Llegando al sitio donde se citaron los amigos, Edward vio a una mujer muy parecida a Camila, diría que era ella vestía un traje azul oscuro y extrañado de verla cerca de donde trabaja Pamela, decidió llamarla para asegurarse sí había estado por allí.(Llamando a Pamela)—Aló mi amor ¿cómo estás? sabes… estoy cerca de tu oficina y creo haber visto a Camila, ¿estuvo en tu oficina?—No cariño, aquí no estuvo, quizás estaba de compras, por aquí venden mucha ropa deportiva.—Por favor amor, ¿ella comprando por aquí ropa? no lo creo.—Y tú, ¿qué haces por aquí cielo?—Vine a comer al restaurante que está al cruzar la esquina, me reuniré con mi amigo Cesar, ¿lo recuerdas?—Si con exactitud, está bien amor yo no podré salir tengo a un cliente justo en estos momentos, espero que tengas buen provecho y salúdame a Cesar, te amo.—Te amo mi amor, adiós.Al señor Long le pareció muy extraño ver a la señorita Foster, por ese sitio, dejó a un lado todo aquello estacionó el auto y apenas entró al res
Edward y Camila siguieron en el sofá, acariciándose, dejando volar la imaginación solo pensando en lo que quería sentir uno del otro, las manos empezaron a acorralar sus cuerpos, las prendas se soltaban solo con el deseo y el entusiasmo, ese sofá era el único cómplice de lo que allí estaba pasando, la pasión desahogándose en cada beso, caricia, gemidos que se ahogaban en lo profundo de sus sensaciones, Camila no le importaba nada más que tener a Edward solo para ella, sin importarle que pueda suceder después, la pasión invadían aquellos cuerpos que yacían desnudos y a la vez, vestidos de estrellas relampagueantes.Los corazones latían fuertemente a un ritmo acelerado, la pasión se apoderó de sus deseos los momentos de Edward estando con esa mujer eran diferentes al estar en grupo o al verla con Ascanio, los celos lo aturden y en el fondo, no desea que nadie esté con ella, podría en realidad estar Ed, ilusionado y envuelto, en una sensación amorosa o enfermiza por Camila.—Cariñito mío
Pamela decidió marcharse, pero antes verificó el celular y estaba un mensaje de Edward, se despidió de sus padres y salió de prisa, no deseaba que el tráfico la detuviera por un buen rato y llegaría muy tarde a su casa, ya Edward se encontraba tranquilamente en su aposento, descansando y esperando a su adorada esposa.—Al llegar Pamela, saludó a su esposo con un poco de molestia —¿Dónde te metiste, Ed?, te dejé varios mensajes ¿qué pasa con tu teléfono? no pude localizarte.—Tranquila mi terroncito, lo que pasó fue que me quedé sin batería, —enseguida Pam, recordó lo que su madre le dijo, «Ellos siempre dicen que se quedó el teléfono sin batería».—¡Ah vaya sin batería!, te llamé a la oficina y Caroline me dice que estabas ocupado y en esos momentos no pudiste haber puesto a cargar el celular, me estas mintiendo, tu estabas con Cesar y de pronto desapareces, tendrás que darme su número.—No te ofusques mi amor, no es para tanto, te diré la verdad, después de comer con Cesar nos fuimos
El regreso de Ascanio Serutti, trajo con él buenas noticias, venía dispuesto a pedirle matrimonio a Camila, la gran sorpresa se la llevaría ella o quizás él, pues el tiempo había pasado y comenzaron a suceder ciertos asuntos que no estaban acordados entre la pareja.—Hola amorcito, te estuve llamando y nunca contestaste el celular, por Dios, no me hagas eso.—Amor disculpa, pero saluda, en vez de reprocharme, estaba en la ducha.—Bebé, voy a lo mismo, estoy horrible. Apenas llegué al aeropuerto, vine directo a casa, deseaba verte ¿y tú, me extrañaste?—Sí, queridito, te extrañé mucho — asintió Camila desanimada.—Estaré únicamente un par de días, tengo que viajar a Texas, me necesitan por allá y no debo faltar, en breve estaré contigo, mi cosita linda.—¿Quieres que te prepare algo?, ¿cómo que te irás de nuevo amor? Has estado entrando y saliendo.—No cariño, comí algo en el avión, no me apetece nada, o bueno, si tú, mi dulcito, te quiero tener en mis brazos. Ese es mi trabajo y lo sa
Llegó a casa, recordó todo lo que había sucedido en ese sofá aquella noche de pasión con Edward, no pudo sostener más el llanto, se desvaneció y sollozó sin parar hasta quedarse dormida. Al día siguiente recibe la llamada de Ascanio para saludarle y saber de ella.—Hola, ¿cómo estás mi amor? —contestó Camila con una voz poco animada.—Cielo, ¿qué te pasa? Te noto apagada, ¿te desperté?—Sí, me despertaste, pero no importa, sencillamente no pude dormir muy bien, además, a tu regreso necesito hablarte acerca de algo muy importante.—Me imagino que es acerca del compromiso matrimonial, estaré pronto, tal como te dije mi cielo, ahora debo dejarte. Cuídate mucho, vuelve a dormir, bebé.—Está bien, gracias, Ascanio. Vuelve pronto, adiós—colgó Camila débilmente y sin motivación para moverse.Pasaron unos días, las cosas marchaban normalmente para unos y de manera ajetreada para otros, son pruebas que la vida pone en el camino las cuales sin duda deberíamos superar, Edward estaba tratando poc
Pasaron los días, el sr. Serutti realizó un par de viajes más dentro del mismo País, Camila se encargó de hacer las invitaciones, pidió ayuda a varias de sus amigas para bridarle apoyo con la boda, le hubiese gustado una gran fiesta, lamentablemente, los ánimos no estaban para tanto alboroto.—Querida, ¿has hablado con el párroco de la iglesia? —Preguntó Ascanio.—Sí amor, ya lo hice, fui a la iglesia del padre Rivera, el cual, a pesar de tener varias bodas, posee la disponibilidad de casarnos el día sábado, esta misma semana. ¿estás de acuerdo?—¿Visitaste otras capillas?—Sí, en cambio, los cupos para matrimonios están completos.—¡Caray! a las personas les agrada casarse.—Y a nosotros también, cielito—expresó Camila a la vez que alzaba una ceja.—A propósito, Cami, ¿cómo te has sentido estas últimas semanas?—Horrible, devuelvo los alimentos que consumo, me duele la cabeza constantemente y no me provoca hacer absolutamente nada.—Entonces es fuerte, aunque, según tengo entendido,
La despedida de Camila y Edward fue demasiado emotiva, los dos sentían una emoción diferente, seguirán caminos diferentes, “cada quien con su cada cuál” como reza el dicho. Algo se rompió cuando sus miradas no pudieron cruzarse, ni sus manos pudieron tocarse, se sentían como extraños después de vivir tantas noches llenas de pasión, placeres y gemidos de amor inolvidables, de alguna manera, siempre estarán en contacto, pero ambos tienen por seguro que nunca tendrán más la cercanía del cuerpo, el contacto físico, de rozar piel con piel, en el fondo de sus corazones, esa pequeña llama no se ha apagado por completo.A medida que el tiempo iba pasando, se acercaba la boda de la señorita Foster y el señor Serutti, parecían estar ansiosos por la llegada del momento en que sus vidas se unirían para siempre, a pesar de lo que guardaba cada uno en su corazón.Camila tiene mucho tiempo saliendo con Ascanio, sin embargo, nunca ha salido de sus labios un “te amo” o “eres lo más importante para mí”
Violett nunca había estado con un hombre, Oliver la estaba tratando con demasiada suavidad, como si fuese de cristal y a la vez con pasión, sumando las ganas que poseía hacia su novia. La deseaba, y ha llegado su momento, el cual, disfrutaría junto a su chica.La pasión envolvió a los enamorados, ella quería llevarse el mejor recuerdo guardado en su corazón y su mente, nadie podía dañar ese momento tan especial, Oliver siempre soñó tener en sus brazos a Violett, no podía creerlo, pero era tan cierto, disfrutaron de su intimidad, por largo rato.—Nunca podré olvidar, este amor tan grande que siento por ti, eres mi primera ilusión verdadera Oliver, nunca me olvides.—Eso jamás mi muñequita, eres lo mejor que me ha pasado, cuando miro esos ojos brillantes, siento morir mi corazón al saber que te irás.—Prométeme que me esperaras, ¿lo harás?, ¿podrás con eso? Mi amor deseo una respuesta ahora.—Lo haré mi niña, claro que sí, jamás he de olvidarte. —afirmó Oliver—Vamos a vernos mañana, ¿t