Andrés le daba la sensación de ser distante, frío y su vida y cosas siempre cubiertas con una capa impenetrable de niebla, haciendo difícil conocerlo realmente. Pero después de todo, era una buena persona y al menos no la había dejado sola en el hospital. Ella también recordaba una vez mientras estaba trabajando hasta tarde en un proyecto y su estómago le dolía, no se atrevió a decirles a sus padres, así que llamó a Ricardo para que la llevara al hospital. Pero cuando llegaron al hospital, Ricardo dijo que tenía que ir a ver a un cliente y la dejó sola allí. Más tarde descubrió que el supuesto cliente era solo su amigo, y habían estado jugando solo a las cartas durante toda la tarde. Le pidió explicaciones, pero Ricardo solo le salió con que tenía que cultivar sus amistades porque estas podían ayudarle a conseguir clientes. Entendía las ambiciones de Ricardo de avanzar en su carrera y lo apoyaba, por ese no discutió con él en ese momento Pero al recordarlo, se dio dé cuenta de que R
Andrés pensaba encontrarse con el chiquero que había ordenado hacer, pero no esperaba ser recibido por un sutil aroma a lavanda en el aire. En la entrada, todos los zapatos estaban pulcramente ordenados, y el resto de la casa estaba tan impecable como si el desorden nunca hubiera ocurrido. Si no hubiera visto las fotos tomadas por Evaristo, habría comenzado a dudar de si era realmente el mismo lugar. Alma había limpiado y ordenado todo.En ese momento, la puerta del dormitorio principal se abrió y Alma salió de la habitación principal envuelta en una toalla, con su figura delicada capturando la atención de Andrés. Con los mechones húmedos de su cabello pegados a su rostro sonrosado, irradiaba una inexplicable ternura, mucho más hermosa que cuando llevaba el cabello recogido con formalidad.Andrés contuvo la respiración, entrecerrando los ojos. Alma, que estaba secándose el cabello, levantó la cabeza al darse cuenta de la mirada desconocida. Ambos se miraron, y ella apretó nerviosament
La puerta se entreabrió, pero Alma solo extendió su mano para empujar hacia afuera para devolverle su parte del acuerdo.—El abrigo se mojó con mi cabello, yo lo lavo mañana y te lo devuelvo. —También la ropa que dejaste tirada el sofá ya debería estar lavada, pero ponlas tú mismo a secar. Ah, y si tienes algún otro problema difícil de contarle a los demás, solo dime, solía organizar eventos para el hospital y conocí a muchos médicos allí. Puedo presentarte a alguno para que te ayuden.Andrés dudó por un momento. ¿A qué se refería con otro tipo de problemas difíciles de contar? ¿Parecía acaso ese tipo de personas? Justo cuando estaba a punto de preguntar, la puerta de Alma ya se había cerrado. De cualquier manera, realmente no tenía que explicarle lo que había querido decir.Andrés se dio la vuelta y fue al cuarto de lavado en el balcón. Abrió la lavadora y encontró el manojo de ropa vieja que Evaristo había comprado para causar problemas. Sacó las ropas con disgusto, y un sucio bóxe
Alma, a pesar de su molestia, inclinó la cabeza con paciencia para escuchar a Laura. Ella, sintiéndose como si estuviera enfrentando a algo grande preguntó: —¿Quizás Carla tiene algo con el supervisor Gonzales?Alma rápidamente tapó la boca de Laura y al mirar a su alrededor se alivió al ver que todos se habían ido a almorzar y que nadie las estaba observando.—No digas ese tipo de cosas, esos rumores sin pruebas no son buenos. Laura bajó la voz con un poco de resentimiento: — Pero ¡por qué! Desde que ella llegó siempre hemos estado por debajo de ella. Si lo tiene todo, ¿por qué tiene que competir tanto con nosotras? ¿Solo porque sabe lucirse con todo su dinero?Alma miró a Laura de reojo sintiendo que era un poco extremista.—¡Laura! No hables sin pruebas. Además, la vida es inherentemente desigual, tener dinero para ganarse el favor de los demás es una ventaja que solo algunos tienen. No necesitamos compararnos con eso.—Solo detesto esa actitud tan arrogante. ¿Qué tiene de grandi
A pesar de sentirse un tanto impotente, Alma no quería abandonar su esfuerzo a mitad de camino. Por lo que opto por ignorar a la ruidosa Carla y continuó organizando la información de Tecnologías Smart que tenía frente a ella.A las cuatro de la tarde, con el pretexto de una visita a un cliente, se retiró temprano de la empresa. Siguiendo la dirección, llegó a la sede de Tecnologías Smart. Aunque siempre había escuchado sobre la impresionante reputación de Tecnologías Smart, solo al ver el edificio frente a ella se dio cuenta de por qué tantas personas querían conocer a su dueño.Esta área era la zona de negocios más importante de ciudad del Faro. Decían que cada metro cuadrado de tierra valía su peso en oro, pero aquí la tierra era mucho más cara que el oro. Ella y los ejecutivos que pasaban por su lado ni siquiera estaban en el mismo nivel. Sin exagerar, incluso una recepcionista aquí vestía de mejor manera que ella. Pero, ella debía que enfrentar todos esos desafíos si quería ese a
De esa manera Alma con una sonrisa evitó hábilmente cualquier contacto del señor Gonzales. Afortunadamente, la distancia entre ambos se restableció cuando sirvieron la comida. Alma intentó de nuevo reiniciar la conversación: —Señor Gonzales, yo...El Señor Gonzales tomó un bocado y la interrumpió: —Esta comida está realmente buena, señorita Núñez, pruébela.—Está bien, muchas gracias. — Alma, resignada, probó un bocado y continuó: —Señor Gonzales, en realidad...—Esta de aquí también está muy buena. —Gonzales siguió comiendo, sin prestar atención a Alma.Alma entendió rápidamente que Gonzales no quería hablar de trabajo y que la cena solo era una estrategia para dificultarle las cosas. Su rostro se tensó, pero se recuperó rápidamente.Tomó un sorbo de su jugo y dijo: — Señor Gonzales, si le gusta tanto, puedo pedirle al camarero que traiga más.Al escuchar esto, Gonzales miró a Alma con vacilación. Sin decir una palabra, Alma sonrió y comenzó a explicarle el proceso de preparación de c
Andrés respondió habló con voz inexpresiva mientras retiraba la mirada: —No es necesario, —Evaristo, temeroso pisó el acelerador rápidamente y se alejó.Alma acompaño al supervisor Gonzales al hospital de maternidad. Cuando descendieron del auto, el supervisor Gonzales lucía pálido y su paso era inseguro. Preocupada, Alma lo siguió. Fuera del quirófano, Gonzales escuchó las explicaciones del médico y su cuerpo parecía estar a punto de desfallecer. El médico le informó sobre la grave hemorragia de su esposa durante la cirugía, y que habían atendido un accidente de un autobús que se había volcado recientemente, por lo que la reserva de sangre se había casi que agotado. Desesperado, el supervisor Gonzales se ofreció a donar sangre. Sin embargo, su tipo de sangre no era B positivo. Al ver su angustia, Alma se ofreció a donar su sangre. Después de hacerlo se sintió un poco mareada, pero así logró ayudarle.Al ver esto, el supervisor Gonzales corrió hacia ella.—Señorita Núñez, ¿se encuent
El supervisor Gonzales condujo a Alma hasta la entrada del complejo residencial, y una vez que ella descendió del automóvil.Al pensar en que mañana podría ir a la exposición tecnológica, sonrió, estaba un paso más cerca del éxito.Aunque Andrés no pudo discernir la expresión de Alma, su paso alegre indicaba que estaba muy feliz, extremadamente feliz. Parecía que se había divertido lo suficiente con Gonzales.Andrés exhaló humo, apagó el cigarrillo y salió del estudio. En ese momento, Alma ingresó en puntitas, pero justo cuando lo hizo, se escuchó un clic, la luz se encendió y la sorpresa llego hasta ella. Andrés estaba parado en el pasillo mirándola con ojos fríos que le produjeron un escalofrío. —Andrés, ¿todavía no te has acostado?—Hmm.—¿Andrés cómo es que no te has dado cuenta de que ya es tan tarde? Y aun no te has ido a dormir. Andrés ni siquiera la miró, pasando directamente por su lado. Alma observó la espalda erguida de Andrés, pero al pasar sintió una leve pizca de alco