Llegada la noche fui con Marisol hacia la fiesta, ella vestía un vestido azul oscuro, se miraba elegante, podía cautivar a cualquier hombre, aun así, su belleza no era relevante para mí, solo he tenido ojos para una mujer.
El salón ya se encontraba algo lleno, los invitados nos estaban esperando. Saludamos a todos los presentes como una pareja normal y luego cada uno separado por su cuenta.
No veía a Valentina, quería irme pronto de ese lugar, muchas personas hipócritas juntas no era nada bueno, hasta que la vi llegar con Gustavo.
¡Ella…! No había palabra para describirlo, ella se miraba diferente, no podía reconocer que era mi secretaria, es una mujer distinta, tanta belleza oculta en un uniforme.
—Pensé que ya no vendrían.
—Para que le vayas a tirar la puerta a Valentina por dejarte plantado, mejor evitamos eso, además, mírala, esta hermosa. —Contesto Gustavo, Valentina únicamente se sonrojó.
—Sí que lo está. —No pude ocultar que me cautivo. Ella se sonrojó.
Un camarero nos trajo bebidas y los tres brindamos por los negocios.
—No imagine que bajaras tus estándares, Gustavo —dijo Marisol, quien se acercó.
—La verdad es que Valentina supera cualquier estándar,
—Por suerte has sido tú y no Alex quien le echara el ojo a una simple secretaria, la ropa cara no te cambia de estatus.
—Te vas calmando, Marisol, ella no te ha hecho nada para que la trates así. —Sentía que la cabeza me daba vuelta.
Valentina simplemente agachó la cabeza.
—Como la defiendes, Alex, en todo caso tu esposa soy yo, no ella.
El mareo se puso intenso, ya no pensaba con claridad, sentía que no era yo quien estaba ahí, hasta que perdí el conocimiento.
Al despertar me encontraba en una habitación, acompañado de una dama, por un momento creí que era Marisol y me había excedido en bebidas, hasta que esta mujer se despierta, giro hacia mí y pude ver parte de sus pechos, me dio algo de vergüenza.
— ¡Mi cabeza! Me duele mucho. —Ella seguía sin percatarse de mi presencia
— ¿¡Valentina!? ¿Qué haces aquí? ¿Dónde estamos? —Tenía preguntas y quizás ella pueda ayudarme.
Ella se percató de mi presencia y se cubrió con las sabanas.
—Yo... No sé dónde estamos, ¿Por qué estamos en la misma habitación? ¿Qué ha sucedido?
No recuerdo nada de anoche, pero estaba desnudo con Valentina a mi lado, eso no es nada bueno. Busqué mi ropa, pero no la veía dentro del dormitorio, con una toalla me cubrí y fui en búsqueda de la ropa en la otra habitación. Era una suite y nuestra ropa había quedado en el salón.
Tome el teléfono, había veinte llamadas perdida de Gustavo y quince llamadas de Marisol. Inmediatamente llamé a Gustavo.
— ¡Hasta que por fin contestas!
—No sé qué paso ayer, no recuerdo como vine hasta este sitio, ni sé dónde estoy.
— ¿Cómo que no recuerdas? Fue un buen Espectáculo lo que hiciste ayer, ten por seguro que después de esto, Marisol te pedirá el divorcio.
— ¿Qué hice? —por más que trataba de recordar no podía.
—Que has hecho tú, ayer soltaste todo lo que sentías por Amelia, trate de detenerte, pero tenías una fuerza tremenda. Te explicaré cuando llegue a San Isidro.
— ¿San Isidro?
—Valentina está contigo, ¿Cierto?
—Desperté con ella, desnudos, ¡Desnudos! —dije en voz baja, para que ella no pudiera escucharme.
—Hermano, estás en graves aprietos, vístete y nos vemos en la filial, yo voy de camino.
Valentina me había dejado afuera del dormitorio, escuchaba caer el agua de la ducha, así que decidí esperar a que saliera, mientras, revisé los mensajes de Marisol, la mayoría me amenazaba por lo sucedido anoche y una de esas menciona el divorcio.
Tras 30 minutos de espera, sale Valentina y entre yo al dormitorio. Por más que yo trataba de recordar lo sucedido, no podía, parecía que alguien había bloqueado mi mente.
Tras vestirme, Salí y fuimos hacia el restaurante del hotel.
—Dime lo que recuerdas.
—La verdad no recuerdo nada, por más que trato, lo último que recuerdo es usted discutiendo con la Sra. Marisol sobre mi presencia, de ahí mi mente dio tantas vueltas y desperté con usted… desnuda…
—Dime que no tuvimos intimidad.
—Si… si hubo… las sábanas estaban manchadas, además…
— ¿Qué sucede?
—Había algunos preservativos cerca de la cama.
No entiendo por qué estarían manchadas, al menos que ella fuese virgen.
—Qué pena contigo, realmente no entiendo que está sucediendo, pero al menos dime que no era tu primera vez.
Ella agachó la cabeza y lo afirmo. Que he hecho, estuve con esta muchacha y no recuerdo nada, no es que lo deseara, sin embargo, era una mujer de 23 años, aun virgen, bueno de que me sorprendo, si yo también lo era y eso que tengo 27 años.
—Lo siento, la verdad no recuerdo nada, mi intención nunca fue esa, sabes que en el tiempo trabajando conmigo siempre te he tratado con respeto.
—No le reclamo eso, lo que yo sigo sin entender es, ¿Qué nos ocurrió? ¿Cómo fue que llegamos hasta San Isidro?
—No lo sé, pero Gustavo me dijo que prácticamente humille a Marisol y ella me está pidiendo el divorcio.
— ¿Por qué no intenta hablar con ella? Quizás puedan recuperar su relación.
—Valentina, algo que tú no sabes es que mi relación con Marisol es una farsa, solo somos esposos de papel, no obstante, yo nunca he estado con ella.
—Entonces, ¿Por qué estuvo con ella estos años?
El teléfono de ella empieza a sonar.
—Debemos de apresurarnos, los sindicalistas nos están esperando.
Salvado por la campana, explicar el acuerdo de la familia García conmigo es algo complicado y el único que al momento lo sabe es Gustavo, pero ahora con Valentina en medio de todo esto, me encuentro en un aprieto muy grande.
Salimos rumbo hacia la filial, todos los empleados se encontraban afuera de la empresa, al menos estaban de manera pacífica y las instalaciones no estaban dañadas. Adentro me esperaban los sindicalistas.
—Sr. Davis, que bueno se haya tomado la molestia de venir hasta acá.
—Quiero que resolvamos esto de una manera rápida, tengo otros asuntos más importantes que resolver.
—Si usted está de acuerdo con nuestras peticiones, tenga por seguro que esto será rápido.
Entre con Marisol, fuimos directo a la sala de conferencia. La situación de la filial era un tema de explotación laboral, el gerente lo que hacía era exigirles a sus empleados que laboraran horas extras sin pago, esto para poder cumplir la demanda y no aumentar los costos.
Estuvimos un par de horas revisando la situación más a detalle y pudimos llegar a un acuerdo, se le daría un bono correspondiente al doble de su salario y este a su vez aumentará un 15 %. De esta forma se logró que todos volvieran a sus labores y sacar la producción que se tenía pendiente.
Gustavo aún no llegaba, ya me estaba desesperando saber que paso anoche, me encontraba con Valentina en la oficina del gerente, cada uno haciendo lo posible para tratar de recordar lo que había pasado.
—Esto es inútil, por más que trato no puedo.
Gustavo por fin llega a la oficina.
Podía ver en él una paciencia que me desesperaba, ¿Es que no entiende que ambas situaciones son delicadas y él se lo toma con tranquilidad?—Antes que hablemos de San Isidro, quiero que nos cuente lo que ha pasado ayer.—Alex, yo nunca te había visto de esa forma, después de que Marisol te reclamó por la presencia de Valentina, fue como si hubieras explotado, le dijiste un sin número de cosas.— ¿Cosas como qué?—No recuerdo con exactitud, pero hasta expusiste que su matrimonio era una farsa, que tú y ella dormían separados, luego saliste de ese lugar jalando a Valentina del brazo.Por un momento pensé que Gustavo estaba exagerando, pero no recordaba nada.— ¿Por qué no recuerdo nada de eso? Juro que no sé cómo llegue hasta este hotel.—Yo tampoco recuerdo nada. —dijo Valentina, quien se había quedado callada hasta este momento.—Bueno, de eso no puedo dar explicaciones, pero yo me tuve que quedar a dar la cara, obviamente Marisol estaba furiosa y más porque te fuiste con Valentina.—
Gustavo se quedaría en San Isidro, esto mientras se contrata a un nuevo gerente, además que haría supervisión a otras filiales. Como no había vuelos comerciales a Canagua para hoy por la tarde, tuve que alquilar un avión, eran lujos que podía darme fácilmente; sin embargo, lo veía innecesario.—Hay algo que necesito saber y es necesario que sea sincero conmigo, esto si desea que continúe trabajando para usted. —dijo Valentina en tono serio, sabía que debía ser algo importante.—Dime.—Ese contrato o pacto que hizo con la señora Marisol, ¿Qué tanto puede afectarle? —Podía responderle cualquier pregunta, pero no correspondiente a ese tema.Su pregunta me tomo por sorpresa, no entiendo por qué el interés de saber.—Como dijo Gustavo, perderé bastante dinero.—Alguien como usted sé que el dinero es importante, pero siento que hay algo más que me está ocultando.— ¿Por qué lo dices?—Porque alguien que cuenta con un buen capital, no se casaría por un negocio cualquiera y peor de no tocar a
Al día siguiente, llame a casa y me comunique con Flor. —Buenos días, Flor, ¿Llego Marisol a casa? —Buenos días, Sr. Davis, la señora, no regreso a casa. —De acuerdo, ¿Ha habido alguna novedad? Rumores, chismes, cualquier cosa- —Con todo respeto, pero no se ha comentado nada, sabe que el personal es discreto en esa parte. —Procuraba que mi personal no cambiase mucho, me gustaba que fueran discreto con los temas de la casa. —Muy bien, si pasa algo quiero que me notifiques, yo me estoy quedando en el Hotel Jerónimo, aun así, si te preguntan tú no sabes nada. —De acuerdo. Salí hacia la oficina, necesitaba dejar unas indicaciones antes de ir a la oficina de mi suegro. Valentina ya se encontraba ahí, ya tenía los informes listos. —Hoy no creo estar en la oficina, así que cancela toda mi agenda. —Hay una cita que no puede cancelar y es a las 9 de la mañana. —No, no puedo estar, principalmente a esa hora, pásalo para la tarde. —No quería tardar mucho, necesitaba salir del compromi
Regresé al hotel, pedí que me llevaran hielo a la habitación.Tras pensarlo mucho, decidí llamar a Valentina.—Sr. Alex, ¿Viene pronto hacia la oficina?—Valentina, necesito que vengas al hotel Jerónimo, hoy no estaré para nadie.— ¿Un hotel? ¿Por qué ahí?—No me estoy quedando en casa, por eso te estoy pidiendo que vengas al hotel. Cuando vengas entenderás el porqué.Ella se quedó en silencio por un momento, imagino que por la situación que acabamos de pasar en San Isidro es que desconfía.—Te lo diré para que no desconfíes, me han golpeado en la oficina de Allan García.— ¿Cómo que lo han golpeado? ¿Eso por qué? ¿Se encuentra usted bien?—Dime si vendrás.—Está bien, voy para allá.Llame a mi abogado, este asunto se estaba volviendo más serio.—Señor Alex, gusto en escucharlo.—Steven, necesito tus servicios.—Siempre estoy disponible para usted, lo escucho.—No, quiero que vengas al hotel Jerónimo, en la habitación 308, no quiero darte detalles por llamada.—Estaré en veinte minuto
Fui rumbo al apartamento de Valentina, pero mi mente no dejaba de pensar en lo recién sucedido con Marisol.Le estaba marcando a su celular cuando ella sale del apartamento. Se miraba hermosa, única, no existe palabras para describir su belleza, se miraba como un ángel.— ¿Esa es mi secretaria? —dije sin querer en voz alta.— ¿Sucede algo? ¿Me veo mal? —Ella empieza a revisar si tenía algún inconveniente—Lo siento Valentina, es que nunca te había visto vestida de esa forma. —No podía dejar de admirar su belleza.— ¿Me veo bien? La verdad es que no estoy acostumbrada a salir regularmente y pocas veces uso estos vestidos.—Bien es poco, te ves hermosa. —Marisol tenía ropa de mayor calidad; sin embargo, nunca le hice un cumplido, no obstante, con Valentina me salía tan natural.Le abrí la puerta y ella subió al carro.—Dígame la verdad, Sr. Da… Sr. Alex, ¿Me veo bien? —No sé si tomo mi comentario como si fuera una mentira, pero no estaba mintiendo.—Valentina, no tengo por qué mentirte,
«Debemos vernos» Esas dos palabras en mi celular fueron suficiente para acelerar mi corazón, ¿Cómo es posible que después de cuatro años me escribiera?«¿Dónde?» Fue mi respuesta, tenía curiosidad.La respuesta fue una dirección, no sabía a qué hora me esperaba, pero la necesidad de saber me hizo ir inmediatamente.Eran 20 minutos de viaje, el punto no estaba tan distante. Me encontraba en el punto, era una zona residencial, así que no sabía cuál casa era.«Casa 32B5, la puerta está abierta» Me llega un mensaje, esto me hace saber que me esperaba ahorita.«Lo siento, pero no entraré a una casa, si quieres verme tendrás que salir»«Como siempre precavido, pero está bien, saldré»Esperaba que ella saliera de la 32B5, no obstante, salió de la 33C7, una casa que quedaba justamente frente a la que ella me pidió.— ¿Qué sucede aquí? —pregunte algo confundido.— ¿Es que no piensas saludarme? O ¿Te sigo poniendo nervioso?—Amelia, ¿Acaso puedo mentirte a ti?—Eso supuse, la verdad me sorpren
Decidí retirarme del sitio, lo que menos quería era más problemas, pero me quedé pensando en Juana María, mucho menos recordar una fecha en específico.Durante el trayecto a casa consideré en llamar a Valentina, pero eran las 1 de la mañana, debe de estar descansando, así que mejor fui hasta la casa.Al llegar vi parqueado un vehículo, me llama la atención porque está cerca de mi entrada y aquí los vecinos no suelen dejar vehículos afuera. Llame a casa y pedí que los de seguridad salieron, he escuchado que algunos ladrones aprovechan cuando los vehículos entran tarde. No tardaron en seguir mis instrucciones y como si supiera lo que pasaría, el vehículo se retiró, no sin antes tomar los datos.— ¿Todo bien Señor?—Si, pero les pediré que mantengan vigilada la calle, cualquier vehículo extraño quiero que investiguen.—Como usted diga, hoy ha venido la Sra. Marisol y se le ha negado la entrada como pidió, vino acompañado de un abogado.— ¿A qué hora fue eso?—Poco después que usted se re
Amelia siempre fue una mujer que se dio a respetar, en la universidad no permitía que los chicos le insinuaran cosas o alguna caricia mal intencionada. Industrias Davis no era la empresa que es ahora y por tal motivo no me daban un trato especial.Entre mis amistades no estaba incluida Amelia y nunca imagine acercarme a ella, además solo teníamos una clase en común, ella estudiaba otra carrera. Mis compañeros trataron de establecer una relación con ella, pero nunca consiguieron una cita, ni siquiera su número.Una tarde que había salido tarde de la universidad, iba manejando hacia casa, una llanta se pinchó y tuve que reemplazarla en ese momento, tras terminar de cambiarla comenzó a llover, pero al pasar por un callejón vi a un grupo de hombres intimidando a una dama.Papa siempre me enseño que debo de andar un arma de salva, tal vez no ayude a defenderme, pero al menos engañara y puede ser útil en cualquier momento. Tome mi arma y la cargue con dos disparos, baje del auto y fui direc