30: A donde vas a ir

Los tres giraron sus cabezas al lugar en el que habían dejado lo que creían era el cadáver de la loba de pelaje ocre y la vieron apoyándose en su rodilla para al fin levantarse.

—¡Sal!

—¡Salomé!

Exclamaron la guardiana y el beta respectivamente.

Con energía renovada, Egan se puso también de pie y junto con Kaia corrieron hacia la loba bajo la atenta mirada de Claus que se permitió ese gesto de amabilidad.

Nada más llegar con Salomé, Kaia se apuró a abrazarla, aliviada de ver a su amiga viva, mientras que Egan preguntó:

—¿Cómo te encuentras?

—Peor de lo que se ve —respondió la loba y una vez que la vampiro le soltó, miró a Kaia y dijo—. Si tú estás aquí, eso significa…

—Sí —asintió Kaia—. Tu hermana, Nicol

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP