A pesar de sentirse un tanto impotente, Alma no quería abandonar su esfuerzo a mitad de camino. Por lo que opto por ignorar a la ruidosa Carla y continuó organizando la información de Tecnologías Smart que tenía frente a ella.A las cuatro de la tarde, con el pretexto de una visita a un cliente, se retiró temprano de la empresa. Siguiendo la dirección, llegó a la sede de Tecnologías Smart. Aunque siempre había escuchado sobre la impresionante reputación de Tecnologías Smart, solo al ver el edificio frente a ella se dio cuenta de por qué tantas personas querían conocer a su dueño.Esta área era la zona de negocios más importante de ciudad del Faro. Decían que cada metro cuadrado de tierra valía su peso en oro, pero aquí la tierra era mucho más cara que el oro. Ella y los ejecutivos que pasaban por su lado ni siquiera estaban en el mismo nivel. Sin exagerar, incluso una recepcionista aquí vestía de mejor manera que ella. Pero, ella debía que enfrentar todos esos desafíos si quería ese a
De esa manera Alma con una sonrisa evitó hábilmente cualquier contacto del señor Gonzales. Afortunadamente, la distancia entre ambos se restableció cuando sirvieron la comida. Alma intentó de nuevo reiniciar la conversación: —Señor Gonzales, yo...El Señor Gonzales tomó un bocado y la interrumpió: —Esta comida está realmente buena, señorita Núñez, pruébela.—Está bien, muchas gracias. — Alma, resignada, probó un bocado y continuó: —Señor Gonzales, en realidad...—Esta de aquí también está muy buena. —Gonzales siguió comiendo, sin prestar atención a Alma.Alma entendió rápidamente que Gonzales no quería hablar de trabajo y que la cena solo era una estrategia para dificultarle las cosas. Su rostro se tensó, pero se recuperó rápidamente.Tomó un sorbo de su jugo y dijo: — Señor Gonzales, si le gusta tanto, puedo pedirle al camarero que traiga más.Al escuchar esto, Gonzales miró a Alma con vacilación. Sin decir una palabra, Alma sonrió y comenzó a explicarle el proceso de preparación de c
Andrés respondió habló con voz inexpresiva mientras retiraba la mirada: —No es necesario, —Evaristo, temeroso pisó el acelerador rápidamente y se alejó.Alma acompaño al supervisor Gonzales al hospital de maternidad. Cuando descendieron del auto, el supervisor Gonzales lucía pálido y su paso era inseguro. Preocupada, Alma lo siguió. Fuera del quirófano, Gonzales escuchó las explicaciones del médico y su cuerpo parecía estar a punto de desfallecer. El médico le informó sobre la grave hemorragia de su esposa durante la cirugía, y que habían atendido un accidente de un autobús que se había volcado recientemente, por lo que la reserva de sangre se había casi que agotado. Desesperado, el supervisor Gonzales se ofreció a donar sangre. Sin embargo, su tipo de sangre no era B positivo. Al ver su angustia, Alma se ofreció a donar su sangre. Después de hacerlo se sintió un poco mareada, pero así logró ayudarle.Al ver esto, el supervisor Gonzales corrió hacia ella.—Señorita Núñez, ¿se encuent
El supervisor Gonzales condujo a Alma hasta la entrada del complejo residencial, y una vez que ella descendió del automóvil.Al pensar en que mañana podría ir a la exposición tecnológica, sonrió, estaba un paso más cerca del éxito.Aunque Andrés no pudo discernir la expresión de Alma, su paso alegre indicaba que estaba muy feliz, extremadamente feliz. Parecía que se había divertido lo suficiente con Gonzales.Andrés exhaló humo, apagó el cigarrillo y salió del estudio. En ese momento, Alma ingresó en puntitas, pero justo cuando lo hizo, se escuchó un clic, la luz se encendió y la sorpresa llego hasta ella. Andrés estaba parado en el pasillo mirándola con ojos fríos que le produjeron un escalofrío. —Andrés, ¿todavía no te has acostado?—Hmm.—¿Andrés cómo es que no te has dado cuenta de que ya es tan tarde? Y aun no te has ido a dormir. Andrés ni siquiera la miró, pasando directamente por su lado. Alma observó la espalda erguida de Andrés, pero al pasar sintió una leve pizca de alco
Alma sintió sonrojarse aún más. Se acercó rápidamente y tapó la bocina del robot, pero no sirvió de nada. Ya había comenzado a leer sobre qué postura utilizar en el baño para ayudarle a fluir todo hacia abajo. ¡Qué vergüenza! Andrés, al ver la situación de Alma le entraron ganas de reír.—El parlante está en la parte posterior de su cabeza, tapaste el lugar equivocado. Alma se sintió desesperada por tapar el lugar correcto. Con tantas personas mirando, era realmente vergonzoso. Andrés la llevó detrás del robot y tocó la pantalla unas cuantas veces, y la pantalla se llenó instantáneamente de varios números. Sus dedos golpearon la pantalla unas cuantas veces y los parpados del robot parpadearon, reiniciando. —¿Hola, chicos? ¿En qué puedo ayudarles? —En nada, — dijo Alma sacudiendo la cabeza. No se atrevió a decir más sobre la necesidad de ayuda. Andrés saludó con la mano y el robot se fue.—El programa tenía un error de programación, por eso te guio equivocadamente, no fue tu culpa— di
El susurro de risas hizo que Alma se sintiera un poco incómoda, pero aun así no se echó atrás.Por lo que elevó la mirada hacia Carla y le dijo sinceramente: —Aún no me ganas. Carla se rio discretamente, miró al jefe Beltrán y dijo con mala intención: —¿Qué no te he ganado? Entonces, ¿por qué fuiste tan temprano a la feria de tecnología? Alma, ¿estás acaso tomando el tiempo de trabajo para hacer otras cosas? Sé que tu madre está gravemente enferma y que acabas de terminar con tu novio, lo cual es una verdadera pena, pero nos han confiado esta tarea tan importante porque confían en nosotras. Así que no puedes equivocarte con esto. Carla insinuó que Alma estaba haciendo uso indebido de su tiempo, y el ceño del jefe Beltrán se frunció visiblemente.—Alma, ¿a dónde fuiste?—A la feria de tecnología, — Alma sacó su teléfono directamente para demostrar su inocencia. —Estas son las fotos que tomé allí…Quería decir que estaba con gente de Tecnologías Smart, pero al pensarlo detenidamente,
Carla, de veras que eres muy buena. Acabas de encontrarte con el jefe de Tecnologías Smart esta mañana, ¿y ya te ha enviado flores? Seguro que le has llamado la atención, — comentó alguien.—Vamos, no exageres. Los verdaderos caballeros suelen regalar flores, ¿no han acaso recibido ustedes antes?, — respondió Carla con indiferencia.—Mi esposo siempre dice que es mejor salir a cenar que comprar flores. —Aunque mi novio me da de vez en cuando, siempre son del tipo de flores que cuestan 2 dólares, y no se comparan con un ramo tan grande como el tuyo.Al escuchar eso, Alma frunció ligeramente el ceño con incredulidad al mirar el ramo de rosas.Andrés dijo que a Ian no le gustaban las mujeres, y la señora Gonzales había añadido que era un misógino. Pero ellos no tenían mayor motivo para mentirle, entonces, ¿cómo podría Ian enviarle un ramo de flores a una mujer a la que apenas él conocía?Su orientación era bisexual o una cosa así, ¿Quizás?Alma no se lo creía. Era probable que ese ramo d
Al entrar, Alma no vio a Andrés, así que se fue directamente a la cocina y guardó en el refrigerador los fideos y la sopa instantánea que había comprado en el pequeño supermercado cerca de la entrada del complejo residencial. Ya no tenía ganas de comer tostadas, por eso los fideos y la sopa serian su desayuno para mañana. Al pensar en el refrigerador vacío, sintió que era necesario hablar con Andrés sobre esas cuestiones de la rutina diaria. Pero cuando se acercaba al estudio, escuchó la voz de Andrés al teléfono que parecía ocupada, así que no tuvo más remedio que volver a su habitación.Abrió su portátil y se dispuso a trabajar en su proyecto. Pero después de pasado algún tiempo le entró el hambre. Miró la hora y se sorprendió de que ya fueran las diez. Recordó los fideos que había comprado esa tarde y salió a buscarlos. Afuera, todo estaba oscuro, solo se veía una luz debajo de la puerta del estudio. ¿Andrés todavía estaba trabajando? Ambos eran solo unos pobres asalariados. Alm