¿Qué les parecieron los capítulos? :3
Dana vio el momento exacto en el que el Alfa del Este había llegado junto a una hermosa loba joven del brazo. Sus ojos se encontraron mientras se acercaban lentamente a ella con una sonrisa misteriosa en la cara.Por suerte Devanie había interceptado a Kian llamando su atención y ahora este miraba el intercambio de ambos con recelo.El Alfa estaba cada vez más furioso. No solo por la cercanía del Alfa del Sur sino también por la llegada del Alfa del Norte.—¿Cuándo empezamos los entrenamientos? Kian trató de fingir y volvió su atención a su hija quien lo observaba con curiosidad analizando cada detalle de su rostro. Devanie estaba eufórica por el claro interés de su padre hacia su madre.—Mañana si es posible.—¿A que fue una buena idea que inventara todo ese lío para que mamá se acercara a ti?Kian ahora la observó con verdadera sorpresa antes de que su boca se ladeara en una sonrisa. Devanie sabía que el Alfa del Norte no era conocido por sonreír así que su corazón se llenó de fel
Dana nota con curiosidad como la acompañante del Alfa Alessandro se detiene en seco palideciendo notablemente al ver en su dirección, pero no era a ella a quien observaba, sino al macho a su lado.Dana dio una mirada de reojo a Román y notó que este le devolvía la mirada de manera atenta aunque estaba tratando de mantener la cólera a raya, Dana podía ver a través de él. Durante esos años se habían convertido en buenos amigos, así que podía leerlo. Sus manos se habían convertido en puños deslizando una mirada mortal a Alessandro como si quisiera asesinarlo en ese mismo momento.—¿Román, qué está mal?Dana posó una mano en el brazo de Román llamando su atención. —Dana…Él se calló cuando ambos vimos que la mujer le decía algo a Alessandro y se apartaba yendo en dirección a los baños.“Ella me parece conocida. Tiene que ser del Sur. ¿Cómo si no la conocería Román?”Dana quiso retomar la conversación pero en ese momento llegó Alessandro. Muchas mujeres mantenían la atención en él por su
Dana podía escuchar los pasos y risas al otro lado de la pared. Las charlas no paraban.Todos estaban ajenos a lo que estaba sucediendo detrás de la pared.—Kian… —su protesta sonó ahogada cuando los labios del macho se arrastraron por su cuello erizándole la piel.Ella tuvo que morderse el labio inferior para no dejar salir aquel gemido que amenazaba con escapar de su boca.—¿Recuerdas por qué me llaman monstruo, dulce Omega? Estuve en diferentes guerras, todas ellas las gané, puede haber hecho treguas de paz pero era por mi favor. Todos esos estúpidos que están pululando a tu alrededor no tienen ni idea de lo que les pasará si se atreven a tocarte. Los mataré Dana, no tendré piedad y sus muertes serán dolorosas por acercarse a lo que es mío.—No soy tu propiedad —se quejó ella a punto de apartarse pero Kian metió sus dedos por el dobladillo de su vestido introduciendo su mano para frotar sus bragas.Dana se estremeció al escuchar el gruñido posesivo de Kian al tocar lo húmeda que es
—Dana, te conozco mejor. Estás mintiendo —gruñó él tomando el brazo de ella para acercarla a su firme pecho pero ella se liberó observándolo con ojos ardientes—. Tú me amas, lo sé.Dana soltó una risa suave y si él lo hubiera entendido mejor, dolida.—Te pude amar, pero la traición es algo que nunca podré olvidar. Querías a tu madre y no lo discuto, sin embargo, podía haber otra manera. Podías confiar en mí pero tomaste el camino de hacerme sufrir, es obvio que para ti fue más fácil. Ya no siento nada por ti —mintió descaradamente—. Tuviste razón Kian, te encargaste de que nunca me olvidara de ti. Pero no fue porque quisiera recordarte, sino porque no tenía opción.Finalizó haciendo referencia a lo más importante que ellos compartían, sus cachorros.Kian jamás había sentido que algo le hubiera dolido tan profundamente como las palabras de Dana.Ella creyó ver el dolor en su mirada pero no podía confiar en un hombre que “supuestamente la amaba” y había elegido hacerla sufrir. Incluso au
Devanie había estado buscando a su hermano pero no lo había conseguido en ningún lugar, cosa que la hizo fruncir el ceño.Ahora estaba en la parte de afuera aburrida mirando hacia el cielo.Una gota de lluvia le cayó sobre la nariz pero ni siquiera se molestó en quitársela. —La niña mimada de papá.Ella sonrió irónicamente porque quizás él quería asustarla pero ella había sentido su presencia enseguida a pesar de concentrarse en el bonito cielo nocturno. El sonido de sus pasos tampoco fue un gran misterio. Devanie tenía más desarrollados sus instintos que el resto de los lobos. A medida que crecía sentía que era una especie de bicho raro, nunca podía encajar en los grupos y por supuesto nunca tenía amigos porque no tenía el suficiente tiempo de crear lazos cuando ya estaba creciendo otra vez.Además su mente también lo hacía.Sus pensamientos no eran los de una cachorra de cuatro años, ella se veía de diecisiete y también sentía como las chicas de esa edad. Su madre había tratado d
Román se había quedado de piedra al verla entrar al salón con Alessandro del brazo. La furia que experimentó era superior a todo lo que hubiera sentido antes y su instinto asesino se encendió.Su lobo le gritaba en su interior que fuera a por ella. Que la reclamara frente a ese bastardo, sin embargo, cuando ella se escabulló y Alessandro se acercó a ellos Román se formuló un montón de preguntas pero la principal era ¿Por qué Clara había asistido ahí con Alessandro?Román no se había perdido del desdén de este.Estaba furioso.Ni siquiera había dormido porque él era parte de los machos que la buscaban. Incluso aunque lo hubiera engañado Clara no sabía la verdad.Le había dicho que no iba a entrometerse en la relación de Dana y de él, sin embargo, aunque él quería a Dana, no lo hacía como a Clara. Dana era su amiga y su unión era como estrategia de unir sus manadas. Estaban armando un plan incluso para poder cambiar la ley lobuna y engendrar cachorros híbridos porque él necesitaba un he
No pasa mucho tiempo para que Alessandro se acercara otra vez a Dana. Sus ojos cazadores no la habían perdido de vista ni siquiera una vez.¿Cómo podía hacerlo si ella era su objetivo?Se llevó una copa a los labios saboreando el vino mientras reestructuraba el plan en su cabeza.Al ver que Dana se quedaba sola decidió que aquel sería el momento preciso para actuar.—He considerado su propuesta, Alfa Alessandro —admitió Dana cuando el hombre llegó a su lado.Alessandro no ignoró el hecho de que la mirada ámbar de ella se posara sobre Kian antes de volver a mirarlo a él y eso lo irritó. Por supuesto había presenciado lo que ambos habían hecho en el pasillo y no estaba seguro de cómo Dana había modificado su aroma para que nadie percibiera el del Alfa del Norte sobre su cuerpo.—Si le apetece, mañana podríamos cenar.Dana vio como los ojos de Alessandro brillaban con interés antes de estirarse en una encantadora sonrisa.—Estaré contando las horas, Gobernante. Como su prometido no está,
Román había arrastrado a la loba hasta una habitación vacía interponiéndose en la puerta para no dejarla escapar.Estaba haciendo un esfuerzo sobre humano para calmar sus celos y la rabia de que su hembra dijera aquellas palabras.—¿Me dejaste para irte con ese hijo de puta, Clara? —su voz sonó letal al punto de que Clara sintió que el vello de su nuca se erizaba.Estaba acostumbrada a lidiar con la constante coquetería de Román, pero este macho frente a ella no parecía ser el mismo al que siempre ha estado acostumbrada.Román parece oscuro, casi desquiciado.—Ya te dije que no lo ofendas… ¡Ah! ¡¿Qué te pasa?! —gimió sin aliento por su atrevimiento.Él la había cargado empujándola contra la pared.Clara sintió su corazón retumbar bajo su pecho mientras que él la miraba salvajemente.—Lo ofendo cuanto me da la gana. No sé en qué estabas pensando al traicionarme de ese modo. Esta vez no voy a dejarte ir, estoy preparado para cualquier tipo de traición que quieras hacerme Clara.Él pasó