La propuesta del CEO.

Narrador omnisciente

Al entrar al salón del té, dónde la Sra. Robinson lo espera con pose digna pero despreocupada, el semblante de Alexander se endurece, la fascinación e intriga con la que venía se esfumó al ver la desfachatez de su futura suegra .

Ella sonríe con infulas de señora. Sentada de una manera que pareciera dar a entender que es dueña y señora de esa casa, solo por el hecho de que su única hija se casaría con el magnate más rico e influyente del país.

Una criada le está sirviendo té y él sonríe con cinismo.

Mirándola desde el umbral Alexander siente una molestia recorrer su cuerpo. Su cara se tensa y su ceño se frunce. Esto, una vez más, no le hizo ninguna gracia, ya que ella había incumplido la cita y se había comportado con él de una forma indiscutiblemente grosera. Nadie se atrevería a faltarle así al respeto, por lo que, aunque en el fondo la que suponía señorita Adele le gustaba , era impensable que la mujer que tenía delante se convirtiera en su suegra.

Ella por fin lo mira e intenta adularlo.

—Oh, aquí está señor Brown, estuve recorriendo la mansión entera en su búsqueda para disculparme con usted. Espero no esté enojado por una pequeñez como la de hoy, aunque admito estar avergonzada.

—¿ Me estuvo buscando dice? Espero que sea verdad, me dejó esperando dos horas—dice con gesto muy ofendido.

—Le suplico que perdone nuestra tardanza, tuvimos algunos inconvenientes que nos impidieron llegar antes señor Brown.

—Le advierto que no estoy dispuesto a tolerar faltas como estas, no son pequeñeces como usted menciona, oírla decir eso con tanta ligereza me hace reconsiderar muchas cosas.

—¿Como?—dice levantándose. —De verdad quería que mi hija llegase a tiempo, ella siempre ha sido buena bailarina y con total seguridad destacaría entre todas. Pero al ver su cara y darme cuenta que esto ha Sido para usted más de lo que supuse , debo disculparme en nombre de mi hija Adele, que estaba especialmente nerviosa por asistir a este baile. Espero que la disculpe por su falta de comprensión.

—¿Está segura de que es solo problema de Adele? Pues bien, creo que las cosas han cambiado y es muy diferente ahora que cuando acordamos—Se acerca para ver el gesto de la mujer en detalle. — No creo que su hija particularmente quiera casarse conmigo, especialmente ahora que me está decepcionando deliberadamente—La señora palidece. Teme que el CEO se esté arrepintiendo del acuerdo nupcial.

—Señor, creo que si ese es el caso, no me presentaria aquí con Adele. puede echarle un vistazo. ¿Ya la vio en el patio? Es hermosa, ¿No le parece? Ah, no, el patio está demasiado lejos, le pediré a la sirvienta que la traiga para que usted la mire más de cerca sin tener que ir hasta allá—intenta ir hasta la puerta para dar orden a algún criado.

Alexander suelta aire cansado de sus petulancias. Demuestra estar convencida de sus buenas cualidades y parece restar importancia a las palabras del CEO.

—No se moleste señora Robinson. Le creo absolutamente en cuanto a la belleza de su hija. No es lo que está en duda ahora mismo, tengo otra pregunta sobre Adele—Ella se devuelve de prisa. Se coloca frente a él.

—Puede preguntar lo que quiera, responderé todas sus preguntas lo mejor posible señor Brown—El semblante de Alexander se relaja, le gusta tenerla en sus manos. Da la espalda caminando hasta una de sus obras más apreciada en la pared mientras parece analizar la pintura ,tiñendo de un absoluto misterio el salón.

—No creo que Adele sea tan vivaracha y alegre como ha relatado, al menos ahora se sienta tranquilamente en su silla, la he observado desde la ventana, dudo que pueda llegar a ser la mujer adecuada para mi, quizá no tenga las habilidades sociales que describe usted señora Robinson, entenderá que no me puedo casar con un florero que es todo apariencia y nada por dentro, creo que toda su alocución sobre la señorita Adele es totalmente inverosímil.

La mujer abre la boca , esta vez no fingirá estar de acuerdo con él. Eso echaría por tierra sus planes.

Alexander se sienta en el sillón observando con complacencia la reacción de la mujer que pasmada no se sienta , se queda allí al parecer asimilando la acusación tan directa del CEO. El tiempo parece detenerse mientras esta intenta tomar el control y salir de las garras de su interlocutor.

Entonces respira hondo y pareciendo haber recuperado su color natural suelta una risilla forzada. tras lo cual dirige de nuevo a él su atención.

—¿ Cómo se atreve a poner en duda las habilidades de Adele, señor Brown? Estoy segura que en toda Canadá no encontrará una esposa más idónea , Adele puede ser un florero bonito si, pero también una excelente compañera, eso jamás lo ponga en duda, no dude usted que sabe expresarse, jamás lo hará quedar en ridículo —dice mientras él CEO la observa con su dedo índice en su mejilla.

Enseguida nota que habla la desesperación en la señora Robinson.

—Si lo que usted dice es verdad, quiero comprobarlo señora Robinson. Solo necesitaré una noche con ella y así podré decidir si me conviene emparentar con ustedes.

—¿ Que quiere decir?—La señora Robinson entra en pánico, no sabe que esperar, si la propuesta le parece inaceptable a la criada, sus planes caerán a tierra. Seguramente se negará.

Él se levanta y suspira. Entonces rie de medio lado como a punto de decir la cosa más inesperada para la señora Robinson.

—Ire directo al punto señora Robinson, que Adele se quede aquí esta noche, espero inocencia de su parte, necesito una mujer honorable y a la vez decidida y valiente, solo así sabré si esto no es más que un teatro o por el contrario me habla con la verdad. Me podré dar cuenta de si Adele no solo es sumisa, sino que además en verdad tiene lo que busco. Personalidad propia y carácter junto con cordura y sensatez. Usted dice. ¿ Acepta mis términos? Sino, se pueden ir ya mismo de mi propiedad.

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