— ¿Por qué estás pensativa, Sara? —Le pregunta Estefany.—Desde la primera vez que llegué a la mansión de mi padre, Victoria siempre ha venido a dormir. Me parece raro que no viniera ayer. —Sara muestra algo de incertidumbre en su rostro.— ¿Y desde cuándo te preocupa si tu prima llega o no a dormir? —Le dice ella.—No es que me preocupe, sino que algo se traerá entre manos. Quizá amaneció en los brazos de Miguel Ángel, ja, ja, ja. —Bromea Sara.—No creo que tu prima sea tan promiscua como para acostarse con él en el corto tiempo que están saliendo. —Ella le replica.—Si se trata de Miguel Ángel, puede pasar cualquier cosa. Una vez tuvo intimidad con una mujer en el pasillo de la facultad. La voz de Sara se torna grave.—Para él no hay chica que se le resista por mucho tiempo, excepto tú. —Su amiga le responde.Mientras ellas continúan charlando acerca de Victoria y Miguel Ángel, Diego se coloca sorpresivamente en la parte de atrás donde está Sara y le tapa los ojos con sus largas man
Cuando terminan el desayuno, Diego la lleva a casa y aprovecha para hablar un momento con el doctor Néstor. Todos están felices, pero Sara no, algo en su interior le dice que no confíe en este hombre.Finalmente, Diego se va. Sara y su padre se dirigen a la sala para charlar un rato.«Tarde o temprano vas a ser mía, Sara. Desde el primer momento en que te vi, estoy loco por hacerte el amor y disfrutar de tu virginidad». Diego pronuncia estas palabras llenas de soberbia y seguridad.Miguel Ángel, que es un verdadero casanova, y Diego, que es un conquistador de vírgenes, pretenden a la ingenua e inocente Sara. Estos lobos rapaces quieren devorar viva a la pobre oveja.—Sarita, mi amor, no sabes cuánto me hace feliz verte junto a Diego. Es mi sueño que formalicéis vuestra relación y luego os caséis. —Su padre expresa un gesto lleno de dicha.—Papá, solo salí a desayunar con Diego porque me invitó. Tú sabes que mis prioridades ahora mismo son mis estudios y el trabajo en la petrolera. —Le
Después de hacer el equipaje, los tres van en limusina hasta un inmenso rancho donde hay una pista de aterrizaje. El doctor Néstor tiene un avión privado para viajes de negocios y otro para viajes de ocio.Sara se impresiona al ver los lujosos e imponentes aviones de su padre; Victoria, por su parte, es la primera en subir, junto con varios empleados que estarán pendientes de ella para complacer todos sus caprichos.—Papá, estoy impresionada por estos aviones privados, nunca me he subido a uno en mi vida. —Su tono es alto y largo, demostrando admiración.—Me alegro de que te agraden, mi amor, y este es solamente nuestros primeros viajes juntos, ya que en el futuro tendremos muchos más, no solo de ocio, sino también de negocios. —La expresión de su rostro refleja intensidad y vitalidad.—Gracias, papá, eres el mejor. Sara le abraza a su padre con cariño.—Mi amor, me haces emocionar. —Una lágrima cae por su rostro.—Solo hace falta mamá para completar nuestra felicidad. —Le dice ella.
—Mi amor, te ves hermosa, te pareces tanto a tu madre que me estoy volviendo a enamorar. —Le dice Néstor a su hija con la voz agradable, suave y cariñosa.—También estás guapo, papá. Y gracias por el piropo. —Su voz es tierna y afectuosa.—Me recuerdas mucho a tu madre cuando era joven. En aquellos años dorados, bailábamos juntos en una pequeña pista de baile en Madrid. Él suspira y muestra una mirada nostálgica.—La historia de amor de los dos es hermosa. Me gustaría que me contaras cómo le conquistaste a mi madre. Sara coloca su cabeza en los brazos de su padre mientras bailan lentamente al ritmo de la música.—Es una historia larga, pero emocionante, claro antes de que tu abuelo se entrometiera en la vida de Guadalupe. Néstor agacha la cabeza, mostrando tristeza en sus ojos.—No te pongas triste, papá, eso es pasado. Ahora todo es distinto, tú y mamá estáis bien por fin. Ella le acaricia las mejillas.—Tienes razón, el próximo mes vamos a visitar a tu madre para pasear por el tranq
Victoria después de beber el último cóctel, regresa a la suite donde está su tío profundamente dormido. Ella le despierta y le dice con palabras fingidas lo que acaba de suceder:— ¡Tío Néstor!, ¡Tío Néstor! mientras pagaba la cuenta en la barra del bar, perdí de vista a Sarita. Pensé que se había regresado a la suite, pero solo te encuentro a ti.— ¡Dios mío! ¿Sarita no está en su habitación? Él mantiene el labio superior tenso al controlar sus sentimientos.—No está en su dormitorio, es mejor salir a buscarla con los guardaespaldas. El rostro de Victoria expresa una intensa preocupación, pero solo es apariencia.El doctor Néstor llama enseguida a sus guardaespaldas y a la policía para buscarla de manera inmediata; su rostro palidece y su mirada muestra angustia y desesperación.En ese mismo instante, aquellos hombres del bar transportan a Sara dormida en su coche para llevarla al hotel donde se alojan. Uno de ellos empieza a besarla y a quitarle la ropa poco a poco.—Jorge, ¡esta mu
—Hija mía, Sarita, ¿qué te ha sucedido? ¿Estás bien, mi amor? —le dice su padre con voz baja, debido a su profunda preocupación.—No entiendo, papá, lo que sucedió; lo único que recuerdo es que estaba en el bar con Victoria y dos chicos a los que conocimos. —Sus ojos son incomprensivos, planos y vacíos—Tranquila, mi amor, no te esfuerces, es mejor que descanses y que hablemos con calma cuando estés bien. Le sonríe, le sostiene la mejilla y la acaricia lentamente.Tras la conversación, Sara se queda dormida. En ese mismo instante, Victoria entra en la sala de emergencias mostrando su fingida preocupación.—Tío Néstor, ¿cómo está Sara? ¿Está mejor? Estoy preocupada por su estado de salud, está muy demacrada.—Acaba de dormirse, el doctor me indicó que debe reposar al menos un día hasta que se recupere por completo. —le contesta con la mirada triste y angustiosa.— ¿El doctor tiene un diagnóstico de lo que le sucedió? —Victoria trata de disimular lo nerviosa que está.—Aún no ha dicho
—Hija mía, Sarita, ¿qué te ha sucedido? ¿Estás bien, mi amor? —le dice su padre con voz baja, debido a su profunda preocupación.—No entiendo, papá, lo que sucedió; lo único que recuerdo es que estaba en el bar con Victoria y dos chicos a los que conocimos. —Sus ojos son incomprensivos, planos y vacíos—Tranquila, mi amor, no te esfuerces, es mejor que descanses y que hablemos con calma cuando estés bien. Le sonríe, le sostiene la mejilla y la acaricia lentamente.Tras la conversación, Sara se queda dormida. En ese mismo instante, Victoria entra en la sala de emergencias mostrando su fingida preocupación.—Tío Néstor, ¿cómo está Sara? ¿Está mejor? Estoy preocupada por su estado de salud, está muy demacrada.—Acaba de dormirse, el doctor me indicó que debe reposar al menos un día hasta que se recupere por completo. —le contesta con la mirada triste y angustiosa.— ¿El doctor tiene un diagnóstico de lo que le sucedió? —Victoria trata de disimular lo nerviosa que está.—Aún no ha dicho
— Mientras esto sucedía en Cancún, en Ciudad de México Miguel Ángel trataba de salirse con la suya en la compañía petrolera, intentando conquistar a Pamela, la compañera de trabajo de Sara.Casi todos los días bajaba desde su oficina hasta el departamento comercial para hablar con ella.Ella conocía los consejos que le dio Sara sobre la fama de mujeriego que tenía Miguel Ángel; sin embargo, estuvo a punto de ceder a sus tentaciones.Un día antes de que Victoria y Sara regresaran a Ciudad de México, Miguel Ángel intentó seducir a Pamela con estas dulces y seductoras palabras:—No cabe duda de que las colombianas tienen una voz que derrite a cualquier hombre.—Es verdad, las paisas tenemos una voz bonita. —Ella le sonríe delicadamente.—Además, tu sonrisa es provocativa y me hace imaginar muchas cosas. —La voz de Miguel es seductora y cautivadora.—Me estoy sonrojando, Miguel Ángel, mejor no sigamos hablando o sino... — ¿Sino, qué? —le pregunta Miguel mientras se acerca lentamente a e