—Yo, en verdad, lo siento— se disculpó Míriam al enterarse de lo sucedido el día que la dejó en el bar.
Por supuesto Fleur esta vez no estaba dispuesta a perdonarla, esta vez su amiga tendría que hacer algo más que decir lo siento y traerle el desayuno—¿No me vas a perdonar?— le pregunto al no obtener respuesta de su amiga. A quien siguió haciéndole pucheros— mira he venido hasta tu casa con el desayunoFleur tomó la bolsa del desayuno y le sonrió—No, no te voy a perdonar Míriam y si me disculpas, Tengo que apurarme, tal vez si me traes por un mes el desayuno puede que te perdone— fue todo lo que le dijo a su amiga antes de cerrarle la puerta. Se sentía tan bien cerrarla la puerta, alguien que pensó en que debería de hacerlo más seguido.Gracias a Míriam y a su desayuno de disculpa no había tenido que matarse haciendo su propio desayuno, es más, por primera vez tenía tiempo para caminar hasta la parada del autobús e ir al trabajo.Fleur hasta se atrevió a sonreír en todo el trayecto que hizo el autobús y bajo de la misma manera. Estaba segura de que nada podría salir mal, que nadie podría borrarle la sonrisa del rostro, ni siquiera Míriam, que parecía enfadada por la forma en la que la había despachado de su casa esa mañana.—¿Han escuchado que el hijo del jefe está de visita?—No, ¿otra vez él?Fleur no lograba entender por qué la incomodidad de sus compañeras de trabajo más veteranas en el restaurante ante la llegada del hijo del jefe, más tardo ella en preguntarse eso que en darse cuenta a que se referían ellas.—Te llamas Fleur ¿cierto?—Si así me llamo joven— le respondió Fleur al hijo de su jefe, quien no dejaba de seguirla a todos lados, preguntando cosas, como su nombre o que le gustaba hacer en su tiempo libre.Fleur estaba perdiendo cada vez más la paciencia. Sobre todo al verlo frente a ella con su pose de casanova, al estilo de Dani Zuko de la película Grease hasta traía su propio cepillo con el cual se peinaba su estúpido intento de copete.Fleur, tranquila. Recuerda que necesitas el trabajo,Se decía así misma cada vez con más frecuencia.Pero era imposible con ese tipo cada vez sobre de ella.Estaba odiando hasta su nombre porque lo único que salía de los labios de ese sujeto era eso acompañado de algún piropo.—Fleur que sepas que todas te ayudaremos en lo que sea la semana que viene— le dijeron todas sus compañeras de turno.—¿Por qué me ayudarían?— les pregunto Fleur— Por lo valiente que eres y que gracias a que el hijo del jefe se ha prendado de ti, todas podemos estar tranquilas.—Bueno, por soportarlo un día no pasa nada, así qué tranquilas. No me deben nada.Un día se transformó en dos días y como siempre Fleur tenía que repetirse que necesitaba el trabajo que no debía perderlo. No hasta que consiguiera otro igual o mejor pagado, lo cual por supuesto que le era difícil, si estaba ahí era porque no había nada mejor.—Por favor Fleur, sal conmigo esta noche—No, esta noche no puedo— le repitió una vez más, sonriéndole.Ahora entendía por qué sus compañeras le habían dicho que serían buenas con ella. Claro porque ninguna se atrevió a decirle que estaría ella siendo acosada por una semana entera o más, si al jr se le apetecía seguir cortejándola.Pero más que sentirse halagada. Fleur lo que se sentía era… Acosada.—Es la última vez que te lo pediré, Fleur.—¿Pedirme qué?— le preguntó ella, casi rogando que no fuera una amenaza.Por supuesto, como era de esperarse, no tuvo suerte, no solo era una amenaza, era un ultimátum para que aceptara salir a cenar con él.—Es tu última oportunidad Fleur, para aceptar salir conmigo tienes hasta que el turno de hoy se acabe, has entendido.Como le molestaba no poder mandarlo de una vez a la m*****a m****a, solo asintió y se excusó, saliendo de donde la había acorralado solo para toparse con la única persona que no deseaba volver a toparse.Frente a ella estaba Michael Lewis, el tipo como siempre se encontraba tan malditamente sexy con su porte frío que le provocaba muchas reacciones en su cuerpo, de las cuales no tenía ni la puñetera ganas de lidiar con ella.Lo único rescatable que tenía Michael era su hijo. El pequeño Michael, quien solo fue ver a Fleur fue corriendo hacia ella, demandando su atención.—Fleur, Fleur ¿por qué no has ido a verme? Te estuve esperando esta semana, todas las tardes.Si el pequeño Michael era por lo único que se decía Fleur que soportaba a su padre. Porque el niño no tenía la culpa de que su padre fuera ese hombre que la sacaba de quicio.Michael no dijo nada, se encontraba en ese momento con la apariencia de alguien imperturbable, pero en el fondo estaba molesto, sobre todo por la mirada que ese sujeto se le quedaba viendo a Fleur-¿Acaso es joven no podía cuidarse? Siempre que se la encontraba parecía estar en problemas.La única razón por la cual se encontraba de regreso en ese restaurante era porque su hijo le había pedido volver a comer ahí.No podía parar de decirse que se trataba de eso, por el deseo de su hijo. A él no le atraía una joven rebelde como Fleur por supuesto que no.La razón por la que se mantenía atento al horario de entrada y de salida, era porque la joven. No tenía ningún cuidado sobre su persona y una vez más ponía a su hijo a su hijo de excusa. Al decir que cuidaría de aquellas personas que a su hijo les agradaba.—¿Quiénes son?— preguntó el hijo del dueño del restaurante a un par más de empleadas al ver que tanto como el hijo como el padre acaparaban mucho a Fleur.Las compañeras de Fleur solo se rieron, era obvio que tenía celos, pero si ellas fueran Fleur, se quedarían con el padre y el hijo y no con el imbécil del hijo de su jefe y dueño del local.—Fleur te esperé cada día, hice mis deberes y comí todo, pero aun así no fuiste a verme— se quejaba el pequeño quien no quería dejarla ir de la mesa.—Lo siento, yo no he podido— Fleur trataba de buscar ayuda en su padre.Michael solo observaba a su hijo hablar con la joven, disfrutando de como esta parecía querer ayuda de su parte.¿Acaso estaba haciéndole muecas?Se preguntaba Michael, quien observaba a Fleur hacer muecas, queriendo zafarse de alguna manera de los abrazos de su hijo, cada que ella trataba de alejarse.Como estaba orgulloso de su pequeño Michael, luchando por lo que quería y lo que deseaba era la atención de la joven.Definitivamente, quien no estaba de acuerdo con la situación, aparte de Fleur quien trataba de no gritar a causa del estrés, era el hijo del dueño quien no soportaba que le quitaran la oportunidad de poder acorralar a la bella Fleur.Ella sería suya, no importaba lo que costará, no dejaría que ese hombre y su hijo siguieran quitándole el tiempo a Fleur.Las demás meseras y las cocineras se acercaron a ver cómo el hijo del dueño caminaba hasta donde se encontraba Fleur con el hombre y su hijo.En el fondo deseaban que ambos le hicieran pasar a Fleur un mal rato, era normal tener celos, sobre todo al ver a Michael, no importaba que fuera un hombre frío y que no mostrará emociones, era un hombre muy apuesto, y si eso no fuera suficiente era rico.—Por favor pequeño estoy trabajando, no puedo estar aquí hablando contigo — Fleur no quería tener más problemas, aunque tampoco deseaba seguir siendo acosada.Lo único que deseaba era poder hacer su trabajo tranquila, solo eso deseaba. Vio como el hijo de su jefe se movió de su lugar y se dirigía hacia ella.Michael observo cómo el sujeto se movió de su sitio, se encontraba molesto, pero más molesto se encontraba él.Estaba al tanto que era el motivo por el cual la joven Lombardi tenía demasiado estrés esa semana. —Por favor, si no van a ordenar nada, podrían de…— ni siquiera termino de hablar.¿Cómo podría hacerlo con la mirada que le estaba dando Michael en ese momento?El sujeto trago pesado, al sentir y ver la mirada del padre del niño sobre la suya.—¿Tiene algo que decir?— le pregunto Michael al sujeto.Este negó. Viendo a Fleur con enojo. —Hijo, porque no pides algo para comer— le instruyó Michael a su hijo.—Si quiero todo lo que hay en el menú infantil — dijo el niño alzand
En serio ese hombre creía que a ella le importaba si él estaba o no satisfecho con ella, por supuesto que no le importaba, pero si agradecía el gesto.Sin embargo, no lo demostraría, ni lo expresaría en voz alta, mucho menos frente a Michael.Michael, dejo a un lado su celular, tomando la taza de café que había a un lado de la silla donde se encontraba.Una semana había estado tranquilo, sabiendo que ella había aprendido su lección, pero ahora, tras haberla felicitado, volvía a llegar tarde. Volviéndose a poner en peligro.Debía de haber una manera de hacerla entender, aunque ya se encargaría de eso más tarde. Tal vez sí la cuidaba más de cerca.Se levantó de su asiento y camino por la estancia antes de volver a tomar su móvil. —Has lo que tengas que hacer, pero has justamente lo que te voy a decir— dijo Michael a la persona al otro lado de la línea de su móvil.Fleur tras un baño, se acostó a dormir, mañana sería un día pesado y por como habían estado las cosas con el hijo de su jef
Justo en el momento que ella abrió y dio el primer paso, la voz del hijo del dueño de restaurante la hizo voltear.—¿Así que es aquí donde vives?Fleur se voltea a verlo siendo acorralada entre el y la puerta que se mantenía abierta por el pie del hombre.—Por favor…— le pidió ella viendo que no quitaba su pie de la puerta —¿Qué es lo que quiere? Ya no estoy en horas de trabajo.El hijo del dueño del restaurante, la vio de arriba abajo, regocijándose del miedo que veía en sus ojos.—¿Tienes miedo Fleur?Por supuesto que tenía miedo. Fleur no era estúpida, podía imaginar lo que ese hombre deseaba de ella, sobre todo al ver su mirada lujuriosa sobre su cuerpo.—¿Quién no tendría miedo? — le respondió ella, tratando de que su voz no saliera chillona — porque no me dice que quiere, para que pueda irse y así hablar sobre eso mañana en él trabajó— trato de razonar ella —Que bueno que lo preguntas porque lo que quiero es a ti— le respondió empujando fuertemente la puerta haciendo que ella t
Fleur no pudo dormir por culpa de las pesadillas. Repitiendo en sus sueños los acontecimientos ocurridos esa misma noche.Fue casi al llegar el alba que su sueño dejó de ser una pesadilla para convertirse en un buen sueño. En ese nuevo sueño aparecía Michael nuevamente como su salvador, tomándola en sus brazos y llevándosela lejos.—¿Por qué siempre me estás salvando?— le preguntó ella a Michael.—Lo hago por qué me gustas— fue la respuesta de Lewis.El cuerpo de Fleur se llenó de calidez al escuchar esas palabras. El calor se extendió rápidamente por todo su cuerpo, llevándola a sostenerse con fuerza de sus hombros, temblando bajo el toque de sus manos.Las manos de Michael recorrían su cuerpo, delineando las pocas curvas que tenía.Por un momento Fleur temió que él se alejara por no tener demasiadas curvas, pero no fue lo que ocurrió, todo lo contrario lo que observo en los ojos de Michael fue deseo.Ella no lo pensó más y se dejó llevar por lo que deseaba, pasando sus brazos alrede
Cómo odiaba que dejaran ese tipo de cosas sin deshacerse de ellas como era debido, sobre todo si luego se convertían en basura que ensuciaba las calles, por lo que tomó el periódico se iba a deshacerse de él como era debido. Sin embargo, tras notar que era un periódico de ese día antes de colocarlo en un bote destinado a la basura orgánica, leyó los anuncios clasificados. Tal vez tendría suerte al encontrar un trabajo que la ayudara a no caer en la bancarrota.Solo fue abrir el periódico en esa sección y ella sonreír. Justamente ahí, en ese periódico olvidado, se encontraba el trabajo que la ayudaría, además el lugar donde se llevarían las entrevistas estaba cerca y ella llevaba todos sus papeles a la mano.No le costaba nada probar suerte.—Me podría comunicar con la agencia que contraté para encontrar a la niñera perfecta para mi hijo— le pidió Michael a su secretaria, nada más entro a llevarle unos papeles a firmar —Por sup
Trabajar para Michael no fue tan pesado como ella lo esperaba, todo lo contrario, el primer día lo encontró en la cocina con el torso descubierto preparándose una taza de café.—¿Has dormido bien?— le pregunto Michael.—Supongo que sí, he dormido bien— le respondió ella caminando hasta donde él se encontrará para preparar su propia taza de café.Fleur seguía soñando con él, por lo que no pudo evitar sonrojarse al quedar atrapada entre el cuerpo de Michael y uno de los anaqueles al tratar de bajarle la botella de esencia de vainilla que ella buscaba para colocarle al licuado de, choco-banana con el que acompañaría el desayuno del pequeño Mich.—Aquí está, toma— susurró Michael cerca de su rostro, dejando en sus manos la pequeña botella con la esencia en su mano—Gracias— murmuro, ella incapaz de moverse, sintiendo el calor de su cuerpo, traspasar la tela de la ropa que llevaba en ese momento.—No tiene que agradecer— mencionó su j
Pero enamorarse de su jefe no era una buena idea. Ese hombre estaba muy por arriba de sus expectativas. Era un verdadero milagro que Michael jamás llegará a la jornada la cena, así podría marcharse tranquilamente tras darle de cenar al pequeño Michael.Michael entraba a su casa esa noche, era la primera vez desde que había contratado a Fleur que llegaba a tiempo para cenar.Las cosas en su trabajo últimamente se complicaban bastante, demasiado para su gusto. Llegó justo en el momento que Fleur salía, es más, se sorprendió al abrir la puerta y chocar con su torso firme y macizo.Michael tuvo que inclinarse hacia ella y detener su caída, pasando su brazo por detrás de su espalda y así atraerla hacia él.El corazón de Fleur latía de manera rápida, la razón era el hombre que la sujetan en ese momento.La forma que su cuerpo encajaba con el de Michael, la forma que él pareció preocuparse y esos momentos donde ella podía esc
Ese hombre la desesperaba, no había manera de que ella sintiera algo por él. Ella no podía sentir nada por una persona tan fría, engreída y desesperante como lo era Michael Lewis.No había ni un día en el que ella no tuviera cierta clase de rechazo, como de atracción por su jefe. Lo odiaba tanto como sentía quererle.Porque si, ella le quería, pese a buscar motivos para no sentir nada por ese hombre, no podía evitarlo y eso le provocaba mucho estrés y enfado.No contra su jefe, sino contra sí misma.—Fleur eres una tonta— se dijo así misma esa noche tras volver a casa, después de haber tenido una pequeña discusión con Michael.Había sido una estúpida pelea insignificante, pero que a ella hizo crecer, porque era cuestión de que él dijera algo para que ella dijera algo que era absolutamente lo contrario a lo que Michael deseaba.Así se creaban las peleas que luego llevarían a Michael a acorralarla en algún rincón de la casa, donde