Ese lunes por la mañana parecía que no sería su día de suerte, Fleur no solo llegaba demasiado tarde a su trabajo, también estaba cayendo un diluvio sobre ella, por lo que tuvo que perder aún más tiempo buscando su paraguas antes de salir de casa, sus pasos eran rápidos y pesar de que las calles estaban inundadas con agua.
—Debes llamar a los de soporte y hacer que ellos arreglen ese problema.La respuesta que obtuvo a través de su móvil, solo hizo que Michael enfureciera, lo que llevó a aumentar la velocidad de su auto justo en ese momento, sin darse cuenta de que una joven estaba parada en el cruce de peatones esperando el paso mojándola por completo.—¿Qué no puedes conducir con cuidado?— le grito Fleur al dueño del auto, aun así era imposible que esté le hubiera escuchado, por lo que solo se conformó con ver el número de sus placas. No se le olvidaría.Justo cuando pensó que nada podía ser peor, su jefe, quien jamás llegaba temprano, se encontraba esperándola en la entrada del restaurante donde trabajaba.—Señorita Fleur, ¿Es consciente de la hora que usted está llegando? — la regañó su jefe, quien la amenazó con quitarle un par de horas de su salario.Fleur no tuvo más que morderse la lengua y no llevarle la contraria a su jefe y sonreír que más le quedaba, así era la vida del empleado, el jefe ponía las normas y ella debía acatarlas al menos si quería seguir trabajando y cobrar su sueldo a final de mes.La mañana siguió su ritmo. El día parecía mejorar para ella, pero fue justo en ese entonces que se dio cuenta de que había caído justo bajo la ley de Murphy. Porque justo en ese precisó momento entraba nada más y nada menos que Michael Lewis, el tipo con el que había despertado el fin de semana, acompañado de su hijo, quien solo fue verla y ponerse contento.Así que su día paso de mal a peor en tan solo un momento.—Anda porque no vas a atenderlos — la apuró una de las chicas casi empujándola para que caminara en dirección a los recién llegados.—Bienvenidos, mi nombre es Fleur y voy a ser su camarera esta mañana.Michael ni siquiera volteo a verla, a pesar de que su voz le sonaba, como si en el fondo también maldecía haber entrado en ese preciso restaurante donde estaba la joven, dejó que los acompañará hasta la mesa y les entregó la carta de comidas. Su hijo, quien ahora que había encontrado a la persona que había decidido que sería su nueva mamá, no quería irse pronto de allí, empezó a pedir cada uno de los platillos que había en el menú de la mesa.Fleur observó impotente como el hombre dejaba que su hijo pidiera todo lo que se le antojara, por lo que ella trató de persuadir al pequeño y convencerlo de que no sería capaz de comerlo todo, aunque pudieran pagarlo le parecía un gran desperdicio de comida, en el barrio que ella residía había mucha gente que pasaba hambre y que las personas con dinero hicieran esos desperdicios de esa manera le molestaba mucho.¿Por qué no lo donaban si tanto les sobraba?—No crees que es demasiado, tú solo no podrás comerte todo lo que estás pidiendo—No era la intención de ella llamarle la atención al hijo de alguien más; sin embargo, le parecía un desperdicio de comida y tenía ganas de decirle cuatro cosas a ese hombre por no saber educar bien a su hijo.El pequeño ni siquiera pareció escucharla y siguió exigiendo que le trajeran todo lo que había pedido, se subió sobre la silla y empezó a gritar y exigir lo que quería.—¡Quiero todos los platos que hay en el menú de niños!— decía una y otra vez haciendo que todos voltearan a verlo y la gente empezara a cuchichear en el bar.— Siéntate Michael — ordenó el hombre— yo voy a comprarte todo lo que tú quieras.El padre del niño ni siquiera se dignó a mirarla, simplemente se paró, se dirigió a la caja registradora y pago por todo lo que había en el menú de niños para que le sirvieran a su hijo lo que había pedido.Se sentó sonriendo y luego le sacó la lengua a Fleur, para demostrarle que había ganado y que su padre siempre le daba todo lo que él quería.Fleur no podía hacer más nada, más que esperar por cada uno de los platillos y servírselos, al fin y al cabo para eso le pagaban para servir a los clientes, no para meterse en sus asuntos, si ese hombre quería mal criar a su hijo era su problema.—En serio pago todo el menú para niños,Fleur no decía nada, mientras sus compañeras murmuraban, simplemente se mantenía callada, suficiente era con que su padre se hubiera parado a pagar todo lo que su hijo había pedido.—¿Fleur estás bien?Le preguntó la cocinera, por supuesto que no lo estaba, pero ¿qué más podía hacer?Se limitó a llevar cada uno de los platillos a la mesa.—Provecho— se despidió de tanto del padre como del hijo.—¡Fleur come conmigo!— pidió el pequeño.Ella le sonrió al pequeño, agachándose sobre sus piernas para quedar a su altura —me gustaría hacerlo, pero estoy trabajando y a mi jefe no le gusta que coma con los clientes, así que come todo por favor.El pequeño se cruzó de brazos tomando la misma postura de su padre.—¡No comeré si no comes conmigo!Fleur se quedó sorprendida al escucharlo, buscando la ayuda de su padre más Michael parecía no prestarle atención a ella.—Pero estoy trabajando, no puedo sentarme a comer contigo — trataba ella de explicarle al pequeño quien no paraba de gritar y de llorar diciendo que si ella no comía con él no comería nadaMichael volvió a levantarse solo para hacer que la joven se sentará a un lado de su hijo.—Por favor siéntese o haré que sea la última vez que trabaje en este lugar o en ningún otro sitio— susurró a su oído.Tanto fue el escándalo que el gerente salió a ver que era lo que ocurría.Por supuesto que el gerente la llamo, tratando de saber por qué tanto escándalo.—¿Me quiere explicar por qué tanto alboroto?Fleur no encontraba la manera de explicar por qué el pequeño no dejaba de llorar, sin culpar al padre, quien parecía no querer hacer nada para calmarlo.—No lo sé, el pequeño simplemente empezó a llorar.—No comeré a menos que Fleur coma conmigo.Michael, cansado de que su hijo no dejara de llorar y de que ese hombre se hubiera llevado a Fleur, camino hasta donde estaban ellos.—Mi hijo desea que ella se siente a comer con él, pero ella insiste en que no puede porque está trabajando, ¿Dígame cuánto le paga al día?El gerente se quedó pasmado por la pregunta del hombre, aun así le dio el monto del salario de Fleur.—Bien, pagaré diez veces más su salario, la contrato por todo el día.Fleur no podía dar crédito a todo lo que escuchaba, sobre todo no podía dar crédito a lo que pasaba entre su jefe y el padre del niño.—Señor, tengo mucho trabajo, no puedo sentarme a comer con el pequeño.—Le daré 10 veces más si le permite sentarse a comer con mi hijo.El gerente casi se le fueron los ojos al ver el dinero, sobre todo si él era quien lo recibía.—Fleur el día de hoy atenderás a este caballero y a su hijo a menos que desees dejar de trabajar aquí. ¿Me has entendido?Fleur no podía permitirse perder ese trabajo, era el único que hasta ahora le había permitido llegar al mes casi sin problemas gracias a las propinas que ganaba, además del sueldo.—Está bien, comeré con el pequeño.— respondió resignada, dejando que Michael la volviera a obligar a tomar la silla que estaba a lado de su hijo y sentarse fingiendo una sonrisa que para nada tenía ganas de hacer.Se sentía humillada, más eso parecía no importarle al hombre, es más, parecía disfrutar de verla enojada.—¿Se siente bien obligando a alguien a hacer las cosas?— le preguntó a Michael, estaba enojada más, no importaba, es más, parecía que todo lo que hacía y la molestaba a ese hombre, no le importaba, parecía que a ese hombre solo le importaba el mismo.Por lo que se centró en el pequeño haciendo que comiera.—Me gusta comer contigo Fleur— le dijo el pequeño.—A mí también me gusta comer contigo — le dijo al pequeño.Él no tenía la culpa de ser así, era la culpa del padre quien parecía feliz de hacer de su hijo un niño malcriado dándole todas las cosas que le pedía en lugar de mostrarle lo que estaba bien y lo que estaba mal.Terminaron de comer y Fleur se despidió del pequeño, al padre le dedicó su mejor mirada llena de odio.—Espero que haya quedado complacido— le menciono ella a Michael llena de rabia, más este no dijo nada, solo le sonrió.—Debería de agradecerme, es más, bien podría aprovechar que la he contratado por un día y así salir de aquí y disfrutar de su día libre, le he pagado a su jefe muy buen dinero.Ella no quería dejar de estar enojada, pero tenía razón, su jefe no había tenido ningún reparo en tomar el dinero de Michael, en ese sentido y venderla por un día, ¿Así que por qué no disfrutar?—Yo, en verdad, lo siento— se disculpó Míriam al enterarse de lo sucedido el día que la dejó en el bar.Por supuesto Fleur esta vez no estaba dispuesta a perdonarla, esta vez su amiga tendría que hacer algo más que decir lo siento y traerle el desayuno—¿No me vas a perdonar?— le pregunto al no obtener respuesta de su amiga. A quien siguió haciéndole pucheros— mira he venido hasta tu casa con el desayunoFleur tomó la bolsa del desayuno y le sonrió—No, no te voy a perdonar Míriam y si me disculpas, Tengo que apurarme, tal vez si me traes por un mes el desayuno puede que te perdone— fue todo lo que le dijo a su amiga antes de cerrarle la puerta. Se sentía tan bien cerrarla la puerta, alguien que pensó en que debería de hacerlo más seguido.Gracias a Míriam y a su desayuno de disculpa no había tenido que matarse haciendo su propio desayuno, es más, por primera vez tenía tiempo para caminar hasta la parada del autobús e ir al trabajo.Fleur hasta se atrevió a sonreír en todo el trayecto
—Por favor pequeño estoy trabajando, no puedo estar aquí hablando contigo — Fleur no quería tener más problemas, aunque tampoco deseaba seguir siendo acosada.Lo único que deseaba era poder hacer su trabajo tranquila, solo eso deseaba. Vio como el hijo de su jefe se movió de su lugar y se dirigía hacia ella.Michael observo cómo el sujeto se movió de su sitio, se encontraba molesto, pero más molesto se encontraba él.Estaba al tanto que era el motivo por el cual la joven Lombardi tenía demasiado estrés esa semana. —Por favor, si no van a ordenar nada, podrían de…— ni siquiera termino de hablar.¿Cómo podría hacerlo con la mirada que le estaba dando Michael en ese momento?El sujeto trago pesado, al sentir y ver la mirada del padre del niño sobre la suya.—¿Tiene algo que decir?— le pregunto Michael al sujeto.Este negó. Viendo a Fleur con enojo. —Hijo, porque no pides algo para comer— le instruyó Michael a su hijo.—Si quiero todo lo que hay en el menú infantil — dijo el niño alzand
En serio ese hombre creía que a ella le importaba si él estaba o no satisfecho con ella, por supuesto que no le importaba, pero si agradecía el gesto.Sin embargo, no lo demostraría, ni lo expresaría en voz alta, mucho menos frente a Michael.Michael, dejo a un lado su celular, tomando la taza de café que había a un lado de la silla donde se encontraba.Una semana había estado tranquilo, sabiendo que ella había aprendido su lección, pero ahora, tras haberla felicitado, volvía a llegar tarde. Volviéndose a poner en peligro.Debía de haber una manera de hacerla entender, aunque ya se encargaría de eso más tarde. Tal vez sí la cuidaba más de cerca.Se levantó de su asiento y camino por la estancia antes de volver a tomar su móvil. —Has lo que tengas que hacer, pero has justamente lo que te voy a decir— dijo Michael a la persona al otro lado de la línea de su móvil.Fleur tras un baño, se acostó a dormir, mañana sería un día pesado y por como habían estado las cosas con el hijo de su jef
Justo en el momento que ella abrió y dio el primer paso, la voz del hijo del dueño de restaurante la hizo voltear.—¿Así que es aquí donde vives?Fleur se voltea a verlo siendo acorralada entre el y la puerta que se mantenía abierta por el pie del hombre.—Por favor…— le pidió ella viendo que no quitaba su pie de la puerta —¿Qué es lo que quiere? Ya no estoy en horas de trabajo.El hijo del dueño del restaurante, la vio de arriba abajo, regocijándose del miedo que veía en sus ojos.—¿Tienes miedo Fleur?Por supuesto que tenía miedo. Fleur no era estúpida, podía imaginar lo que ese hombre deseaba de ella, sobre todo al ver su mirada lujuriosa sobre su cuerpo.—¿Quién no tendría miedo? — le respondió ella, tratando de que su voz no saliera chillona — porque no me dice que quiere, para que pueda irse y así hablar sobre eso mañana en él trabajó— trato de razonar ella —Que bueno que lo preguntas porque lo que quiero es a ti— le respondió empujando fuertemente la puerta haciendo que ella t
Fleur no pudo dormir por culpa de las pesadillas. Repitiendo en sus sueños los acontecimientos ocurridos esa misma noche.Fue casi al llegar el alba que su sueño dejó de ser una pesadilla para convertirse en un buen sueño. En ese nuevo sueño aparecía Michael nuevamente como su salvador, tomándola en sus brazos y llevándosela lejos.—¿Por qué siempre me estás salvando?— le preguntó ella a Michael.—Lo hago por qué me gustas— fue la respuesta de Lewis.El cuerpo de Fleur se llenó de calidez al escuchar esas palabras. El calor se extendió rápidamente por todo su cuerpo, llevándola a sostenerse con fuerza de sus hombros, temblando bajo el toque de sus manos.Las manos de Michael recorrían su cuerpo, delineando las pocas curvas que tenía.Por un momento Fleur temió que él se alejara por no tener demasiadas curvas, pero no fue lo que ocurrió, todo lo contrario lo que observo en los ojos de Michael fue deseo.Ella no lo pensó más y se dejó llevar por lo que deseaba, pasando sus brazos alrede
Cómo odiaba que dejaran ese tipo de cosas sin deshacerse de ellas como era debido, sobre todo si luego se convertían en basura que ensuciaba las calles, por lo que tomó el periódico se iba a deshacerse de él como era debido. Sin embargo, tras notar que era un periódico de ese día antes de colocarlo en un bote destinado a la basura orgánica, leyó los anuncios clasificados. Tal vez tendría suerte al encontrar un trabajo que la ayudara a no caer en la bancarrota.Solo fue abrir el periódico en esa sección y ella sonreír. Justamente ahí, en ese periódico olvidado, se encontraba el trabajo que la ayudaría, además el lugar donde se llevarían las entrevistas estaba cerca y ella llevaba todos sus papeles a la mano.No le costaba nada probar suerte.—Me podría comunicar con la agencia que contraté para encontrar a la niñera perfecta para mi hijo— le pidió Michael a su secretaria, nada más entro a llevarle unos papeles a firmar —Por sup
Trabajar para Michael no fue tan pesado como ella lo esperaba, todo lo contrario, el primer día lo encontró en la cocina con el torso descubierto preparándose una taza de café.—¿Has dormido bien?— le pregunto Michael.—Supongo que sí, he dormido bien— le respondió ella caminando hasta donde él se encontrará para preparar su propia taza de café.Fleur seguía soñando con él, por lo que no pudo evitar sonrojarse al quedar atrapada entre el cuerpo de Michael y uno de los anaqueles al tratar de bajarle la botella de esencia de vainilla que ella buscaba para colocarle al licuado de, choco-banana con el que acompañaría el desayuno del pequeño Mich.—Aquí está, toma— susurró Michael cerca de su rostro, dejando en sus manos la pequeña botella con la esencia en su mano—Gracias— murmuro, ella incapaz de moverse, sintiendo el calor de su cuerpo, traspasar la tela de la ropa que llevaba en ese momento.—No tiene que agradecer— mencionó su j
Pero enamorarse de su jefe no era una buena idea. Ese hombre estaba muy por arriba de sus expectativas. Era un verdadero milagro que Michael jamás llegará a la jornada la cena, así podría marcharse tranquilamente tras darle de cenar al pequeño Michael.Michael entraba a su casa esa noche, era la primera vez desde que había contratado a Fleur que llegaba a tiempo para cenar.Las cosas en su trabajo últimamente se complicaban bastante, demasiado para su gusto. Llegó justo en el momento que Fleur salía, es más, se sorprendió al abrir la puerta y chocar con su torso firme y macizo.Michael tuvo que inclinarse hacia ella y detener su caída, pasando su brazo por detrás de su espalda y así atraerla hacia él.El corazón de Fleur latía de manera rápida, la razón era el hombre que la sujetan en ese momento.La forma que su cuerpo encajaba con el de Michael, la forma que él pareció preocuparse y esos momentos donde ella podía esc