Estoy a tan solo un año de cumplir 18, seré lo suficiente mayor para poder tomar mis propias decisiones y lograr estudiar medicina ,tener el conocimiento para salvar o dar vida me da la fuerza que necesito para luchar por mi vocación
A decir verdad me niego a terminar rodeada de zapatos en la famosa fábrica de papá o adnegada a la casa como mamáPero llegar a esa edad también traía consigo una responsabilidad mayor ,mantener el honor de mi familia , siendo la única hija de una familia distinguida de clase alta y viviendo en un reino tan conservador con tradiciones tan marcadas ,al cumplir los 18 años significaba contraer matrimonio como dicta la costumbreEl sr Sabash ,mi padre , eligiria un candidato de buena familia sin importar si lo amo o no ,al igual que hicieron con mi madre a mi edadA decir verdad la idea de tener un compañero de vida ,según la experiencia que había tenido desde pequeña en mi hogar ,me encantaba ,el poder tener a alguien con quien platicarle tus problemas y con el que lograr tus sueños me causaba una sensación de tranquilidad ,pero el pensar en como sería o si estaba dispuesto a dejar superarme en esta sociedad tan cerrada de pensamientos y estúpidamente machista dónde los hombres mantenían el control absoluto y las mujeres no eran más que un bonito accesorio al que no presumían demaciado ,como una muñeca en la habitación de cualquier niña que no habla ,no se mueve, no viveMe ahogaba el hecho de no contar con un esposo tan considerado como mi padre o no poder ser una esposa resignada como mamá . Eso muy en lo profundo me hacía enojar ,más aún cada vez que papá hablaba como sería mi boda y lo mucho que la había planeado desde que era pequeñaY daba igual si en el momento dado pataleaba ,hacia algún berrinche o me encerraba en mi habitación por qué si papá ya lo había elegido ese sería y lo cuento por qué así fue como pasoPaso exactamente 1 año y 6 meses antes de mi décimo octavo cumpleaños ,mi vida cambio, porque creí encontrar el amor y esa ilusión se fue casi al instante cuando por casualidad escuché una conversación privada de mis padres-¿Qué pasó?El hombre más machista ,narcisista , engreído ,posesivo y en fin el peor espécimen del sexo masculino del que había escuchado y al parecer mi familia también por la angustia que note en sus palabras me había elegido como esposa y resultó que es el único al que nunca se le podía decir que noNikolas Crons me escogió .....Y quién le puede decir que no al príncipe**Un año después***Eran cerca de las 2 de la madrugada la frialdad de la noche unida la fuerte lluvia que caía y la oscuridad de mi habitación me hicieron acurrucarme aún más bajo mis mantasPero algo llamó mi atención era una sensación extraña a mí nunca y sin saber a ciencia cierta el por qué mis ojos viajaron por toda la recámara hasta posarse en la silueta que ella hacía en el sillón del escritorio sobresaltándome a tal punto de caer sentado en la cama y encendiendo con rapidez el candelabro de la mesita de nocheNi siquiera con la luz de las velas se podía distinguir bien pero puedo asegurar que era un hombre totalmente vestido de negro-¿Quién eres? -fue lo único que pude decir entre tartamudeos tragando en seco-soy un asesino despiadado y venga por usted damiselaNo ayudas - recriminé para mis adentrosPero él no respondió nada , un inquietante silencio me erizó los bellos de pies a cabeza y por unos segundos se mantuvo inmóvil con una sonrisa muy bien colgada y con una chisp
De los muchos libros románticos que he tenido el placer de leer a lo largo de mi vida; puedo asegurar que en ninguno describían al amor como esa sensación amarga que te corta el apetito y te estruja el corazón dejándote sumida en una tristeza desgarradora. Jamás existieron en ellos un final tan fatídico como el mío, pero a decir verdad solo en las fábulas podía existir ese felices para siempre que inconscientemente todos buscamos, es técnicamente impensable que la caperucita terminara devorada por el lobo y menos aún que ella lograra enamorarlo.Nikolas Crons era ese lobo feroz que esperaba cada noche a caperucita por la simple satisfacción de asustarla. Él había sido ese niño malcriado al que le cumplían cada uno de sus caprichos, el príncipe que el rey mostraba orgulloso y el que lograba sacar suspiros de cada doncella de este reino.Pero toda regla tiene su excepción y yo era la de Nikolas.Él se convertiría en mi verdugo pero yo no sería otra de sus esclavas que hacen lo que dice
Mi vestido color pastel rosaba el frio suelo una vez que mis pies entraron en contacto con el mismo por lo que me apresuré a colocarme mis sandalias doradas, tenía los hombros caídos y un discreto escote lleno de pequeñas mariposas que desaparecían a medida que se alargaba la falda. Mi cabello suelto bailaba sobre mis hombros mientras caminaba apresuradamente tras una Mariantonieta hambrienta que corría suplicante de comida hacía la cocina. —Aunque esa decisión te afecte es la mejor para tú familia — el padre de Mary le decía a mi padre cuando entramos al comedor mientras este negaba con la cabeza clavando sus ojos en mí y por consiguiente su hermano se giraba notando finalmente mi presencia zanjando el tema con un ligero golpe de hombros. —¿Entonces es cierto?—preguntó mi conciencia quien aún no se quería creer del todo lo que mi prima me había contado y supongo mi cara delato mi decepción por la mirada fugaz que papá me lanzó. Sus labios se separaron como si fuese a decirme algu
El compromiso con Nikolas ya era un hecho y alejado a la idea de que todo fuese una terrible pesadilla esa mañana un ostentoso carruaje real esa mañana en cuanto el alba se asomó se estacionaba frente a mí casa con los modistas más prestigiosos y reconocidos del reino.En un abrir y cerrar de ojos mi habitación estuvo repleta de maletas y baúles con muestras de telas blancas como la nieve y encajes tan finos como caros. Me mostraron bocetos de diseños de vestidos excesivamente despampanantes, era una ofensa hacia mi sencillez ver aquellos modelitos.—Esto debe ser una broma— bufe en un tono casi inaudible pero que capto la atención de todos los presentes —Creo que no lo dijiste tan bajito nada—me recriminó mi conciencia haciendo que mi vista se levantara del boceto que tenía entre mis manos a cada uno de los presentes que me observaban con preocupación.—¿No son de tu agrado los modelos que te han mostrado?— me preguntó finalmente Arthur, o creo que ese era su nombre.Se había pres
Mi pesadilla había comenzado, es como cuando te encuentras cómodamente acostada en la cama de tu habitación y estas teniendo uno de esos sueños magníficos del que no quieres despertar hasta que aparece un monstruo terrible para arruinarlo todo y despertarte de la forma más aterradora posible.Eso exactamente era lo que me estaba ocurriendo en este momento. Sentí como el bello de mi nuca se erizaba con esa sensación punzante que te da en esa misma zona cuando alguien tiene su mirada perdida justamente ahí. Me gire sobre mis talones lentamente suponiendo lo peor; bien dice mi madre “piensa mal y acertaras” y así fue. En cuanto estuve frente a él mis ojos se posaron sobre aquellos de diferente color. Ya había notado ese singular rasgo característico en él, algo que por alguna extraña razón me aterraba más todavía y si unido a eso sumamos su expresión seria y calculadora; debo admitir que pude sentir como cada centímetro de mi cuerpo se estremecía.El príncipe Nikolas Crons estaba parado
Al salir de la tienda de mis padres un automóvil nos esperaba frente a la misma dejándome congelada en mi lugar admirándolo. Había visto pasar alguno que otro por las y en las tutorías del profesor Peter habíamos hablado de ellos pero jamás había tenido el privilegio de entrar en uno. Eran algo comunes en esta era pero solo para aquellos de muy alta clase y por supuesto no podía esperarse menos del siguiente rey.Nikolas se percató de mí asombro y en lugar de decir algo me observaba divertido, como si se burlara de mi pobreza.—Ya podemos irnos o prefieres caminar tras él para seguir admirándolo— dijo finalmente ganándose una mirada molesta de mi parte y con un leve movimiento solté su mano disimulando que agarraba la falda de mi vestido—¡Vámonos!—su expresión se endureció y camino hasta el interior del vehículo mientras uno de los guardias sujetaba la puertaLo seguí sentándome frente a él y Arthur; quien ya nos esperaba. Me deleité por unos minutos con el interior. Todo estaba tapiz
Había escuchado rumores de lo increíblemente ostentoso y bello que era el palacio y las pocas personas que había logrado adentrarse en él lo describían como la más alta expresión de riqueza y derroche. No era para menos en el reino más próspero de nuestra era y más aun teniendo un rey tan extravagante—por decirlo de algún modo.Aunque poco se sabía de la familia real o más bien nada, no eran los típicos monarcas que andaban pavoneándose por el reino a excepción del rey claro está y de la reina que hacía una que otra aparición en algunos bailes,; los rumores afirmaban que ella misma había decorado cada rincón del palacio y si eso era cierto era extremadamente buena en ello.Lo que mis ojos observaron desde que cruzamos las enormes rejas estrictamente vigiladas por guardias con trajes negros propios de la bandera del reino, fue otro mundo. Como si lo que se ocultaba detrás de aquellos muros no perteneciera a esta era en particular si no a una mucho más avanzada. Pero eso no se comparaba
Emily y Letty que es como se llaman la pelirroja y la trigueña se apresuraron a presentarse y yo casi las forcé a que no me trataran con formalidad.Todavía me rondaba por la cabeza el hecho de que Arthur omitiera mi pregunta.—¿A dónde llevan las escaleras?—les pregunté esperando una respuesta y ellas abrieron los ojos como botones mirándose entre siBien está claro que hay algo que no debo saber al subir esas escaleras.—El cuarto de las doncellas del prin…—comenzó a hablar la pelirroja y la trigueña le dio un codazo como si estuviera prohibido el tema—¿Del príncipe?—indagué haciendo presión con la mirada y ellas asintieron luego de varios minutos tragando en seco ambas Será mejor que dejes el tema de lado—me aseguró mi conciencia y por primera vez decidí escucharla Después de unos minutos de un incómodo silencio comenzaron a desempacar mis libros e ir ordenándolos por título sobre el oscuro sofá para luego dirigirse a un estante vacío que había frente a la cama.—¿Por qué pon