Zaria estaba feliz. Estaba embarazada, hizo su trabajo, sintió que había logrado una gran hazaña. Aunque estaba enamorada de su esposo, ahora entregaría todo ese amor a la pequeña personita que crecía dentro de ella. Era un milagro. El milagro de la vida.Issam volvió antes de que se pusiera el sol. La agarro por la cintura levantándola y besándola. Se sintió un poco avergonzada, él nunca le había demostrado tanto afecto delante de sus hombres.― ¿Cómo te sientes? ― pregunto colocándola en el suelo. Ella sonrió.―Como si hubiera ganado un millón de dólares ― dijo amando la forma en que sus ojos oscuros brillaban. Parecía un dios, tan perfecto a sus ojos. Su duro rostro la miro con tanto cariño.Estaba enamorada y este amor iba a derribarla.La cena era una celebración de todas las celebraciones, era para informar a su pueblo que ella llevaba a su hijo. El futuro heredero de Abu Dhabi. Zaria estaba feliz, su gente, esos que la consideraban parte de ellos también estaban felices. Pero,
Su embarazo estaba confirmado por un análisis de sangre. Los resultados habían sido expeditos y la doctora sorprendida por el aumento del nivel en sus hormonas, daba la precocidad de la gestación del bebe.― ¡Un embarazo estable! ― el médico especialista había concluido y Issam le dio gracias a Ala. Tendría un hijo. Un hijo de él y Zaria.Y, sin embargo, también sabía que significaba un final para ellos. Aunque se deshizo su compromiso abrupto con Bahar. No podía seguir teniendo sexo con la mujer que su hermano amaba, no cuando el único propósito de este matrimonio era la procreación.Había hecho lo que se propusieron lograr.Se termino.A pesar de lo que ella podría haber dicho que quería, él sabía que Samir había sido el hombre que amaba, el hombre que ella había elegido. Issam estaba atormentado por imaginar cómo debería haber sido la vida de Zaria, casada con Samir, feliz, riendo, en su cama. Su estómago se apretaba cada vez que imaginaba eso, imaginaba verla como su cuñada… tan h
― Porque estas peleando conmigo todo el tiempo ― estampo su pie en el suelo de mármol. ― Tú y yo podríamos estar bien, pero cada vez que nos acercamos, me excluyes sin razón. Te niegas a dejarme entrar. ¿De que tienes tanto miedo? ¿No crees que mereces ser feliz?Maldijo por lo bajo y la atrajo a sus brazos, llevándola contra su cuerpo.―No puedo ser feliz contigo, Zaria. Las circunstancias lo hacen imposible. Cuanto más te deseo, más culpa siento. Estas en mi sangre y en mi mente y, sin embargo, no puedo verte sin verte con él, sin verlos a los dos. Él era mi propio hermano, y sé que, si estuviera aquí, lo habrías elegido. Tú lo elegiste.―Él fue elegido para mi ― dijo en voz baja, sus palabras hicieron que su corazón tropezara un poco.―Eso es irrelevante. Dada la elección entre él y yo, siempre lo habrías elegido, ¿No es así?Estaba tan callada, tan quieta, como congelada en el tiempo, dividida entre el amor, la lealtad y esta vida en la que se encontraba.―No respondas ― gruño, dá
Issam se bajó del caballo, mantenía los brazos a los lados con un aire de paciencia que ocultaba el estado de suspensión en el que había caído su corazón. Mantuvo una sonrisa cortes en su rostro cuando sus entrañas estaban retorciéndose de dolor y seguía atormentándolo.………………………………………………………Siete meses transcurrieron desde que discutieron en los jardines, aquella noche de luna llena, Zaria había visto a su marido a lo largo de este tiempo tres veces, y solo en actos oficiales.Al principio, cuando él se fue al desierto, ella se puso furiosa con él. Se dijo a sí misma que lo lamentaría, que la conmoción del embarazo y el futuro que tenían por delante lo habían hecho actuar sin pensar.Ella había hecho exactamente lo que había dicho, regreso a sus habitaciones, pero estaba tan enojada y dolida.Y luego después de cuatro noches, se sintió sola y preocupada. Después de seis noches, su preocupación aumento porque todavía no había visto a Issam. Después de veinte días, reprimió su orgullo
Zaria fue llevada al hospital. Issam no se separo ni un segundo de ella, cuando llegaron a la entrada del quirófano, el medico lo detuvo. ―No puedes ir con ella ― dijo sin levantar la vista de los gráficos que leían sus signos vitales. ― ¿Qué le pasa? ―Hay complicaciones ― la expresión del médico era sombría. ―Doctor le ordeno que me diga que es lo que esta ocultando. Yo quiero saberlo todo. ………………………………………………. Tiempo después, el bebe estaba bien. Zaria se había despertado y lucho duro por él, incluso cuando su cuerpo se estaba volviendo contra ella. Emergió grande y robusto y de un bonito color rojo, sus gritos fuertes y confiados. Issam los escucho desde afuera del quirófano y las emociones pululaban dentro de él. Le habían dicho que no podía entrar, que la habitación estaba esterilizada y que había demasiados especialistas de guardia, que estaría demasiado lleno para otro. Y un hombre que estaba acostumbrado a ser universalmente obedecido se encontró cediendo ante el médico
Al día siguiente, él bebe entraba en su pequeña cuna. Zaria contuvo la respiración entonces. Una enfermera la apoyo con almohadas y coloco al bebe en sus brazos. Su corazón exploto.Ahora mirando a su hijo, nada más importaba. Cada sacrificio, cada dolor, todo finalmente valió la pena.Ella lo miró fijamente durante mucho tiempo, notando cada detalle, comunicándose en silencio con él. Había vivido dentro de ella y ella le había dado la vida.La gratitud exploto dentro de Zaria, gratitud por estar aquí, porque las complicaciones del embarazo no le habían quitado esto. Dejo caer la cabeza hacia delante, plasmando un beso en la frente del pequeño.Issam se inclinó cerca de ella, para que solo ella pudiera escuchar.―Estas cansada. Deja que él bebe duerma en su cuna, así lo podrás ver mientras te duermes.Su corazón se apretó, porque era exactamente lo que necesitaba. Ya se había perdido demasiado de su pequeña vida, no quería perder nada más.Se despertó varias horas después, mucho más f
El dejo caer la cabeza hacia adelante y sus ojos se llenaron de lágrimas.―Te lo dije, esto es diferente. No puedes comparar lo que Samir y yo tuvimos con esto. Él era mi amigo, en cambio, tú eres….No termino la oración.Habiéndose enamorado de Issam, sabía que su amor perduraría a través del tiempo. Pero la conexión que había imaginado entre ellos se enfrió por los meses de frialdad y rechazo de él, de modo que incluso ahora, al escuchar su explicación, sus sentimientos permanecerán ocultos en lo más profundo de ella.Issam levanto la cabeza y sus ojos se clavaron en ella.―No sabes cuantas veces soñé contigo, tu debajo de mí, llamando mi nombre. Odiaba a mi propio hermano, Zaria, por lo mucho que te deseaba.Entonces se puso de pie, alejándose de ella, con la espalda erguida.―Cuando murió, y tu compromiso paso a mí, quise alejarte por que no tenía ninguna duda de que te desearía. Y una vez que nos casamos, pensé en tomar una segunda esposa porque me di cuenta de que no podría tene
Seis meses después… El pequeño Abdel lloraba a todo pulmón por que tenia hambre, Issam como un padre responsable corrió a toda prisa para darle su biberón. Y es que el pequeño heredero, había heredado el hambre de su tío Samir, y la obstinación de su padre. Zaria había salido a una labor social en una escuela recién inaugurada. Por lo tanto, el cuidado del pequeño bebe quedo a responsabilidad de su padre, después de que Zaria fue dada de alta de la clínica, Issam y ella decidieron criar a su pequeño como unos padres normales. Podrían permitirse tener una niñera y ancianas especializadas en el cuidado del pequeño. Pero por nada del mundo se perderían todas las primeras veces en cuanto a él. Y Issam, no lo lamentaba. Su matrimonio, era un matrimonio real. Así lo llamaba Zaria, frente a los demás y en actos gubernamentales se comportarían como los jeques de AbuDhabi, pero cuando estaban en la intimidad de su hogar. Eran simplemente Issam y Zaria, un matrimonio normal, con diferencias n