Gustavo se quedaría en San Isidro, esto mientras se contrata a un nuevo gerente, además que haría supervisión a otras filiales. Como no había vuelos comerciales a Canagua para hoy por la tarde, tuve que alquilar un avión, eran lujos que podía darme fácilmente; sin embargo, lo veía innecesario.
—Hay algo que necesito saber y es necesario que sea sincero conmigo, esto si desea que continúe trabajando para usted. —dijo Valentina en tono serio, sabía que debía ser algo importante.
—Dime.
—Ese contrato o pacto que hizo con la señora Marisol, ¿Qué tanto puede afectarle? —Podía responderle cualquier pregunta, pero no correspondiente a ese tema.
Su pregunta me tomo por sorpresa, no entiendo por qué el interés de saber.
—Como dijo Gustavo, perderé bastante dinero.
—Alguien como usted sé que el dinero es importante, pero siento que hay algo más que me está ocultando.
— ¿Por qué lo dices?
—Porque alguien que cuenta con un buen capital, no se casaría por un negocio cualquiera y peor de no tocar a su mujer tan hermosa como la Sra. Marisol.
—Eres inteligente, pero siempre me ha gustado tu manera de ser discreta, prefiero no tocar ese tema contigo, además que Marisol tengo ciertos atributos, no es motivo para derretirme por ella.
—Ah, ok, entonces considere mi renuncia, porque de alguna manera yo termine involucrada en todo esto y usted quiere que continúe. A mí no me importa lo que dirán, simplemente busco un nuevo trabajo, sin embargo, es usted quien perderá plata y cuidado algo más.
En todo este tiempo, Valentina nunca se ha interesado por mis asuntos, no es que sea como Gustavo, no conoce el significado de la palabra compromiso, pasan constantemente cambiando de pareja, pero me sorprende su interés.
—Cuando yo conocí a la familia de Marisol, sus padres estaban buscando a manera desesperada de un financiamiento, ellos eran prácticamente mi competencia, fácilmente podía dejar que llegaran a la quiebra y luego recoger los huesos, en cambio, les hice una oferta. —No fui del todo sincero con ella.
— ¿Por qué no dejo que llegaran a la quiebra?
—Mi padre y el Sr. García eran viejos amigos y no podía dejar que perdiera lo que tanto le costó.
—En el fondo usted es una persona buena. En qué consistía el pacto.
—Yo le entregué $30 millones de dólares, además que tendrían asesoría para que el negocio no tuviera el mismo rumbo, pero en cinco años me tendrían que entregar la compañía y yo les daría otros $20 millones.
— ¿Por qué no le ofreció los $50 millones de inicios?
—Soy hombre de negocio, a mí me costaría solo $30 millones, los otros saldrían de la misma empresa, yo me volví accionista y sabía que era un buen negocio.
El vuelo nada más llevaba la mitad del camino y Valentina no paraba de hacer preguntas, este es el viaje más largo que he tenido.
— ¿Cómo llegaron al punto de casarse?
—Después de haber hecho mi oferta, el Sr. Allan regreso conmigo, estaba acompañado de su esposa e hija, aceptarían la oferta, no obstante, su hija tenía que ser mi esposa, además de que había cláusulas adicionales que no vi complicadas de cumplir.
— ¿Cuáles?
—Nadie podía ser infiel a la otra persona, si yo era infiel los $30 millones les quedarían a ellos automáticamente y yo entregaría el 20 % de mi fortuna, si ella era infiel entonces la empresa pasaría automáticamente a mi nombre, sin necesidad de desembolsar más dinero o recurrir a procesos legales. Si por algún motivo ambos decidíamos divorciarnos, entonces ellos tenían que devolverme mi dinero, más un porcentaje en compensación.
—El que más perdía es usted.
—No, tenía un plan, acepte casarme con ella, pero no la tocaría y de alguna forma u otra sabía que ella no aguantaría.
—Todo estaba premeditado, sin embargo, no tocar a una mujer por cinco años.
—No lo había hecho hasta ahorita contigo y eso que no recuerdo nada de lo sucedido.
Nunca me había preocupado esa parte, a diario me encuentro a muchas chicas hermosas, sin embargo, siento que su belleza es externa y por dentro eran vacías, solo se acercaban a mí por el dinero, además, el amor no era para mí.
—Cuando sientes que aún no llega la mujer correcta, eso no importa, al final lo veía como un negocio con un plazo máximo de 5 años y actualmente esa empresa vale $105 millones.
—Pero por ambicioso está a punto de perder bastante dinero. —Tenía que estarme recordando esa parte en cada momento.
Valentina tiene razón, por ambicioso puse en juego mucho, mi fortuna asciende a $400 millones de dólares, no puedo permitir darme el lujo de perder tanto dinero, además es el esfuerzo también de mi padre.
—Quiero que me ayudes a averiguar que paso ayer exactamente, como fue que perdimos noción del tiempo. —No sabía a quién más acudir.
— ¿Algo más que desee que me encargue, jefe?
— ¿Cómo? ¿Por qué lo dices de esa manera?
—Si, me está pidiendo que haga mi trabajo de secretaria, además de estar a cargo de la empresa cuando usted no se encuentre y ahora de detective, solo falta que sea su doméstica también.
—Está bien, haremos unos cambios, tampoco exageres, vas a ser mi asistente personal, buscaremos a una nueva secretaria, subiré tu salario, necesito que vistas mejor.
—Eso suena mejor, aunque mi intención no era pedirle un aumento, simplemente que me disminuyera la carga.
El vuelo por fin estaba llegando a su destino, no quería que Valentina continuara con su interrogatorio.
Al aterrizar fui directo a casa, no sin antes dejar a Valentina en su apartamento. Cuando llegue a mi apartamento afuera se encontraba el Sr. Allan García.
— Buenas noches, Alex.
—Buenas noches, Sr. Allan, cuanto tiempo sin verlo
—Evitemos los modales ¿Sabes muy bien a qué he venido?
—Puedo hacerme una idea, pero quisiera pedirle de la mejor manera que pospongamos esta charla para otro día, hoy vengo viajando de San Isidro y mi día no ha sido del todo bueno.
—Por el respeto que le tenía a tu padre me retiro, sin embargo, te espero mañana en mi oficina.
—Muchas gracias por comprender, a las 9 estaré ahí.
Entre a casa y Flor me esperaba adentro.
—Qué bueno ha llegado, señor, nosotros no podíamos hacer nada y usted no contestaba su teléfono.
— ¿Pasa algo malo? —Por la forma en que vino parecía que sí.
—La Sra. García... ha destruido su habitación, empezó a tirar todo, yo pensaba que estaban discutiendo hasta que me informaron, se encontraba sola.
— ¿Aún sigue ahí?
—No, eso fue ayer, hoy salió y no ha regresado.
—Muy bien, quiero pedirte que me prepares una nueva maleta, hoy me quedaré en otro lado, si llegase a venir Marisol me vas a llamar. No quiero que nadie toque mi habitación y si ella viene preguntando por mí, le dirás la verdad que salí y no sabes a donde fui.
— ¿Sucede algo malo?
—Eso no debe de preocuparte, únicamente has lo que te he pedido, iré a la habitación de invitados a ducharme.
Ella subió a la habitación y yo llevé la maleta que traía hacia la habitación de invitados.
Al día siguiente, llame a casa y me comunique con Flor. —Buenos días, Flor, ¿Llego Marisol a casa? —Buenos días, Sr. Davis, la señora, no regreso a casa. —De acuerdo, ¿Ha habido alguna novedad? Rumores, chismes, cualquier cosa- —Con todo respeto, pero no se ha comentado nada, sabe que el personal es discreto en esa parte. —Procuraba que mi personal no cambiase mucho, me gustaba que fueran discreto con los temas de la casa. —Muy bien, si pasa algo quiero que me notifiques, yo me estoy quedando en el Hotel Jerónimo, aun así, si te preguntan tú no sabes nada. —De acuerdo. Salí hacia la oficina, necesitaba dejar unas indicaciones antes de ir a la oficina de mi suegro. Valentina ya se encontraba ahí, ya tenía los informes listos. —Hoy no creo estar en la oficina, así que cancela toda mi agenda. —Hay una cita que no puede cancelar y es a las 9 de la mañana. —No, no puedo estar, principalmente a esa hora, pásalo para la tarde. —No quería tardar mucho, necesitaba salir del compromi
Regresé al hotel, pedí que me llevaran hielo a la habitación.Tras pensarlo mucho, decidí llamar a Valentina.—Sr. Alex, ¿Viene pronto hacia la oficina?—Valentina, necesito que vengas al hotel Jerónimo, hoy no estaré para nadie.— ¿Un hotel? ¿Por qué ahí?—No me estoy quedando en casa, por eso te estoy pidiendo que vengas al hotel. Cuando vengas entenderás el porqué.Ella se quedó en silencio por un momento, imagino que por la situación que acabamos de pasar en San Isidro es que desconfía.—Te lo diré para que no desconfíes, me han golpeado en la oficina de Allan García.— ¿Cómo que lo han golpeado? ¿Eso por qué? ¿Se encuentra usted bien?—Dime si vendrás.—Está bien, voy para allá.Llame a mi abogado, este asunto se estaba volviendo más serio.—Señor Alex, gusto en escucharlo.—Steven, necesito tus servicios.—Siempre estoy disponible para usted, lo escucho.—No, quiero que vengas al hotel Jerónimo, en la habitación 308, no quiero darte detalles por llamada.—Estaré en veinte minuto
Fui rumbo al apartamento de Valentina, pero mi mente no dejaba de pensar en lo recién sucedido con Marisol.Le estaba marcando a su celular cuando ella sale del apartamento. Se miraba hermosa, única, no existe palabras para describir su belleza, se miraba como un ángel.— ¿Esa es mi secretaria? —dije sin querer en voz alta.— ¿Sucede algo? ¿Me veo mal? —Ella empieza a revisar si tenía algún inconveniente—Lo siento Valentina, es que nunca te había visto vestida de esa forma. —No podía dejar de admirar su belleza.— ¿Me veo bien? La verdad es que no estoy acostumbrada a salir regularmente y pocas veces uso estos vestidos.—Bien es poco, te ves hermosa. —Marisol tenía ropa de mayor calidad; sin embargo, nunca le hice un cumplido, no obstante, con Valentina me salía tan natural.Le abrí la puerta y ella subió al carro.—Dígame la verdad, Sr. Da… Sr. Alex, ¿Me veo bien? —No sé si tomo mi comentario como si fuera una mentira, pero no estaba mintiendo.—Valentina, no tengo por qué mentirte,
«Debemos vernos» Esas dos palabras en mi celular fueron suficiente para acelerar mi corazón, ¿Cómo es posible que después de cuatro años me escribiera?«¿Dónde?» Fue mi respuesta, tenía curiosidad.La respuesta fue una dirección, no sabía a qué hora me esperaba, pero la necesidad de saber me hizo ir inmediatamente.Eran 20 minutos de viaje, el punto no estaba tan distante. Me encontraba en el punto, era una zona residencial, así que no sabía cuál casa era.«Casa 32B5, la puerta está abierta» Me llega un mensaje, esto me hace saber que me esperaba ahorita.«Lo siento, pero no entraré a una casa, si quieres verme tendrás que salir»«Como siempre precavido, pero está bien, saldré»Esperaba que ella saliera de la 32B5, no obstante, salió de la 33C7, una casa que quedaba justamente frente a la que ella me pidió.— ¿Qué sucede aquí? —pregunte algo confundido.— ¿Es que no piensas saludarme? O ¿Te sigo poniendo nervioso?—Amelia, ¿Acaso puedo mentirte a ti?—Eso supuse, la verdad me sorpren
Decidí retirarme del sitio, lo que menos quería era más problemas, pero me quedé pensando en Juana María, mucho menos recordar una fecha en específico.Durante el trayecto a casa consideré en llamar a Valentina, pero eran las 1 de la mañana, debe de estar descansando, así que mejor fui hasta la casa.Al llegar vi parqueado un vehículo, me llama la atención porque está cerca de mi entrada y aquí los vecinos no suelen dejar vehículos afuera. Llame a casa y pedí que los de seguridad salieron, he escuchado que algunos ladrones aprovechan cuando los vehículos entran tarde. No tardaron en seguir mis instrucciones y como si supiera lo que pasaría, el vehículo se retiró, no sin antes tomar los datos.— ¿Todo bien Señor?—Si, pero les pediré que mantengan vigilada la calle, cualquier vehículo extraño quiero que investiguen.—Como usted diga, hoy ha venido la Sra. Marisol y se le ha negado la entrada como pidió, vino acompañado de un abogado.— ¿A qué hora fue eso?—Poco después que usted se re
Amelia siempre fue una mujer que se dio a respetar, en la universidad no permitía que los chicos le insinuaran cosas o alguna caricia mal intencionada. Industrias Davis no era la empresa que es ahora y por tal motivo no me daban un trato especial.Entre mis amistades no estaba incluida Amelia y nunca imagine acercarme a ella, además solo teníamos una clase en común, ella estudiaba otra carrera. Mis compañeros trataron de establecer una relación con ella, pero nunca consiguieron una cita, ni siquiera su número.Una tarde que había salido tarde de la universidad, iba manejando hacia casa, una llanta se pinchó y tuve que reemplazarla en ese momento, tras terminar de cambiarla comenzó a llover, pero al pasar por un callejón vi a un grupo de hombres intimidando a una dama.Papa siempre me enseño que debo de andar un arma de salva, tal vez no ayude a defenderme, pero al menos engañara y puede ser útil en cualquier momento. Tome mi arma y la cargue con dos disparos, baje del auto y fui direc
Llego el lunes, al llegar me encuentro con una fila de personas afuera de la empresa.— ¿Qué hacen esas mujeres afuera? —pregunte al portero.—Tengo entendido que vienen a entrevista. —Explico él, se miraba algo confundido.Había olvidado por completo que gire instrucciones de contratar a una nueva secretaria.Al llegar hasta la oficina veo a Valentina, habitualmente la veía de uniforme, pero hoy vestía distinto, se miraba una mujer diferente.—Sigo preguntándome si realmente eres mi secretaria —dije en forma de broma.—La verdad no sabía si es adecuado para el puesto —decía ella mientras se revisaba que no hubiera ningún desajuste en su vestuario.—Es perfecto, pero necesitamos resolver otro asunto, no puedes quedarte aquí, necesitas una oficina.—Si no le incomoda, prefiero quedarme aquí, no me gusta sentirme encerrada entre cuatro paredes. —Me sorprende su petición, creo que he tomado una buena decisión.—Está bien, te conseguiré un mejor escritorio y junto a la nueva asistente est
Está bien, si lo que ella quiere es que acepte mi derrota frente a Marisol, entonces desembolsaré el dinero, pero no se lo pondré tan fácil.—De acuerdo, le pagaré el dinero a Marisol, pero necesito saber que pasara contigo.—Lo que suceda conmigo no es tu asunto, al final nunca te importo lo que me pasara. —Ella agachó su cabeza. —Además, ya te lo he dicho antes, oportunidad tuviste para acercarte a mí. —Salió de forma abrupta de la oficina.Fui tras ella, pero Raquel interrumpió mi camino.— ¿Qué haces? —dije mientras trataba pasar por su costado.—Es mejor que la deje ir, Sr. Davis, si la sigue puede acusarlo de acoso.—No sabes lo que dices. —Le reclamé, no tiene por qué interferir en mis asuntos.—Sí, he revisado su hoja de vida, es periodista y solo buscan problemas, ¿Qué mejor manera de acercarse a usted? Aprovecho la entrevista y luego su asistente la trae hasta acá.—Si no quieres que te despida es mejor mantenerte en silencio.El elevador se cerró, por más que presionaba el