—Me refiero a Victoria, esa mujer cruel no tuvo compasión de lo que le pasó a mi madre. Además, me humilló al cambiarme de puesto de trabajo para hacerme limpiar los baños. —expresa el rostro con enfado.—Poco a poco mi prima está mostrando su verdadera identidad. —Sara, lamentándose, le contesta y luego le pasa un vaso de agua a Pamela.— ¿Ella es tu prima?—Desafortunadamente, sí.—De todas maneras, hablaré con mi padre para que sigas trabajando conmigo. —le dice Sara para consolarla.—No, amiga, estás haciendo demasiadas cosas buenas por mí y por mi madre. Además, no quiero enfrentarme de nuevo a tu prima. Tiene los ojos húmedos de tristeza.— ¿Estás segura de lo que dices? —le pregunta.—Estoy segura, es mejor que me vaya al departamento de personal de limpieza para empezar con mis nuevas labores. Su rostro emana una profunda tristeza.Sara, al ver el semblante triste de Pamela, se acerca para abrazarla. Ambas se ponen a llorar y, lastimosamente, ella abandona su puesto de trabaj
Los bomberos llegan justo a tiempo para sacar a Miguel del coche, pero se esfuerzan al hacerlo con cuidado porque ven que tiene la pierna fracturada. El coche comienza a prenderse fuego, pero los otros bomberos logran apagarlo.Después, con mucha dificultad, logran liberar a Miguel del interior del coche. Enseguida llegan los paramédicos con una camilla para llevarlo de inmediato al hospital más cercano.Victoria sube con ellos en la ambulancia. Su rostro está aterrado y lleno de lágrimas; nunca antes se había visto en esta situación y menos aún llorando por alguien. Desde que murieron sus padres y su hermano en un fatal accidente, no ha llorado por nadie y esa es una de las razones por las que tiene el corazón duro.Solo tenía 10 años cuando ocurrió aquella tragedia. Desde aquel día, el doctor Néstor se hizo cargo de su custodia.En el interior de la ambulancia, uno de los paramédicos tiene el semblante preocupado por la gran cantidad de sangre que Miguel Ángel ha perdido; si no lleg
El doctor Néstor llega a su oficina y se sienta sin entender lo sucedido. Hace pocos días, estaba celebrando junto con Miguel Ángel y Diego un importante cierre de negocios.Ahora, si Miguel no sobrevive, quizá aquella inmensa fortuna que está de por medio para abrir varios negocios en otros países esté en peligro.El estrés y las preocupaciones lo están desgastando. Su cáncer de colon, el accidente de Miguel Ángel y la posible millonaria pérdida de aquel negocio.Mientras sigue meditando sobre estos delicados asuntos, entra en la oficina con una sonrisa radiante su querida hija.—Buenos días, querido papito. —Sara le saluda con un dulce beso en la frente.—Mi amor, ¿cómo estás? Siempre me animas con tu cándida y radiante sonrisa. —Le contesta con el tono de voz débil.— ¿Qué pasa, papá? Tu rostro está apagado. Es raro verte así. Ella le pregunta con cierta inquietud.—Acabo de venir del hospital. Lamentablemente, uno de mis mejores empleados ha tenido un fatal accidente. —le comenta.
Ella la mira con odio, pero Sara se limita a saludarla sin mirarle a los ojos.—Supongo que estás contenta por la desgracia ocurrida a mi novio. —le dice Victoria de forma tajante y cortante.—No es así, prima, no malinterpretes las cosas. Siento mucho lo sucedido a Miguel. Ella responde con la mirada llena de paz y serenidad.— ¡No seas hipócrita poniendo esa cara de mosquita muerta! Su voz es altanera.Sara no le contesta y sale de inmediato de la mansión. Victoria no deja de gritarle palabras hirientes.Al llegar al trabajo, la tristeza la invade al saber que ni siquiera su gran compañera de oficina, Pamela, está trabajando con ella. Sino limpiando los baños, tal y como le ordenó Victoria.Mientras tanto en el hospital, ni los médicos ni los familiares de Miguel Ángel han podido hallar las tres pintas de sangre que necesitan. La desesperación crece hora tras hora en ellos.Victoria llega al hospital después de tratar mal a Sara en la entrada de la mansión y se dirige de inmediato a
— ¿Quién es usted, señorita? —le pregunta el doctor, con curiosidad en el semblante.—Buenas noches, doctor. Mi nombre aquí no importa, lo que deseo es donar mi sangre a aquel joven que la necesita con urgencia. —le dice ella en voz baja.— ¿Conoce usted al joven Miguel Ángel?—Lo conozco, pero no quiero que sepa que le he salvado la vida. Quiero que esta transfusión de sangre quede en el anonimato. La voz de ella se torna seria.—Tiene usted idea de todo lo que hemos hecho para tratar de conseguir esas tres pintas de sangre de ese tipo tan raro en el mundo. —Él le replica con voz fuerte.—Su tipo de sangre es Rh nulo, también conocido como «sangre dorada». — ¿Verdad? —Le contesta ella con seguridad.— ¿Me está hablando en serio, señorita? Él sigue dudando de sus palabras.—Si quiere, en este mismo instante hágame un análisis para conocer mi tipo de sangre.El médico, sin pensarlo dos veces, la lleva al laboratorio para hacerle un análisis de sangre.Diez minutos después, el resultado
—Doctor, ¿podría decirme quién donó su sangre? —Debo agradecerle de corazón. —le pregunta Victoria, esperando con ansiedad la respuesta.—El donante ha preferido permanecer en el más absoluto anonimato. Debo respetar su voluntad. —le responde el doctor con seriedad.Victoria, al recibir la inesperada pero milagrosa noticia, se abraza con su tío, que la consuela diciéndole que la esperanza es lo último que se pierde.En la habitación donde Miguel Ángel yacía con varios tubos en las venas, los enfermeros se preparaban para realizar la tan esperada transfusión de sangre.El médico trae las bolsas de sangre necesarias para la transfusión. Los familiares de Miguel Ángel y Victoria esperan en el exterior. Todos están nerviosos esperando el momento en que el doctor salga con el resultado.Casi han pasado tres horas y todo permanece en silencio hasta que una enfermera sale. Victoria se acerca de inmediato para preguntarle por el estado de salud de su amado Miguel.— ¿Cómo está Miguel? ¿Result
Después de la visita de Victoria, los padres y algunos amigos de Miguel Ángel entran en la sala de recuperación para verlo.Al llegar al trabajo, vuelve a ser la misma cruel y fría jefa. Lo primero que hace es ir personalmente a la zona de limpieza, donde está Pamela, para humillarla de nuevo.— ¿Por qué tienes esa cara de amargada? —le dice Victoria, viendo con asco a Pamela.—Buenos días, señorita Victoria. —Estoy bien, un poco cansada, pero bien. Responde con voz tímida.—O sea que estás cansada, no debería estarlo. Aquí todos trabajan con buen ánimo. ¡Cuidado con esas actitudes tuyas! No es mi intención echarte del trabajo, pero si sigues con esa actitud, te pediré la renuncia. Tras decir esto, se da la vuelta con cierta frialdad.El semblante de Pamela se torna triste por seguir recibiendo humillaciones por parte de Victoria.De igual manera, amenaza o despide a gente de otros departamentos a su antojo. Muchos en la empresa desean que Victoria sea destituida de su cargo. Esperan
— ¡Guadalupe, ella es nuestra.....! ¡Ella es nuestra......! —Le dice aquel hombre con lágrimas y profunda tristeza en sus ojos.— ¡Cállate, Néstor! No te atrevas a decir ni una palabra más o nunca te perdonaré. —Contesta ella con severidad y firmeza.—Debe saber la verdad, no se la niegues, te lo imploro por amor a Dios. —Aquel hombre insiste con un arrepentimiento sincero.—Ya me has hecho demasiado daño, ¡vete de aquí! Deja en paz a mi hija. —El semblante de doña Guadalupe se torna impetuoso y exaltado.—No me la niegues, te lo suplico. —La voz del desdichado hombre está llena de angustia y desesperación.Su abnegada madre, al no poder resistir la presencia del anciano, lo echa a empujones hasta la puerta de salida, mientras él le ruega perdón. Terminada la penosa circunstancia, ella se pone a llorar en brazos de su querida hija. Ella está confundida, no comprende la relación que su madre tuvo hace muchos años con aquel triste anciano.— ¡Mamá, no sufras! No es justo que te pongas a