Estaba tan nerviosa con el intercambio del equipaje que no pude dormir, recordaba el momento de la boda y por más que trataba de dibujar en mi mente el rostro de Seung-Yi no podía imaginarme como era en realidad.
Solo su mejilla y lo terso de su blanca piel, pero no sabía como eran sus ojos, su boca, ni mucho menos su voz. Esperaba que no se tratara de la misma persona sería demasiada coincidencia.
Me miré al espejo y arreglé mi cabello lo mejor que pude, lo había cortado en estilo “bob”, así que lo metí detras de mis orejas ya que que mi secador de pelo estaba en mi maleta y no tenía manera de darle forma. Tampoco tenía maquillaje porque no solía utilizarlo y tampoco tenía ropa para cambiarme así que alisé mi camiseta y mis pantalones con las mano. Lamenté no haber elegido mejor mi ropa para el viaje, quería estar cómoda en el avión y más que una señorita parecía un niño en plena pubertad. Respiré profundo antes de salir a mi encuentro con aquél desconocido.
Miré la hora en el móvil, faltaban veinte minutos para la hora acordada pero quería adelantarme para estar ahí antes de que ese hombre apareciera.
Me escondí detrás de una columna desde donde podía ver ver hacia la entrada principal del hotel, la recepción estaba vacía, solo los empleados detrás de la recepción atendiendo el teléfono y una pareja de occidentales que estaban registrando su llegada.
Coloqué mi rodilla sobre el borde de la jardinera para alcanzar a ver mejor ya que el follaje era denso y yo no era precisamente alta, mi talla era mas bien pequeña, muy por debajo de la estatura promedio de las mujeres coreanas que alcanzaban hasta 1.69 m. Yo apenas llegaba a 1.59 m.
—¿Señor Eun-Ji?— Preguntó la voz masculina detrás de mí haciéndome saltar del susto y provocando que perdiera el equilibrio al intentar incorporarme.
Los brazos de ese hombre me sostuvieron en el aire evitando que cayera al piso. Sus ojos y los míos se detuvieron por un instante haciéndome sonrojar por la bochornosa situación.
—Se-señorita Eun-Ji—corregí haciéndole notar que estaba equivocado, quizá mi atuendo parecía el de un muchacho, pero tampoco era para que me llamara señor, aunque claro, el nombre era mixto y podía utilizarse tanto para hombre, como para mujer.
—Lo siento, señorita. Perdón yo pensé que...— Se disculpó pero luego se ruborizó al darse cuenta de que todavía me sostenía por la cintura y ya no corría ningún riego de caer porque ya tenía los pies bien puestos en el piso.
—Sí, lo disculpo, es comprensible la equivocación— dije inclinando un poco la cabeza, ya en el avión y un empleado del hotel me habían confundido con chico y era también por la ropa, el corte de cabello y las zapatillas deportivas.
—Supe que se trataba de usted porque esa es mi maleta— señaló el equipaje que estaba en el piso y dio un paso atrás para poner distancia entre nosotros, ya que habíamos quedado demasiado cerca.
—¡Y esa es la mía!—Exclamé y caminé hacia ella con la intención de tomarla y salir corriendo. Algo me detuvo, quise mirarlo de nuevo. Era un hombre muy guapo, alto, esbelto, su piel era tersa y se veía muy suave. Sus ojos eran de un color que no era muy común, parecían del color del plomo y reflejaban una especie de tristeza o desencanto. Su boca era pequeña y muy definida y sus labios eran de un rosa tan pálido que no pude evitar mirarlos con detenimiento.
Me sonrojé al percatarme que no estaba teniendo ninguna prudencia, pero ese hombre era perfecto, era como un ángel, solo le hacían falta las alas y no sé, quizá las tenía escondidas detrás de su espalda.
—Ha sido una coincidencia que estemos hospedados en el mismo hotel, señorita Eun-Ji, quizá me permita invitarla a desayunar para agradecerle que devolviera mi equipaje, hay algo en mi maleta muy importante para mí — ¿Desayunar con él? Me quedé muda al escuchar su proposición.
Mi cabeza en ese momento se dividió en dos voces que me gritaban fuerte al oído, una parte me decía que sí, que no quería dejar de admirar la belleza de ese hombre. Pero la otra me hizo mirarme en el espejo que estaba en la columna y que me devolvía mi imagen de adolescente desaliñado.
Me comparé con él, enfundado en un traje que aunque le quedaba un poco grande, se le veía perfecto. Era obvio que era de un diseñador importante, mi atuendo no era el correcto para ir a desayunar en ese momento.
Recordé que estaba decidida a cambiarme de hotel para buscar uno más económico, pero pensé que tal vez podría darme el lujo de pagar una noche más.
—No puedo desayunar con usted— dije agachando la mirada.
—¡Oh! Lo siento si fue una falta de respeto de mi parte por el atrevimiento de invitarla— dijo apenado como si hubiera cometido un delito.
—No, no, no me malinterprete, es usted muy amable, es que en este momento estoy ocupada—mentí —Pero tal vez podríamos cenar —dije mordiéndome los labios por mi atrevimiento tan desvergonzado y porque era la primera vez que me atrevía a hablarle así a un hombre.
—¿Cenar?—pude ver la duda en su pregunta, me ruboricé, porque quizá había pensado que era una chica muy atrevida.
—¡No! No me malinterpretes, es solo que yo...—me apresuré a disculparme aunque no sabía ni qué decir.
—¡Está bien! Cenemos esta noche, creo que podré arreglarlo—me dijo con una sonrisa que hizo que me temblaran las piernas.
—¿A las siete en el restaurante del hotel?—Dije con toda la naturalidad que pude tratando de verme como una mujer experimentada.
—¡Ahí estaré!— dijo y tomé mi maleta para correr hacia el ascensor.
Mi corazón estaba tan acelerado que sentía que se iba a salir por mi boca, las manos me temblaban al igual que mis piernas. No, no podía ser el mismo Seung-Yi, un hombre casado no podía haber hecho una cita con otra mujer en su viaje de bodas. Estaba segura de que el nombre, era solo una coincidencia.
—¿¡Qué hiciste qué!? ¿Cómo que invitaste a una mujer a cenar? Seung-Yi ¿Acaso olvidaste que ya estás casado?— Me cuestionó Soo-Min cuando le dije que iba a cenar con la mujer que se había llevado mi equipaje por error.—¡Tranquilo! Solo se trata de una cena de agradecimiento por haber devuelto mi maleta, de haberse extraviado habríamos perdido un negocio muy importante— Traté de tranquilizarlo porque me miraba como si me hubiera encontrado con mi amante.—¿No has pensado que esa mujer tal vez sabe quién eres tú? ¿Quizá se llevó tu equipaje a propósito para acercarse a ti y tratar de seducirte— dijo muy serio, Soo-Min era muy desconfiado, él ya había tenido que pagar algunos chantajes a mujeres que querían aprovecharse de su posición para obtener ventajas económicas.—Eun-Ji no es el tipo de mujer como las que tú acostumbras tratar, es casi una chiquilla o mejor dicho, un chico. No se trata de una súper modelo o de una gran actriz de moda. Es una joven común y corriente, no creo que te
Pasé el día en la piscina del hotel y luego me metí en el SPA, quería verme muy bonita para la cita. No quería que se quedara con la impresión de verme como un chico, así que me ocupé de que me arreglaran las uñas, me hicieran una limpieza facial y me peinaran el cabello.Revisé mi maleta y no llevaba nada adecuado para una cena formal, así que fui a la boutique del hotel para elegir un vestido. Casi me desmayo al ver lo costosos que eran y la empleada vio la preocupación en mi rostro. Yo estaba acostumbrada a comprar sin mirar el costo de las cosas, pero ya no podía darme ese lujo si quería que el dinero me durara al menos hasta que terminara la universidad y conseguía un empleo y ya me había dado el lujo de pagar otra noche en ese hotel tan caso.—¡Ah, señorita! ¿Me permite darle un consejo? — dijo la empleada en voz bajita para que nadie la escuchara — A doscientos metros del hotel sobre esta misma calle, hay una tienda de una marca reconocida, tiene anuncios de grandes descuentos
—¿Señor Seung-Yi?—Pregunté mirando al piso, no era correcto mirar a un hombre a la cara aunque quería hacerlo, porque mis ojos querían encontrarse de nuevo con los suyos.—Lo siento señora...¿Nos conocemos?— Preguntó y giró su cuerpo para quedar de frente al mío.Levanté la mirada despacito como prolongando el tiempo para disfrutar al máximo ver mi imagen reflejada en esos hermosos ojos del color del plomo.—Soy Eun-Ji y teníamos una cita para cenar esta noche— Quise mantener la boca cerrada al encontrarme con sus ojos, pero mis labios se entreabrieron y mi mirada recorrió su rostro hasta posarse sobre la suya.Sus labios abiertos me indicaron lo sorprendido que estaba al darse cuenta de que tenía enfrente a una mujer y no al chico desaliñado que había visto esa mañana.—Se-señorita Eun-Ji—Balbuceó recorriendo mi cuerpo y mi rostro con la mirada como si no pudiera creer lo que estaba mirando — Me disculpo por no haber llegado a nuestra cita, un contratiempo de negocios me lo impidió.
—N-no creo que sea correcto que entre en mi habitación señor Seung-Yi. Le agradezco la cena y lo disculpo por haberme dejado esperando, pero será mejor que hablemos en otra ocasión— dije al fin aunque por dentro me moría de ganas de decirle que sí, que entrara porque quería seguir mirándome en sus ojos y escuchando su voz.Sabía que si lo dejaba entrar no podría contenerme y podría pasar cualquier cosa. Me ruboricé solo de pensarlo. Sabía que a mi edad muchas chicas ya habían perdido su virginidad, pero yo siempre quise que ese día fuera por amor. Ese fue uno de los motivos que me orillaron a escapar de mi destino, no me resignaba a cumplir con mis deberes de esposa en el ámbito sexual con un hombre que no había visto nunca y que no sabía si iba a gustarme siquiera.—Entiendo señorita Eun-Ji, discúlpe otra vez por mi atrevimiento, es solo que...me gustaría conocerla mejor. ¿Estará todavía más tiempo en Shanghái? ¿Seguirá hospedada en este hotel?— Sus preguntas me hicieron replantearme
—Seun-Yi es mi deber como amigo decirte que estás jugando con fuego y te vas a quemar— fueron las palabras Soo-Min cuando le dije que me había comprometido a ser el guía de Eun-Ji en su recorrido por Shanghái.Miré por la ventana, las luces de la ciudad me invitaban a la libertad. Respiré profundamente, estaba casado, sí, debía cumplir con mi honor y engendrar un heredero para mi familia, sí, pero, ¿acaso no merecía un poco de felicidad antes de condenar mi vida al infierno marital?No me habían dado opción para elegir a mi esposa, a la mujer con la que iba a compartir el resto de mi vida. Me había casado con la mujer que eligieron mis padres y a cambio yo solo pedía una semana, una semana para sentirme libre.—Será como una despedida de soltero, solo una semana de diversión y nunca más volveré a verla— dije y cerré los ojos para recordar el rostro de esa mujer que me había impresionado solo con verla, incluso cuando pensé que era un muchacho.—Solo espero que no te arrepientas de lo
Me avergonzaba un poco que Seung-Yi me recogiera en un hotel tan modesto, pero esperaba que no fuera de esas personas que le daban tanta importancia al dinero y al estatus social. Todo el día estuve pensando en la manera de decirle que al volver a Corea no podría volver a verlo. No quería entusiasmarme mucho con él. Estaba dispuesta a enfocarme en mis estudios y en no pensar en el amor aún cuando me gustaba demasiado.La recepcionista me llamó para decirme que un hombre preguntaba por mí en el vestíbulo y las piernas me temblaron. Ese hombre me estaba provocando cosas que nunca pensé que podía sentir.Cuando salí y lo vi entrada, supe que sería muy difícil mantenerme alejada a de él, pero no podía perder la cordura, solo necesitaba pasar unas buenas vacaciones y qué mejor que en su compañía y después, ya después veríamos que sucedía.—Espero que no te moleste acompañarme a una cena en casa de un socio de negocios, me habría gustado llevarte a otro sitio, pero es un compromiso del que
Durante la cena en casa del señor y la señora Zhang, Soo-Min el amigo de Seung-Yi se acercó a mí. Seung-Yi estaba hablando con el señor Zhang de negocios y la señora Zhang había ido a la cocina a disponer que sirvieran la cena.Las palabras de Soo-Min entraron en mi cabeza de una manera que, durante toda la noche no paré de darle vueltas al asunto.—No te entusiasmes mucho con Seung-Yi, que te haya invitado esta noche no significa nada. Seung-Yi está comprometido y va a casarse muy pronto, solo se está divirtiendo contigo porque es su último viaje de soltero, pero en unos días en cuanto volvamos a Corea, no volverá a llamarte, se olvidará de ti en cuanto vuelva a ver a su prometida.Yo ya había decidido que no volvería a verlo porque pretendía ir a la universidad y enfocarme de lleno en mis estudios, así que las palabras de Soo-Min me dieron valor para no hacerme ilusiones con algo que no iba a suceder.Durante la cena no dejé de admirar a ese hombre, me gustaba mucho, más que cualqui
Después de mi aventura con Seung-Yi, me dediqué a recorrer la ciudad de Shanghái en solitario. Trataba de no pensar en él ni en lo genial que hubiera sido pasear tomada de su mano. Pero cada noche cuando volvía a mi habitación en el hotel recordaba sus manos recorriendo mi cuerpo y sus besos en mi piel.Suspiré cuando dejé las rosas china en el bote de basura, pero no pude evitar tomar una y guardarla dentro de mi libro favorito, en un acto de romanticismo quería conservar un recuerdo del hombre al que le había regalado mi primera vez.—No me arrepiento porque fue maravilloso —dije en voz alta y tomé mi maleta para volver a Corea.Cuando llegué al apatu que había alquilado fui directamente a mi habitación. Tomé el teléfono móvil y llamé a Eun-Ji, quería saber si todo marchaba bien en su matrimonio y si su esposo la trataba correctamente.No tuve ninguna respuesta, el móvil me indicaba que se encontraba apagado y supuse que probablemente todavía estaban de viaje de bodas.Revisé mi cor