Tú no eres así

Kian se paralizó al escuchar a Asling llorar desesperada.

—Maldita sea.

Enseguida corrió dándose cuenta de que un par de machos sostenían sus brazos sin dejarla ir.

—¡Suéltenme!

En el cuello de Asling había algo extraño, una especie de cadena que parecía haberse debilitado lo que lo puso alerta.

Ilya, su Delta comenzaba a acercarse con paso firme y puños apretados hacia los lobos pero cuando su mirada se encontró con la del Alfa, este negó con la cabeza ocasionando que se tensara.

—Iré a por ella, encárgate de cuidar a la manada, cuenta las bajas y los heridos —ordenó Kian por medio del link y aún tenso Ilya asintió.

—Suéltenla, si quieren a alguien aquí me tienen.

Kian abrió los brazos completamente tenso.

—¡Kian!

Ella intentó correr hacia él pero uno de los hombres apretó su brazo.

—No irás a ningún lado.

—Está preñada —gruñó Kian—. Libérala.

Dana iba llegando y escuchó cada palabra. Eso sumado a la ira y el descontrol que sentía por la preocupación debido a sus cachorros fue la got
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