Su cabello era negro, sedoso, corto a los lados y largo en la parte delantera. Sus ojos azules hacían que los míos castaños se vieran tan normales y comunes combinado con el mismo color de mi cabello. Algo típico de una omega.
—Entonces el señor Mason envió a mi puerta a una omega.
La palabra salió con desdén de su boca, menospreciando de lo que era capaz con tan solo una entonación en la palabra.
—Mi nombre es Darcy, Darcy Hogan.
—Una huérfana.
Asentí sin vergüenza de admitirlo.
—¿Y te enviaron para cuidar de mi hijo? —la pregunta ni siquiera fue para mí, pero la forma indignada en la que lo había dicho me hizo estremecer.
Yo no tenía a dónde ir, en ese momento solo lo tenía a él.
—Puede ponerme unos días de prueba, estoy segura de que puedo hacer el trabajo.
—No hay forma en esta tierra en la que una omega como tú cuide de mi hijo, el futuro alfa ¿lo estas entendiendo? Así que da la vuelta y regresa por donde viniste.
Tragué saliva, en un intento por encontrar las palabras adecuadas, pero no tuve que hacerlo. Un niño con una maraña de cabello negro corrió por todo el espacio hasta llegar a mi para abrazarme fuerte. Sus brazos me envolvieron con fuerza y solo reí suavemente cuando sentí la potencia de su abrazo.
—Hola, pequeño —saludé suavemente mientras tomaba su rostro entre mis manos.
—Darcy, hace días que no te veía en el lago.
—Estuve ocupada, cariño.
Él me sonrió y yo se la regresé antes de volver mi mirada hacia su padre.
—Pero tu papá me ha traído para cuidarte, me han dicho que odias a todas las demás niñeras.
—Solo vienen porque quieren a papá cerca —dijo sin molestarse en bajar la voz —lo cuidan más a él que a mí.
Una de mis cejas se enarcó en dirección al alfa y él suspiró pesadamente mientras miraba a su hijo girarse hacia él.
—¿Por eso trajiste a Darcy? Estoy seguro de que ella va a cuidarme.
Él había escuchado a su padre, tuvo que hacerlo porque era un alfa, pequeño, pero lo era.
—Aún no he decidido eso, Nolan. Y estoy sopesando seriamente el que conozcas a esta mujer y no me hayas dicho.
—La conozco hace meses —admitió como si nada —no suelo tener compañía, Darcy es como mi amiga.
Nolan estaba casi recluido en su casa, me había dicho. Su madre a veces hacía intentos de infiltrarse en la manada para llevárselo, aunque casi siempre eran infructuosos. Pero el alfa prefería mantenerlo bien cuidado para evitar que tuviera éxito.
—Y ella nunca me haría daño.
El alfa me miró con desdén y esa simple mirada me dijo que él solo me veía como un eslabón débil, no le haría daño al niño, por supuesto, pero él pensaba que ni siquiera tenía la fuerza para hacer tal cosa.
—Una semana —intervine antes de que él pudiera pensarlo un poco más —deme una semana de prueba y después de eso ve si me deja aquí o no.
—Nolan, ve a tu habitación.
El niño asintió sin refutar nada ante el tono áspero de su padre. Subió las escaleras que podía ver más adelante y cuando desapareció de mis sentidos, su padre se acercó lentamente de forma peligrosa.
—Detesto a la extirpe baja porque solo buscan poder, algo a lo que aferrarse para salir de sus míseras vidas. Así que déjame adelantarte a los hechos, aquí no vas a conseguir nada más que la atención de mi hijo, tú no me interesas y ya he tenido demasiados problemas al respecto.
—Lo menos que me interesa es su atención.
Y eso no era mentira, le había ocultado por mucho tiempo lo que ambos significábamos el uno para el otro, por esta misma razón. Y aunque mi corazón débil tembló ante la crueldad de su voz, no se lo dejé ver.
—Nolan es un niño increíble, el debe tener a alguien que cuide de él y le preste la atención que se merece.
—Si, bien, ya veo que tienen buena relación, pero tu no tendrías mucho que aportar a su inteligencia y eso te vuelve una niñera no apta.
—Tengo suficientes habilidades intelectuales que podrían servirle, ya lo han hecho, que sea débil por no tener transformación no me hace inútil.
—Lamento contradecirte, pero eso te hace casi totalmente inutil, todos en mi manada deben luchar, salir a pelear con los enemigos para evitar que se lleven nuestros recursos. Nunca te he visto en una guerra, omega, porque eres inservible para eso.
—Bien, debería considerarlo mejor. Sus soldados no calmaran a su hijo en medio de una guerra, y a mi no me va a necesitar en ninguna de ellas. Tiene guardias alrededor de él todo el tiempo, yo sería un factor que no cambiaría nada en la línea de lucha si faltara, pero podría hacer mucho bien si me deja con Nolan.
Él me miró con más atención esta vez. Enfocándose en mis jeans rotos por las lavadas, mi polera azul gastado y con el cuello un poco anchado. Mi cabello castaño amarrado en una coleta y todos los lugares filosos donde mis huesos se marcaban gracias a la mala alimentación.
—Una semana —volví a repetir —deme una semana y verá que puedo hacer este trabajo bien.
Y tragándome el poco orgullo que me quedaba miré al suelo y lo pedí.
—Por favor, señor Donovan.
—Una semana, omega. Y si intentas hacerle daño a mi hijo, vas a rogar porque te mate ¿lo entiendes?
Asentí varias veces y él se acercó a mí como un depredador que acecha a su presa.
—Hazlo bien, porque no me temblará la mano a la hora de deshacerme de ti.
Y tras esas últimas palabras pasó junto a mí envolviéndome con su aroma, con la vibración de su poder, con el perfume suave que lo envolvía. Me dejó ahí, añorando todo lo que la diosa luna había determinado que podía ser mío, pero que ni en cien años me atrevería a reclamar, porque él nunca me aceptaría como suya.
No a una débil extirpe como yo, una omega.
No había necesitado instrucciones de su parte para saber lo que tenía que hacer. Había servido a diferentes familias desde que tenía memoria, el señor Mason siempre me prestó para las ocasiones en las que era necesaria, pero esta vez parecía haberse deshecho de mi definitivamente.Había servido como niñera, cocinera, mesera en los eventos, ayudante de limpieza en esos mismos y un sinfín de tareas a las que no tenía derecho de negarme. Yo vivía gracias a la caridad de la manada. Debía pagar mi cuota de vida siendo útil en lo que me necesitaran ya que yo no podía luchar.Había preparado la comida de Nolan en base a lo que sabía de la alimentación de los alfas. Carne en término medio, y muchos carbohidratos, ya que su cuerpo lo necesitaba. Probablemente él comía cinco veces lo que yo. Aunque tampoco es que yo fuera una comedora nata. Era muy delgada y durante el día era extraño que me diera hambre.Suponía que se debía a mis esfuerzos diarios por ocultar lo que era de todos. Para ocultar
Esa noche me dormí sin poder despedirme de Nolan porque su padre se había encargado de llevarlo a la cama por mí, suponía que sería algo regular porque el hombre todavía no confiaba en mí. No lo juzgaba, eso venía desde hacía siglos de historia.Al día siguiente desperté muy temprano, eran a penas las cinco de la mañana, pero debía sacar a Nolan a correr. No sabía a qué hora se despertaba su papá, pero me había dado a la tarea de investigar todo lo que pudiera de un alfa en crecimiento para saber lo que necesitaba.Una de esas cosas era salir a pasear muy temprano en la mañana. Como a los perros, pero eso no sería algo que diría en voz alta.—Estoy despierto, te escuché alistarte.Ni siquiera había abierto la puerta, solo me detuve detrás de esta y sonreí cálidamente.—¿Siempre te despiertas muy temprano? —él asintió.—Si, pero nadie me viene a buscar hasta las siete y no puedo salir de la casa solo.—Camina, vamos a correr por el bosque.—¿Le pediste permiso a papá? —yo negué.—Anoch
—Ya terminé con los libros —escuché decir a Nolan mientras entraba en la cocina.Su comida ya estaba servida y justo cuando pensé que podría sentarme a comer con Nolan escuché la puerta principal abrirse y sentí el olor de su padre.Volví a colocar el plato en el horno y balanceé mi peso de una pierna a otra mientras Nolan comenzaba a comer. Bien, otro secreto más que guardábamos. Pero es que él y yo habíamos tenido una bonita amistad el uno con el otro, en secreto.Yo estaba sola por ser una marginada, él estaba solo por ser el futuro de su manada y tenía que ser protegido.Dos futuros diferentes y el mismo destino compartido. Pero al igual que él y yo, su padre estaba igual de solo, porque en la cúspide de la cadena alimenticia no había amor para los depredadores y en lo más bajo, donde estaba yo, no había compasión para las presas.No había preparado un plato para él, porque no lo había visto venir a la hora de la comida.—Buenas tardes —saludé con el balanceo de mi cuerpo.—¿Me si
Darcy HoganTres días habían pasado desde que llegué a la casa del alfa. Después de aquella noche había preferido no cruzármelo, así que siempre desaparecía de la habitación cuando él estaba cerca.Sacaba a Nolan todas las mañanas aun sin su consentimiento y luego volvíamos a casa a seguir las rutinas. Eso me dio paz, porque hacía mucho tiempo que no pasaba días tan tranquilos, aun teniendo que ocultar mi olor en cada momento, aun cuando me encontraba durmiendo.Esa mañana en particular, la casa se sentía más sola de lo normal. Se suponía que cuatro guardias custodiaban la casa y siempre elegía a uno diferente para sacar a Nolan y luego borraba el recuerdo como si nunca estuvo ahí.Cuando salí no había nadie en los alrededores, ni siquiera el guardia.Haciendo un cameo con mis sentidos alrededor de la casa, escuché un latido muy fuerte en las lejanía de la casa, rumbo al lago mientras escuchaba tres más latiendo en un ritmo lento, pausado, casi mecánico.—Corre desde aquí hasta la cab
Darcy Hogan Sentirlo entrar en la casa fue como sentir que entraba un depredador y que iba directo a mi cuello. Nolan estaba entrenando con los guerreros esa mañana. Y aunque hubiese querido decirle que no fuera, sería extraño y probablemente descubrirían que alguien los había estado escuchando. No podría arriesgar la única ventaja que tenía. Donovan entró en la cocina luciendo furioso como un toro, con sus fosas nasales infladas con la molestia y sus ojos azules totalmente oscuros por la rabia. —Eres tan inútil que ni siquiera eres capaz de cumplir una orden simple. Pensé que por lo menos la poca inteligencia que te otorgaron serviría para obedecerme como te lo ordené. —¿A qué se refiere? —cuestioné intentando que mi voz no temblará. —¿Me puedes explicar que hacía mi hijo a las cinco de la mañana en la casa de la tejedora? Entonces intenté correr, pero me sostuvo por mi trenza y jaloneando fuerte evitó que huyera. —Te voy a confinar al calabozo hasta que sepa que hacer contig
Darcy HoganEran probablemente alrededor de las diez de la noche y había concordado conmigo misma en que no podía dejarlos solos en esto. Por más ultrajada y dolorida que me sintiera, no podía dejar que se llevarán a Nolan, él no tenía culpa de los pecados de su madre y yo no tenía la más mínima idea de para qué podría usarlo su madre cuando se lo llevara. Por esa razón, con todo el dolor que sentía en mi espalda, me puse de pie y llamé a la guardia que sabía estaba en la entrada. —Oye, solo necesito un poco de agua —le grité lo más fuerte que pude y sus pasos acercándose fueron la respuesta. —No puedes consumir nada hasta que el alfa lo ordene, así que mejor cállate y vuelve a dormirte si no quieres más azotes. —Entonces supongo que me vas a liberar —la entonación que había usado, era aquella que me permitía acceder a uno de mis poderes primarios.Solo era un pedacito de habilidad lo que me quedaba, nada más. Así que lo lancé hacia ella en un intento de que funcionara. Y lo hizo,
Darcy HoganMe había desmayado. Había caído en la inconsciencia por tanto uso de poder en las condiciones en las que había estado.Me había asegurado de mantener el campo de aire alrededor de nosotros, pero en algún punto en el momento en el que me desmayé, esa barrera se había eliminado. Había desaparecido.Y cuando desperté, ni siquiera me molesté en colocarlo, porque todo el aire, toda la habitación en la que había despertado estaba infestado de mi olor a vainilla. Estaba al descubierto y por el lugar en el que había despertado, sabía, a ciencia cierta que era la habitación de Hunter.Podía sentir su olor alrededor de mí, en las sábanas en las que había despertado y estaba cubierta por sus propias sábanas.Estaba en la cama de él y toda mi piel se erizó cuando sentí su presencia en alguna parte de la habitación.Probablemente había estado fuera de juego todo el día, porque el cielo a penas se estaba oscureciendo.¿Todo ese tiempo había estado él ahí parado absorbiendo mi esencia? ¿
Darcy HoganEn ese momento decidí no responder, no era necesario cuando él ya se hacía una idea de la razón por la que había logrado todo eso yo sola, una omega. Él nunca se dio cuenta cuando Nolan y yo huíamos, no es que sus sentidos estuvieran completos debido a que había estado siendo drogado por días, tal vez semanas incluso. Aunque de igual forma yo tuve que ver conque no nos escuchara en el pasillo.Él pensó en todo eso, lo sabía, había tenido suficiente tiempo para analizar toda la situación y él era un alfa lo suficientemente inteligente como para saber el por qué de cada una de mis actitudes y de las cosas que había hecho, él ya lo había analizado y estudiado todo, solo estaba haciendo las preguntas para que yo confirmara sus suposiciones.—Ya que no quieres decir lo obvio, tendré que tirártelo a la cara yo. Eres una jodida omega con dones. Y preferiría mil veces que mi mate fuera solo una simple omega a una como esa raza, esa raza que casi aniquila a todos mis antepasados.T