—¿Qué…? ¡¿Qué es tan gracioso, fenómeno?! —gritó Kimaris molesta pateando a Kaia en el estómago con tal fuerza, que la arrojó hasta una de las esquinas de la habitación, pero eso no bastó para hacer que la carcajada de la vampiro se detuviera.
—Eso… ¿eso es lo que crees? —preguntó Kaia una vez que pudo recuperarse de la patada—. Entonces no sabes nada. El maestro no te dio el puesto de líder porque yo hubiera ganado su aprobación sobre ti, sino porque él siempre vio que algo no estaba bien contigo.
—¡¿Qué?! —aulló Kimaris, ofendida.
—El maestro siempre pensó que tu ambición era desmedida y que darte el puesto de líder de los stars keepers te llevaría a un terrible camino —explicó Kaia—. El error del viejo tonto fue que
Kimaris había logrado escapar, pero por lo menos no todo estaba perdido. Había logrado recuperar el Dubhe y ahora que con seguridad la demonio estaría lejos, su influencia desaparecería.Dicho y hecho: Tyrone que continuaba luchando tan ferozmente contra su beta, se detuvo, su cuerpo al fin y al cabo era viejo y si continuaba moviéndose era por las órdenes de la demonio, así que sin más hilos que lo movieran, cayó presa del cansancio al suelo.—¡Señor Tyrone! —gritó Egan yendo a revisar el estado de su alfa, pero se sintió aliviado al ver que sólo estaba inconsciente.Por su parte, Nicole dejó de pelear contra Carolos, confundida parpadeó un par de veces y luego miró al lobo.—¿Ca-Carolos? —preguntó la pequeña.Aliviado, el hijo del beta negro suspiró feliz de que ya no tení
Claus miraba con cierta decepción en su rostro el cuerpo inerte de Salomé que sostenía por el cuello de la blusa de esta, cuando escuchó los pasos de Kaia y Egan entrar al recinto. Giró la vista hacia ellos y al verlos, sus cejas se levantaron por la sorpresa. Arrojó el cuerpo de la loba hacia un rincón de la habitación como si fuera un montón de basura y preguntó calmado pero con cierto tono amenazante en su voz:—Kimaris, ¿en dónde está?El lobo y la vampiro ignoraron la pregunta y fueron corriendo hacia donde el cuerpo de su compañera había caído, se arrodillaron al lado de esta para revisarla. Se le veía en un terrible estado, con un hilo de sangre bajando por su frente y otro saliendo de su labio hinchado.—¿Cómo está? —preguntó Egan al ver que Kaia comenzaba a revisar a Salomé.&m
Los tres giraron sus cabezas al lugar en el que habían dejado lo que creían era el cadáver de la loba de pelaje ocre y la vieron apoyándose en su rodilla para al fin levantarse.—¡Sal!—¡Salomé!Exclamaron la guardiana y el beta respectivamente.Con energía renovada, Egan se puso también de pie y junto con Kaia corrieron hacia la loba bajo la atenta mirada de Claus que se permitió ese gesto de amabilidad.Nada más llegar con Salomé, Kaia se apuró a abrazarla, aliviada de ver a su amiga viva, mientras que Egan preguntó:—¿Cómo te encuentras?—Peor de lo que se ve —respondió la loba y una vez que la vampiro le soltó, miró a Kaia y dijo—. Si tú estás aquí, eso significa…—Sí —asintió Kaia—. Tu hermana, Nicol
Claus levantó la mirada y vio que era Salomé quien le sostenía de su mano izquierda para evitar que cayera a aquel funesto destino.—Claus… —le llamó la loba— Se terminó, perdiste. Pero está bien, por favor, sólo ríndete y entréganos el anillo. No tiene que terminar así.El lobo gris le miró. Primero inexpresivo y luego… sonriendo.—No hay marcha atrás en el camino que yo mismo elegí, cachorra —respondió bajando la cabeza y cerrando los ojos—. Después de todo, traicioné a mi manada con el único objetivo de obtener un deseo egoísta para mi corazón.Ante esas palabras, sorprendida, Salomé levantó las cejas. Claus abrió los ojos y continuó:—La única forma que tengo para salir de esta es entregarte el anillo, ¿y luego qu&eac
Varios días ya habían pasado desde que Salomé y Carolos se habían ido de su villa.En la entrada de esta, al lado de varios cazadores, Daniel y Barak esperaban ansiosos. Tan sólo el día anterior un mensajero de los lobos grises les había llevado el aviso de que Tyrone en persona iría a verles.Tanto el alfa como el beta de los negros estaban nerviosos pues no sabían qué significaba la visita del alfa gris y si tendría que ver con las acciones de sus hijos. Pronto, saliendo del bosque, se hicieron visibles las figuras de varias personas; eran en su mayoría cazadores grises, encabezados por Tyrone, veía que venía su beta con ellos y aunque no había rastro de Kimaris o Claus, sí notó en cambio otras cuatro personas a su lado: una pelirroja, Carolos… y a sus dos hijas.Nada más verle a la distancia, Nicole no aguantó las ganas y
Y listo, con esto he completado lo que sería el volumen 1 de las aventuras de Salomé.Un poco de trivia: la idea original era empezar esta historia por todo lo alto, haciendo que Salomé dejara su hogar y se fuera por el mundo enfrentando poderosos enemigos. Todo pintaba a ser una saga larga que podría expandirse a varios volúmenes… pero entonces recordé que no he tenido suerte con sagas largas y decidí un inicio un poco más modesto para mi loba: una aventura que se pudiera considerar auto conclusiva y pudiera cerrar con un “Fin” y no un “continuará…” en caso de que no me fuera conveniente seguirla.Ahora, ¿voy a trabajar en la siguiente parte? Bueno, si bien el recibimiento que tuvo la obra no fue el que esperaba, me parece que fue uno bastante bueno, lo suficiente para motivarme a continuar la historia, tal vez no como una de mis prioridades, pero sí esta
Durante casi toda su existencia, las personas han mirado al cielo nocturno tratando de desentrañar su futuro o su objetivo en la vida.Pero al hacerlo nunca se han puesto a pensar que tal vez, desde las estrellas…Algo les mira de vuelta***Arcadia es una isla en los mares del sur del planeta Aeés, llena de bosques, ríos y un volcán semi activo en su parte oeste al que los locales llamaron monte Licaón en honor a un antiguo rey. Una gran cantidad de seres vivos habitan ahí, desde pequeños roedores hasta enormes osos, pasando por jabalíes que pese a sus gruesas carnes, son rápidos y fuertes… como ese con el que nuestra historia inicia.Un jabalí corría desesperado y no era para menos: temía por su vida. J
Una vez Claus y Kimaris desaparecieron entre los árboles, Salomé se dejó caer en el suelo para respirar más relajada ahora que la confrontación se había evitado, pero se dio cuenta de que sus problemas estaban lejos de terminar cuando notó que sus compañeros ya se habían puesto de pie y se plantaron frente a ella. Vio sus rostros; Carolos se notaba preocupado pero los otros tres se veían sorprendidos.La loba marrón pasó saliva debido a que no sabía qué esperar. Había mostrado eso que tanto había tratado de ocultar: que estaba desarrollando una fuerza física que no era normal, ni siquiera en un hombre lobo. ¿Cómo reaccionarían ellos? ¿La tratarían como un bicho raro? ¿Le temerían? ¿Provocarían que la exiliaran como el monstruo que era?Finalmente Orien habló para decir lo que s