« Me muero porque ya seas mi mujer Alicia. Estaré impaciente hasta que llegues »dice. Entonces cuelgo. Limpio mis lágrimas y trato de rectificar el maquillaje. Entonces bajo las escaleras. —Estaba por subir a buscarte Alicia. Se hará tarde—dice Laura. Salma me mira impactada. Su gesto es de decepción. Subimos al auto y poco después llegamos a la iglesia. Ahí está Jack y el tío Simons quien me entregará en el altar. —Prima, luces de verdad bellísima, ese Dereck es un suertudo eh—dice Jack. El tío Simons me ofrece su brazo. —Vamos, el novio ya espera—Mamá viene detrás con Salma y los niños. La música de violines empieza a sonar y yo me esfuerzo por presentar mi mejor sonrisa, aunque por dentro me esté muriendo de la tristeza. Ya mismo estuviera a punto de subir a un avión con Alexander y mis hijos. Camino por el salón hasta que llegamos al altar y el tío me entrega con Dereck. Él sonríe tierno. Aunque luce pensativo. Al tomar su mano está bastante fría. Pienso que pudieran ser los
Un mes después. Fueron días de mucha ansiedad. No sabía nada de Alexander y eso me estaba causando mucho conflicto interior. Anhelaba poder decirle que no me había casado, pero el decidió desaparecer del planeta. Casi que me la pasaba pegada del teléfono pero empezaba a creer que nunca volvería a saber de él . Empezaba a dejar que la negatividad me dominara y a volverme una amargada resentida con mi vida. Así pasaron una, dos y varias semanas más. Mi pensamiento al despertar era él y al irme a dormir lo mismo. No sé porqué Alexander no se ha comunicado hasta ahora. Empiezo a preocuparme mucho por su seguridad. ¿ Y si le pasó algo malo? No dejaría así de llamar a los niños. Estoy muy angustiada y cada vez que él teléfono suena corro desesperada. Pero nunca es él. Los meses pasan y no sé dónde está. Y al decir verdad empiezo a sentirme muy enojada con él. …Es una ta de fría y llego de la empresa. Hoy ha sido un día arduo y decidí volver temprano. Tres reuniones con inversores me h
Pasan las horas, la niñera se encarga de los niños y yo sigo encerrada en mi habitación. Por mas que quiero no tengo ganas de nada. Menos de ver a Alexander con esa tal Ely, esta noche cuando él venga a ver a los niños. « Lo siento tanto amiga, no creí que él pudiera enamorarse de alguien más, te amaba como loco, es imposible, pero … cometieron demasiados errores Ali , perdóname pero ahora solo tendrán que asumirlo , por el bien de los niños»dice Salma al teléfono. « Yo no me casé por él, Salma ¿y así me paga? Cambiándome por una mujer que seguramente acaba de conocer, no es justo»« Algún día tú te volverás a enamorar , Alicia. Tendrás que hacerlo»dice y ya no sigo hablando. Solo lloro mientras ella se esfuerza por hacerme sentir mejor . Cosa que no consigue. Entonces me levanto , es tarde y seguramente están a punto de llegar. No sé cómo vaya a reaccionar cuando vea a esa mujer. Es una trepadora que acabó quitándome al hombre que amo. No la conozco y siento que la odio. —Mami.
Alicia—Te pagaré mucho dinero Alicia. Es tu oportunidad, no la desaproveches— Mi Ama Sra. Robinson dice mirándome.—No creo que pueda aceptarlo. De verdad lo siento.—Niego hacer algo como eso. La señora Robinson, enseguida me rodea poniéndose de nuevo frente a mi con aires de superioridad.Me llamo Alicia, soy la criada al servicio para mi Ama la señorita Robinson. Minutos antes, entré rápidamente a la habitación de mi jefa, la Sra Robinson, quien me ha mandado a llamar con urgencia para proponerme algo descabellado. —¿De verdad tu crees que es algo que yo quiero hacer? ¿Que suplantes a mi hija, la única hija del noble señor Robinson? ¿Y que en serio me apetece que visites a su espléndido prometido? Rápidamente agacho la cabeza, porque mi anfitriona está a punto de comenzar una diatriba de nuevo. —Mi hija, la heredera de toda mi fortuna.! Una niña elegante y rica a la que no pudieras ni siquiera pretender igualar jamás![...]—Si la malcriada de Adele no hubiera bebido de más con e
Alicia —No se hable más, es tu deber obedecer siempre! arréglate y cambiate de ropa en este cuarto!, enseguida te enviaré algunas cosas —La señora se marcha y es entonces cuando suelto el aire contenido. Después de la ducha, analizo las posibilidades de esta noche con el prometido de mi joven ama, que me descubra y me humille o que simplemente no lo haga y sea una buena velada. La puerta se abre de pronto , estoy envuelta en la toalla, es otra de las mucamas, Salma. Mi mejor amiga. —Ali, ¡amiga! No puedo creer lo afortunada que eres, la señora mandó a qué te colocaras todo esto, son piedras preciosas. ¿Puedes decirme qué vas a hacer? sé que algo se traen. Adele no hace más que soltar insultos en tu contra. Solo revelo una sonrisa amarga pero guardo silencio. —¿ Qué es lo que se traen la señora y tú?—insiste. —No puedo creer que te haya enviado cosas como estas. Mira este vestido. Ni en mil años tu o yo podríamos pagar uno igual—ignoro sus comentarios efusivos pues pienso que pa
Narrador omniscienteAlgunas horas antes. Las horas avanzan y el señor Brown se toma otro trago. Es su manera de desahogar la frustración por la desagradable sensación de haber sido plantado ante todos sus invitados. Mientras, aunque intenta disimular, sigue esperando que apareciera la señora Robinson y su hija, con la que había concertado una cita para esa noche.Él solo entendió que le convenía unir el treinta por ciento de las acciones Robinson a las suyas y así podría tener el control total del imperio que su padre formó con el desaparecido señor Arthur Robinson. Pero aún cuando el compromiso le conviene se encargará de que las osadas mujeres paguen por esa burla. Un poco más tarde, el hombre malhumorado por el desplante , está huyendo de Margaret su tía quien insiste en presentarle a unas señoritas de bien. Esto ha hecho que Alexander se sintiera toda la noche como si fuera un trozo de carne a las que todas desean. Una vez librado de su entrometida tía, se siente tentado a
Narrador omnisciente Al entrar al salón del té, dónde la Sra. Robinson lo espera con pose digna pero despreocupada, el semblante de Alexander se endurece, la fascinación e intriga con la que venía se esfumó al ver la desfachatez de su futura suegra . Ella sonríe con infulas de señora. Sentada de una manera que pareciera dar a entender que es dueña y señora de esa casa, solo por el hecho de que su única hija se casaría con el magnate más rico e influyente del país. Una criada le está sirviendo té y él sonríe con cinismo. Mirándola desde el umbral Alexander siente una molestia recorrer su cuerpo. Su cara se tensa y su ceño se frunce. Esto, una vez más, no le hizo ninguna gracia, ya que ella había incumplido la cita y se había comportado con él de una forma indiscutiblemente grosera. Nadie se atrevería a faltarle así al respeto, por lo que, aunque en el fondo la que suponía señorita Adele le gustaba , era impensable que la mujer que tenía delante se convirtiera en su suegra. Ella
AliciaEl frío comienza a congelar mi piel y cuando miro mi reloj noto con enojo que ha pasado una hora exactamente desde que la señora Robinson entró a la mansión, dejándome aquí botada en medio de la noche. Me levanto de la silla ya cansada de esperar y preguntándome si debo entrar, irme, o seguir en la espera. Los nervios no me abandonan como cereza del pastel. De pronto veo a un criado venir, no por mi por supuesto, sino por el perro a quien nombró Maximus. —Ven perrito has de tener frio—Le dijo. Entonces me sentí menos que un perro para estas personas. O sea ¿Estoy pintada? Tambien tengo frio. ¿ Es así como tratan a la prometida del señor? No lo soy, pero al final de cuentas es lo que ellos piensan. —Oiga—Le digo y voltea a mirarme. —¿ Me puede decir si la señora que está hablando con el señor Brown?... O sea, ¿me diría si mi madre ya ha terminado la reunión con su jefe Brown? —No me pregunte a mi. Solo soy un criado y no me meto en los asuntos del señor—dice y tomando al per