Darcy Hogan—Las ratas no deberían estar cruzando por la casa, deberías volver al agujero del que saliste. Cloe Mason era mi especie de hermana adoptiva, si es que se le podía llamar familia adoptiva a la gente con la que vivía.Era huérfana, mis padres se habían deshecho de mí cuando a penas tenía consciencia solo por ser de la casta mas baja que podía nacer una mujer lobo en una manada; era una omega. Y en mis tierras, las crueles tierras de las que provenía eso era sinónimo de debilidad, no había poder, solo alguien a quién proteger cuando hubiera problemas.Ni siquiera había tenido una transformación completa en mis veinticuatro años de vida y no estaba segura de que la tuviera nunca.Me quedé callada ante eso, era normal que ella me insultara de esa forma día y noche. Para ella solo era un mueble más de la casa.—¿Sabes? Desde el día en que llegaste he estado esperando que papá decida echarte, no eres buena imagen para esta familia. Sin mencionar que no sirves para nada.—Me en
Su cabello era negro, sedoso, corto a los lados y largo en la parte delantera. Sus ojos azules hacían que los míos castaños se vieran tan normales y comunes combinado con el mismo color de mi cabello. Algo típico de una omega.—Entonces el señor Mason envió a mi puerta a una omega.La palabra salió con desdén de su boca, menospreciando de lo que era capaz con tan solo una entonación en la palabra.—Mi nombre es Darcy, Darcy Hogan.—Una huérfana.Asentí sin vergüenza de admitirlo.—¿Y te enviaron para cuidar de mi hijo? —la pregunta ni siquiera fue para mí, pero la forma indignada en la que lo había dicho me hizo estremecer.Yo no tenía a dónde ir, en ese momento solo lo tenía a él.—Puede ponerme unos días de prueba, estoy segura de que puedo hacer el trabajo.—No hay forma en esta tierra en la que una omega como tú cuide de mi hijo, el futuro alfa ¿lo estas entendiendo? Así que da la vuelta y regresa por donde viniste.Tragué saliva, en un intento por encontrar las palabras adecuadas
No había necesitado instrucciones de su parte para saber lo que tenía que hacer. Había servido a diferentes familias desde que tenía memoria, el señor Mason siempre me prestó para las ocasiones en las que era necesaria, pero esta vez parecía haberse deshecho de mi definitivamente.Había servido como niñera, cocinera, mesera en los eventos, ayudante de limpieza en esos mismos y un sinfín de tareas a las que no tenía derecho de negarme. Yo vivía gracias a la caridad de la manada. Debía pagar mi cuota de vida siendo útil en lo que me necesitaran ya que yo no podía luchar.Había preparado la comida de Nolan en base a lo que sabía de la alimentación de los alfas. Carne en término medio, y muchos carbohidratos, ya que su cuerpo lo necesitaba. Probablemente él comía cinco veces lo que yo. Aunque tampoco es que yo fuera una comedora nata. Era muy delgada y durante el día era extraño que me diera hambre.Suponía que se debía a mis esfuerzos diarios por ocultar lo que era de todos. Para ocultar
Esa noche me dormí sin poder despedirme de Nolan porque su padre se había encargado de llevarlo a la cama por mí, suponía que sería algo regular porque el hombre todavía no confiaba en mí. No lo juzgaba, eso venía desde hacía siglos de historia.Al día siguiente desperté muy temprano, eran a penas las cinco de la mañana, pero debía sacar a Nolan a correr. No sabía a qué hora se despertaba su papá, pero me había dado a la tarea de investigar todo lo que pudiera de un alfa en crecimiento para saber lo que necesitaba.Una de esas cosas era salir a pasear muy temprano en la mañana. Como a los perros, pero eso no sería algo que diría en voz alta.—Estoy despierto, te escuché alistarte.Ni siquiera había abierto la puerta, solo me detuve detrás de esta y sonreí cálidamente.—¿Siempre te despiertas muy temprano? —él asintió.—Si, pero nadie me viene a buscar hasta las siete y no puedo salir de la casa solo.—Camina, vamos a correr por el bosque.—¿Le pediste permiso a papá? —yo negué.—Anoch
—Ya terminé con los libros —escuché decir a Nolan mientras entraba en la cocina.Su comida ya estaba servida y justo cuando pensé que podría sentarme a comer con Nolan escuché la puerta principal abrirse y sentí el olor de su padre.Volví a colocar el plato en el horno y balanceé mi peso de una pierna a otra mientras Nolan comenzaba a comer. Bien, otro secreto más que guardábamos. Pero es que él y yo habíamos tenido una bonita amistad el uno con el otro, en secreto.Yo estaba sola por ser una marginada, él estaba solo por ser el futuro de su manada y tenía que ser protegido.Dos futuros diferentes y el mismo destino compartido. Pero al igual que él y yo, su padre estaba igual de solo, porque en la cúspide de la cadena alimenticia no había amor para los depredadores y en lo más bajo, donde estaba yo, no había compasión para las presas.No había preparado un plato para él, porque no lo había visto venir a la hora de la comida.—Buenas tardes —saludé con el balanceo de mi cuerpo.—¿Me si
Darcy HoganTres días habían pasado desde que llegué a la casa del alfa. Después de aquella noche había preferido no cruzármelo, así que siempre desaparecía de la habitación cuando él estaba cerca.Sacaba a Nolan todas las mañanas aun sin su consentimiento y luego volvíamos a casa a seguir las rutinas. Eso me dio paz, porque hacía mucho tiempo que no pasaba días tan tranquilos, aun teniendo que ocultar mi olor en cada momento, aun cuando me encontraba durmiendo.Esa mañana en particular, la casa se sentía más sola de lo normal. Se suponía que cuatro guardias custodiaban la casa y siempre elegía a uno diferente para sacar a Nolan y luego borraba el recuerdo como si nunca estuvo ahí.Cuando salí no había nadie en los alrededores, ni siquiera el guardia.Haciendo un cameo con mis sentidos alrededor de la casa, escuché un latido muy fuerte en las lejanía de la casa, rumbo al lago mientras escuchaba tres más latiendo en un ritmo lento, pausado, casi mecánico.—Corre desde aquí hasta la cab
Darcy Hogan Sentirlo entrar en la casa fue como sentir que entraba un depredador y que iba directo a mi cuello. Nolan estaba entrenando con los guerreros esa mañana. Y aunque hubiese querido decirle que no fuera, sería extraño y probablemente descubrirían que alguien los había estado escuchando. No podría arriesgar la única ventaja que tenía. Donovan entró en la cocina luciendo furioso como un toro, con sus fosas nasales infladas con la molestia y sus ojos azules totalmente oscuros por la rabia. —Eres tan inútil que ni siquiera eres capaz de cumplir una orden simple. Pensé que por lo menos la poca inteligencia que te otorgaron serviría para obedecerme como te lo ordené. —¿A qué se refiere? —cuestioné intentando que mi voz no temblará. —¿Me puedes explicar que hacía mi hijo a las cinco de la mañana en la casa de la tejedora? Entonces intenté correr, pero me sostuvo por mi trenza y jaloneando fuerte evitó que huyera. —Te voy a confinar al calabozo hasta que sepa que hacer contig
Darcy HoganEran probablemente alrededor de las diez de la noche y había concordado conmigo misma en que no podía dejarlos solos en esto. Por más ultrajada y dolorida que me sintiera, no podía dejar que se llevarán a Nolan, él no tenía culpa de los pecados de su madre y yo no tenía la más mínima idea de para qué podría usarlo su madre cuando se lo llevara. Por esa razón, con todo el dolor que sentía en mi espalda, me puse de pie y llamé a la guardia que sabía estaba en la entrada. —Oye, solo necesito un poco de agua —le grité lo más fuerte que pude y sus pasos acercándose fueron la respuesta. —No puedes consumir nada hasta que el alfa lo ordene, así que mejor cállate y vuelve a dormirte si no quieres más azotes. —Entonces supongo que me vas a liberar —la entonación que había usado, era aquella que me permitía acceder a uno de mis poderes primarios.Solo era un pedacito de habilidad lo que me quedaba, nada más. Así que lo lancé hacia ella en un intento de que funcionara. Y lo hizo,