Fleur no pudo dormir por culpa de las pesadillas. Repitiendo en sus sueños los acontecimientos ocurridos esa misma noche.Fue casi al llegar el alba que su sueño dejó de ser una pesadilla para convertirse en un buen sueño. En ese nuevo sueño aparecía Michael nuevamente como su salvador, tomándola en sus brazos y llevándosela lejos.—¿Por qué siempre me estás salvando?— le preguntó ella a Michael.—Lo hago por qué me gustas— fue la respuesta de Lewis.El cuerpo de Fleur se llenó de calidez al escuchar esas palabras. El calor se extendió rápidamente por todo su cuerpo, llevándola a sostenerse con fuerza de sus hombros, temblando bajo el toque de sus manos.Las manos de Michael recorrían su cuerpo, delineando las pocas curvas que tenía.Por un momento Fleur temió que él se alejara por no tener demasiadas curvas, pero no fue lo que ocurrió, todo lo contrario lo que observo en los ojos de Michael fue deseo.Ella no lo pensó más y se dejó llevar por lo que deseaba, pasando sus brazos alrede
Cómo odiaba que dejaran ese tipo de cosas sin deshacerse de ellas como era debido, sobre todo si luego se convertían en basura que ensuciaba las calles, por lo que tomó el periódico se iba a deshacerse de él como era debido. Sin embargo, tras notar que era un periódico de ese día antes de colocarlo en un bote destinado a la basura orgánica, leyó los anuncios clasificados. Tal vez tendría suerte al encontrar un trabajo que la ayudara a no caer en la bancarrota.Solo fue abrir el periódico en esa sección y ella sonreír. Justamente ahí, en ese periódico olvidado, se encontraba el trabajo que la ayudaría, además el lugar donde se llevarían las entrevistas estaba cerca y ella llevaba todos sus papeles a la mano.No le costaba nada probar suerte.—Me podría comunicar con la agencia que contraté para encontrar a la niñera perfecta para mi hijo— le pidió Michael a su secretaria, nada más entro a llevarle unos papeles a firmar —Por sup
Trabajar para Michael no fue tan pesado como ella lo esperaba, todo lo contrario, el primer día lo encontró en la cocina con el torso descubierto preparándose una taza de café.—¿Has dormido bien?— le pregunto Michael.—Supongo que sí, he dormido bien— le respondió ella caminando hasta donde él se encontrará para preparar su propia taza de café.Fleur seguía soñando con él, por lo que no pudo evitar sonrojarse al quedar atrapada entre el cuerpo de Michael y uno de los anaqueles al tratar de bajarle la botella de esencia de vainilla que ella buscaba para colocarle al licuado de, choco-banana con el que acompañaría el desayuno del pequeño Mich.—Aquí está, toma— susurró Michael cerca de su rostro, dejando en sus manos la pequeña botella con la esencia en su mano—Gracias— murmuro, ella incapaz de moverse, sintiendo el calor de su cuerpo, traspasar la tela de la ropa que llevaba en ese momento.—No tiene que agradecer— mencionó su j
Pero enamorarse de su jefe no era una buena idea. Ese hombre estaba muy por arriba de sus expectativas. Era un verdadero milagro que Michael jamás llegará a la jornada la cena, así podría marcharse tranquilamente tras darle de cenar al pequeño Michael.Michael entraba a su casa esa noche, era la primera vez desde que había contratado a Fleur que llegaba a tiempo para cenar.Las cosas en su trabajo últimamente se complicaban bastante, demasiado para su gusto. Llegó justo en el momento que Fleur salía, es más, se sorprendió al abrir la puerta y chocar con su torso firme y macizo.Michael tuvo que inclinarse hacia ella y detener su caída, pasando su brazo por detrás de su espalda y así atraerla hacia él.El corazón de Fleur latía de manera rápida, la razón era el hombre que la sujetan en ese momento.La forma que su cuerpo encajaba con el de Michael, la forma que él pareció preocuparse y esos momentos donde ella podía esc
Ese hombre la desesperaba, no había manera de que ella sintiera algo por él. Ella no podía sentir nada por una persona tan fría, engreída y desesperante como lo era Michael Lewis.No había ni un día en el que ella no tuviera cierta clase de rechazo, como de atracción por su jefe. Lo odiaba tanto como sentía quererle.Porque si, ella le quería, pese a buscar motivos para no sentir nada por ese hombre, no podía evitarlo y eso le provocaba mucho estrés y enfado.No contra su jefe, sino contra sí misma.—Fleur eres una tonta— se dijo así misma esa noche tras volver a casa, después de haber tenido una pequeña discusión con Michael.Había sido una estúpida pelea insignificante, pero que a ella hizo crecer, porque era cuestión de que él dijera algo para que ella dijera algo que era absolutamente lo contrario a lo que Michael deseaba.Así se creaban las peleas que luego llevarían a Michael a acorralarla en algún rincón de la casa, donde
Michael, se encontraba en esos momentos, liándose a golpes alrededor de él estaban sus hombres.Lo que hacía en ese momento era demostrarle a todos ellos lo que le pasaba, a lo que los traicionaban.Michael era un hombre implacable cuando se trataba de negocios, es más, no toleraba que nadie tratara de verla la cara o peor, aunque le llevara la contra.—Miren bien, si vuelvo a descubrir que alguno de ustedes está vendiendo mi producto a menores de edad, esto que le pasó a este sujeto es lo mínimo que le haré al siguiente.Ninguno de los presentes lo dudo, en los ojos de Michael no pudieron encontrar ningún resquicio de humanidad mientras hablaba, mucho menos al momento de ejercer su castigo.Todos sintieron pena por el pobre imbécil que se había atrevido a desobedecer la orden emitida por el gran jefe, como todos lo llamaban.Aunque claro, antes de castigarlo, le dio la oportunidad de poder defenderse en un uno a uno.El hombre creyó que podría con Michael, y claro es que siempre anda
Fleur llevo a Michael hasta su cuarto, tras él prácticamente dormirse sobre de ella en el pasillo, ella no tenía corazón para dejarlo ahí por lo que lo llevo hasta su habitación, ahí le saco la ropa buscando alguna herida, comprobando que no estaba herido, después de eso que quedó a cuidarlo, quedándose dormida ella también sin darse cuenta. Perdiéndose cómo todas las noches en sus sueños, dónde su jefe era el protagonista.— Por fin te encuentro cara mía.Ella no respondió rápido, todo lo contrario se quedó donde estaba viéndolo a los ojos, retándolo a acercarse.—¿Por qué te escondes?— le susurró al su oído acorralándola entre la alacena y su cuerpo, sus manos recorriendo su cuerpo, sintiendo como su toque encendía su piel a pesar de tocarla por arriba de la tela de su ropa.Fleur cerró sus ojos, dejándose llevar ¿Por qué no habría de hacerlo? A fin de cuentas ella lo deseaba, llevo su mano diestra por el brazo izquierdo de Michael, posando su mano en su cuello, notando como él eli
Ella negó al ver que se encontraba desnudo, sobre todo al tener en su mente su sueño y todo lo que había pasado en él.—No, yo no…—¿Entonces por qué se ha quedado a cuidarme toda la noche? ¿Por qué me ha hasta desvestido?Ella no estaba preparada para aceptar sus sentimientos, por lo que se paró rápidamente de la cama.—Lo hice porque soy una buena niñera, mi deber es cuidar al pequeño Michael y ti.Él ya no dijo nada, pero obvio que no era del todo cierto lo que ella decía, estaba seguro de que ella soñaba con él y que no era un sueño inocente. Pero por ahora la dejaría en paz, eso sí, no pudo evitar sonreírle con arrogancia.Fleur se sentía cansada, aunque había dormido cómodamente, lo cierto es que su cuerpo resentía el haber cargado con el peso muerto de Michael hasta su cama y por eso todo su cuerpo le dolía, dejándole la sensación de sentirse cansada.—Mama Fleur ¿te sientes mal?— le pregunto el pequeño Michael.Ella negó, acariciando el rostro, tratando de tranquilizar al pequ