Dana está un poco ansiosa por lo que hará a continuación sintiendo como la mirada del Alfa no se aparta en ningún momento de ella.Quizás debería huir pero había un fuego en su interior que jamás había sentido.—¿Y bien? ¿Así planeas descontrolarme, Omega?La sorna en su voz la irritó pero al notar que Kian había sonreído ladinamente burlándose de ella algo se apretó en su pecho y la determinante la llevó a actuar devolviéndole la sonrisa.—Ni siquiera he empezado, Alfa.Aún sobre sus muslos, Dana tomó en un puño el miembro nuevamente endurecido del Kian. Este tensó todo su cuerpo al mismo tiempo que su mirada se oscureció.—¿Ansioso?La única respuesta que recibió fue un gruñido de parte del macho. Dana no dudó en acariciarlo íntimamente mientras que se inclinaba sobre su cuerpo para lamer su pecho.—¿Qué demonios…?—Me permitiste hacerlo Alfa, ¿lo olvidaste? —susurró juguetona sobre su piel.Secretamente le encantaba aquella tensión en él, lo hacía ver mucho más masculino y deseable
—¿Dana?—¿Estás bien?La cercanía del Beta la hizo dar un respingo antes de girarse a mirarlo. Después de la noche anterior, Kian la había ignorado. De hecho, esa mañana cuando ella le había hablado en el comedor él solo le había gruñido antes de salir del lugar.Dana no podía dejar de preguntarse por qué la había mordido si seguía apartándola, incluso peor que antes.—Hola Van, estoy bien.Él le dedica una mirada penetrante como si estuviera buscando alguna herida en su piel.—¿Te recuperaste tan rápido de los azotes? Supe que el Alfa te llevó a tu habitación y después no supe nada de ti porque hemos estado patrullando sin descanso la manada.Ella abre la boca balbuceando una excusa pero no encuentra una razonable, nota la tensión en la expresión de Van pero se las arregla para no ahondar en el tema del Alfa.—No soy débil, claro que lo hice.—Eso me alegra mucho.Él se acerca un poco más por lo que Dana debe alzar su mirada para encontrarse con sus ojos grises los cuales la observan
Dana estaba completamente harta de estar sirviendo en la fiesta de la manada pero al ver como los lobos comienzan a irse se relajó un poco, enseguida notó que las doncellas comienzan a irse en dirección a la fiesta para los empleados de la que Van le había hablado. Antes no había estado muy entusiasmada por ir, pero después de todo el mal rato que Kian le había hecho pasar tratándola horrible frente a todos, de hecho necesitaba hacerlo.Pronto se iría a su manada y tendría que asumir las responsabilidades como gobernante del Oeste. No le quedaría tiempo para disfrutar de absolutamente nada. Quizás pudiera divertirse un poco en el Norte, con Van.—¿Estará ahí ya? —se preguntó a sí misma por medio de un susurro.No vio al Beta por ningún lado, sin embargo, al estúpido Alfa lo noto rodeado de mujeres. Al ser esta la fiesta de la manada del Norte no es permitido que nadie que no sea de la manada asista, salvo por ella, al ser acogida como una doncella.—Venga muchacha, ya puedes irte. Me
—¿Qué se suponía que estabas haciendo ahí? ¿Por qué saliste? —rugió el Alfa al soltarla. Como si recordara de repente el anterior suceso.Ella alza la barbilla aturdida para encontrarse con su mirada furiosa y como una suicida decide sonreír, cosa que solo lo enfurece mucho más.—Estaba harta de estar encerrada y Van es una buena compañía, además como ya dije, era la fiesta de los empleados.Sube sus hombros con indiferencia pero Kian no deja que aparte la mirada tomando su mentón con violencia para que sus orbes estén una vez más en él. —¿Van es una buena compañía? ¿Qué demonios? ¿Te estás acostando con él?Dana abrió sus labios furiosa y ofendida. Su mano se alzó pero él la atrapó sin vacilar y gracias a la mirada que él le da ella se da cuenta del error que ha cometido.—¿Cómo te atreves?Su muñeca es apretada con fuerza por él, aunque ella no retrocede por lo molesta que está.—¡¿Cómo te atreves tú?! ¡No soy una prostituta! ¡Me convertí en tu amante porque me obligaste a serlo! ¡
—¿Estaba con el Beta?—Sí, parece que son cercanos, princesa. Creí que esa información sería útil para usted.Asling mira por la ventana donde estaba Kian y lo devora con la mirada. Una sonrisa maliciosa se extiende por su rostro y piensa que la mejor inversión que ha hecho es reclutar a esa doncella como su secuaz.—Quiero que los vigiles de cerca. En efecto, esa información es valiosa, te daré una recompensa Neim. Estoy segura de que mi querida primita está planeando algo.Ella se encargaría de destruir a Dana, antes tenía pensado matarla pero ahora el panorama se veía mucho mejor, quizás podía hacer que el mismo Alfa la matara por traición, eso sería mucho más satisfactorio.*—Coloca esos víveres en la encimera, ayúdame con esto…Dana dejó de escucharla al ver pasar al Alfa por el pasillo.La rabia hirvió en sus venas, no solo por lo que le había hecho a ella sino también por lo que había hecho con Van.Sin detenerse a pensar dejándose llevar por el impulso rápidamente salió de la
El dolor en sus sienes es lo primero que siente Dana al despertar. Parpadea adormilada y ve que sobre ella el rostro de Zakia y Van la observan con preocupación. —¡Despertó!—Ya lo veo Zaki, ¿Cómo te sientes Dana?Ella se levanta poco a poco quedando sentada sobre la cama.—¿Estás enferma?—¿No te sientes bien? Me asusté cuando te desmayaste, por suerte Van iba pasando y me ayudó a traerte a tu habitación. —Estoy bien —respondió con la voz un poco rasposa.Atontada se llevó la mano a la cabeza.—No sé que me pasó, supongo que es porque no desayuné —mintió deliberadamente apartando la mirada de los dos lobos que la observaban fijamente.—¿Estás segura que es por eso o…?De repente un golpe en la puerta hizo que todos hicieran silencio.—Omega, el Alfa te necesita, sal ahora.—Le diré a Kian que no estás bien.Era la primera vez que Zakia parecía diferente a su acostumbrada personalidad risueña.Dana enseguida tomó su brazo para detenerla.—No, por favor. No lo hagas. Ya te dije que n
—¿Cómo te atreves? —gruñó el Alfa sosteniendo a su prima.Dana los miró a ambos con rabia pero después centró su atención en Kian.—Ella me ofendió primero.Su ladina sonrisa sarcástica hizo que el corazón de la Omega latiera mucho más rápido.—Vete de aquí. Te encargarás de los trabajos de campo hoy, no quiero que estés cerca de la casa de la manada. Piérdete.Dana apartó las lágrimas que comenzaban a formarse en sus ojos, se dio la vuelta con dignidad tratando de no volver a mirarlo, aunque la voz de Kian hizo que se detuviera en seco una vez más.—No quiero que vuelvas a tocar a Asling nunca más.—No te preocupes, Alfa. No lo haré.Rápidamente salió de ahí sintiendo que el dolor se apoderaba de ella.Los ojos del Alfa no se apartaron ni siquiera por un segundo de la estilizada espalda de Dana mientras salía de sus aposentos mientras apretaba la mandíbula.—¿Dana? ¿A dónde vas?Zakia la miraba con el ceño fruncido, al parecer la había estado esperando afuera.—Tengo que hacer traba
Dana hizo lo que él le pidió mientras que Kian la miraba fijamente haciéndola poner más molesta por su atención.De repente sorprendiéndola el lobo se inclinó sobre ella después de tomar agua para limpiar suavemente el rostro de Dana quien lo observó enfurruñada a pesar de que había sentido su toque como una descarga eléctrica prefirió apartarse como si no sintiera más que fastidio.—Yo puedo hacerlo sola.El Alfa apretó la mandíbula sin responderle, detestaba que la Omega lo ignorara mientras que al bastardo de su Beta le sonreía.Kian no intentó ayudarla otra vez pero ni un momento dejó de mirarla inquietándola hasta que por fin terminó de limpiarse y rápidamente se colocó la camisa del macho.—Vamos, necesitas ver a la curandera.—No, yo estoy bien.Él la ignoró, mientras que en silencio Dana lo seguía y no pudo evitar echar un vistazo a esa musculosa espalda tensa. Enseguida apretó los dientes furiosa y apartó la mirada reprochándose a sí misma que debería mantenerse alejada de él