—Mamá voy a llegar tarde, además ya no soy un niño.—Eso lo sé, sé que ya no eres un niño Michael, aun así un beso a tu madre no te hará que dejes de tener la edad que tienes.Cinco años habían pasado desde que Michael y Fleur se han casado, muchas cosas han cambiado empezando por sus hijos.El pequeño Michael que siempre se la pasaba tras de ella ahora es todo un adolescente que desea todo menos que su madre esté tras de él.La pequeña Rosalie es una traviesa que no para de darle dolores de cabeza cada que ella le pierde la mirada.Fleur no puede quejarse. Su vida es muy feliz y tranquila. Desde hacía dos años en los que Michael se retiró como jefe de Templo Negro y cedió su lugar a su mejor amigo y hombre de confianza.Sabía que dejaba a la organización en buenas manos, además no podía permitirse poner en peligro a sus hijos o a su esposa.Aunque no solo fue Michael quien tomó esa decisión por el bien de los niños.Ella también deja de ser Kore, la esposa de Hades.—Rosalie— Fleur ll
—Te lo aseguro amiga, el día de hoy tú y yo salimos con novios ricos— dijo Míriam al llegar al bar donde la había obligado a ir a pesar de sentirse cansada y sin ningunas ganas de salir.— Yo solo quiero tomarme un Martini y volver a mi casa — Aseguró Fleur quién no las tenía todas, su amiga era asidua a encontrar algún chico guapo y desaparecer con él.Cómo era de esperar, Míriam no tardó en coquetear con todo lo que se le ponía enfrente, sobre todo si tenía la apariencia de tener dinero, hasta que desapareció, dejándola sola.—Perfecto— dijo, hablándole al joven de la barra para cancelar su deuda y marcharse.Fleur pagó su copa y le sonrió al camarero para despedirse, más no pudo marcharse. Frente a ella estaban un par de hombres impidiendo su paso.—Mira qué linda señorita tenemos aquí— dijo el más alto de los dos.—Si me permiten, me estoy yendo— se excusó Fleur haciéndose a un lado y volviendo a intentar alejarse.El otro sujeto la tomó de la mano, obligándola a volver sobre sus
Había sido un despertar un tanto caótico para Fleur y, tras salir de debajo del hombre desconocido con el cual había despertado esa mañana, ella corrió a refugiarse al cuarto de baño, como si fuera su tabla de salvación, por el lujo del baño era obvio de que ese no era su baño, ni siquiera recordaba haber estado nunca allí o saber en qué parte de la ciudad se encontraba en ese momento.—Fleur, ¿Pero dónde te has metido? — se decía a sí misma tratando de recordar lo ocurrido la noche anterior, pero le era imposible su cabeza, dolía y recuerdo sin conexos se mezclaban en ella—No puede ser que hayas perdido tu virginidad con un completo desconocido— se recriminaba mientras se veía al espejo buscando alguna marca en su cuerpo, ladeando el cuello y pasando los dedos en busca de la completa normalidad que, por suerte encontró en su piel.Necesitaba aclararse y la única forma que conocía para poner su mente en blanco era dándose un baño, por lo que volvió a asomarse a la puerta.—Disculpa…—
Ese lunes por la mañana parecía que no sería su día de suerte, Fleur no solo llegaba demasiado tarde a su trabajo, también estaba cayendo un diluvio sobre ella, por lo que tuvo que perder aún más tiempo buscando su paraguas antes de salir de casa, sus pasos eran rápidos y pesar de que las calles estaban inundadas con agua.—Debes llamar a los de soporte y hacer que ellos arreglen ese problema.La respuesta que obtuvo a través de su móvil, solo hizo que Michael enfureciera, lo que llevó a aumentar la velocidad de su auto justo en ese momento, sin darse cuenta de que una joven estaba parada en el cruce de peatones esperando el paso mojándola por completo.—¿Qué no puedes conducir con cuidado?— le grito Fleur al dueño del auto, aun así era imposible que esté le hubiera escuchado, por lo que solo se conformó con ver el número de sus placas. No se le olvidaría. Justo cuando pensó que nada podía ser peor, su jefe, quien jamás llegaba temprano, se encontraba esperándola en la entrada del re
—Yo, en verdad, lo siento— se disculpó Míriam al enterarse de lo sucedido el día que la dejó en el bar.Por supuesto Fleur esta vez no estaba dispuesta a perdonarla, esta vez su amiga tendría que hacer algo más que decir lo siento y traerle el desayuno—¿No me vas a perdonar?— le pregunto al no obtener respuesta de su amiga. A quien siguió haciéndole pucheros— mira he venido hasta tu casa con el desayunoFleur tomó la bolsa del desayuno y le sonrió—No, no te voy a perdonar Míriam y si me disculpas, Tengo que apurarme, tal vez si me traes por un mes el desayuno puede que te perdone— fue todo lo que le dijo a su amiga antes de cerrarle la puerta. Se sentía tan bien cerrarla la puerta, alguien que pensó en que debería de hacerlo más seguido.Gracias a Míriam y a su desayuno de disculpa no había tenido que matarse haciendo su propio desayuno, es más, por primera vez tenía tiempo para caminar hasta la parada del autobús e ir al trabajo.Fleur hasta se atrevió a sonreír en todo el trayecto
—Por favor pequeño estoy trabajando, no puedo estar aquí hablando contigo — Fleur no quería tener más problemas, aunque tampoco deseaba seguir siendo acosada.Lo único que deseaba era poder hacer su trabajo tranquila, solo eso deseaba. Vio como el hijo de su jefe se movió de su lugar y se dirigía hacia ella.Michael observo cómo el sujeto se movió de su sitio, se encontraba molesto, pero más molesto se encontraba él.Estaba al tanto que era el motivo por el cual la joven Lombardi tenía demasiado estrés esa semana. —Por favor, si no van a ordenar nada, podrían de…— ni siquiera termino de hablar.¿Cómo podría hacerlo con la mirada que le estaba dando Michael en ese momento?El sujeto trago pesado, al sentir y ver la mirada del padre del niño sobre la suya.—¿Tiene algo que decir?— le pregunto Michael al sujeto.Este negó. Viendo a Fleur con enojo. —Hijo, porque no pides algo para comer— le instruyó Michael a su hijo.—Si quiero todo lo que hay en el menú infantil — dijo el niño alzand
En serio ese hombre creía que a ella le importaba si él estaba o no satisfecho con ella, por supuesto que no le importaba, pero si agradecía el gesto.Sin embargo, no lo demostraría, ni lo expresaría en voz alta, mucho menos frente a Michael.Michael, dejo a un lado su celular, tomando la taza de café que había a un lado de la silla donde se encontraba.Una semana había estado tranquilo, sabiendo que ella había aprendido su lección, pero ahora, tras haberla felicitado, volvía a llegar tarde. Volviéndose a poner en peligro.Debía de haber una manera de hacerla entender, aunque ya se encargaría de eso más tarde. Tal vez sí la cuidaba más de cerca.Se levantó de su asiento y camino por la estancia antes de volver a tomar su móvil. —Has lo que tengas que hacer, pero has justamente lo que te voy a decir— dijo Michael a la persona al otro lado de la línea de su móvil.Fleur tras un baño, se acostó a dormir, mañana sería un día pesado y por como habían estado las cosas con el hijo de su jef
Justo en el momento que ella abrió y dio el primer paso, la voz del hijo del dueño de restaurante la hizo voltear.—¿Así que es aquí donde vives?Fleur se voltea a verlo siendo acorralada entre el y la puerta que se mantenía abierta por el pie del hombre.—Por favor…— le pidió ella viendo que no quitaba su pie de la puerta —¿Qué es lo que quiere? Ya no estoy en horas de trabajo.El hijo del dueño del restaurante, la vio de arriba abajo, regocijándose del miedo que veía en sus ojos.—¿Tienes miedo Fleur?Por supuesto que tenía miedo. Fleur no era estúpida, podía imaginar lo que ese hombre deseaba de ella, sobre todo al ver su mirada lujuriosa sobre su cuerpo.—¿Quién no tendría miedo? — le respondió ella, tratando de que su voz no saliera chillona — porque no me dice que quiere, para que pueda irse y así hablar sobre eso mañana en él trabajó— trato de razonar ella —Que bueno que lo preguntas porque lo que quiero es a ti— le respondió empujando fuertemente la puerta haciendo que ella t