Inicio / Romántica / La culpa del CEO / 1. Fiesta de beneficencia
La culpa del CEO
La culpa del CEO
Por: Ilusión Azul
1. Fiesta de beneficencia

Thomas Carson, un joven atractivo e inteligente de 24 años, estaba a un día de ser nombrado CEO de Carson Corporation, la empresa familiar que había revolucionado el mundo de la tecnología con sus innovadoras aplicaciones y software avanzado, herramientas que ha llevado a la empresa a ser la número uno en Nueva York.

Era su herencia y tenía la responsabilidad como único heredero, pues sus padres los señores Timoty y Elizabeth Carson, solo pudieron tener un hijo que por suerte fue varón, su legado lo dejarían en él. Sin embargo, a pesar de su éxito, Thomas no podía escapar de las sombras de su pasado.

Los recuerdos de sus errores juveniles lo atormentaban, cada noche, robándole la calma. Había cometido actos de los que se arrepentía profundamente, y aunque había intentado rectificar su vida, el peso de su oscuro secreto lo mantenía despierto.

Sabía que si su pasado salía a la luz, no solo su carrera, sino también su vida personal, se verían devastadas.

Carson Corporation manejaba una fundación que beneficiaba a jóvenes talentos en la tecnología brindándoles becas y asegurando su trabajo en dicha empresa, por ello cada año organizaba una gala benéfica, que atraía a la élite de Nueva York; así podían recaudar dinero para este fin.

Este año sería aún más especial,tan importante evento , ya que por primera vez invitaron a una de las beneficiarias de este programa para dar a conocer lo importante e impactante que era para la vida de los receptores de cada recurso empleado. Thomas se uniría a este evento como futuro CEO, el joven empresario asistió esta noche con la esperanza de distraerse pues en esa semana sus pesadillas fueron más constantes que de lo que solían presentarse normalmente.

La gala también era una oportunidad para fortalecer la imagen de la empresa y su nuevo CEO.

Como primer acto presentaron a Thomas Carson, para dar su discurso de apertura, hombre de pocas palabras, pero firmes dando a entender que es un hombre preparado y listo para tomar el control de la empresa con responsabilidad.

Entre los asistentes, Thomas notó a una joven que destacaba por su elegancia y carisma. Helena Russell, beneficiaria de una beca otorgada por la fundación de Carson Corporation, se preguntarán qué hacía especial a esta joven de apenas 20 años, pues la muchacha había mantenido su beca con honores en una prestigiosa universidad de Nueva York, una pequeña genio de la computación que le ha permitido avanzar niveles para acelerar su proceso de graduación pues está a punto de recibirse como profesional. Su presencia en la gala era un testimonio de su dedicación y esfuerzo.

Todo esto sorprendió a Thomas cuando el director de la fundación presentó a la joven directamente, su mirada se posó en ella y la detalló con exactitud.

Helena llevaba un vestido de color verde esmeralda, elegante y con corte princesa, que realzaba su figura. Su cabello largo estaba arreglado en sutiles ondas que caían suavemente sobre sus hombros. Un maquillaje hermoso resaltaba el verde aceituna de sus bellos ojos, y su sonrisa atraía a cualquiera que posara la mirada en ella.

Cuando sus miradas se cruzaron, Thomas sintió una conexión inmediata, pero también una punzada de dolor, al reconocer esos hermosos ojos que antes llevaba tanto dolor y lo motivó a dejar el mundo de sombras en el que vivía.

Helena era una de las principales afectadas por sus errores del pasado. Sin que ella lo supiera, sus vidas estaban entrelazadas por un destino cruel.

Thomas le dio la mano a Helena, con respeto y elegancia le dijo:

—Buenas noches, soy Thomas Carson. Es un placer conocerte.—

Helena con una sonrisa encantadora respondió cortésmente:

—Buenas noches, Señor Thomas. Soy Helena Russell. Gracias por la invitación a esta maravillosa gala. Y por todo cuanto su fundación ha hecho por mí—

Thomas mirándola con admiración y encantado de su melodiosa voz respondió:

—El placer es mío, Helena. He oído hablar mucho de ti y de tus logros. Es un honor tenerte aquí, no es necesario agradecer, ya lo haz hecho con tu gran trabajo—

Helena sonrojándose ligeramente por lo que dijo aquel joven tan apuesto le respondió:

—Gracias, señor Thomas. La beca de Carson Corporation ha sido una bendición para mí. Estoy muy agradecida por la oportunidad.— reiterando lo generosos que fueron con ella, sin saber que quien la ayudó siempre desde las sombras fue quien menos lo imaginó.

Thomas con sinceridad y muy satisfecho de saber que ella creció bien respondió:

—Me alegra escuchar eso. La verdad es que personas como tú son las que inspiran a nuestra empresa a seguir adelante.—

Cuando en la pista una pieza musical clásica dio inicio al baile, Thomas aprovechó la oportunidad para bailar con Helena.

Mentiría si dijera que le fue indiferente el acercamiento a la mujer, sentir su piel su aroma era algo mágico, pensó que por primera vez en mucho tiempo todos sus demonios durmieron dentro de él, se sintió tan libre, tan puro como la mirada de la mujer a la cual está haciendo girar al bailar.

Conversaron durante horas, y Thomas quedó impresionado por su inteligencia y determinación. Sin embargo, cada palabra que intercambiaban aumentaba su temor de que ella descubriera la verdad.

Al final de la noche, Thomas acompañó a Helena hasta su coche, uno pequeño y humilde pero que con orgullo la mujer presumía al recordar que lo compró con la venta de su primera app.

Mientras se despedían, una sensación de inquietud lo invadió. ¿Qué pasaría si Helena descubría su secreto? ¿Podría perdonarlo alguna vez? ¿Será que él puede tener una redención y ser feliz?

Con esos pensamientos en mente, Thomas regresó a su casa, sabiendo que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

Las sombras de su pasado seguían acechándolo, y el destino parecía decidido a ponerlo a prueba.

Al llegar a su departamento con todos sus pensamientos, y frustración decidió ir al bar y beber de su mejor coñac.

Hoy necesitaba algo fuerte para poder alejar sus pesadillas y así descansar.

Pero en el primer trajo el verde aceituna de los ojos de Helena se le cruzó en sus pensamientos.

—¿ Qué me hiciste hermosa hechicera? Creí que te había olvidado, pero al ver tus ojos otra vez todo regresa de nuevo, un pasado obscuro y la luz que me brindó tu dolor para salir de aquel infierno— pensó en voz alta y en su nombre bebió tres vasos más, esto contenía 99%alcohol lo suficiente para dormir.

Pero esa noche por primera vez en mucho tiempo durmió en paz, no por el alcohol sino por el recuerdo del olor de Helena en sus fosas nasales.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo