—Ashley, ¿ese enamorado no tiene nombre?—Se llama Steven Mackenzie, es muy guapo, posee una empresa de cristalería industrial.—Me encanta su nombre, se oye determinante, dime su edad y deseo la verdadera.—Tiene 38 años hermana— ¿Estás segura de que no está casado? O por lo menos divorciado.—Divorciado, pero eso fue algo de su juventud, no tiene hijos y está solterito.—¡Vaya que alivio!—Cuando regreses, me seguirás contando, vienes a visitarme, conversaremos de este asunto amoroso, un abrazo.—Hasta pronto, uno para ti también Pam, te quiero.Las hermanas se despidieron, pero no del todo, Ashley tenía que pasar por Catherine rumbo al aeropuerto. La chica tenía casi todo listo, estaba tan entusiasmada, llamó a sus amigas para ponerlas al tanto, Paulette, su mejor amiga, se sintió un poco triste, pues es la única amiga que vive muy cerca, la extrañará aparte de ser la mejor compañera de clases, Cati decidió llamarla para despedirse, no podía acercarse a su casa no había tiempo que
Edward y Pamela volvieron a sentir el éxtasis de la pasión, del placer desbordado en cada punto de su ser, agobiados de tanto disfrutar su gran y apasionado delirio, regresaron mirándose a los ojos, aún estaban llenos de lujuria, ambos se sentían como si volaran al infinito.—Mi amor divino como te deseaba, —susurro Pamela en el oído de su marido, lo amaba con tanta fuerza, que siempre decía “si me faltas me muero” lo adoraba tanto que para ella era un Dios puesto en un pedestal muy alto.—Mi cielo aún te deseo, esas ganas locas que me dejas al acabar me ponen a querer tenerte de nuevo, vamos hagámoslo nuevamente, me siento con muchas ganas, anda cosita, ven conmigo.Los dos volvieron a compenetrarse en una gran pasión, los deseos eran desenfrenados, Edward necesita una mujer para aliviar toda la dureza, tras tantos inconvenientes y nadie más que su adorada Pamela. Pasaron nuevamente su momento apasionado, hundido en el calor de lo más profundo de sus corazones.Extasiados en la profu
Pasada la noche, la sensación, ansiedad y desespero del señor Long Lorens estaban escritas en su frente, no veía llegar la hora para salir a la cita convenida con la señorita Bárbara Rolly y Camila, la angustia lo consumía, iría a la oficina directamente, allá tomaría un poco de café, pues la ansiedad no lo dejó desayunar.—Buen día, jefe, usted tan temprano en la oficina, se cayó de la cama, sonrió Caroline.—Buenos días para usted también, no, no me caí de mi cama de ninguna manera, solo que tenemos trabajo, por favor sírvame un cafecito bien cargado ¿usted tomó? Puede acompañarme, revisaré mi agenda desde el computador.—No tenemos mucho para hoy, señor Edward, solo revisar algunos papeles, visitar el puerto, hay unos barcos que están siendo reparados, requieren de su presidencia.—¿Por qué? Deben enviar los papeles como lo han hecho siempre, no puedo llegarme hasta allá, hoy tengo un compromiso ineludible, no puedo faltar.—¿Se trata de la compañía?—En parte, contestó Edward si v
Ascanio Serutti retornó de su viaje, los negocios marchaban para él de lo mejor, no estaba al tanto de la situación presentada en la compañía, únicamente lo que ya Edward le había dicho. Su esposa e hijo lo esperaban para recibirlo, Camila no le contaría absolutamente nada, imposible decirle todo lo acontecido en su ausencia.—Llegó papi, ¿cómo estás hijito lindo, te extrañé?—Y a la madre del hijito lindo, ¿no la extrañaste?—¡Mucho! Amor disculpa, no pude comunicarme contigo, salí de prisa del hotel.—Dime algo Ascanio, cuando tú haces esos viajes repentinos, ¿siempre te quedas en los hoteles? ¿Por qué si tienes departamentos y casas en todas partes? No entiendo.—¡Querida mía! Esos inmuebles están totalmente vacíos, no dormiré en el piso teniendo la posibilidad de dormir en una suave cama en esos buenos, ¡bonitos y lujosos hoteles, mi amor!—¿Estás seguro de que es solo por eso? Dijo Camila con un poco de duda.—¡Quieres escuchar algo diferente mi vida! Es simple, el polvo, la suci
Finalmente, dieron por concluida la reunión, los socios no salieron muy contentos de lo dicho o discutido por el señor Edward, sobre todo Mascheranno, es un hombre ambicioso, venido de Italia tiene años trabajando en la compañía, siempre ha resultado ser un tipo honesto, se asoció a la empresa con un capital bastante alto, poco se sabe de su vida pasada en su tierra, él no está de acuerdo, se estaba amañando al dinero fácil, no le importaba como, de donde contar de tenerlo en sus manos, es preocupante este tipo de persona, son capaces de traicionar sin medir las consecuencias.A medida que se daban las noticias, se resolvían los inciertos, absolutamente todos sabían cómo cubrir sus espaldas, las advertencias fueron dadas a la mayoría, se corrió la voz como pólvora, Edward llegó a su mansión tomando algunas cosas necesarias, la compañía se paró por un par de días mientras se terminaban de aclarar los pasos dados en cuestión.Formalizaron llamados, paralizaron las flotas, desalojaron lo
Habían pasado unos días. El señor Serutti pudo contactar a Brenner, se encontraba bien oculto en un sitio bastaste retirado del centro de la ciudad, difícilmente podían dar con él, mientras que Ascanio Serutti, se ocultaba en uno de los departamentos situados cerca de la playa que parecía estar abandonada, ese conjunto residencial no fue vendido nunca por la mala construcción y fueron abandonados, muchos de los que visitan esos lugares son gente sin hogar, ni refugios, consumidores de drogas, alcohol y todo tipo de vagabundo.Ascanio, lleva varios minutos repicándole al teléfono del señor Brenner, aún no contesta, se encuentra un poco nervioso pues, necesita comunicarse urgentemente con él.Al contestar la llamada se molestó, podían descubrirlo y no soportaría ser atrapado, sí eso llegará a suceder, ¿qué sería de su vida? Su idea era escapar, desaparecer del país para siempre y que nunca más supieran de él.—¿Qué carajos hace llamándome? Sabes cómo está la situación, debemos estar ocu
Mientras los Long discutían el tema de sus paseos, Camila recibió una llamada de Bárbara Rolly del lugar donde se encontraba oculta. —Hola, ¿quién habla? —Contestó Camila —La llamo para comunicarle el sitio donde se encuentra el jefe. —¡Señorita Bárbara!, ¿cómo sabe usted eso? ¿Cómo encontró la información de donde salió? —Cálmese, son muchas preguntas, confórmese con saber la información precisa, le diré algo que jamás deberá repetir, fui amante de unos de los hombres más allegados a Paul, él sabe dónde está oculto. —Y… ¡Es seguro! —Lo es, ahora no sé si decirle a usted o hablar directamente con la Policía. —Te aseguro que en mí puedes confiar, tú estás más dispuesta a que te atrapen, recuerda ayudamos a Edward a limpiar su nombre y a recuperar su empresa. —Por favor, Camila, promete en este momento que no me delataras, ¿lo prometes? —¡Te lo juro! Puedes confíame el sitio donde se oculta tu marido. —¡Ya no es mi marido, no seas pesada! —Respondió Bárbara con molestia. —Pues
Pamela las observaba de lejos, esperaban su equipaje y saludaban, ansiosas de salir del sitio, las tres tomaron sus maletas y salieron como pequeñas a abrazarse, saludarse con cariño, la alegría para Ashley que estaba al tanto de todo era inmensa, se le notaba en su rostro la emoción de verlos a los dos juntos tranquilos, esperando nuestro regreso con tanto amor. —¡Ay, mi niña hermosa! ¿Cómo has estado?, ¿qué bella estás?, hola hermana, las extrañé tanto no veía la hora de que regresaran las amo, —¡dijo Pamela muy emocionada! —Edward, cómo estás que gusto me da verlos de nuevo, me alegra que todo está muy bien. —Si cuñada, todo está excelente, hijita de mi alma has crecido en estos últimos días, creo que tu tía te llevó a esos lugares de comida rápida, a los que a ella le encanta comer, te noto con unos kilitos más mi amor, a tu gran amiga Paulette le asentaron muy bien estas vacaciones, gracias, ¿te gusto el viaje? Vengan, pueden darme un gran abrazo. —¡Las niñas lo abrazaron muy a