Pasé el día en la piscina del hotel y luego me metí en el SPA, quería verme muy bonita para la cita. No quería que se quedara con la impresión de verme como un chico, así que me ocupé de que me arreglaran las uñas, me hicieran una limpieza facial y me peinaran el cabello.Revisé mi maleta y no llevaba nada adecuado para una cena formal, así que fui a la boutique del hotel para elegir un vestido. Casi me desmayo al ver lo costosos que eran y la empleada vio la preocupación en mi rostro. Yo estaba acostumbrada a comprar sin mirar el costo de las cosas, pero ya no podía darme ese lujo si quería que el dinero me durara al menos hasta que terminara la universidad y conseguía un empleo y ya me había dado el lujo de pagar otra noche en ese hotel tan caso.—¡Ah, señorita! ¿Me permite darle un consejo? — dijo la empleada en voz bajita para que nadie la escuchara — A doscientos metros del hotel sobre esta misma calle, hay una tienda de una marca reconocida, tiene anuncios de grandes descuentos
—¿Señor Seung-Yi?—Pregunté mirando al piso, no era correcto mirar a un hombre a la cara aunque quería hacerlo, porque mis ojos querían encontrarse de nuevo con los suyos.—Lo siento señora...¿Nos conocemos?— Preguntó y giró su cuerpo para quedar de frente al mío.Levanté la mirada despacito como prolongando el tiempo para disfrutar al máximo ver mi imagen reflejada en esos hermosos ojos del color del plomo.—Soy Eun-Ji y teníamos una cita para cenar esta noche— Quise mantener la boca cerrada al encontrarme con sus ojos, pero mis labios se entreabrieron y mi mirada recorrió su rostro hasta posarse sobre la suya.Sus labios abiertos me indicaron lo sorprendido que estaba al darse cuenta de que tenía enfrente a una mujer y no al chico desaliñado que había visto esa mañana.—Se-señorita Eun-Ji—Balbuceó recorriendo mi cuerpo y mi rostro con la mirada como si no pudiera creer lo que estaba mirando — Me disculpo por no haber llegado a nuestra cita, un contratiempo de negocios me lo impidió.
—N-no creo que sea correcto que entre en mi habitación señor Seung-Yi. Le agradezco la cena y lo disculpo por haberme dejado esperando, pero será mejor que hablemos en otra ocasión— dije al fin aunque por dentro me moría de ganas de decirle que sí, que entrara porque quería seguir mirándome en sus ojos y escuchando su voz.Sabía que si lo dejaba entrar no podría contenerme y podría pasar cualquier cosa. Me ruboricé solo de pensarlo. Sabía que a mi edad muchas chicas ya habían perdido su virginidad, pero yo siempre quise que ese día fuera por amor. Ese fue uno de los motivos que me orillaron a escapar de mi destino, no me resignaba a cumplir con mis deberes de esposa en el ámbito sexual con un hombre que no había visto nunca y que no sabía si iba a gustarme siquiera.—Entiendo señorita Eun-Ji, discúlpe otra vez por mi atrevimiento, es solo que...me gustaría conocerla mejor. ¿Estará todavía más tiempo en Shanghái? ¿Seguirá hospedada en este hotel?— Sus preguntas me hicieron replantearme
—Seun-Yi es mi deber como amigo decirte que estás jugando con fuego y te vas a quemar— fueron las palabras Soo-Min cuando le dije que me había comprometido a ser el guía de Eun-Ji en su recorrido por Shanghái.Miré por la ventana, las luces de la ciudad me invitaban a la libertad. Respiré profundamente, estaba casado, sí, debía cumplir con mi honor y engendrar un heredero para mi familia, sí, pero, ¿acaso no merecía un poco de felicidad antes de condenar mi vida al infierno marital?No me habían dado opción para elegir a mi esposa, a la mujer con la que iba a compartir el resto de mi vida. Me había casado con la mujer que eligieron mis padres y a cambio yo solo pedía una semana, una semana para sentirme libre.—Será como una despedida de soltero, solo una semana de diversión y nunca más volveré a verla— dije y cerré los ojos para recordar el rostro de esa mujer que me había impresionado solo con verla, incluso cuando pensé que era un muchacho.—Solo espero que no te arrepientas de lo
Me avergonzaba un poco que Seung-Yi me recogiera en un hotel tan modesto, pero esperaba que no fuera de esas personas que le daban tanta importancia al dinero y al estatus social. Todo el día estuve pensando en la manera de decirle que al volver a Corea no podría volver a verlo. No quería entusiasmarme mucho con él. Estaba dispuesta a enfocarme en mis estudios y en no pensar en el amor aún cuando me gustaba demasiado.La recepcionista me llamó para decirme que un hombre preguntaba por mí en el vestíbulo y las piernas me temblaron. Ese hombre me estaba provocando cosas que nunca pensé que podía sentir.Cuando salí y lo vi entrada, supe que sería muy difícil mantenerme alejada a de él, pero no podía perder la cordura, solo necesitaba pasar unas buenas vacaciones y qué mejor que en su compañía y después, ya después veríamos que sucedía.—Espero que no te moleste acompañarme a una cena en casa de un socio de negocios, me habría gustado llevarte a otro sitio, pero es un compromiso del que
Durante la cena en casa del señor y la señora Zhang, Soo-Min el amigo de Seung-Yi se acercó a mí. Seung-Yi estaba hablando con el señor Zhang de negocios y la señora Zhang había ido a la cocina a disponer que sirvieran la cena.Las palabras de Soo-Min entraron en mi cabeza de una manera que, durante toda la noche no paré de darle vueltas al asunto.—No te entusiasmes mucho con Seung-Yi, que te haya invitado esta noche no significa nada. Seung-Yi está comprometido y va a casarse muy pronto, solo se está divirtiendo contigo porque es su último viaje de soltero, pero en unos días en cuanto volvamos a Corea, no volverá a llamarte, se olvidará de ti en cuanto vuelva a ver a su prometida.Yo ya había decidido que no volvería a verlo porque pretendía ir a la universidad y enfocarme de lleno en mis estudios, así que las palabras de Soo-Min me dieron valor para no hacerme ilusiones con algo que no iba a suceder.Durante la cena no dejé de admirar a ese hombre, me gustaba mucho, más que cualqui
Después de mi aventura con Seung-Yi, me dediqué a recorrer la ciudad de Shanghái en solitario. Trataba de no pensar en él ni en lo genial que hubiera sido pasear tomada de su mano. Pero cada noche cuando volvía a mi habitación en el hotel recordaba sus manos recorriendo mi cuerpo y sus besos en mi piel.Suspiré cuando dejé las rosas china en el bote de basura, pero no pude evitar tomar una y guardarla dentro de mi libro favorito, en un acto de romanticismo quería conservar un recuerdo del hombre al que le había regalado mi primera vez.—No me arrepiento porque fue maravilloso —dije en voz alta y tomé mi maleta para volver a Corea.Cuando llegué al apatu que había alquilado fui directamente a mi habitación. Tomé el teléfono móvil y llamé a Eun-Ji, quería saber si todo marchaba bien en su matrimonio y si su esposo la trataba correctamente.No tuve ninguna respuesta, el móvil me indicaba que se encontraba apagado y supuse que probablemente todavía estaban de viaje de bodas.Revisé mi cor
Una semana de vacaciones en la playa a todo lujo, me confirmó que había nacido para esta vida. Era lo que siempre había soñado, ser yo quien, con solo levantar la mano, pudiera tener todo lo que quisiera.Mi esposo no se había comunicado conmigo, no lo había vuelto a ver desde el día de la boda, pero en mi interior sabía lo que tenía que hacer. Tenía que conseguir que el matrimonio se consumara apenas tuviera la oportunidad.Concebir un hijo de Seung-Yi, me iba a garantizar mantener mi nuevo estatus social para siempre. Estaba segura que una familia tan importante, no dejaría que su descendiente creciera lejos del seno familiar.Me miré al espejo y me di cuenta de que mi apariencia había cambiado mucho. Vestir ropas elegantes, maquillaje y peinado de estilistas profesionales me habían quitado esa imagen de niña sumisa e introvertida que siempre mantuve por mi condición de sirvienta.Ahora me veía igual a la verdadera Hana-Rhee, con esa ropa de diseñador y el nuevo corte de cabello. Es