★Dylan.Pasaron largos minutos antes de que Max volviera, su rostro mostraba preocupación y frustración. No había encontrado a nadie, pero el lugar estaba fuertemente custodiado por hombres armados. La situación parecía más peligrosa de lo que habíamos imaginado.Nos infiltramos sigilosamente, evitando ser descubiertos. Utilizamos tácticas de distracción para dividir a los guardias y reducir su número. A medida que avanzábamos, creció la esperanza.★Scott.No tengo idea de por qué dejé ir a Jenny, si Marco se entera jamás podré descubrir dónde está Hanna.¿Montserrat está embarazada?Después de unos minutos vi a Marco entrar."Ven conmigo", pidió y lo seguí.Entramos a una habitación oscura, que solo estaba iluminada con un faro rojo.Estaba en un compartimento secreto de la casa, jamás hubiera imaginado su existencia.Mi vista se perdió en Hanna, que estaba amarrada a una silla. Ella se sorprendió al verme y su expresión de molestia fue muy palpable.Encendió otra luz y pude distingu
Hanna no dejaba de gritar hacia el acantilado, su deseo de encontrar a Max era inmenso pero al mismo tiempo la alejé de ese lugar. No podía permitir que mi hermana estuviera en peligro.Las autoridades se prepararon con equipos y herramientas de rescate para bajar hasta donde Marco y Max habían caído.Jenny se acercó a mí y preguntó: "¿Qué pasó con la señora Abigail?" Mientras miraba el cuerpo sin vida de esa mujer, luego añadió: "Y Max, ¿dónde está?" volviendo su mirada hacia Hanna que no paraba de llorar.Hanna se sentó en el suelo inmutable y creo que eso fue suficiente para que Jenny comprendiera que Max había caído por el acantilado. Jenny caminó hacia ella, se arrodilló y la abrazó.Un oficial se acercó y expresó su deseo de tomar nuestra declaración. Durante el camino hacia aquí, me aseguré de difundir en todos lados las actividades ilegales de la familia de Marco. No sabía si ya habían tomado medidas al respecto, así que no estaba seguro si podía confiar en los policías, consi
★Dylan.Al trasladar a Max al hospital, Hanna no se separó de él. Max se encontraba en coma debido a las heridas sufridas durante su caída, por lo que estaba sedado para permitir que su cuerpo pudiera desinflamarse.Jenny estaba tranquila mientras su madre se recuperaba. Mi madre ya había sido dada de alta y se dedicaba a cuidar de todos nosotros, preparando deliciosas comidas para todos.Con el paso de los días, el padre de Jenny y Montserrat fueron dados de alta. Montserrat continuaba con sus consultas con la psicóloga.★Montserrat:Aún no puedo creer todo lo que ha sucedido, la desaparición de mi padre. Quiero pensar que está muerto, pero las autoridades me informaron que detendrían la búsqueda, ya que no lo han encontrado. Las cosas están muy calmadas.Extraño a mi madre. Pude haberla ayudado a superar lo que le pasó, todos los años de dolor a su lado, pero ella escogió el camino fácil. No había acudido al hospital a ver a Scott, quien salió bien de la operación. Sin embargo, al i
Estoy perdida en un sueño despierta, atrapada entre recuerdos y emociones que se niegan a desvanecerse. Todo lo que dejé atrás se despliega en mi mente como una película vívida, cada detalle es tan claro como si aún estuviera ahí. Aunque han pasado años, ese día permanece intacto en mi memoria: el cielo era de un azul profundo, y el sol brillaba con tal intensidad que parecía querer iluminar hasta el rincón más oscuro de nuestras vidas. El aire estaba cargado de esa anticipación nerviosa que solo aparece cuando se marca el fin de una etapa importante. El recuerdo siempre me deja una sensación amarga, un peso que no consigo soltar. Me siento perdida, como si hubiera extraviado algo esencial de mí misma. Las emociones se arremolinan en mi pecho, son una mezcla de nostalgia, arrepentimiento y vacío. ★ Flashback ★ Después de cuatro años de arduo esfuerzo, finalmente celebrábamos nuestra graduación universitaria. Éramos libres al fin, libres de exámenes, lecturas interminables y noches
Al despertar, la primera sensación que me golpeó fue el frío que calaba mis huesos. Mi piel desnuda se erizaba bajo la única prenda que me cubría: una chaqueta de cuero negra, gruesa, con un olor a tabaco y lluvia que no era mío. Su textura áspera rozaba mi piel como un recordatorio tangible de la noche anterior, un contraste amargo entre la calidez del cuero y la helada indiferencia de la mañana. Cada respiración me dolía, como si el aire estuviera impregnado de un veneno invisible. El ardor en mis pulmones me decía que aún estaba viva, pero la realidad era un peso insoportable. El dolor no era solo físico. Estaba en todas partes, incrustado en mi pecho y retumbando en mi cabeza. Mis músculos estaban tensos, mi garganta reseca, y mi cuerpo entero parecía haber sido reducido a una colección de sensaciones punzantes. Especialmente entre las piernas, una punzada aguda me recordaba la brutalidad que había enfrentado. Me incorporé lentamente, abrazándome con la chaqueta como si pudiera p
Mi respiración se volvió errática, como si el aire se negara a llegar a mis pulmones. Intentaba inhalar profundamente, pero cada intento parecía un fracaso. Mi pecho subía y bajaba de manera descontrolada, y, en un acto desesperado, llevé mi mano sobre mi corazón, intentando apaciguar esos latidos frenéticos que amenazaban con estallar. Sin embargo, nada funcionaba. —Señorita —murmuró él con voz firme, mientras se incorporaba y comenzaba a caminar hacia mí. Mi mente entró en pánico. No te acerques. Por favor, quédate donde estás, gritaban mis pensamientos, pero mi boca parecía sellada. Estaba atrapada, como si mi cuerpo hubiera decidido traicionarme. Quería acurrucarme en posición fetal y desaparecer. —No... por favor... aléjese —logré decir al fin, aunque mi voz salió entrecortada, con apenas un susurro. Mis ojos suplicaban mientras mi cuerpo temblaba. Él ignoró mi ruego y continuó acercándose. Su presencia era imponente, sofocante. Di un brusco movimiento hacia atrás, pero tropec
★Dylan. Después de que ella se marchara, mis ojos quedaron fijos en la alfombra empapada por el agua que esa mujer, atolondrada y nerviosa, había derramado. El rastro húmedo era una distracción molesta. Con un suspiro de irritación, levanté el teléfono que descansaba sobre mi escritorio y, con un tono seco, pedí a la secretaria que enviara a alguien para encargarse de limpiar la m*****a alfombra. El trabajo me consumía. Nuevos inversionistas, clientes ansiosos, y los habituales que insistían en volver a ser parte de la compañía. No había margen para el error, y mucho menos para la mediocridad, algo que, lamentablemente, había heredado de mi padre. Él, un hombre despreciable, no conocía la compasión. A veces temía que yo mismo estuviera caminando por esa misma senda, aunque, al menos, no era tan cruel como él lo había sido. —Dylan, cariño… —La estridente voz de Montserrat me sacó de mis pensamientos. El ruido de sus tacones resonó en la oficina, seguido del golpe de la puerta al c
★ Jenny. Corría desesperada por el viejo bosque, con el corazón latiéndome a mil por hora. No importaba cuánto me esforzara, no lograba escapar. Finalmente, la bestia alcanzó a su presa y la devoró sin piedad... Me desperté sobresaltada, con el corazón a punto de salirseme del pecho y un dolor punzante en la cabeza. Me levanté rápidamente y me dirigí al baño. Me sumergí en la bañera, pasando más de una hora intentando borrar cualquier rastro de lo que ese hombre dejó en mí. Aunque esa horrible noche ocurrió hace tres años, la sensación sigue ahí. Por más que frotaba mi piel, la suciedad no desaparecía. Aún puedo sentir sus manos asquerosas sobre mi cuerpo, la devastación en mi corazón y cómo todas mis esperanzas, sueños e ilusiones se esfumaron en un instante. Todavía puedo sentir su aliento en mi nuca, susurrando algo en mi oído. Mi propia voz, que gritaba de miedo, me impidió escuchar claramente sus palabras. Siempre me he preguntado qué fue lo que me dijo en ese momento. Cerré l