Abrirme paso entre la multitud fue toda una odisea, era temporada vacacional y cientos de estudiantes querían aprovechar el tiempo antes de sumergirse entre libros y obligaciones estudiantiles. Tuve suerte en conseguir un vuelo de último momento.
Nunca antes había sido tan complicado recoger el equipaje, la gente tenía prisa y se empujaban unos a otros tratando de alcanzar sus maletas sobre la cinta corrediza. Vi mi maleta y me abrí paso casi atropellando a una mujer que solo estorbaba y parecía perdida; pero, un hombre tomó la maleta y se la llevó. Supuse que esa no era la mía y tuve que seguir esperando.
Después de una larga espera mi maleta salió entre el último equipaje sobre el riel. Respiré profundo aliviada porque pensé que lo había extraviado.
Había tomado un vuelo de último minuto y no tenía un plan de viaje. Por un momento me sentí asustada, en un lugar que no conocía y sin una reservación de hotel, pero al mismo tiempo ese miedo se convirtió en una emoción indescriptible. Era la primera vez que hacía algo tan descabellado y se sentía demasiado bien ser libre.
Salí caminando con mi maleta en mano y pedí un taxi, por fortuna mi familia me obligó a estudiar idiomas desde muy pequeña y el mandarín estándar era uno de mis favoritos. Estaba orgullosa de la fluidez con la que podía comunicarme y si en algún momento me sentía insegura, también podía recurrir al inglés.
Le pedí al conductor que me llevara a un hotel, estaba ansiosa por instalarme y por comenzar a recorrer la ciudad.
Durante el trayecto, parecía una niña que salía de casa por primera vez. Cuando era pequeña y mi madre vivía, mi padre solía llevarnos con él cuando salía de viaje por negocios; pero, siempre debía comportarme como una señorita educada y en Corea la educación va de la mano con la sumisión. Caminar o viajar en coche era ir con la mirada al frente o mirando hacia al piso sobre todo en presencia de personas mayores.
Comencé a sentirme intimidada cuando me di cuenta que conseguir una habitación no iba a ser tan fácil, no tenía reservación y tuve que recorrer la ciudad yendo de uno a otro tratando de encontrar un lugar para hospedarme.
Tuve que hospedarme en el Bulgari hotel Shanghái, era muy costoso y yo no tenía intenciones de derrochar el dinero porque ya no era la heredera de la familia Rhee, aun cuando había retirado suficientes fondos para vivir cómodamente durante algunos años, tenía que ser cuidadosa o me iba a quedar en la miseria.
Decidí que solo pagaría una noche y luego al siguiente día buscaría una habitación más económica, por el momento quería descansar, darme una ducha y comer algo porque mi estómago me gritaba que lo alimentara pronto.
Sentí una gran vergüenza cuando estaba llenando la ficha de registro en el hotel, mi estómago rugió tan fuerte que el recepcionista se comenzó a reír y tuvo que fingir que no había sido por el sonido que salió de mi estómago.
Subí a mi habitación para ducharme y cambiarme de ropa, lo único en lo que pensaba era en comer, y no podía esperar, así que pedí servicio a la habitación para que llegara en lo que yo terminaba de ducharme.
Salí envuelta en la toalla y me llevé una gran sorpresa al intentar abrir mi maleta —¡Tchona!— exclamé cuando vi la etiqueta de la maleta y me di cuenta de que no era la mía “Seung-Yi” y un número telefónico.
No, no era posible que se tratara de la misma persona. No podía ser el único Seung-Yi en todo Corea. Me dejé caer de rodillas al piso mirando la etiqueta. ¿Sería posible que los recien casados estuvieran de viaje de bodas en Shanghái? ¿Viajamos en el mismo vuelo sin darnos cuenta? Lo más probable era que ellos hubieran tomado un vuelo en primera clase, yo había pagado un clase turista para no gastar tanto dinero y también porque era el único lugar disponible.
Los golpes en la puerta me hicieron pegar un salto, le ordené a la camarera que pasara a dejar mis alimentos.
—¿Se siente bien señorita?— Me preguntó al verme, mis manos y mis labios temblaban ya no solo por el hambre sino también por el susto.
Asentí con la cabeza y le ordené que se fuera, me abalancé sobre la comida, esperaba que eso me ayudara a sentirme mejor. Lo más probable era que el propietario quisiera recuperar su maleta, yo no tenía problema en perder la mía, no había nada de valor ahí. Mis documentos, dinero y tarjetas estaban en mi bolso de mano, en la maleta solo había ropa y zapatos.
Me vestí con la misma ropa que traía y me dejé caer sobre la cama. Tomé el teléfono móvil y estuve a punto de marcar el número de teléfono registrado en la etiqueta, pero lo dejé de inmediato botando el móvil a la cama como si eso sirviera de algo.
Me dispuse a salir a caminar, se había hecho de noche y yo no quería alejarme del hotel así que solo caminé por los jardines y los alrededores, admirando las luces de la ciudad tratando de tranquilizarme.
—Piensa, piensa—Me repetía una y otra vez. Seung-Yi no me conocía físicamente, él y yo no nos habíamos visto nuca, así que si lo veía solo para entregar su maleta, él no podía reconocerme. Yo lo vi solo de perfil el día de la boda, no había visto su rostro de frente y ni siquiera sabía si podría reconocerlo. Así que me armé de valor y volví a mi habitación dispuesta a llamarle para hacer el intercambio de maletas.
Recogí el móvil del piso y vi tres llamadas perdidas de un número desconocido, lo comparé con el de la etiqueta y no era el mismo, pero ese móvil era nuevo y la única que tenía el número y mi único contacto era Eun-Ji, así que estaba segura que se trataba de él.
Supuse que conocería a mi esposo en en el viaje de bodas, aunque me pareció muy extraño que entre la lista de mis actividades para el viaje incluían la compañía de una sirvienta.Muy temprano me indicaron que ya estaba listo el chofer para llevarme al aeropuerto. Estaba emocionada y al mismo tiempo muy nerviosa porque era la primera vez que viajaría en un avión y por supuesto, la primera vez que salía de viaje.Nunca antes pude tomar vacaciones porque cuando no estaba en el bachillerato estudiando, estaba ayudando a mi madre con las actividades domésticas en la mansión Rhee. Uno de mis grandes sueños era conocer el mar y cuando leí que el viaje de bodas sería en una playa comencé a pensar que mis ancestros me bendijeron al tomar el lugar que Hana-Rhee había despreciado.Tomé el telefono móvil y leí su nombre, era el único contacto que tenía registrado, ella me compró el teléfono para estar en comunicación conmigo por si en algún momento nos descubrían o si debíamos cambiar de lugar. E
Estaba tan nerviosa con el intercambio del equipaje que no pude dormir, recordaba el momento de la boda y por más que trataba de dibujar en mi mente el rostro de Seung-Yi no podía imaginarme como era en realidad.Solo su mejilla y lo terso de su blanca piel, pero no sabía como eran sus ojos, su boca, ni mucho menos su voz. Esperaba que no se tratara de la misma persona sería demasiada coincidencia.Me miré al espejo y arreglé mi cabello lo mejor que pude, lo había cortado en estilo “bob”, así que lo metí detras de mis orejas ya que que mi secador de pelo estaba en mi maleta y no tenía manera de darle forma. Tampoco tenía maquillaje porque no solía utilizarlo y tampoco tenía ropa para cambiarme así que alisé mi camiseta y mis pantalones con las mano. Lamenté no haber elegido mejor mi ropa para el viaje, quería estar cómoda en el avión y más que una señorita parecía un niño en plena pubertad. Respiré profundo antes de salir a mi encuentro con aquél desconocido.Miré la hora en el móvil,
—¿¡Qué hiciste qué!? ¿Cómo que invitaste a una mujer a cenar? Seung-Yi ¿Acaso olvidaste que ya estás casado?— Me cuestionó Soo-Min cuando le dije que iba a cenar con la mujer que se había llevado mi equipaje por error.—¡Tranquilo! Solo se trata de una cena de agradecimiento por haber devuelto mi maleta, de haberse extraviado habríamos perdido un negocio muy importante— Traté de tranquilizarlo porque me miraba como si me hubiera encontrado con mi amante.—¿No has pensado que esa mujer tal vez sabe quién eres tú? ¿Quizá se llevó tu equipaje a propósito para acercarse a ti y tratar de seducirte— dijo muy serio, Soo-Min era muy desconfiado, él ya había tenido que pagar algunos chantajes a mujeres que querían aprovecharse de su posición para obtener ventajas económicas.—Eun-Ji no es el tipo de mujer como las que tú acostumbras tratar, es casi una chiquilla o mejor dicho, un chico. No se trata de una súper modelo o de una gran actriz de moda. Es una joven común y corriente, no creo que te
Pasé el día en la piscina del hotel y luego me metí en el SPA, quería verme muy bonita para la cita. No quería que se quedara con la impresión de verme como un chico, así que me ocupé de que me arreglaran las uñas, me hicieran una limpieza facial y me peinaran el cabello.Revisé mi maleta y no llevaba nada adecuado para una cena formal, así que fui a la boutique del hotel para elegir un vestido. Casi me desmayo al ver lo costosos que eran y la empleada vio la preocupación en mi rostro. Yo estaba acostumbrada a comprar sin mirar el costo de las cosas, pero ya no podía darme ese lujo si quería que el dinero me durara al menos hasta que terminara la universidad y conseguía un empleo y ya me había dado el lujo de pagar otra noche en ese hotel tan caso.—¡Ah, señorita! ¿Me permite darle un consejo? — dijo la empleada en voz bajita para que nadie la escuchara — A doscientos metros del hotel sobre esta misma calle, hay una tienda de una marca reconocida, tiene anuncios de grandes descuentos
—¿Señor Seung-Yi?—Pregunté mirando al piso, no era correcto mirar a un hombre a la cara aunque quería hacerlo, porque mis ojos querían encontrarse de nuevo con los suyos.—Lo siento señora...¿Nos conocemos?— Preguntó y giró su cuerpo para quedar de frente al mío.Levanté la mirada despacito como prolongando el tiempo para disfrutar al máximo ver mi imagen reflejada en esos hermosos ojos del color del plomo.—Soy Eun-Ji y teníamos una cita para cenar esta noche— Quise mantener la boca cerrada al encontrarme con sus ojos, pero mis labios se entreabrieron y mi mirada recorrió su rostro hasta posarse sobre la suya.Sus labios abiertos me indicaron lo sorprendido que estaba al darse cuenta de que tenía enfrente a una mujer y no al chico desaliñado que había visto esa mañana.—Se-señorita Eun-Ji—Balbuceó recorriendo mi cuerpo y mi rostro con la mirada como si no pudiera creer lo que estaba mirando — Me disculpo por no haber llegado a nuestra cita, un contratiempo de negocios me lo impidió.
—N-no creo que sea correcto que entre en mi habitación señor Seung-Yi. Le agradezco la cena y lo disculpo por haberme dejado esperando, pero será mejor que hablemos en otra ocasión— dije al fin aunque por dentro me moría de ganas de decirle que sí, que entrara porque quería seguir mirándome en sus ojos y escuchando su voz.Sabía que si lo dejaba entrar no podría contenerme y podría pasar cualquier cosa. Me ruboricé solo de pensarlo. Sabía que a mi edad muchas chicas ya habían perdido su virginidad, pero yo siempre quise que ese día fuera por amor. Ese fue uno de los motivos que me orillaron a escapar de mi destino, no me resignaba a cumplir con mis deberes de esposa en el ámbito sexual con un hombre que no había visto nunca y que no sabía si iba a gustarme siquiera.—Entiendo señorita Eun-Ji, discúlpe otra vez por mi atrevimiento, es solo que...me gustaría conocerla mejor. ¿Estará todavía más tiempo en Shanghái? ¿Seguirá hospedada en este hotel?— Sus preguntas me hicieron replantearme
—Seun-Yi es mi deber como amigo decirte que estás jugando con fuego y te vas a quemar— fueron las palabras Soo-Min cuando le dije que me había comprometido a ser el guía de Eun-Ji en su recorrido por Shanghái.Miré por la ventana, las luces de la ciudad me invitaban a la libertad. Respiré profundamente, estaba casado, sí, debía cumplir con mi honor y engendrar un heredero para mi familia, sí, pero, ¿acaso no merecía un poco de felicidad antes de condenar mi vida al infierno marital?No me habían dado opción para elegir a mi esposa, a la mujer con la que iba a compartir el resto de mi vida. Me había casado con la mujer que eligieron mis padres y a cambio yo solo pedía una semana, una semana para sentirme libre.—Será como una despedida de soltero, solo una semana de diversión y nunca más volveré a verla— dije y cerré los ojos para recordar el rostro de esa mujer que me había impresionado solo con verla, incluso cuando pensé que era un muchacho.—Solo espero que no te arrepientas de lo
Me avergonzaba un poco que Seung-Yi me recogiera en un hotel tan modesto, pero esperaba que no fuera de esas personas que le daban tanta importancia al dinero y al estatus social. Todo el día estuve pensando en la manera de decirle que al volver a Corea no podría volver a verlo. No quería entusiasmarme mucho con él. Estaba dispuesta a enfocarme en mis estudios y en no pensar en el amor aún cuando me gustaba demasiado.La recepcionista me llamó para decirme que un hombre preguntaba por mí en el vestíbulo y las piernas me temblaron. Ese hombre me estaba provocando cosas que nunca pensé que podía sentir.Cuando salí y lo vi entrada, supe que sería muy difícil mantenerme alejada a de él, pero no podía perder la cordura, solo necesitaba pasar unas buenas vacaciones y qué mejor que en su compañía y después, ya después veríamos que sucedía.—Espero que no te moleste acompañarme a una cena en casa de un socio de negocios, me habría gustado llevarte a otro sitio, pero es un compromiso del que