—Sarita, mi amor, ¿cómo te fue en la universidad?—Hola, papá. Me fue muy bien. Las clases fueron emocionantes. —Le responde ella.—Me alegro mucho por ti, porque a partir de la próxima semana te voy a poner en el área comercial para que puedas estar ocupada por las tardes. —Le comenta.—Es una excelente idea, ya que prefiero estar más en la empresa que en la universidad. —Le contesta Sara.— ¿Y por qué, hija, prefieres estar aquí y no en la universidad? —El semblante de su padre se pone serio.—Me gusta la universidad, pero he decidido cambiarme de horario, concretamente los sábados. —Le aclara Sara.—Está bien, si esa es tu decisión, hija mía, la respeto. Te adoro, mi amor. Él la besa tiernamente en la frente.—También te quiero mucho, eres el mejor papá del mundo. Sara le abraza calurosamente.El doctor Néstor no es consciente de la difícil situación que está atravesando su hija. Además, ella no quiere preocuparlo hablando de su vida sentimental, y mucho menos de Miguel Ángel.A p
— ¡Vaya! ¡Vaya! Tú hiciste esta reserva para dos. —Le dice Miguel a Victoria.—Así es, mi querido Miguel. Tenemos una noche agradable con una buena comida. —Le responde ella.—Supuestamente, esto debería ser una cena para hablar de negocios, no tanto para una cita romántica. —Él le replica.—Claro que es de negocios, pero me gustan los ambientes románticos y privados como este lugar. —Ella le guiña el ojo seductoramente.Mientras se sirven la cena y toman unas copas de vino, celebran el nuevo puesto de Miguel Ángel en la petrolera. Ambos se ríen, se coquetean, se cogen de la mano y se besan con pasión.Sin embargo, Victoria, tan calculadora como siempre, evita acostarse con Miguel Ángel por el momento.Tras aquella agradable velada, Miguel Ángel conduce a la mansión de Victoria. Al llegar, los dos se quedan conversando en la puerta de entrada, se vuelven a besar y se despiden.Pero desde la parte superior de la mansión, Sara observa en silencio aquella escena, que desde ese instante
En medio del mal momento que atraviesa Victoria, se siente un poco consolada al saber que Miguel Ángel vendrá mañana.Al terminar de firmar varios cheques, el doctor Néstor, y su hija salen de la oficina para tomar un café a dos manzanas de la empresa.Padre e hija están felices, solo falta que doña Guadalupe llegue a Ciudad de México para completar esta felicidad.En la cafetería, el doctor Néstor contempla el rostro de su amada hija. Su mirada está llena de amor y dulzura.—Mi amor, eres tan hermosa como tu madre; tus ojos y sonrisa me recuerdan las primeras veces que salí con ella para invitarla a tomar un café.— ¿En serio, papá? —Le pregunta ella.—Así es, tal y como ahora lo estamos haciendo, Guadalupe y yo pasábamos largas horas conversando sobre los dos y nuestros futuros planes. Néstor se llena de nostalgia al recordar a su amada Guadalupe.—Eres tan tierno, papá. Espero conocer a un hombre como tú cuando me case. Sara le sonríe.—Yo sé que sí, mi amor. Espero que tu futuro e
Al transcurrir el día, ambas van a almorzar, pero, para sorpresa de Sara, Diego Brindissi entra en la oficina con un ramo de flores y una caja de bombones.—Hola, mi querida Sara. Estás radiante y hermosa como siempre. Diego le besa suavemente la mano.—Hola, Diego. Gracias. ¿Tú cómo estás? —Le saluda cordialmente.—Estoy muy bien, de hecho, he traído este ramo de flores y estos chocolates, espero que te gusten. Diego sonríe.—Muchas gracias, no es necesario que te molestes por estos lindos detalles. Sara se sonroja.—Me gustas, Sara, y voy a hacer todo lo posible para ganarme tu aprecio y la aprobación de tu padre. Perdóname por ser tan directo, pero es mi manera de ser. —Le dice Diego con firmeza.Sara guarda silencio por unos instantes hasta que con una tímida voz responde:—No sé qué decirte, Diego. Me has cogido de sorpresa de verdad. De todas maneras, te agradezco las flores y los bombones.—No te preocupes, tenemos todo el tiempo del mundo para que las cosas fluyan por sí solas
—Sí, el mismo. Ese hombre no es lo que parece, es un seductor y un miserable egocéntrico que se complace causando daño a los demás. —Su voz es suave, lenta y vacía.— ¿Tuviste algo con él? El rostro de Pamela expresa asombro.—Gracias a Dios no, pero desde la universidad no ha dejado de hacerme la vida imposible. Ahora quiere seguir atormentándome en el trabajo.— ¡No puedo creer lo que me acabas de decir! Pensé que Miguel Ángel era un caballero respetuoso y gentil con las mujeres.— ¿Conoces a Miguel? —Pregunta Sara, mostrando sorpresa en su semblante.Hace un par de días lo conocí, cuando la directora del área de finanzas lo presentó a los demás directores. —Le dice.—Me imagino que también pretendió hechizarte con su elocuencia y su vana hermosura externa. —Le responde.—La verdad es que me has dejado impactada con lo que me acabas de decir. Me resulta difícil creer que un hombre tan simpático fuera una ilusión. —Pamela se apena al saber la verdad.—No quiero seguir hablando de Mig
En la mesa del comedor, Victoria espera con ansias a su tío y a Sara para que se deleite en sus adentros la reprimenda que su prima va a recibir por llegar borracha a la madrugada.Cuando se percata que ambos bajan por las escaleras bien abrazados y llenos de felicidad, su rostro cambia radicalmente. Victoria no esperaba esa inesperada escena.Sin decir palabra alguna, pide a la empleada que le traiga el desayuno. En su rabia, vota contra el piso el charol con la leche, los huevos revueltos, el tocino y vaso de jugo.— ¿Qué sucede Victoria? —Le pregunta su tío al ver tal extraña actitud.—No pasa nada tío. Me disculpo por votar el charol al piso. —Ella contiene su ira.Sara se limita a observar la actitud hipócrita de su prima, ella sabe que todo es un mero montaje.Todos terminan de desayunar, excepto Victoria. Ella se despide solo de su tío. Sara, por su parte, no tiene ganas de ir ni al gimnasio ni al trabajo. Quiere quedarse en su habitación, acostada en la cama y viendo películas
Toda la tarde la pasaron charlando, viendo películas, comiendo golosinas y riéndose un poco. Menos mal que Sara tiene una amiga que realmente le aprecia y que está dispuesta a hacer todo lo posible para verla bien.Al final de la tarde, Estefany se despide con un caluroso abrazo y le dice a su mejor amiga que siga yendo al gimnasio donde va Diego.El deseo de Estefany es que Sara salga con Diego y se olvide de Miguel Ángel.Ese mismo día por la noche, Victoria sale de nuevo con Miguel Ángel, pero esta vez no es una cita de negocios, sino una invitación a tomar algo e ir a un hotel a tener intimidad.Por suerte, Victoria no sabe que Miguel Ángel está tratando de llevar a la cama a su prima Sara. Si ella se entera de este secreto, no cabe duda de que su odio irá en aumento día a día.«Espero con ansias a mi futuro amante, ahora ha llegado el momento de hacer el amor con Miguel Ángel». Dice Victoria mientras se fuma el cuarto cigarrillo en su oficina.Miguel, como de costumbre, tarda med
Pequeños gemidos salen de los sensuales labios de Victoria, pero en ese momento ella le invita a la pista de baile para bailar muy pegados. Victoria no deja de besar a Miguel Ángel, él en cambio comienza a besarle el cuello, las orejas y cerca de los pechos.Después de bailar, regresan a la mesa para tomar las últimas copas de whisky, ya que los dos están mareados.—Salgamos de aquí. —Le susurra Victoria.—Vamos donde tú quieras. —Él le responde.—Al hotel, mi adonis, al hotel. Ella le sigue susurrando al oído.—De acuerdo, mi bella diosa Venus. —Le dice.Miguel Ángel está al volante, Victoria se agacha para sacarle el pantalón y empieza a estimularlo con sus delicadas manos. Ella lo lame por completo y él disfruta de aquel momento al sentir una sensación muy placentera.— ¿Te gusta cómo lo hago, mi amor? —Victoria se lame seductoramente los labios.—Me vuelven loco tus lamidos. —Migue está tan excitado que apenas puede articular unas pocas palabras.—Esto solo es el comienzo de lo q