Al entrar, Alma no vio a Andrés, así que se fue directamente a la cocina y guardó en el refrigerador los fideos y la sopa instantánea que había comprado en el pequeño supermercado cerca de la entrada del complejo residencial. Ya no tenía ganas de comer tostadas, por eso los fideos y la sopa serian su desayuno para mañana. Al pensar en el refrigerador vacío, sintió que era necesario hablar con Andrés sobre esas cuestiones de la rutina diaria. Pero cuando se acercaba al estudio, escuchó la voz de Andrés al teléfono que parecía ocupada, así que no tuvo más remedio que volver a su habitación.Abrió su portátil y se dispuso a trabajar en su proyecto. Pero después de pasado algún tiempo le entró el hambre. Miró la hora y se sorprendió de que ya fueran las diez. Recordó los fideos que había comprado esa tarde y salió a buscarlos. Afuera, todo estaba oscuro, solo se veía una luz debajo de la puerta del estudio. ¿Andrés todavía estaba trabajando? Ambos eran solo unos pobres asalariados. Alm
Después de probar un poco, su estómago comenzó a dar brincos, pero de alegría, lo cual le sorprendió de gran manera. Había definitivamente subestimado las habilidades culinarias de Alma, pensando que una mujer tan interesada en el dinero no sabría cocinar, pero contrariamente era bastante buena. Después de terminar de comerse los fideos, Alma guardó los platos y los cubiertos y le sirvió un vaso con agua. —Tómate primero las pastillas, y luego bebe un sorbo de jarabe antes de irte a la cama, no bebas agua durante media hora o el jarabe no hará ningún efecto, así podrás dormir mucho más cómodo por la noche. — Le indicó Alma. —Entiendo. — Le respondió Andrés, mientras recibía las pastillas y el agua tibia, su mente no sabía lo que estaba pensando. Pero mientras bebía, hizo una pausa para mirar a Alma, cuya cara blanca mostraba una tranquila sonrisa, transmitiéndole una sensación reconfortante. Alma añadió: —Andrés, después de tomarte las pastillas, deberías irte a dormir temprano. Tu
—Hay 3,000 dólares en la tarjeta, tómalos como gastos de la casa para este mes. — Andrés no quería aprovecharse de ella y tenía igualmente el deber de ayudar en los gastos del hogar. Alma se sorprendió al escuchar a Andrés: ¿Tres mil para gastos? No podía creer que se necesitara tanto dinero. La mayoría de las personas ni siquiera ganaban toda esa cantidad en un mes entero de trabajo.—¿Algún problema? —Pensando que Alma lo consideraba poco, Andrés frunció el ceño. Alma consideró esto y pensó que había algunas cosas que eran mejor poner sobre la mesa para el bien de los dos en el futuro.—Andrés, el acuerdo de convivencia dice que viviremos juntos como marido y mujer hasta que el matrimonio se termine, así que siento que necesito saber exactamente cuánto ganas al mes.—Aproximadamente 3,0000. — Andrés mencionó con despreocupación el salario promedio de un empleado de empresa.—Te quisiera también preguntar si, ¿está la casa pagada por completo o es un préstamo? Alma miro hacia los la
Al registrar su comienzo de día laboral, Alma notó de pronto que todos en la oficina la miraban con extrañeza. Confundida, se dirigió a su escritorio y vio a Laura llamándole al lado de la puerta del área de descanso. Alma agarró su taza y se acercó al área de café donde estaba Laura. —¿Qué pasa?Laura apenas pudo pronunciar sus palabras y señaló su teléfono.—¡Alma! ¿Fuiste acosada sexualmente? —Le preguntó Laura.—¿Cómo? — Alma estaba anonadada. —Hoy por la mañana recibimos un correo electrónico de una tal señora Gonzales, diciendo que solo por alcanzar metas en tu trabajo, sedujiste a su esposo. Tiene imágenes tuyas y de su marido bien juntitos los dos. ¿No lo has mirado? —Laura le pasó su teléfono a Alma.Alma vio nueve fotos en total, todas mostraban a ella y al supervisor Gonzales en un restaurante. Gonzales tocaba su mano, se la sostenía a veces, y lo más impactante era que en dos fotos al estar tan cerca y en el ángulo que fueron tomadas parecían estar besándose. Alma se
En Tecnologías Smart.Al llegar a la empresa, Andrés notó que todos estaban ocupados en un rumor. Dirigiendo su mirada hacia Eva y preguntó con curiosidad: ¿Qué sucede?Evaristo respondió cuidadosamente: —Varios empleados recibieron por la mañana un correo electrónico, en este había una foto bastante comprometedora del supervisor Gonzales y Alma, ahora se rumorea que el supervisor Gonzales está concediendo favores a cambio de otras cosas…Andrés frunció el ceño y pidió bruscamente: —¿Déjame ver ese correo electrónico?Evaristo no perdió tiempo y le entregó la tableta.Andrés de inmediato reconoció a Alma en las fotos, la misma persona que esa mañana había mostrado preocupación por su salud, ahora estaba den intimidad con otro hombre y a sus espaldas.—Alma, de verdad subestimé mucho tus acciones, —murmuró Andrés para sí mismo.Golpeo la pantalla y esta se rompió en pedazos.Eva, nerviosa añadió: —Jefe, me asegurare de eliminar de inmediato ese correo. Andrés preguntó fríamente: ¿Pued
Pero, por qué te metes en semejante asunto. ¿No deberías estar descansando, recuperándote después del parto?—¡Espera, espera!El supervisor Gonzales colgó el teléfono con resignación.Andrés preguntó con indiferencia: —¿Qué le ha pasado?Gonzales suspiró: —Mi esposa se fue a La Mejor.Antes de terminar la frase, Andrés que estaba sentado frente a él, ya había desaparecido....En la empresa de publicidad La mejor.Alma oyó pasos fuera de la puerta, se volvió para mirar hacia la entrada, pero antes de que pudiera reaccionar, alguien la empujó con fuerza desde atrás, colocándola directamente en el hijo del huracán. Al darse la vuelta, vio a Carla, sonriendo triunfantemente con los brazos cruzados sobre el pecho.—Alma, he oído que la esposa del supervisor Gonzales es también hija de un magnate extranjero de bienes raíces. Si te has involucrado con alguien así, no arrastres al resto de nosotros y a la empresa, — dijo Carla con mayor cizaña. —Es cierto, aquí todos solo tratamos de ganar
Para sorpresa de todos, la señora Gonzales sorprendentemente sonrió hacia Alma.—Señorita Núñez, ¿escuchaste? El jefe Beltrán dijo que se encargara de este problema. ¡Y así podrás limpiar tu nombre!—Gracias, — dijo Alma, agradeciendo al jefe Beltrán.El jefe Beltrán y los otros se quedaron sin palabras, al ver cómo la señora Gonzales se comportaba.Mientras tanto, Carla, sorprendida y fuera de control grito: —Señora Gonzales, pero ¡qué está diciendo usted!La señora Gonzales le lanzó una mirada fulminante a Carla y se tapó los oídos con desdén: —Pero que ruidosa. Entonces, así es como suena tu chillona voz, pensé que solo sabías gritar 'hermano' como una niña pequeña.Carla se puso pálida, consciente de lo que la señora Gonzales estaba insinuando.Pero ¿cómo sabría la señora Gonzales que ella le decía "hermano" al supervisor Gonzales? ¿Qué hombre le diría a su esposa sobre coquetear con otra mujer?La señora Gonzales ignoró las miradas de los demás y sonrió, haciéndole señas a Alma.
La señora Gonzales dijo: —Después de que mi esposo y la señorita Núñez se fueron del restaurante, él fue al hospital a cuidarme. Señorita Miranda, ¿necesitas que saque las grabaciones de seguridad del hospital donde di a luz para que también lo compruebes?Incluso la persona más ingenua podría darse de cuenta de la risa de triunfo de la señora Gonzales. El jefe Beltrán se apresuró a intervenir, tratando de calmarla: —Señora Gonzales, por favor, tranquilícese un poco. Todo esto es solo un malentendido.La señora Gonzales levantó una ceja: —¿Dices un malentendido? Definitivamente no lo veo así. Si fuera solo un malentendido, ¿por qué alguien habría sabido que tenía que falsificar mi identidad para enviar esas fotos? Jefe Beltrán, esto no solo afecta a su empresa, sino que también están difamando a mi esposo. Si no intervengo y averiguo la verdad, ¿qué pensarían de nosotros?El jefe Beltrán frunció el ceño aún más irritado, asintiendo repetidamente: —Sí, definitivamente lo investigaremo