Capítulo 34

Simone.

La brisa marina refresca mi rostro, mas no se lleva la culpa que cargo. Estoy sentada en la arena, un poco lejos del bullicio de las personas que festejan alrededor de la fogata. No pude conciliar el sueño, siento el peso de la conciencia sobre la mente, castigando cada acto que realizo como si fuere el peor de los verdugos. «Tenté al diablo»; eso fue lo que hice. Me abrí de piernas sobre Edmond, ofrecí el cuerpo, las ganas, y al final solo logré echarlo a perder. Él fue comprensivo, sí, hurgando en los pensamientos aberrados al recuerdo más triste que tengo en la vida. No fui capaz de contarle. ¿Cómo podría? Un hombre acostumbrado a tomar mujeres hermosas, dispuestas; no querría una porcelana rota en su cama. Sí, porque es lo que soy; un pedazo vacío, con grietas ramificadas en el cuerpo; con lamentos expresados en llanto y terror. Nunca seré capaz de rehacer mi vida, tener una pareja o familia; tendré que ver cómo él se escurre de mis manos; cómo anida en los brazos de otra.
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo