Estoy aquí, en el en el salón para bodas más elegante de la ciudad de Jeonju, conocida como la cuna del hanbok (traje tradicional coreano), estoy tratando de pasar desapercibida; mirando cómo, la mujer que ocupa mi lugar, se casa con el hombre que estaba destinado para mí.
La ceremonia está por empezar. Nunca imaginé que me iba a convertir en espectadora de mi propia boda; sí, Seung – Yi el rico heredero del clan Lee, se está casando con quien cree que es la heredera de la familia Rhee, la segunda familia más importante del clan Lee, esa, soy yo, Hana-Rhee.
Desde que nací, mi destino ya estaba escrito. Desde cuatro años antes de que yo naciera, cuando la familia Yi, anunció que el primogénito de su familia era un varón, mis padres oraron para concebir una esposa para él. Nuestras familias, son las más importantes del clan, y tenían la obligación de continuar con el linaje, pero ellos no contaban con que yo, tendría otros planes.
Todo empezó hace tres meses, en mi cumpleaños número diecinueve, no había visto a mi padre en cuatro años. Desde que murió mi madre, él comenzó a dedicarse solo a sus negocios. Sus viajes a China y a Japón, eran cada vez más constantes y por periodos de tiempo más largos y cuando estaba en casa, se la pasaba encerrado en su despacho y yo, en el bachillerato.
Es bien sabido que la vida de estudiante en un país como el mío puede resultar agobiante, por fortuna mi familia rica y poderosa puede pagar para mí, el colegio privado de mayor prestigio. El día del examen para ingresar a la universidad llegó, el Suneung, el examen de acceso a la universidad, que es conocido a nivel mundial por ser el más complicado y exigente del mundo. Yo no debía preocuparme, mi estatus social y económico me aseguraba un lugar en la universidad de mi elección, pero no era así para todos los estudiantes.
Eun – Ji, la hija de mi sirvienta que había fallecido hacía ya un año, iba a presentar el Suneung, ella era muy inteligente y se rehusaba a seguir siendo una sirvienta por herencia familiar. A pesar de ser sumamente inteligente, Eun— Ji, era una chica bastante tímida y retraída. No era capaz ni siquiera de mirarme a los ojos, a pesar de que teníamos la misma edad y habíamos crecido juntas. De niñas intenté que fuéramos amigas, pero nunca pudo dejar de llamarme Señorita Hana—Rhee.
Sentada sobre el puente que cruzaba el río en la zona más alejada de la propiedad, la vi de rodillas en el piso llorando su desgracia. No conseguir el tan anhelado lugar en una universidad Sky truncaba sus sueños de dejar de ser una empleada doméstica.
La miré de lejos y sentí pena por ella, pero acaso ¿alguien sentía pena por mí? Mientras ella lloraba por no haber podido ingresar en la universidad, yo lloraba porque debía casarme con un hombre al que no había visto nunca en mi vida.
—Si tu marido lo permite, podrás seguir estudiando Hana—dijo mi padre tajante, a partir del día de mi boda mi vida iba a depender de la buena voluntad de mi esposo en su totalidad. Era increíble que en pleno siglo XXI, una mujer en mis condiciones, no tuviera la libertad de tomar sus propias decisiones. Me preguntaba si siendo pobre, si no perteneciera a una familia tan importante, tendría la posibilidad de tener una vida plena y feliz.
Esa noche lloré encerrada en mis aposentos, no tenía ganas de ver a nadie, no podía resignarme a ser solo la esposa de un hombre importante, quería una vida propia, merecía una vida en libertad.
—Aquí está su cena señorita Hana-Rhee — dijo dejando la charola sobre la mesa de noche y mirando al piso.
—Eun-Ji ¿Por qué la clase social nos impide ser amigas? —Le pregunté, pero ni ella ni yo teníamos la respuesta, las reglas de la sociedad eran tan absurdas que yo nunca las iba a terminar de entender.
Nuestras miradas se cruzaron por un segundo, luego ella miró al piso como si mis ojos la lastimaran. Pude ver la inflamación bajo sus párpados por haber llorado tanto y estoy segura de que ella vio lo mismo en los míos.
Faltaban solo dos semanas para mi boda cuando mi padre cayó enfermo víctima de un evento cerebral vascular que le paralizó medio cuerpo y fue trasladado a una clínica de rehabilitación. En un lenguaje deficiente me ordenó que honrara su palabra y que me casara con Seung – Yi.
En mis planes no estaba el casarme, sabía que le iba a causar un gran disgusto a mi padre y que iba a deshonrar a mi familia, pero yo había tomado la decisión de escapar. Tenía un dinero ahorrado y había conseguido un boleto de avión para ir a América, pero con la enfermedad de mi padre todo se complicó.
Mi padre siempre fue para mí sinónimo de fortaleza, verlo así, tan vulnerable y sin esperanzas de recuperarse, evitó que yo cumpliera mis planes de huir, con lágrimas en los ojos hice pedazos el boleto de avión, tenía que encontrar otra forma para honrar la palabra de mi padre, pero sin tener que casarme con ese hombre.
A tres días de mi boda, todavía no encontraba una solución, hasta que una mañana, al ver entrar a Eun-Ji con el desayuno, un rayo de luz me iluminó.
—¿En verdad quieres dejar de ser una sirvienta? —Le pregunté y pude ver que sus mejillas se sonrojaban.
—Servir a su familia es un trabajo muy honorable señorita Hana-Rhee.
—¿Y no te gustaría más, que fueras tú, a quien le sirvieran? ¿Y si yo te dijera que puedo hacer que te conviertas en una gran señora? Podrías ir a la universidad y aprender todo lo que quieras, sé que te gustan las artes, la música y la danza.
—Eso es imposible señorita Hana-Rhee, yo no puedo pagar una universidad privada, tendré que esperar a presentar el Suneung en la próxima oportunidad.
—Escúchame bien Eun-Ji, si haces lo que yo te diga, te convertirás en la esposa de un hombre rico y poderoso y estoy segura de que él no te negará el permiso para estudiar en la universidad privada de las artes.
—Creo que la enfermedad de su padre le ha afectado también su cabeza señorita —sonrió sin atreverse a mirarme a los ojos.
—Estoy hablando muy seriamente, escucha mi plan con atención y te aseguro que las dos, obtendremos una recompensa.
No fue difícil convencer a mi sirvienta de que tomara mi lugar, una joven talentosa y con ganas de conocer el mundo más allá de las labores domésticas propias de la servidumbre.
Fueron dos días los que estuvimos encerradas en mi habitación planeándolo todo, lo más difícil fue hacer que dejara la actitud de sumisión, aunque le iba a resultar de mucha ayuda cuando estuviera frente a Seung – Yi
—Pase lo que pase, no te puedes enamorar de él —le dije— si en algún momento nos descubre, te daré dinero para que vayas a América y puedas seguir con tus estudios ¿entendiste?
Un día antes de la boda un lujoso automóvil con chofer llegó a recoger a la señorita Hana-Rhee para llevarla a la casa de su nueva familia. Vestida con mis ropas y llevando una maleta con mis pertenencias, mi sirvienta subió al auto, convertida en la mujer que ocuparía mi lugar.
Desde la ventana la vi partir, ahora yo era libre, podía hacer con mi vida lo que quisiera, aunque tenía que estar pendiente de ella, un error de su parte podría convertirse en una deshonra para mi familia.
Siempre soñé con el día en que pudiera escapar a mi destino y dejar de ser una sirvienta, mis sueños se vieron truncados cuando recibí el resultado del Suneung y supe que no podría ir a la universidad. Resignarme no era una opción, al contrario, prefería cualquier cosa, incluso morir antes que conformarme con dedicar mi vida al servicio doméstico.Mi madre solía decir que debía aceptar mi destino; pero, yo sabía que la vida no me podía condenar a la esclavitud.Siempre adopté una actitud sumisa porque así fui educada, obligada a inclinar la cabeza frente a los señores, aún cuando en realidad mis sueños eran salir de ahí y convertirme en una gran señora.La idea de la señorita Hana-Rhee parecía descabellada; no obstante, yo en ese punto de mi vida estaba dispuesta a lo que fuera, con tal de salir de ese lugar. Estaba cansada de servir, de lavar platos y de recibir humillaciones que ni siquiera venían de los amos de la casa, sino de los sirvientes de alto rango y mayor edad en la propie
—Seung-Yi, ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar disfrutando de tu noche de bodas?—Preguntó Soo-Min cuando entró por la puerta de mi despacho.—Tú sabes que esa boda no significa nada para mí, fue solo un contrato de negocios— Le contesté a mi mejor amigo, al tiempo que le servía una copa de soju (bebida alcoholica corena parecida al vodka)—Lo sé, pero aún así, es tu deber procrear descendencia para tu linaje— lo miré y puse los ojos en blanco. Estaba cansado de escuchar a todas horas lo que era mi deber.Casarme con esa mujer que me fue destinada desde el día en que nació ya era demasiado, como para que pretendieran que sin haberla visto nunca la embarazara en la noche de bodas.—Por favor Soo-Min estoy cansado de escuchar la letanía de todo lo que debo hacer por el honor de la familia y para asegurar la descendencia y toda esa cantaleta sobre el linaje y las buenas costumbres. ¡Tú no por favor! — Le reproché.Soo-Min no solo era mi mejor amigo, también era el vicepresidente de la com
Abrirme paso entre la multitud fue toda una odisea, era temporada vacacional y cientos de estudiantes querían aprovechar el tiempo antes de sumergirse entre libros y obligaciones estudiantiles. Tuve suerte en conseguir un vuelo de último momento.Nunca antes había sido tan complicado recoger el equipaje, la gente tenía prisa y se empujaban unos a otros tratando de alcanzar sus maletas sobre la cinta corrediza. Vi mi maleta y me abrí paso casi atropellando a una mujer que solo estorbaba y parecía perdida; pero, un hombre tomó la maleta y se la llevó. Supuse que esa no era la mía y tuve que seguir esperando.Después de una larga espera mi maleta salió entre el último equipaje sobre el riel. Respiré profundo aliviada porque pensé que lo había extraviado.Había tomado un vuelo de último minuto y no tenía un plan de viaje. Por un momento me sentí asustada, en un lugar que no conocía y sin una reservación de hotel, pero al mismo tiempo ese miedo se convirtió en una emoción indescriptible. E
Supuse que conocería a mi esposo en en el viaje de bodas, aunque me pareció muy extraño que entre la lista de mis actividades para el viaje incluían la compañía de una sirvienta.Muy temprano me indicaron que ya estaba listo el chofer para llevarme al aeropuerto. Estaba emocionada y al mismo tiempo muy nerviosa porque era la primera vez que viajaría en un avión y por supuesto, la primera vez que salía de viaje.Nunca antes pude tomar vacaciones porque cuando no estaba en el bachillerato estudiando, estaba ayudando a mi madre con las actividades domésticas en la mansión Rhee. Uno de mis grandes sueños era conocer el mar y cuando leí que el viaje de bodas sería en una playa comencé a pensar que mis ancestros me bendijeron al tomar el lugar que Hana-Rhee había despreciado.Tomé el telefono móvil y leí su nombre, era el único contacto que tenía registrado, ella me compró el teléfono para estar en comunicación conmigo por si en algún momento nos descubrían o si debíamos cambiar de lugar. E
Estaba tan nerviosa con el intercambio del equipaje que no pude dormir, recordaba el momento de la boda y por más que trataba de dibujar en mi mente el rostro de Seung-Yi no podía imaginarme como era en realidad.Solo su mejilla y lo terso de su blanca piel, pero no sabía como eran sus ojos, su boca, ni mucho menos su voz. Esperaba que no se tratara de la misma persona sería demasiada coincidencia.Me miré al espejo y arreglé mi cabello lo mejor que pude, lo había cortado en estilo “bob”, así que lo metí detras de mis orejas ya que que mi secador de pelo estaba en mi maleta y no tenía manera de darle forma. Tampoco tenía maquillaje porque no solía utilizarlo y tampoco tenía ropa para cambiarme así que alisé mi camiseta y mis pantalones con las mano. Lamenté no haber elegido mejor mi ropa para el viaje, quería estar cómoda en el avión y más que una señorita parecía un niño en plena pubertad. Respiré profundo antes de salir a mi encuentro con aquél desconocido.Miré la hora en el móvil,
—¿¡Qué hiciste qué!? ¿Cómo que invitaste a una mujer a cenar? Seung-Yi ¿Acaso olvidaste que ya estás casado?— Me cuestionó Soo-Min cuando le dije que iba a cenar con la mujer que se había llevado mi equipaje por error.—¡Tranquilo! Solo se trata de una cena de agradecimiento por haber devuelto mi maleta, de haberse extraviado habríamos perdido un negocio muy importante— Traté de tranquilizarlo porque me miraba como si me hubiera encontrado con mi amante.—¿No has pensado que esa mujer tal vez sabe quién eres tú? ¿Quizá se llevó tu equipaje a propósito para acercarse a ti y tratar de seducirte— dijo muy serio, Soo-Min era muy desconfiado, él ya había tenido que pagar algunos chantajes a mujeres que querían aprovecharse de su posición para obtener ventajas económicas.—Eun-Ji no es el tipo de mujer como las que tú acostumbras tratar, es casi una chiquilla o mejor dicho, un chico. No se trata de una súper modelo o de una gran actriz de moda. Es una joven común y corriente, no creo que te
Pasé el día en la piscina del hotel y luego me metí en el SPA, quería verme muy bonita para la cita. No quería que se quedara con la impresión de verme como un chico, así que me ocupé de que me arreglaran las uñas, me hicieran una limpieza facial y me peinaran el cabello.Revisé mi maleta y no llevaba nada adecuado para una cena formal, así que fui a la boutique del hotel para elegir un vestido. Casi me desmayo al ver lo costosos que eran y la empleada vio la preocupación en mi rostro. Yo estaba acostumbrada a comprar sin mirar el costo de las cosas, pero ya no podía darme ese lujo si quería que el dinero me durara al menos hasta que terminara la universidad y conseguía un empleo y ya me había dado el lujo de pagar otra noche en ese hotel tan caso.—¡Ah, señorita! ¿Me permite darle un consejo? — dijo la empleada en voz bajita para que nadie la escuchara — A doscientos metros del hotel sobre esta misma calle, hay una tienda de una marca reconocida, tiene anuncios de grandes descuentos
—¿Señor Seung-Yi?—Pregunté mirando al piso, no era correcto mirar a un hombre a la cara aunque quería hacerlo, porque mis ojos querían encontrarse de nuevo con los suyos.—Lo siento señora...¿Nos conocemos?— Preguntó y giró su cuerpo para quedar de frente al mío.Levanté la mirada despacito como prolongando el tiempo para disfrutar al máximo ver mi imagen reflejada en esos hermosos ojos del color del plomo.—Soy Eun-Ji y teníamos una cita para cenar esta noche— Quise mantener la boca cerrada al encontrarme con sus ojos, pero mis labios se entreabrieron y mi mirada recorrió su rostro hasta posarse sobre la suya.Sus labios abiertos me indicaron lo sorprendido que estaba al darse cuenta de que tenía enfrente a una mujer y no al chico desaliñado que había visto esa mañana.—Se-señorita Eun-Ji—Balbuceó recorriendo mi cuerpo y mi rostro con la mirada como si no pudiera creer lo que estaba mirando — Me disculpo por no haber llegado a nuestra cita, un contratiempo de negocios me lo impidió.