Capítulo XXIX

Las palabras fueron salidas del corazón de los padres de Violett, ella siempre le agradecerá a la vida, haberle puesto unos papas tan buenos y caritativos, todos se retiraron a sus habitaciones, esperando el nuevo día, vieron un poco de televisión asegurándose estar al día con los acontecimientos para luego discutirlos al momento de presentarse una conversación al respecto, Edward siempre se informa un poco más leyendo el diario todas las veces que pueda, pues no siempre tiene tiempo para sentarse a leer, solo ojea las páginas.

Los esposos Long, ya dispuestos a ir al trabajo, tomaron el desayuno, ese día las niñas no tenían actividad escolar, estaban casi terminando la escuela y Violett la preparatoria, así que ellas se quedarían en casa.

—Adiós mami, adiós papi, nos vemos en la noche, a veces no entiendo papá, tú tienes mucho dinero, no sé, ¿por qué trabajas tanto?

—Te imaginas hija, yo no podría hacer tal situación, me aburriría mucho y envejecería pronto.

—A mí ni me preguntes Viol
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