Capítulo 12

Un mes después...

Lilia se ha quedado inerte en su lugar y con la piel pálida. Tenía tanto tiempo que no escuchaba su voz, que volver a oír su timbre agudo y elegante le causa mucha conmoción.

—¿Todo bien? —pregunta la niñera, quien le está dando de comer al niño.

—Sí... —balbucea ella con voz trémula y se dirige a su habitación con la intención de poder tener privacidad en su llamada.

—Lilia, ¿estás ahí? —le pregunta Bratt al no recibir respuesta de su parte.

—Sí, estoy —contesta más calmada mientras se sienta en la cama—. ¿Y esa sorpresa? —Sonríe.

—Hablas como si tuviéramos siglos sin contactarnos —se queja él, y ella se lo imagina formando un puchero, como él suele hacer.

—Bratt, ya ni recuerdo la última vez que hablamos. Por cierto, gracias por el regalo. A Alan le encanta el carro, también a mi sobrino. Los dos, aunque pelean bastante por el juguete, me dan un respiro a veces porque se entretienen jugando con él.

—Me alegra escucharlo. Oye, ¿estás ocupada ahora?

Lilia frunce el c
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