Faltando tres minutos para las cinco, Alma Núñez como de costumbre, ordenaba su escritorio para prepararse para terminar su jornada laboral e irse a casa, sin molestarse de ninguna manera con el constante timbre de su teléfono. Era su novio, Ricardo Ortiz, probablemente la estaba llamando por el compromiso de ambos que se había desmoronado la noche anterior. A las 5 en punto, Alma cogió el móvil y se dispuso a fichar su salida, justo cuando apareció en este un mensaje: [Señora Sabater, este mensaje es para recordarle que tiene una deuda pendiente en el hospital por una suma de 21,914 dólares. Por favor, le agradecemos realizar el respectivo pago lo antes posible en la sala del edificio 3. Si tiene alguna pregunta, por favor comuníquese con nosotros al número 87*****].Alma apretó su teléfono con mucha rabia e impotencia. No era que no quisiera responder por este dinero, era simplemente que no lo tenía. Los 100 dólares que costaban al día la unidad de cuidados intensivos habían vaci
Sin tiempo para preguntar el porqué, Alma bajó apresuradamente del metro, tomó un taxi y llegó a la dirección que la doña Manuela le había enviado: un lujoso restaurante. Grandes lámparas de cristal, paredes hermosamente decoradas con flores, música de fondo y tranquila, todo emanaba lujo y romanticismo. En la entrada del vestíbulo, se encontraba un letrero vertical que decía "Club de Citas ".¿Qué tipo de ayuda ella necesitaba en un sitio de ese estilo?La mente de Alma se inundó de signos de interrogación. Recordó que doña Manuela le había mencionado una vez que se había divorciado hace mucho tiempo. ¿Podría ser que estuviera en busca de un nuevo romance?Doña Manuela se cuidaba muy bien y se mantenía en forma con más de cincuenta años, siempre luciendo 10 años menos, siempre vistiendo con elegancia, entonces encontrar un compañero no debería ser difícil.Pero ¿buscarla para qué?Justo cuando su cabeza hacia más preguntas, una mano la llevó detrás de la vegetación.—Alma, finalmente
Alma, por un momento, llegó a creer que estaba alucinando. Observó cautelosamente a Andrés y se percató de que él no parecía para nada sorprendido.Así que… ¿La cita entonces era con ella?Doña Manuela continuó: —Alma, como ves, mi hijo es muy apuesto pero adicto al trabajo, al menos alguno de sus hijos será guapo en el futuro.—¿Hijos?Alma se sintió aún más desconcertada, completamente perdida en cuanto a cómo responder.Andrés levantó una ceja: —Mamá, ya es de verdad suficiente, tengo que regresar a la oficina antes de que sea tarde.Doña Manuela frunció el ceño: —Oficina, empresa, mejor cásate con la empresa entonces.Andrés no le prestó atención: —Si fuese posible lo haría. Doña Manuela, ya bastante molesta, se volvió hacia Alma y sonrió: —Alma, no te lo voy a ocultar, después de tanto tiempo de conocerte, siempre he querido que fueras mi nuera y esposa de mi hijo. Pero como tenías novio, solo podía bendecirte y desearte lo mejor en silencio. Pero ahora que tu novio no supo valo
Alma llegó temprano a las afueras de la oficina de registro civil y, después de comer su pan, se sorprendió al ver que doña Manuela también estaba presente.—Doña Manuela, ¿también has venido?—En un día muy importante y no quiero perderme de nada. Con una sonrisa, doña Manuela sacó un pequeño sobre de su bolso y se lo entregó a Alma.—Alma, a partir de ahora, no molestaras más en cuidarla. Esto es solo un pequeño gesto de mi parte como tu suegra.Alma abrió el sobre con sorpresa y sacó un cheque de más de 80,000.—No puedo aceptar tanto, no es necesario.Doña Manuela bloqueó la mano de Alma cuando intentaba devolver el sobre, dándole una sonrisa.—No es mucho dinero y de verdad te lo mereces. —¿Yo merecerme esto? — Los ojos de Alma se abrieron de par en par.En los últimos tiempos, lo que más había escuchado era que pronto sería huérfana, ¿quién querría tenerla? ¿A quién le importaría ella? ¿Quién la protegería?Su novio de tres años la había traicionado, incluso la enfermera consid
Alma ingresó a la empresa para prepararse, apenas se sentó, su colega y amiga, Laura Gamboa, se acercó.—Amiga, hoy vienes bien maquillada. ¿Te reconciliaste acaso con Carla?—Te lo dije. Una gran persona como Carla, romper con él es una verdadera perdida. Los hombres valoran mucho su ego, deberías ceder un poco. No pierdas un gran hombre solo por esas pequeñeces.Laura movió la cabeza, aparentemente inocente pero curiosa. Era como un sabueso detective, en menos de un día se sabía cualquier chisme del edifico. Alma no quería explicar nuevamente la razón de su ruptura con Carla, simplemente negó con la cabeza: —Laura, es enserio terminamos y no quiero hablar más de él.Laura notó la irritación de Alma y cambió rápidamente de tema: —Está bien, no tocaré el tema. Por cierto, según mis informantes, parece que habrá cambios en el personal de nuestra empresa.Alma estaba a punto de preguntar sobre los cambios de personal cuando una notificación de reunión apareció en su panel de trabajo. [N
Este asunto era de suma importancia para Alma, ya que no solo afectaba su ascenso y aumento de salario, sino que también influía directamente en su futuro y en el de su madre. A pesar de estar ya casada con Andrés, no podía dejar de lado su propio desarrollo profesional.Después de dudarlo un poco, Alma decidió que la relación con Andrés era después de todo irrelevante en este asunto, ¿los clientes al fin y al cabo no pasaban siempre después a ser conocidos? Así que tomo su teléfono y le envió un mensaje: —¿Estás ocupado? No respondió al instante por lo que podría estarlo.Al no ver respuesta, media hora después, Alma le envío otro mensaje: —¿Estás en Tecnologías Smart? —Y adjunto una imagen: su tarjeta de información. Un minuto después, la respuesta de Andrés llego tan concisa como siempre: —¿Qué pasa?—Iré al grano, quiero saber, ¿cuáles son las preferencias de tu jefe? Que cosas que le gustan o le interesan, — le pregunto Alma directamente.¿Por qué te interesa tanto mi jefe? —le
Era doña Manuela para decirle en tono de broma:—¿Ya te mudaste a la casa de Andrés? Llamé para asegurarme de que Andrés no te asustara y te salieses de allí corriendo.—¿Ma te prometí que no me echaría para atrás. No te preocupes. Voy a empacar e iré allí enseguida, —¿respondió Alma con determinación.Se notaba que doña Manuela se preocupaba mucho por la relación matrimonial de ellos, y Alma no quería decepcionar a su benefactora. Sin embargo, desconocía los pensamientos de Andrés.—Está bien, ten mucho cuidado en el camino hacia aquí. Si necesitas algo, busca a Andrés, —le aconsejó sonriendo.Al colgar el teléfono, Alma descartó la idea de comprar algo para comer y optó por tomar un taxi directamente a casa antes de que anocheciera. Necesitaba mudarse lo más rápido posible. Una vez en casa, comenzó a empacar sus cosas. Además de artículos de uso diario, solo tenía algunas prendas de trabajo y ropa de casa. Después de empacar todo en dos maletas, observó su hogar. En la pared aún col
Andrés le daba la sensación de ser distante, frío y su vida y cosas siempre cubiertas con una capa impenetrable de niebla, haciendo difícil conocerlo realmente. Pero después de todo, era una buena persona y al menos no la había dejado sola en el hospital. Ella también recordaba una vez mientras estaba trabajando hasta tarde en un proyecto y su estómago le dolía, no se atrevió a decirles a sus padres, así que llamó a Ricardo para que la llevara al hospital. Pero cuando llegaron al hospital, Ricardo dijo que tenía que ir a ver a un cliente y la dejó sola allí. Más tarde descubrió que el supuesto cliente era solo su amigo, y habían estado jugando solo a las cartas durante toda la tarde. Le pidió explicaciones, pero Ricardo solo le salió con que tenía que cultivar sus amistades porque estas podían ayudarle a conseguir clientes. Entendía las ambiciones de Ricardo de avanzar en su carrera y lo apoyaba, por ese no discutió con él en ese momento Pero al recordarlo, se dio dé cuenta de que R