Agal:El “agal” (en árabeقال, también llamado “iqal”, “egal” o “igal”) es un accesorio utilizado generalmente por los hombres en varios países de la península arábiga. El Shemagh: es un pañuelo blanco o con un patrón a cuadros rojo y blanco. El precio de este tejido de algodón tejido varía según la calidad del hilo del que está hecho. Cuanto más se procesa el pañuelo, más caro será. Te de pasas: Los árabes suelen tomar el té con mucha azúcar, caliente y siempre con leche. Es común ofrecerlo en diversas situaciones y en diferentes horas del día. Sin más que decir, muchas gracias. Y perdón por el atraso, mis próximos proyectos solo se subirán completos.
Él había muerto mientras ella estaba en algún lugar sobre el Atlántico, probablemente poniéndose al día con viejos episodios de Grey Anatomy, él había muerto mientras estaba en lo alto del cielo, y se había preguntado si su espíritu había pasado por el avión, en su camino al cielo.No lo supo hasta que aterrizo en Abu Dabi. Nada parecía estar mal, al principio, pero una vez que el avión aterrizo y las puertas del avión se abrieron, el jefe de seguridad del país se reunió con ella, su expresión era sombría.“shayja” se dirigió a ella con la deferencia debida a su posición, como alguien que era la consorte del Rey de este país.—Debemos irnos, rápido.Estaba impaciente por estar de vuelta en el palacio ahora. Había estado en Estados Unidos con Shaina durante dos semanas, y por mucho que amaba a su hermana y adoraba pasar tiempo con ella, Zaria no tenía dudas de que su vida real estaba aquí en Abu Dhabi. Su futuro también. Su cabello negro, largo y suelto, ondeaba en el aire sofocante de
DOCE MESES DESPUES...Zaria nunca había tenido tanto miedo en su vida. Durmió en la más lujosa habitación del palacio. La trataban como a la realeza, lo cual era apropiado por que mañana se casaría con el heredero al trono de Abu Dhabi. Seria su esposa, como lo hubiera sido de ser Samir. Seria la esposa de su cuñado.Su prometido amaba a su hermano. Era un soldado, un líder, un comandante… Y vivía sobre la arena.Sus guardias y el mismo apostados en el borde de las plataformas petrolíferas protegieron la riqueza de su país con sus vidas. Decir que es como el país se mantuvo rico y sin ser tocado por los occidentales.Iba a vivir con él, tendría que acostarse con el… y darle un heredero.Cuando llego la mañana Zaria estaba muy aprensiva. Ella no sabia que esperar de él. Todo lo que sabia es que debía cumplir con la promesa hecha a Samir.Después de su comida, las consortes la ayudaron a prepararse para su boda.La sumergieron en una tina de agua lechosa, la cual tuvo que acudir durante
Estas temblando. Los labios de Issam se apretaron con impaciencia y Zaria desvió la mirada hacia él, deseando que no tuviera razón. Deseando, con todo su corazón, poder controlar los nervios que se disparaban a través de su cuerpo como chispas de electricidad.No podía, y era demasiado orgullosa para negar lo obvio. Y entonces ella inclino su barbilla desafiantemente, disparándole lo que esperaba pasara por una mirada fulminante.—Estoy al tanto.Aparentemente, su honestidad no le valió ningún punto de bonificación con el hombre, ella estaba a horas de casarse.—¿Tienes miedo de mí?Media 1.90 de altura, músculos y tendones, un guerrero con ropa de rey, un guerrero con un corazón de acero. Si. Ella estaba asustada, estaba aterrorizada. Hace años, cuando era adolescente, había accedido a casarse con su mejor amigo; había pensado que estaría caminando por el pasillo hacia el bondadoso rey Samir, que la adoraba, que le había vendado la rodilla cuando solo tenía ocho años y había corrido
Su inocencia fue sorprendentemente obvia, incluso si no hubiera conocido a tantas mujeres. La forma en que temblaba y se estremecía, la mirada de sorpresa con los ojos muy abiertos cuando su orgasmo la envolvía sintió su inexperiencia en cada cambio de expresión, cada exhalación ronca, cada minuto. El la miro fijamente mientras dormía, sus ojos devorando su imagen desnuda, su cuerpo vibraba de deseo.Issam amaba el sexo.Lo había amado desde que podía recordar.Y debido a que nunca había tenido la presión de continuar con el linaje real, había sido feliz y libre, para acostarse con quien quisiera. Samir había hecho la vista gorda ante las costumbres de su hermano menor, incluso cuando Issam sabia lo poco que lo aproaba Samir. «¿Pero dormir con esta mujer, la mujer que su hermano había amado?»Lo desgarro, estaba asqueado por la idea, peor aún, estaba asqueado por lo mucho que lo había disfrutado. Para el sexo era solo sexo, se dijo así mismo, mirando su cuerpo cremoso y desnudo, tan e
4«Habibi, anoche volví a soñar contigo. Soñé que estabas aquí, y yo estaba contigo, cabalgábamos juntos a través de las arenas del desierto. Eras como una especie de reina antigua, con tu cabello ondeando con el viento y se esparció por mi rostro. ¡Creo que podría ser porque te extraño! Dale a Shaina mi amor y apurate en volver a casa. Nuestro reino espera. Tuyo, Samir.»Zaria se despertó con un sobresalto, una fuerte sensación de opresión en el pecho, seguida de la misma sensación de dolor cegador y comprensión que casi la había estrangulado todas las mañanas durante el último año.Era la última carta que Samir le había enviado. Había leído todas sus cartas tantas veces que ahora estaban grabadas en su cerebro, lo cual era un logro, dado que había cientos de ellas.Pero ¿de qué forma podría mantener vivo a Samir que invocar sus palabras en cada oportunidad que tuvo?Mientras él vivía, ella las había guardado descuidadamente, tiradas en un cajón de su habitación. Ahora, sabiendo que
Cuando se despertó el sol se había puesto sobre las dunas en la distancia, bañando las paredes de piedra blanca de esta torre en melocotones pálidos y oro. Siempre había amado esta hora del día, por la magia que envolvía alrededor del mundo, susurrando secretos de décadas pasadas.Amaba este momento del día por su fidelidad, por su servicio, por el hecho de que los colores no habían cambiado desde su infancia. Se despertó sintiendo que podía hacer cualquier cosa, como si fuera todo poderoso. Los sentimientos era familiares para Issam; el sexo siempre lo dejaba con esta sensación de saciedad absoluta. Pero el buen sexo era aún mejor.Y la noche anterior había sido uno de los mejores de su vida.Una roca pareció atravesarlo, golpeando su pecho. Por que no acababa de acostarse con una mujer hermosa cualquiera, una mujer al azar, una fan de la realeza, o una amante dispuesta a pasar una noche en la cama del jeque.Se había acostado con la prometida de Samir. Había tomado la virginidad de
Zaria había dormido hasta tarde y se despertó hambrienta. Sentada en la cama, su cabello negro inconscientemente revuelto sobre su rostro, la sabana abrochada bajo sus brazos, firme sobre sus pecho, escudriño la habitación en busca de cualquier señal de Issam.No hubo ninguna.Con un pequeño suspiro de alivio, se envolvió la sabana con más firmeza y salió de la cama, camino lo mejor que pudo con un vestido improvisado hacia la maquina de café. Estaba tibio, presiono el botón para recalentarlo y se dirigió hacia el balcón, atraída por el brillo y el calor del día.La visión de su marido la detuvo por completo.Estaba desnudo de cintura para arriba, su cuerpo musculoso, tan tonificado y fuerte, que ella solo podía mirar. El sol bailaba sobre su piel dorada, mostrando los ángulos y planos de su pecho esculpido. Su corazón se acelero cuando sus ojos se encontraron con los de ella, y no pudo apartar la mirada, incluso cuando su pulso latía con fuerza y su corazón golpeaba contra sus costil
Cabalgo hasta que llego a un trozo de tierra… agua y arboles… Era un oasis… una laguna y una cascada. Una cueva detrás del agua en cascada.Parecía el lugar perfecto para parar. Desmonto el caballo asegurándose de amarrarlo alrededor de una palmera. Zaria no espero, se abrió camino hacia las aguas cristalinas quitándose la ropa en el proceso. Fue felicidad.No le importaba que estuviera rompiendo algunas reglas. Se metió bajo el agua y holgazaneo en la laguna durante mucho tiempo. Su cuerpo amando la frescura. En el momento en que Zaria escucho un ruido, salto y miro a su alrededor vistiéndose a toda prisa. El caballo se había ido.«¿Qué diablos?»—Que estúpida… ¿Cómo voy a volver?Ella estaba varada. Sola en medio de la nada, solo con agua fresca.—Excelente. Simplemente genial.Zaria volvió a sentarse y se golpeó la arena con frustración.«¿Issam enviaría un grupo de búsqueda? ¿Le importaría si quiera?»«Al menos no moriré de sed. Hambre tal vez, pero no sed.»Escucho un ruido y gir