Las preguntas de Adrián se quedan sin respuestas, puesto que Lilia se va directo al baño y se mete en la ducha con todo y ropa, y sin contestar a sus interrogantes. Se queda allí por un largo rato, pese a las reprimendas de Adrián debido a lo cara que les saldrá la factura ese mes.Ya seca y más tranquila, ella prepara la cena de manera mecánica, como un cuerpo sin alma que solo existe para cumplir tareas domésticas.Lilia arregla todo para el día siguiente y, después de dormir a los niños, se va a la habitación y se mete en la cama en silencio.Se siente tan diferente estar allí. Es increíble cómo todo lo que le era tan familiar y suyo, ahora se siente ajeno y extraño. Ese es su hogar, aquella es su cama y el hombre a su lado su esposo; sin embargo, todo aquello se siente irreal y como si ya no le perteneciera.—¿Ahora me dirás qué te sucede? —pregunta él con recelo—. ¿Dónde estabas?—En el centro... —responde con voz rasposa. Va a abrir la boca para contarle lo que hizo con Bratt, p
En el hospital, Lilia llora desconsolada en un rincón. Se imagina todo lo que Bratt debe estar haciendo con esa mujer y eso la tortura de forma cruel.Le causa mucha rabia recordar la manera para nada disimulada con que Bratt miró a aquella chica de cuerpo perfecto, pero lo que más le dolió fue ver cómo él se saboreó los labios al detallar las curvas de ella.—Ay, Lilia, tú nunca aprendes —se lamenta entre sollozos—. Ya basta de soñar con que algo bonito y especial te sucederá, tú no te lo mereces.» ¿Lo olvidaste? Tu padre siempre te lo decía; fuiste un error, una hija que no estaba entre sus planes, un obstáculo que lo ató a tu madre y que provocó que su nueva novia lo abandonara. No vales nada y no le importas a nadie. Una ira abrasadora la llena de repente, acompañada por una sensación de odio hacia su propia existencia que la controla, entonces ella empieza a darse cachetadas y a jalarse el cabello con violencia.—¡Nadie te quiere! ¡Eres una maldita basura! ¡No sirves para nada,
Lilia deja a la niñera con Alan y se dirige al hospital, puesto que allí mismo es que tomará las terapias que le exigió su jefe.Después de repetirle al psicólogo que está bien a todo lo que él le pregunta, sus cuarenta y cinco minutos de consulta concluyen. Ella, quien se mostró reacia y evasiva en toda la sesión, sale de allí aliviada de que haya terminado, pero no se va a casa de una vez; en su lugar, se queda dando vueltas por todo el hospital y, tras una hora de deambular y conversar con algunos colegas, decide regresar a su hogar. Cuando toma un pasillo que la llevará a la salida, alguien la llama:—¡Lilia! —Un malestar le embarga todo el cuerpo al reconocer esa voz.—¿Qué haces aquí? —inquiere ella con el ceño fruncido.—Vine a verte, pero me dijeron que estás de licencia. ¿Qué te sucedió? ¿Te encuentras bien? —pregunta él preocupado.—Sí, solo fue una crisis por estrés, pero no es nada para preocuparse. ¿Por qué me estás buscando?—Antes de ayer fue tu cumpleaños y no me conte
Un mes después…A los días de regresar a Diamond, Serena se pone de acuerdo con Taís y Lilia para verse. Al llegar al café donde quedó con sus dos amigas, ella se sienta en una de las mesas que se encuentran afuera y se adelanta a pedir un capuchino sin azúcar. Cuando el mesero le trae la bebida, a poca distancia visualiza a Lilia, quien viene vestida de enfermera y con una sonrisa amplia en la cara.—¡Ahhhh! —grita Lilia con euforia cuando la ve.Como respuesta a la llegada de su amiga, Serena se levanta de la mesa y corre en su dirección. Una vez se encuentran frente a frente, ambas gritan eufóricas y se abrazan con fuerza.—Por Dios, Serena, ¡qué hermosa estás! —chilla Lilia entusiasmada y vuelve a abrazarla.—¡Tú no te quedas atrás! Eres la madre más bella que he conocido —la elogia de vuelta con ojitos brillosos.Lilia finge una sonrisa, mientras que en su mente refuta el elogio de su amiga, ya que ella no se siente así.—Muchas gracias, aunque todavía no bajo de peso —responde c
Días después…Dado que el abuelo engañó a Bratt y lo hizo firmar un acuerdo para ayudarlo con su proyecto, este le fue a reclamar. No le quedó de otra que aceptar lo que el señor Nisson le exigió, que era casarse para no quitarle lo poco que poseía. Es por esto que él le pidió matrimonio a Serena y que fingieran que se amaban, de esa manera ambos salían ganando y luego se divorciarían cuando los dos obtuvieran lo que tanto anhelaban:Ella salvaría la empresa de sus padres y él mantendría su parte del hospital Seymour, donde acababa de invertir la pequeña herencia que le dejó su padre y parte del dinero que le cedió su abuelo. Ella aceptó y regresó a casa de sus padres con un anillo de diamantes puesto, que exaltó a su madre y a Taís.La noticia de la boda entre Bratt y Serena agarró a todos por sorpresa. Después de muchas explicaciones de parte de ellos, asimismo, de tratar de convencer a todos de que se aman con locura y que esa es la razón para ellos casarse, sus amigos y familiare
Después de hablar con sus padres e inventarles una excusa rara, ellos la miran con pesar. Serena, en cambio, los besa a cada uno en la frente y entra a la casa, puesto que ellos se habían reunido en la terraza. Ella corre por el pasillo y se detiene a mitad de camino, entonces suelta el aire retenido y suspira de alivio al verse librada de una explicación que no tenía.El timbre suena, pero no le presta atención, así que supone que una de las empleadas de servicio abre la puerta. Se dirige a su habitación porque se encuentra en fachas como para recibir visitas; sin embargo, cuando va a abrir la puerta de su alcoba, Bratt la atrae a su cuerpo y la abraza.—Pecosa, hablemos, ¿sí? —ruega él.Ella se queda helada entre su cuerpo porque no se esperaba su visita, mucho menos que este la abrazara de esa manera tan diferente, pasional y necesitada.—Eres un tonto, me hiciste sentir humillada delante de tu secretaria —reclama con tono berrinchudo—. Ya me la imagino burlándose de mí por su gra
Dos años después...«Los declaro marido y mujer»Esas palabras son difíciles de sacar de su mente. Ya es un hecho que sus amigos se han casado y, aunque su matrimonio no es más que un negocio entre ellos, está segura de que es un paso importante para ellos reconocer que se aman y empezar una nueva vida juntos.Lilia mira a la pareja con una sonrisa satisfecha y se queda observando a la novia, quien luce hermosa en su vestido blanco. Aunque cualquier cosa le quedaría bien a Serena en ese cuerpo delgado y de buena estatura. No como ella, que es bajita y voluptuosa.Serena es una mujer bella, con ese cabello rojizo y largo, que le da un toque fantasioso y llamativo, al igual que sus ojos de color miel. Sí, ella es la esposa perfecta para Bratt, ya que ambos son atractivos.Una amargura extraña le inunda el pecho y las ganas de llorar se tornan insoportables.«¿Qué me sucede? ¿No era eso lo que yo quería? Lo importante es que él sea feliz», se reprocha en sus pensamientos.Después de la c
Lilia prepara a Alan para ir al colegio y corre hacia la cocina porque el almuerzo ya está listo. Sirve su porción y la del niño y los guarda en sus respectivas loncheras, luego le dice que se siente en la mesa y le pone el desayuno en frente.Mientras él come, Lilia prepara café y se sirve, luego se coloca al lado del pequeño y desayuna junto a él.—Mami, papi me dijo que él y su novia me llevarán a pasear —dice el niño con emoción en la mirada.Lilia le sonríe y sorbe de su café, entonces le echa jugo al vaso de Alan y al suyo.—Sí. Yo te llevaré esta vez porque también voy para Diamond. —Suspira nerviosa. Saber que estará en la mansión de los Nisson por varios días le provoca escalofríos en todo el cuerpo.—¿Vas a pasear con nosotros, mami?—No, mi amor. Voy a estar ocupada en una reunión de adultos, es por eso que tú te quedarás en casa de tu papi en esos días.—Oh... ¿Qué vas a hacer en esa...? —Él se queda pensativo, al no recordar la palabra que su madre mencionó.—Reunión, car