—¡Señora Kore, estamos a su servicio!Los hombres que Fleur había reunido se encontraban frente a ella como un batallón, no importaba lo rudo que se vieran. En ese momento eran soldados que darían su vida por la mujer frente a ellos.Por su líder, la mujer de Hades, o como mucho, empezaban a nombrar a Fleur por el apodo de Kore en honor a la esposa del dios del Inframundo.Ninguno dudaba de la fortaleza de esa mujer, realmente sentían que se encontraban frente a una diosa colérica por el hecho que unos simples mortales se hubieran atrevido a mantener a su esposo cautivo a base de argucias y de engaños.Hasta su padre tuvo que reconocer que se sentía algo apenado por no haberse hecho cargo de ella y un pequeño resquemor al momento de analizar que si Fleur era la imponente mujer que era, se debía a que él se había ido.De haberse quedado tal vez Fleur no sería la mujer que era y eso le hacía sentir una completa basura, aunque claro no lo daría a demostrar, todo lo contrario se aprovecha
Después de deshacerse del enemigo de Templo negro, tanto Hades como sus hombres resurgieron más poderosos que nunca, no había nada ni nadie que se opusiera a ellos, los hombres con los que trato Fleur en su papel de esposa de Hades, no pudieron más que aceptar la sociedad que ambos proponían.Era un negocio que ninguno de esos hombres podría negarse a aceptar, a menos que estuviera loco y deseara tarde o temprano caer en la desgracia sin que nadie se atreviera a ayudarlo.—Es un trato Hades, es la primera vez que no puedo objetar a alguien, bueno la segunda vez. La primera fue tu esposa. Mis respetos a ambos y que tengan una larga vida.Todos concordaron con lo dicho por el ruso que fue quien expresó sus sentimientos. Una vez a solas, Fleur pasó sus brazos alrededor del cuello de su esposo, coqueta.—¿Ahora que es lo haremos, esposo mío?— le preguntó sin dejar su lado travieso, bajando por el cuello de su esposo, disfrutando de cómo su toque erizaba por completo su piel.Michael se d
—Mamá voy a llegar tarde, además ya no soy un niño.—Eso lo sé, sé que ya no eres un niño Michael, aun así un beso a tu madre no te hará que dejes de tener la edad que tienes.Cinco años habían pasado desde que Michael y Fleur se han casado, muchas cosas han cambiado empezando por sus hijos.El pequeño Michael que siempre se la pasaba tras de ella ahora es todo un adolescente que desea todo menos que su madre esté tras de él.La pequeña Rosalie es una traviesa que no para de darle dolores de cabeza cada que ella le pierde la mirada.Fleur no puede quejarse. Su vida es muy feliz y tranquila. Desde hacía dos años en los que Michael se retiró como jefe de Templo Negro y cedió su lugar a su mejor amigo y hombre de confianza.Sabía que dejaba a la organización en buenas manos, además no podía permitirse poner en peligro a sus hijos o a su esposa.Aunque no solo fue Michael quien tomó esa decisión por el bien de los niños.Ella también deja de ser Kore, la esposa de Hades.—Rosalie— Fleur ll
—Te lo aseguro amiga, el día de hoy tú y yo salimos con novios ricos— dijo Míriam al llegar al bar donde la había obligado a ir a pesar de sentirse cansada y sin ningunas ganas de salir.— Yo solo quiero tomarme un Martini y volver a mi casa — Aseguró Fleur quién no las tenía todas, su amiga era asidua a encontrar algún chico guapo y desaparecer con él.Cómo era de esperar, Míriam no tardó en coquetear con todo lo que se le ponía enfrente, sobre todo si tenía la apariencia de tener dinero, hasta que desapareció, dejándola sola.—Perfecto— dijo, hablándole al joven de la barra para cancelar su deuda y marcharse.Fleur pagó su copa y le sonrió al camarero para despedirse, más no pudo marcharse. Frente a ella estaban un par de hombres impidiendo su paso.—Mira qué linda señorita tenemos aquí— dijo el más alto de los dos.—Si me permiten, me estoy yendo— se excusó Fleur haciéndose a un lado y volviendo a intentar alejarse.El otro sujeto la tomó de la mano, obligándola a volver sobre sus
Había sido un despertar un tanto caótico para Fleur y, tras salir de debajo del hombre desconocido con el cual había despertado esa mañana, ella corrió a refugiarse al cuarto de baño, como si fuera su tabla de salvación, por el lujo del baño era obvio de que ese no era su baño, ni siquiera recordaba haber estado nunca allí o saber en qué parte de la ciudad se encontraba en ese momento.—Fleur, ¿Pero dónde te has metido? — se decía a sí misma tratando de recordar lo ocurrido la noche anterior, pero le era imposible su cabeza, dolía y recuerdo sin conexos se mezclaban en ella—No puede ser que hayas perdido tu virginidad con un completo desconocido— se recriminaba mientras se veía al espejo buscando alguna marca en su cuerpo, ladeando el cuello y pasando los dedos en busca de la completa normalidad que, por suerte encontró en su piel.Necesitaba aclararse y la única forma que conocía para poner su mente en blanco era dándose un baño, por lo que volvió a asomarse a la puerta.—Disculpa…—
Ese lunes por la mañana parecía que no sería su día de suerte, Fleur no solo llegaba demasiado tarde a su trabajo, también estaba cayendo un diluvio sobre ella, por lo que tuvo que perder aún más tiempo buscando su paraguas antes de salir de casa, sus pasos eran rápidos y pesar de que las calles estaban inundadas con agua.—Debes llamar a los de soporte y hacer que ellos arreglen ese problema.La respuesta que obtuvo a través de su móvil, solo hizo que Michael enfureciera, lo que llevó a aumentar la velocidad de su auto justo en ese momento, sin darse cuenta de que una joven estaba parada en el cruce de peatones esperando el paso mojándola por completo.—¿Qué no puedes conducir con cuidado?— le grito Fleur al dueño del auto, aun así era imposible que esté le hubiera escuchado, por lo que solo se conformó con ver el número de sus placas. No se le olvidaría. Justo cuando pensó que nada podía ser peor, su jefe, quien jamás llegaba temprano, se encontraba esperándola en la entrada del re
—Yo, en verdad, lo siento— se disculpó Míriam al enterarse de lo sucedido el día que la dejó en el bar.Por supuesto Fleur esta vez no estaba dispuesta a perdonarla, esta vez su amiga tendría que hacer algo más que decir lo siento y traerle el desayuno—¿No me vas a perdonar?— le pregunto al no obtener respuesta de su amiga. A quien siguió haciéndole pucheros— mira he venido hasta tu casa con el desayunoFleur tomó la bolsa del desayuno y le sonrió—No, no te voy a perdonar Míriam y si me disculpas, Tengo que apurarme, tal vez si me traes por un mes el desayuno puede que te perdone— fue todo lo que le dijo a su amiga antes de cerrarle la puerta. Se sentía tan bien cerrarla la puerta, alguien que pensó en que debería de hacerlo más seguido.Gracias a Míriam y a su desayuno de disculpa no había tenido que matarse haciendo su propio desayuno, es más, por primera vez tenía tiempo para caminar hasta la parada del autobús e ir al trabajo.Fleur hasta se atrevió a sonreír en todo el trayecto
—Por favor pequeño estoy trabajando, no puedo estar aquí hablando contigo — Fleur no quería tener más problemas, aunque tampoco deseaba seguir siendo acosada.Lo único que deseaba era poder hacer su trabajo tranquila, solo eso deseaba. Vio como el hijo de su jefe se movió de su lugar y se dirigía hacia ella.Michael observo cómo el sujeto se movió de su sitio, se encontraba molesto, pero más molesto se encontraba él.Estaba al tanto que era el motivo por el cual la joven Lombardi tenía demasiado estrés esa semana. —Por favor, si no van a ordenar nada, podrían de…— ni siquiera termino de hablar.¿Cómo podría hacerlo con la mirada que le estaba dando Michael en ese momento?El sujeto trago pesado, al sentir y ver la mirada del padre del niño sobre la suya.—¿Tiene algo que decir?— le pregunto Michael al sujeto.Este negó. Viendo a Fleur con enojo. —Hijo, porque no pides algo para comer— le instruyó Michael a su hijo.—Si quiero todo lo que hay en el menú infantil — dijo el niño alzand