delicadeza que pareciera tocarme el corazón con suavidada a la vez que su mano acariciaba el cabello de mi nuca erizandome completamente.

Pero en ese momento no todo era tan perfecto y mágico mi mente estaba jugandome muy malas pasadas, solo máquina a una y otra vez la menta correcta para contarle a Naín lo ocurrido con el príncipe.

Hace un año pase por esta situación ,puedo recordar lo mucho que se me apretaba el corazón con la idea de perderlo. Quizás si lo habría hecho en ese entonces no estaría pasado este calvario otra vez pero Mariantoniera; la hija del hermano de papá y mi única amiga me desánimo asegurándome que era muy poca probable que me escogiera a mí y que probablemente se debiera a rumores de los habitantes del pueblo y tenía lógica por qué precisamente a mi entre tantas chicas del reino y reinos vecinos. Pero heme aquí 365 días después sin saber que decir o por dónde empezar.

-Florecilla, pasa algo- la voz de Naín me regreso a la realidad y fue cuando lo noté , ya no estábamos de pie sino más bien que estábamos sentados bajo el viejo roble y por mis ojos habían comenzado a brotar lágrimas sin cesar, a la vez que el las limpiaba con la yema de sus dedos con tanto amor que solo conseguía que aumentarán cada vez más .

Media hora después había conseguido contarle todo lo ocurrido entre sollozos que parecían no querer desaparecer y con la vista perdida en el suelo mientras me mordía el interior de mis mejillas nerviosa y muy probablemente estaban totalmente enrojecidas por el llanto.

Silencio por largos varios minutos solo reino ese sepulcral silencio que se volvió cada vez más incómodo y tornando el ambiente pesado entre nosotros .

-Nain- titube en un tono tan bajo que era casi imperceptible

-Florecilla- me sujeto por el mentón alzandome el rostro de a poco de manera tal que sus ojos y los míos se conectaran - lo arreglaré - aseguró

- No hay manera, ya está decidido, la cena de pedida de mano será mañana en la noche y la boda 3 días después de la gran celebración en palacio...

- Déjamelo a mí - me interrumpió intentando darme seguridad - haré lo que sea necesario para impedirlo Florecilla

- Pero el es el príncipe - dije con resignación estallando en llanto nuevamente tapándome el rostro con la palma de mis manos

El solo era un comerciante humilde que viajaba de pueblo en pueblo vendiendo y comprando mercancía.

- Soy un don nadie en comparación a el -diho como si hubiese leído mis pensamientos dejando un corto beso en la coronilla de mi cabeza - aunque tenga que hacerle frente al mismísimo rey esa boda no tendrá lugar , solo pasará Florecilla sobre mi cadáver - me abrazo dejando otro beso tierno en mi cien.

- Prefiero verte lejos desde mi infelicidad a llevarte flores a tu tumba- me separé bruscamente de el observándolo fijamente con la vista nublada mientras se formaba un nudo en mi garganta que amenazaba con dejarme sin habla - eso no lo soportaría - diciendo esto deje un corto beso en sus labios y eche a correr sintiendo como mi mundo se desmoronara dejandolo a él trás de mí

Y esa era la pura realidad por qué Naín era mi mundo, mi único y más grande amor por esa razón jamás cedería ante Nikolas Crons, porque el me lo estaba arrebatando, me quitaba mis sueños, mis iluciones y las ganas de entregar mi corazón ...

El príncipe había desatado una parte de mi que ni yo conocía y mientras corría a casa entre tropezones y caídas por la vista nublada me jure que todo esté sufrimiento me lo pagaría.

Esa boda sería una prisión para mi cuerpo pero una tumba para mí inocente alma...

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