Un mes después…A los días de regresar a Diamond, Serena se pone de acuerdo con Taís y Lilia para verse. Al llegar al café donde quedó con sus dos amigas, ella se sienta en una de las mesas que se encuentran afuera y se adelanta a pedir un capuchino sin azúcar. Cuando el mesero le trae la bebida, a poca distancia visualiza a Lilia, quien viene vestida de enfermera y con una sonrisa amplia en la cara.—¡Ahhhh! —grita Lilia con euforia cuando la ve.Como respuesta a la llegada de su amiga, Serena se levanta de la mesa y corre en su dirección. Una vez se encuentran frente a frente, ambas gritan eufóricas y se abrazan con fuerza.—Por Dios, Serena, ¡qué hermosa estás! —chilla Lilia entusiasmada y vuelve a abrazarla.—¡Tú no te quedas atrás! Eres la madre más bella que he conocido —la elogia de vuelta con ojitos brillosos.Lilia finge una sonrisa, mientras que en su mente refuta el elogio de su amiga, ya que ella no se siente así.—Muchas gracias, aunque todavía no bajo de peso —responde c
Días después…Dado que el abuelo engañó a Bratt y lo hizo firmar un acuerdo para ayudarlo con su proyecto, este le fue a reclamar. No le quedó de otra que aceptar lo que el señor Nisson le exigió, que era casarse para no quitarle lo poco que poseía. Es por esto que él le pidió matrimonio a Serena y que fingieran que se amaban, de esa manera ambos salían ganando y luego se divorciarían cuando los dos obtuvieran lo que tanto anhelaban:Ella salvaría la empresa de sus padres y él mantendría su parte del hospital Seymour, donde acababa de invertir la pequeña herencia que le dejó su padre y parte del dinero que le cedió su abuelo. Ella aceptó y regresó a casa de sus padres con un anillo de diamantes puesto, que exaltó a su madre y a Taís.La noticia de la boda entre Bratt y Serena agarró a todos por sorpresa. Después de muchas explicaciones de parte de ellos, asimismo, de tratar de convencer a todos de que se aman con locura y que esa es la razón para ellos casarse, sus amigos y familiare
Después de hablar con sus padres e inventarles una excusa rara, ellos la miran con pesar. Serena, en cambio, los besa a cada uno en la frente y entra a la casa, puesto que ellos se habían reunido en la terraza. Ella corre por el pasillo y se detiene a mitad de camino, entonces suelta el aire retenido y suspira de alivio al verse librada de una explicación que no tenía.El timbre suena, pero no le presta atención, así que supone que una de las empleadas de servicio abre la puerta. Se dirige a su habitación porque se encuentra en fachas como para recibir visitas; sin embargo, cuando va a abrir la puerta de su alcoba, Bratt la atrae a su cuerpo y la abraza.—Pecosa, hablemos, ¿sí? —ruega él.Ella se queda helada entre su cuerpo porque no se esperaba su visita, mucho menos que este la abrazara de esa manera tan diferente, pasional y necesitada.—Eres un tonto, me hiciste sentir humillada delante de tu secretaria —reclama con tono berrinchudo—. Ya me la imagino burlándose de mí por su gra
Dos años después...«Los declaro marido y mujer»Esas palabras son difíciles de sacar de su mente. Ya es un hecho que sus amigos se han casado y, aunque su matrimonio no es más que un negocio entre ellos, está segura de que es un paso importante para ellos reconocer que se aman y empezar una nueva vida juntos.Lilia mira a la pareja con una sonrisa satisfecha y se queda observando a la novia, quien luce hermosa en su vestido blanco. Aunque cualquier cosa le quedaría bien a Serena en ese cuerpo delgado y de buena estatura. No como ella, que es bajita y voluptuosa.Serena es una mujer bella, con ese cabello rojizo y largo, que le da un toque fantasioso y llamativo, al igual que sus ojos de color miel. Sí, ella es la esposa perfecta para Bratt, ya que ambos son atractivos.Una amargura extraña le inunda el pecho y las ganas de llorar se tornan insoportables.«¿Qué me sucede? ¿No era eso lo que yo quería? Lo importante es que él sea feliz», se reprocha en sus pensamientos.Después de la c
Lilia prepara a Alan para ir al colegio y corre hacia la cocina porque el almuerzo ya está listo. Sirve su porción y la del niño y los guarda en sus respectivas loncheras, luego le dice que se siente en la mesa y le pone el desayuno en frente.Mientras él come, Lilia prepara café y se sirve, luego se coloca al lado del pequeño y desayuna junto a él.—Mami, papi me dijo que él y su novia me llevarán a pasear —dice el niño con emoción en la mirada.Lilia le sonríe y sorbe de su café, entonces le echa jugo al vaso de Alan y al suyo.—Sí. Yo te llevaré esta vez porque también voy para Diamond. —Suspira nerviosa. Saber que estará en la mansión de los Nisson por varios días le provoca escalofríos en todo el cuerpo.—¿Vas a pasear con nosotros, mami?—No, mi amor. Voy a estar ocupada en una reunión de adultos, es por eso que tú te quedarás en casa de tu papi en esos días.—Oh... ¿Qué vas a hacer en esa...? —Él se queda pensativo, al no recordar la palabra que su madre mencionó.—Reunión, car
Bratt se toma una piña colada mientras mira a su alrededor, en busca de una conquista. Evita el alcohol porque sabe que eso empeoraría su condición y esa noche desea pasarla muy bien.Ve entrar a una mujer rubia, de cuerpo atlético y labios muy rojos. La detalla con cautela para estudiar su personalidad y saber cómo abordarla; sin embargo, hay una chica al otro extremo que capta su atención.Ella es muy diferente a la rubia atractiva, quien es el tipo de mujer que siempre le había gustado, mas ahora, no le provoca nada.—¿Qué diablos me pasa? —masculla entre dientes, y vuelve a fijar la mirada en la otra mujer que había captado su atención.Ella luce menos experimentada que la rubia, hasta podría decir que es tímida y reservada, debido a la manera en que conversa con sus amigas.Le llama la atención el cabello castaño hasta los hombros, la mirada baja y el cuerpo llenito.—¡Maldición! —profiere con ganas de golpear a alguien—. Sal de mi cabeza, Hadita. ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿V
Lilia puso la excusa con la maestra de Alan y viajó a Diamond junto a él. En todo el trayecto estuvo nerviosa, con el estómago revuelto y desorbitada.Con manos temblorosas, ella agarra la valija y pide un taxi que la dejará en la casa de Adrián y Cecilia, quienes meses atrás se mudaron juntos.—¡Papi! —vocifera el niño cuando su papá los recibe en la lujosa sala.Adrián se convirtió en vicepresidente de la empresa de su novia, así que gana muy bien, aparte de que Cecilia tiene mucho dinero por ser la única heredera de la empresa y de la fortuna de su familia.—Hola, bebito —lo saluda Cecilia con un leve pellizco en la mejilla, luego besa a Adrián en la boca y se le queda al lado como si marcara su territorio.—Hola —le responde el niño con timidez.—Yo ya me marcho. Gracias por cuidar de Alan, Adrián —dice Lilia.—Es mi hijo, así que no tienes que agradecerme por cuidarlo —responde con tono tosco.—Tienes razón, soy tonta a veces. —Finge una sonrisa.Lilia se despide de Alan, pero Ad
Bratt se queda congelado en su lugar cuando se percata de la presencia de Lilia. De inmediato, todos los sonidos a su alrededor dejan de escucharse y las demás personas se tornan borrosas a su vista, lo que la resalta a ella por encima de los demás.Su hermosa y tierna hadita.Una emoción extraña lo embarga por completo y el corazón le empieza a latir muy rápido. Después de un año sin verla, se le hace irreal que ella esté allí.Bratt respira profundo y se rasca la cabeza con nerviosismo, puesto que no sabe cómo abordarla o dar a entender que ya la ha visto. Teme, pero al mismo tiempo desea acercarse y comérsela a besos.«Eres más bella de lo que te recuerdo, Hadita», piensa mientras sus ojos azules la escudriñan con intensidad.—Gracias por considerarme parte de sus amigos cercanos —dice Victoria mientras le frota el brazo a Bratt. Es cuando este cae en cuenta de que ella se le ha pegado demasiado.De manera instintiva, Bratt toma distancia de Victoria, acción que le provoca recelo a