Podía ver en él una paciencia que me desesperaba, ¿Es que no entiende que ambas situaciones son delicadas y él se lo toma con tranquilidad?
—Antes que hablemos de San Isidro, quiero que nos cuente lo que ha pasado ayer.
—Alex, yo nunca te había visto de esa forma, después de que Marisol te reclamó por la presencia de Valentina, fue como si hubieras explotado, le dijiste un sin número de cosas.
— ¿Cosas como qué?
—No recuerdo con exactitud, pero hasta expusiste que su matrimonio era una farsa, que tú y ella dormían separados, luego saliste de ese lugar jalando a Valentina del brazo.
Por un momento pensé que Gustavo estaba exagerando, pero no recordaba nada.
— ¿Por qué no recuerdo nada de eso? Juro que no sé cómo llegue hasta este hotel.
—Yo tampoco recuerdo nada. —dijo Valentina, quien se había quedado callada hasta este momento.
—Bueno, de eso no puedo dar explicaciones, pero yo me tuve que quedar a dar la cara, obviamente Marisol estaba furiosa y más porque te fuiste con Valentina.
—Que fastidio todo esto.
—Lo mejor es que te divorcies de ella, al final lo que ocurrió ya no lo puedes borrar.
—Perderé millones por ese divorcio. —Recordé inmediatamente el acuerdo prenupcial.
—Imagino porque se casaron con bienes mancomunados —dijo Valentina, no soy tonto para dar algo que me ha costado demasiado a Marisol
— ¡No! Olvida ese tema.—dije, haciendo énfasis en que no hiciera preguntas innecesarias.
Cuando yo realice los acuerdos prenupciales, les di al padre de Marisol Treinta millones de dólares, esto para que se salvara su empresa. Al plazo de cinco años pasaría a mi propiedad, él aceptó, no obstante, puso ciertas condiciones, una de esas era casarme con su hija y vivir con ella durante los cinco años.
Si nuestro matrimonio no llegaba hasta ese tiempo, perdería todo ese dinero más un 20 % de mis activos. La empresa de ellos estaba valorada en $80 millones de dólares; sin embargo, las deudas los estaba consumiendo, así que con mi dinero pudieron cancelarles a todos los acreedores y así tener efectivo para producir nuevamente.
—Valentina, él no puede darle el divorcio, si hace eso perderá una buena fortuna, ahora imagínate cuando se den cuenta de que ustedes estuvieron juntos. —Él se reía por nuestra situación.
—No era necesario mencionar eso, además ¿Cómo sabrán que estuvimos juntos?
Me molesto la poca discreción de Gustavo, se suponía que le conté lo del acuerdo prenupcial en confianza.
—Pasando de tema, quiero saber ¿Por qué permitiste que en este lugar hubiera explotación laboral?
— ¿A qué te refieres? —preguntó Gustavo sorprendido.
Le expliqué a Gustavo todas las incomodidades que me expresaron el sindicato, él hacía gesto de que estaba sorprendido, sin embargo, era muy actuado y sabía que no era cierto.
—Tu deber es velar por evitar eso, sabes muy bien que estamos en constante monitoreo de las autoridades.
—Lo sé, si estaba haciendo mi trabajo, pero nunca me percate algo así, siempre reportaban una jornada normal y la producción era algo buena.
—Quiero que revises en persona las demás filiales, lo harás antes de regresar a la oficina, no quiero que este problema se repita.
Nos retiramos de la filial y fuimos directo al hotel, lo que menos quería era tardar mucho en este viaje e ir a resolver mi problema con Marisol.
—Quiero que empaques las cosas lo más rápido posible, nos iremos enseguida. —ordene a Valentina, ella me quedo viendo con una mirada de que quería matarme.
—Solo para esto me ha hecho venir, su doméstica personal.
Alguien golpea la puerta y al ver por la mirilla es Marisol, abrí la puerta rápidamente, no sé qué hacía aquí.
— ¿Qué haces aquí?
Ella pasó directa a la habitación, encontrándose a Valentina, quien no le advertí de la presencia de Marisol.
—Tú sí que no tienes límites, me humillas en la fiesta de aniversario, sales de la mano con esta cualquiera y los encuentro en la misma habitación.
Valentina se aleja de ella antes de que la lastime, Marisol saco su teléfono y empezó a grabar todo.
—Valentina, espérame en el restaurante —le dije en el oído al oído.
Ella salió rápido de ahí, lo menos que quería era que le pasara algo por culpa mía.
— ¡Queee! —grito ella desde el baño.
Cuando llegue tenía los preservativos que al parecer usamos la noche anterior.
—Tuviste una mujer en tu casa, dispuesta a dormir a tu lado y entregarse, pero la pasaste rechazando dos años, ahora te vienes a este hotel de quinta y te metes con tu secretaria.
—Marisol, cálmate, todo esto es un malentendido.
—No, Alex, ya no seré la misma que se dejó humillar durante todo este tiempo, todo esto lo tengo en mi teléfono y ten por seguro que será el inicio de tu infierno.
—Sé que podemos llegar a un acuerdo, hablemos, entiendo que todo esto puede ser muy confuso, pero la verdad es que yo no entiendo que paso ayer y mucho menos sé cómo llegué hasta aquí.
—También me dirás que entre tu secretaria y tu no paso nada.
Eso era algo que no podía negarlo, había suficiente evidencia en mi contra.
—Sé que todo esto indica que así fue, sin embargo, algo paso en mí y no recuerdo nada.
—No seguiré escuchando más locuras tuyas, no seguiré aquí perdiendo mi tiempo, ya tengo suficiente evidencia para poder cancelar este matrimonio y dejar de recibir tantas humillaciones de tu parte.
—Si no tienes nada más que decir es mejor que te retires.
Pensé que ella saldría y fui abrirle la puerta principal, pero cuando volteo ella se encierra en el dormitorio. Ya nada me preocupaba, todo estaba hecho y no había nada más que ocultar. Diez minutos más tarde sale ella, no me dirige la palabra y se retira completamente de la habitación.
Baje hacia el restaurante, no obstante, mi sorpresa es que Marisol había pasado por ahí y le dio una cachetada a Valentina, antes de marcharse por completo del hotel.
— ¿Estás bien? —le pregunté a Valentina.
—Sí, estoy bien, me tomo por sorpresa, de lo contrario no me hubiera tocado.
—La verdad es que a ambos nos ha tomado por sorpresa, no quiero imaginarme todo el infierno que me espera en Canagua.
—Yo estaba considerando renunciar, al final si me quedo en la empresa podría traerle más problemas.
—No, definitivamente no, mientras yo me ausente de la empresa, tú serás mis ojos y oídos, necesito que te quedes en el momento más difícil para mí.
La veía a ella pensativa, esto no sería nada fácil para ambos, pero si permito que ella se vaya, únicamente le estaré dando más rumores a Marisol.
—Está bien, me quedaré, no obstante, por nada del mundo me pedirá que viaje nuevamente con usted, mientras no resuelva el problema con su mujer.
—No te preocupes, no lo haré.
Gustavo se quedaría en San Isidro, esto mientras se contrata a un nuevo gerente, además que haría supervisión a otras filiales. Como no había vuelos comerciales a Canagua para hoy por la tarde, tuve que alquilar un avión, eran lujos que podía darme fácilmente; sin embargo, lo veía innecesario.—Hay algo que necesito saber y es necesario que sea sincero conmigo, esto si desea que continúe trabajando para usted. —dijo Valentina en tono serio, sabía que debía ser algo importante.—Dime.—Ese contrato o pacto que hizo con la señora Marisol, ¿Qué tanto puede afectarle? —Podía responderle cualquier pregunta, pero no correspondiente a ese tema.Su pregunta me tomo por sorpresa, no entiendo por qué el interés de saber.—Como dijo Gustavo, perderé bastante dinero.—Alguien como usted sé que el dinero es importante, pero siento que hay algo más que me está ocultando.— ¿Por qué lo dices?—Porque alguien que cuenta con un buen capital, no se casaría por un negocio cualquiera y peor de no tocar a
Al día siguiente, llame a casa y me comunique con Flor. —Buenos días, Flor, ¿Llego Marisol a casa? —Buenos días, Sr. Davis, la señora, no regreso a casa. —De acuerdo, ¿Ha habido alguna novedad? Rumores, chismes, cualquier cosa- —Con todo respeto, pero no se ha comentado nada, sabe que el personal es discreto en esa parte. —Procuraba que mi personal no cambiase mucho, me gustaba que fueran discreto con los temas de la casa. —Muy bien, si pasa algo quiero que me notifiques, yo me estoy quedando en el Hotel Jerónimo, aun así, si te preguntan tú no sabes nada. —De acuerdo. Salí hacia la oficina, necesitaba dejar unas indicaciones antes de ir a la oficina de mi suegro. Valentina ya se encontraba ahí, ya tenía los informes listos. —Hoy no creo estar en la oficina, así que cancela toda mi agenda. —Hay una cita que no puede cancelar y es a las 9 de la mañana. —No, no puedo estar, principalmente a esa hora, pásalo para la tarde. —No quería tardar mucho, necesitaba salir del compromi
Regresé al hotel, pedí que me llevaran hielo a la habitación.Tras pensarlo mucho, decidí llamar a Valentina.—Sr. Alex, ¿Viene pronto hacia la oficina?—Valentina, necesito que vengas al hotel Jerónimo, hoy no estaré para nadie.— ¿Un hotel? ¿Por qué ahí?—No me estoy quedando en casa, por eso te estoy pidiendo que vengas al hotel. Cuando vengas entenderás el porqué.Ella se quedó en silencio por un momento, imagino que por la situación que acabamos de pasar en San Isidro es que desconfía.—Te lo diré para que no desconfíes, me han golpeado en la oficina de Allan García.— ¿Cómo que lo han golpeado? ¿Eso por qué? ¿Se encuentra usted bien?—Dime si vendrás.—Está bien, voy para allá.Llame a mi abogado, este asunto se estaba volviendo más serio.—Señor Alex, gusto en escucharlo.—Steven, necesito tus servicios.—Siempre estoy disponible para usted, lo escucho.—No, quiero que vengas al hotel Jerónimo, en la habitación 308, no quiero darte detalles por llamada.—Estaré en veinte minuto
Fui rumbo al apartamento de Valentina, pero mi mente no dejaba de pensar en lo recién sucedido con Marisol.Le estaba marcando a su celular cuando ella sale del apartamento. Se miraba hermosa, única, no existe palabras para describir su belleza, se miraba como un ángel.— ¿Esa es mi secretaria? —dije sin querer en voz alta.— ¿Sucede algo? ¿Me veo mal? —Ella empieza a revisar si tenía algún inconveniente—Lo siento Valentina, es que nunca te había visto vestida de esa forma. —No podía dejar de admirar su belleza.— ¿Me veo bien? La verdad es que no estoy acostumbrada a salir regularmente y pocas veces uso estos vestidos.—Bien es poco, te ves hermosa. —Marisol tenía ropa de mayor calidad; sin embargo, nunca le hice un cumplido, no obstante, con Valentina me salía tan natural.Le abrí la puerta y ella subió al carro.—Dígame la verdad, Sr. Da… Sr. Alex, ¿Me veo bien? —No sé si tomo mi comentario como si fuera una mentira, pero no estaba mintiendo.—Valentina, no tengo por qué mentirte,
«Debemos vernos» Esas dos palabras en mi celular fueron suficiente para acelerar mi corazón, ¿Cómo es posible que después de cuatro años me escribiera?«¿Dónde?» Fue mi respuesta, tenía curiosidad.La respuesta fue una dirección, no sabía a qué hora me esperaba, pero la necesidad de saber me hizo ir inmediatamente.Eran 20 minutos de viaje, el punto no estaba tan distante. Me encontraba en el punto, era una zona residencial, así que no sabía cuál casa era.«Casa 32B5, la puerta está abierta» Me llega un mensaje, esto me hace saber que me esperaba ahorita.«Lo siento, pero no entraré a una casa, si quieres verme tendrás que salir»«Como siempre precavido, pero está bien, saldré»Esperaba que ella saliera de la 32B5, no obstante, salió de la 33C7, una casa que quedaba justamente frente a la que ella me pidió.— ¿Qué sucede aquí? —pregunte algo confundido.— ¿Es que no piensas saludarme? O ¿Te sigo poniendo nervioso?—Amelia, ¿Acaso puedo mentirte a ti?—Eso supuse, la verdad me sorpren
Decidí retirarme del sitio, lo que menos quería era más problemas, pero me quedé pensando en Juana María, mucho menos recordar una fecha en específico.Durante el trayecto a casa consideré en llamar a Valentina, pero eran las 1 de la mañana, debe de estar descansando, así que mejor fui hasta la casa.Al llegar vi parqueado un vehículo, me llama la atención porque está cerca de mi entrada y aquí los vecinos no suelen dejar vehículos afuera. Llame a casa y pedí que los de seguridad salieron, he escuchado que algunos ladrones aprovechan cuando los vehículos entran tarde. No tardaron en seguir mis instrucciones y como si supiera lo que pasaría, el vehículo se retiró, no sin antes tomar los datos.— ¿Todo bien Señor?—Si, pero les pediré que mantengan vigilada la calle, cualquier vehículo extraño quiero que investiguen.—Como usted diga, hoy ha venido la Sra. Marisol y se le ha negado la entrada como pidió, vino acompañado de un abogado.— ¿A qué hora fue eso?—Poco después que usted se re
Amelia siempre fue una mujer que se dio a respetar, en la universidad no permitía que los chicos le insinuaran cosas o alguna caricia mal intencionada. Industrias Davis no era la empresa que es ahora y por tal motivo no me daban un trato especial.Entre mis amistades no estaba incluida Amelia y nunca imagine acercarme a ella, además solo teníamos una clase en común, ella estudiaba otra carrera. Mis compañeros trataron de establecer una relación con ella, pero nunca consiguieron una cita, ni siquiera su número.Una tarde que había salido tarde de la universidad, iba manejando hacia casa, una llanta se pinchó y tuve que reemplazarla en ese momento, tras terminar de cambiarla comenzó a llover, pero al pasar por un callejón vi a un grupo de hombres intimidando a una dama.Papa siempre me enseño que debo de andar un arma de salva, tal vez no ayude a defenderme, pero al menos engañara y puede ser útil en cualquier momento. Tome mi arma y la cargue con dos disparos, baje del auto y fui direc
Llego el lunes, al llegar me encuentro con una fila de personas afuera de la empresa.— ¿Qué hacen esas mujeres afuera? —pregunte al portero.—Tengo entendido que vienen a entrevista. —Explico él, se miraba algo confundido.Había olvidado por completo que gire instrucciones de contratar a una nueva secretaria.Al llegar hasta la oficina veo a Valentina, habitualmente la veía de uniforme, pero hoy vestía distinto, se miraba una mujer diferente.—Sigo preguntándome si realmente eres mi secretaria —dije en forma de broma.—La verdad no sabía si es adecuado para el puesto —decía ella mientras se revisaba que no hubiera ningún desajuste en su vestuario.—Es perfecto, pero necesitamos resolver otro asunto, no puedes quedarte aquí, necesitas una oficina.—Si no le incomoda, prefiero quedarme aquí, no me gusta sentirme encerrada entre cuatro paredes. —Me sorprende su petición, creo que he tomado una buena decisión.—Está bien, te conseguiré un mejor escritorio y junto a la nueva asistente est