THOMAS: Mi buen humor después del acercamiento con Lena hace que llegue a la oficina con una sonrisa de oreja a oreja, radiante de alegría. Emily, mi asistente, amiga y confidente, me recibe con una mirada curiosa. —¿Qué te pasa, Thom? Pareces haber tenido una muy buena noche de placer —dijo, mientras me abrazaba. Reí mirándola y negué con la cabeza. —No es nada que puedas imaginar, Emily. Es algo... especial —dije con una gran sonrisa. Emily me miro con atención, sabiendo que yo no solía mostrar tanta emoción menos por las mañanas , me miro y pudo imaginar que había alguien detrás de mí alegría. —¿Es ella? —preguntó Emily, con una ceja enarcada. No puedo negar lo sorprendido que estoy por la pregunta. ¿Cómo sabía Emily? —¿Cómo lo sabes? —pregunté , intentando mantener el misterio. Emily sonrió. —lo sé porque la única mujer capaz de alterar tus sentidos es ella, Helena Russel—dijo, con una mirada intensa. Creo que el único que no
THOMAS: Es increíble lo rápido que ha pasado el tiempo. Cada día, a través de mensajes, me he unido más a Lena. Me siento ilusionado, quizá enamorado. La paz ha llegado a mi vida y no puedo evitar ser detallista con ella. Hoy, por fin, sabrá quién soy y pido al cielo que no me rechace, que me acepte como Thomas Carson. He preparado un hermoso arreglo de girasoles, sé que son sus flores amarillas favoritas. Se las llevo para que sepa que quiero que nuestro amor sea eterno. Ahora estoy más convencido más que nunca de que ella es el amor de mi vida. No he tenido necesidad de salir de fiesta para sentirme feliz; me basta con llegar temprano y saber cómo está Lena a través de una conversación digital. Sé que ella siente lo mismo, lo presiento porque responde a mis mensajes con la misma emoción que yo. Cuando llego a la universidad para su graduación, con el ramo de flores, he querido combinar con el vestido que le envié, así que uso un traje azul a medida. Sé qu
DAMIÁN: ¿Cómo conocí a Helena?, pues el destino la trajo a mi, en un convenio con la universidad donde estudia ella, me la enviaron como pasante, pues me dijeron que era la mejor, y realmente no se equivocaron, además de ser hermosa tener un buen cuerpo es sumamente inteligente, es mi prototipo de esposa. La quiero para mi, ella sería de mucha ayuda a mi empresa, pero ella a semanas de terminar puso su renuncia , algo que quiero cambiar. Con el tiempo me fui haciendo su amigo, manteniendo la distancia pues ella es muy respetuosa no quería asustarla. Recuerdo la primera vez que salimos a tomar un café, el día en que me entregó su carta de renuncia. —Helena permíteme invitarte a un café- le digo —No es necesario señor Sanders— respondió con su habitual tono profesional. sabía que sería difícil, pero no me rendí. —No rechaces esta invitación, mira que me dejas herido con tu renuncia— le puse mi mejor cara de pe
THOMAS: No pude evitar sentir celos de Derek. Ese hombre es un buen partido para cualquier mujer. ¿Cómo lo sé? Pues, personalmente lo investigué. Además de ser un excelente neurocirujano, es dueño del hospital, único hijo de la familia Adams, millonario. No se le conocen relaciones serias, pero tampoco es un mujeriego empedernido; aparentemente, solo disfruta su vida relajado. Cuando revisaba la investigación realizada al doctor, entró mi buena amiga Emily. Al verlo en la fotografía, dijo: —¿Quién es él? No está nada mal… mmmm —lo dijo admirando de más su fotografía. —Es un amigo de Helena. Tuve que investigarlo, pues no estaba seguro de lo que quería con ella. Ahora estoy tranquilo, ya que él solo la ve como amiga —le digo, sonriendo satisfecho con mis hallazgos. —¡Interesante! —expresó sin dejar de mirarlo. —¿Qué se te está pasando por la cabeza? —pregunté. Al conocerla, podía imaginar mil cosas. —Nada de lo que piensas, Thom. No e
DEREk: Es tarde y mi día libre iba de maravilla, hasta que una llamada de Lilibeth, mi secretaria y administradora del hospital, me interrumpe. —Derek, hubo un accidente grave y están trayendo a una joven con un trauma craneoencefálico grado 3. Eres el único neurocirujano disponible, ¡ven urgente! —me grita. Ella sabe que en menos de 10 minutos estaré ahí. Cuando llego al hospital, veo que la ambulancia llega. Recibimos a la paciente y casi quedo petrificado. ¡No puede ser!. Al examinarla, noté que tenía una pupilas dilatadas y no respondía a estímulos verbales. Su presión arterial era de 180/100 mmHg y su frecuencia cardíaca era de 120 latidos por minuto. Su saturación de oxígeno era del 90% con mascarilla de oxígeno. Inmediatamente, ordené una tomografía computarizada (TC) de cráneo y cuello para evaluar la extensión de la lesión. Los resultados mostraron una hemorragia intracerebral en el lóbulo temporal derecho, con un edema cerebral se
Helena Recibí un mensaje muy temprano de Thomas, quien necesitaba mi ayuda de urgencia, así que me arreglé con un traje de oficina con una falda lápiz y esperé a que llegara mi novio por mí. Cuando lo hace, mi hermosa Carmelita lo invita a desayunar. Él, encantado, acepta, entra y me da un tierno beso en la frente. Lo tomo de la mano y lo dirijo al comedor, donde Carmelita sirve el desayuno. —Cuéntame, cariño, ¿qué sucede? Te veo un poco preocupado. Él comienza a contarme todo lo que pasó con Emily, su amiga, y no puedo evitar derramar una lágrima al saber lo que le ocurrió. Ahora está en una cama a la espera de que reaccione. Sé que no hay mejor médico que mi amigo para ayudarla. —Tranquilo, amor, Derek es el mejor, podrá ayudarla —le sonrío. —Lo sé, gracias, cariño. Ahora tengo que llamar a Axel, estoy seguro de que también querrá saber quién fue el tipo que le hizo esto —me dice con enojo. —Lo van a encontrar, lo sé —le digo con esperanza.
Thomas Carson, un joven atractivo e inteligente de 24 años, estaba a un día de ser nombrado CEO de Carson Corporation, la empresa familiar que había revolucionado el mundo de la tecnología con sus innovadoras aplicaciones y software avanzado, herramientas que ha llevado a la empresa a ser la número uno en Nueva York. Era su herencia y tenía la responsabilidad como único heredero, pues sus padres los señores Timoty y Elizabeth Carson, solo pudieron tener un hijo que por suerte fue varón, su legado lo dejarían en él. Sin embargo, a pesar de su éxito, Thomas no podía escapar de las sombras de su pasado. Los recuerdos de sus errores juveniles lo atormentaban, cada noche, robándole la calma. Había cometido actos de los que se arrepentía profundamente, y aunque había intentado rectificar su vida, el peso de su oscuro secreto lo mantenía despierto. Sabía que si su pasado salía a la luz, no solo su carrera, sino también su vida personal, se verían d
Helena: Soy Helena Russell, originaria de Baja California. Hace tres años, llegué a Nueva York siendo apenas una adolescente, huyendo de la depresión que consumía a mi padre. Su enfermedad fue un golpe devastador para mí, pero su muerte me destrozó el alma. No teníamos más familia que los dos; él me tenía a mí y yo a él. Nuestra vida había sido acomodada, pero mi padre quebró y tuvimos que vender todo. A los 16 años, mi infierno comenzó. Desgracia tras desgracia me llevó al punto de quiebre absoluto a los 17. Recuerdo cuando mi padre me engañó, haciéndome creer que seguir adelante era lo mejor. Intenté ayudarlo, pero su enfermedad lo consumió. Sus intentos de suicidio me hicieron madurar rápido. Hace cuatro años, nuestras vidas cambiaron para siempre. No lo juzgo; solo le pedí que luchara por mí, que no me dejara sola. En cada crisis, él parecía entenderme, pero al final, me dejó sola en este mundo. En Nueva York, con lo poco que nos quedó, encontramos un mini departamen