Aeropuerto Catania- Fontana rossa - Catania (sicilia) Caminaban tomados de la mano, ambos con abrigos de cuerpo completo y lentes oscuros, cada uno con un niño en brazos, mientras miraban hacia todos lados, asustados o nerviosos apesar de que intentaban aparentar que todo estaria bien. Él hombre se detuvo en la puerta de embarque de la aerolinea Alitalia, besando las manos de la mujer susurró un par de oraciones en un fluido italiano, soltandose de su agarre la mujer acaricio la mejilla de su marido con ternura, sus ojos llenandose de lagrimas mientras él limpiaba las que se derramaban. —¿Estás seguro? —preguntó ella con duda, el hombre a su lado asintió. —Stefano dijo que si nos dividimos será más difícil que nos rastreen — murmuró limpiando otro par de esquivas lagrimas. —No quiero separarme de ti. —El bebé dormido en los brazos de la mujer se removió y ella lo acunó hasta que volviera a dormir. —Yo tampoco, amor. —Él acarició su mejilla—. Pero es mi manera de protegernos
Las Vegas, Enero de 2021. 27 años despues... Jameson... Había una chica de grandes pechos observandome desde la parte norte de la mesa, sonreí guiñandole el ojo sin importarme la mujer sentada a mi lado, ella, lamió su labio inferior en una clara invitación, llevaba más de veinte minutos coqueteando. Tomé los dados de la mesa y Kate, se apretó a mi traje de siete mil dólares, haciéndole arrugas, plenamente consciente del coqueteo entre la rubia y yo, mi ego se vanagloria ante su marca de posesión, pero algunas veces mi ego y yo no nos llevamos muy bien; así que, me removí haciendo que se separara de mí, ella entrecerró los ojos mientras le di mi sonrisa cínica. Ni siquiera entendia el sentido de su molestia, ella sabía perfectamente cuál era su lugar en mi vida. —¡Vamos, baby, tú puedes, amor! —susurró en mi oído y yo besé los dados antes de lanzarlos; como en una sucesión en cámara lenta, los vi en el aire… cayendo sobre la mesa, mostrando claramente el doble seis que necesitab
Jameson —Quiero ir a las ruletas —avisó Jackson. Yo quería una línea. —Pero, bebito… —Sasha intentó ser seductora, mientras sus manos tomaron la corbata de Jackson—. Has perdido un montón de dinero; además, casi son las cuatro de la mañana. —Tiró del pedazo de tela, y la vena en el cuello de Jackson se hinchó—. Mejor nos vamos a la habitación y te doy lo que te gusta… —Mordió su oreja en un tonto intento de seducirlo, conocía muy bien a Jackson y Kate también y estaba causando todo menos excitación en mi amigo. —Jameson... —murmuró Kate a mi oído, con temor, justo cuando Jack tomaba a Sasha del brazo y barbilla, apretándola con fuerza. —¡A mí nada ni nadie me manda, menos tú, idiota! —El agarre en su brazo se apretaba y Kate lo hacía en el mío, yo quería divertirme un rato, así que esperé—. ¿Quién te crees que eres?, ¿¡mi puto padre!? —gritó mi amigo—. A ti no te debe importar cuánto estoy perdiendo sino los todo el dinero que te voy a pagar. —Jameson… —Chasqueé mi lengua a Kate—
Jameson. Al día siguiente, desperté pasado el mediodía, gracias a los insistentes timbrazos de mi celular, miré la pantalla para observar quién osaba interrumpir mi sueño, el nombre de mi padre brillaba como si tuviera luces de neón. Volví a colocar el celular en la mesa, realmente no me daba la gana discutir con Domenico hoy. En cambio, observé a Kate desnuda a mi lado y recuerdos fugaces de la noche anterior casi hacen que me quede en cama junto a ella, negando con mi cabeza salí de la cama y me encaminé hacia el baño, cada segundo que permanecía ahí, perdía dinero y, si había algo que no me gustaba… era perder. Yo siempre ganaba, era un puto rey, uno que no necesitaba una corona para hacer lo que quisiera con solo un chasqueo de dedos. Luego de una larga y relajante ducha, salí del baño solo con una toalla amarrada a mi cintura, sonreí al ver mi cama vacía, Kate era la mejor, por eso llevabamos tanto tiempo juntos, ella conocia mis manias, mis reglas, ella sabía perfectamente que
Tyler El restaurante se encontraba a reventar, como casi todas las noches; en Las Vegas, los empresarios más importantes se reunían allí para finiquitar negocios o pasear con mujeres atractivas, siempre era lo mismo, estaba atendiendo una mesa cuando sentí mi celular vibrar en mi bolsillo, miré sobre mis hombros,buscando con la mirada alguien que pudiera cubrirme, me había manchado la camisa con vino, pero había estado tan ocupado que no habia podido cambiarme, sin embargo tenia que contestar. Hugo uno de los meseros entendió mi mirada; así que, él se quedó tomando mi orden, corrí hasta la cocina saliendo al callejón detrás del restaurante para contestar la llamada al notar quién era. —¡Papito! —El grito de Mia me hizo apartar el teléfono del oído, a pesar de eso, amaba que estuviera tan enérgica. eran pocas las ocasiones que podia escuchar a mi bebé así de feliz. —¿Cómo está la princesa de papá? —pregunté a mi niña bonita. —Bien, papi, hoy no fui al colegio, la nariz me sangró ot
Tyler Entré a la cocina buscando al chef, el pobre estaba completamente atareado con el servicio, sus ayudantes estaban trabajando a mil. Hablamos rápidamente de “La presa” y me entregó el pedido de la mesa quince, estaba entregando dicha comanda, cuando vi a el señor Stanfort salir de su oficina y hablar con un hombre que estaba de espaldas a mí, una hermosa mujer de cabellos de fuego, lo acompañaba; era alta, delgada y con una piel casi traslúcida… vestía un abrigo de piel, que a leguas, se veía que costaba un año entero de mi sueldo. Llamé a Erick, otro de los meseros y lo presenté con los comensales de la mesa quince y peiné mi cabello con mis manos antes de dirigirme al reservado dos, en donde me esperaba mi jefe, con el niño rico y la mujer hermosa. —Bueno, mi querido Jameson, te dejo en compañía de uno de mis mejores empleados. —Suspiré, levemente nervioso, ubicándome a un costado de la mesa y entregando las cartillas del menú. —Buenas noches, bienvenidos al Todd Olives, mi
James —¿Lo viste? ¡Es idéntico a ti! —exclamó Kate, cuando el mesero se marchó. Miré hacia un lado quitando la mugre de mi hombro—. ¡James! —Tiene tanto pelo en la cara que pensé nos habían enviado un simio como mesonero, ¿y viste sus lentes...? —Kate arqueó una de sus cejas con incredulidad—. Está bien, nos parecemos, pero no somos iguales. —Tomé la copa y caté el vino, cada gota de este borgoña valía lo que costaba—. Le falta clase. —Ella se inclinó hacia adelante. —Sabes a lo que me refiero… Si no te conociera desde hace más de diez años, diría que es tu hermano. —Mi madre murió mientras yo nacía, a menos que Domenico tenga un hijo del que yo no sepa su existencia, soy hijo único —le recordé, pero no podía evitar la curiosidad hacia el mesero, podría decir que prácticamente me había encontrado con mi doble. —Lo sé, pero… —Arqueé una de mis cejas—. Son como dos gotas de agua, diría que exactamente iguales. Golpeé la mesa con la copa, completamente molesto por sus comparaciones
James —Al Stratosphere Tower, serás mi talismán de la suerte nuevamente. —Tomé su barbilla con mis dedos—. ¿Tienes las bragas vibradoras? —Tú me ordenaste que me las colocara —susurró, acercando su boca a la mía—. Yo vivo para complacer a mi hombre. —Su lengua se deslizó por mis labios y la atrapé con mis dientes, reteniéndola por unos segundos. —Bien, porque cada vez que pierda, la encenderé… —Me gusta el castigo, si luego, me vas a recompensar —retó ella con coquetería, solo le di mi sonrisa ladeada levantando mi copa una vez más—. James. —El rictus serio de su boca, me dijo que necesitaba algo de mí—. ¿Has sabido algo de Jack? —Jackson, su nombre es Jackson… —Lo sé, no es que esté interesada en él o algo, es solo que la habitación estaba organizada esta mañana, lo que me indica que Sasha no pasó la noche ahí y, cuando volví seguía igual, estoy preocupada, él estaba muy drogado anoche. Comí un poco de mi comida, gimiendo por los sabores antes de contestar. —Jackson es indifen