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Capítulo 2. Creo que acabo de ver al amor de mi vida.

Tres meses antes.

ISABELLA

Recién estaba comenzando mi cuarto semestre de la carrera en psicología, llegando a la universidad, robando miradas a mi alrededor como siempre, decidida y aparentando que tenia el mundo a mis pies, una mascara que había creado para ocultar una realidad bastante vergonzosa y triste que ninguna de las personas que me miraban podrían imaginar gracias a la perfecta imagen de frialdad y distancia que he creado a lo largo de los años.

Estaba caminando para dirigirme hacia mi primera clase del día, cuando lo vi, el único hombre que robo mí atención con solo mirarlo, transmitía un aura de tener todo bajo control, una seguridad increíble y con una belleza y cuerpo que complementaba todo lo demás, ¿Quién lo podría ignorar? Definitivamente si había una persona esa no era yo, ni nadie más en esta universidad, ya que todas las mujeres alrededor lo observaban con ganas de devorarlo y los hombres lo veían con algo de recelo ¿ Y como culparlos? Seguramente se sentían algo amenazados o intimidados por todo el atractivo e imponencia que desprendía, lucia como el hombre perfecto que puede venir a quitarte todo lo que te pertenece y no podrás hacer nada para defenderte, luciendo bastante alto, quizás una cabeza y media más alto que yo, con un cuerpo musculoso, tonificado y una cintura estrecha, ojos grises, con labios un poco carnosos y una mandíbula fuerte, también tenia una barba recortada baja, su cabello corto castaño y todo esto lo complementaba con un sweater negro cuello alto con las mangas arremangadas dejando ver una parte de sus fuertes antebrazos y un pantalón de vestir gris con un cinturón negro , imposible pasar desapercibido viéndose así. Tanto fue así que por más que quise evitarlo me deje llevar y mí mascara de frialdad cayo cuando me lo quede viendo casi hipnotizada por su belleza y me devolvió la mirada, pero me vio diferente, no se si lo imagine pero sentí como si el fuera el cazador y yo la presa, tuve que retroceder rápidamente para apartar mí mirada y quitarme esa sensación, después de todo lo más probable es que sea un profesor y no lo conocía y tampoco lo quería conocer a pesar de que mí cuerpo gritaba por acercarse, pero yo era una chica racional que le hacia caso a su mente la cual le gritaba “peligro”.

Así que continúe hacia mí primera clase del día, intentando alejar mis pensamientos de esos ojos grises que atrapan y de las sensaciones que despierta en mí, entre al salón y me senté en uno de los primeros asientos ignorando a todos a mí alrededor, no me gustaba ni tenia mucho tiempo para tratar y conocer gente nueva, ya tenia a mí única amiga y dos amigos que conocía desde la secundaria y eso para mí es suficiente, tenia que concentrarme y terminar mí carrera lo antes posible.

— Hola Isa. — pronuncio Caroline con una hermosa sonrisa donde destacaban sus hoyuelos sentándose a mi lado.

Ella era realmente hermosa, era alta, con un cuerpo perfectamente proporcionado y hermoso, con su cabello color chocolate y sus ojos almendrados.

— Hola. — la salude devolviéndole la sonrisa, después de todo era mí única amiga.

Una de las pocas personas que había dejado entrar a mi vida y conocerme un poco más que el resto, a ella y su novio Mike los había conocido desde la primaria y a Andrew mi otro mejor amigo lo conocí en la secundaria y estaba agradecida por conocerlos, ellos eran personas geniales, divertidas, bondadosas y amables. Gracias a Dios que se abrieron paso entre las barreras que puse entre el resto de las personas y yo, porque a estas alturas no se que haría sin ellos.

— Adivina, creo que acabo de ver al amor de mí vida, es hermoso aunque intimidante. — Dijo en tono bajo, con una sonrisa coqueta.

Cuando escuche esto pude adivinar perfectamente a quien se refería, ya que a Caroline no le llama la atención cualquiera, después de todo tiene un novio genial y muy guapo que la ama y ella lo ama.

— ¿Tiene ojos grises y esta vestido con sweater negro? Si es ese, definitivamente es intimidante.

— Espera, ¿hasta a ti te pareció intimidante ? Wow ahora si que le tengo miedo. — dijo ella con un estremecimiento y una sonrisa juguetona.

— Mejor dejemos de hablar de el, ¿Cómo van las cosas con Mike? — pregunté abriendo mi cuaderno, para desviar el tema de ese hombre que quería alejar de mi mente.

— Bueno no nos hemos visto en dos semanas ya que los dos nos fuimos de viaje a lugares diferentes pero hoy deberíamos vernos, ¿que te parece si vienes a comer con nosotros?

— Olvídalo, no quiero interrumpir su preciado tiempo de pareja cuando no se han visto en semanas y mí papá llega de viaje hoy.

Después de decirle eso ella simplemente hizo una mueca y esperamos al profesor en silencio. Al terminar mis clases salí a mí casa lo antes posible por si acaso mí papá llegaba antes, no quería que llegara y no me fuera a encontrar.

Cuando llegue, aun mi papá no estaba en casa, así que almorcé con Mirtha y me distraje viendo televisión, hasta que se hizo la hora de cenar y lo escuché llegar, así que me levante de la cama para bajar hacia el comedor donde seguramente Mirtha ya tendría toda la comida lista, porque mi papá odiaba esperar.

— Hola papá. — salude con una sonrisa forzada entrando al comedor.

— Date prisa y siéntate a comer de una vez. — dijo él con un tono un poco molesto, así que solo asentí y me senté frente a él.

La comida transcurrió tranquila después de eso y no hablamos más, él y yo hablábamos muy poco si no era para regañarme o darme ordenes apenas y me dirigía la palabra y tampoco es que yo quisiera que habláramos, así que al terminar me retire a mí habitación aliviada.

A la mañana siguiente desperté y me prepare para ir a la universidad rogando que mí papá ya se hubiera ido a trabajar para no encontrármelo tan temprano, pero supe que no tuve tanta suerte cuando lo encontré en el comedor tomando su desayuno y leyendo las noticias.

— Buenos días. — salude y él solo dio un asentimiento y continuo comiendo, así que solo tome un café y una tostada para irme, cuando ya iba saliendo del comedor me detuvo.

— Tienes que llegar temprano, no quiero esperar mucho para almorzar. — dijo dejando la tasa de café encima de la mesa esperando mi confirmación de entendimiento.

— Esta bien. — Acepté dándole otra de mis falsas sonrisas y saliendo por fin del comedor, ya no era necesario que me lo recordara, esa era mi rutina, yo sabia que apenas al terminar mi ultima clase tenia que volver a casa lo antes posible, para estar en paz tenia que obedecer siempre, no podía poner en juego nada cuando las cosas entre nosotros son tensas y lo único que se necesita para que algo salga mal es un error de mí parte.

Mí vida desde niña, cuando mamá se fue ha sido como caminar constantemente sobre cristales rotos, siempre tengo que tener cuidado donde pisar y es tan insoportable y extenuante, que a veces lo único que quero es olvidarme de todo, dejar de mantener las apariencias y vivir, no pensar en mí padre, ni en culminar mí carrera ni en guardar dinero, simplemente en nada o quizás en alguien solamente, ya que desde que lo vi no he podido sacar su mirada de mí mente.

Me encanta el hecho de que cuando pienso en esa atrayente mirada me puedo olvidar de todo, incluso del constante miedo que siento cada día, es una extraña novedad a mi vida porque nunca me había sentido atraída físicamente hacia nadie, pero ese hombre me atrae y mucho, tiene algo en el que me descoloca, no se si es toda su belleza, su poderosa aura o su forma de mirarme, que nada más debería producir miedo en mí, pero no es así, con su mirada causa otras sensaciones que me cuesta entender.

Y que al mismo tiempo me aterroriza descubrir, yo no tengo tiempo para estas cosas, se que no me puedo desenfocar de mi objetivo pensando en este hombre y queriendo acercarme a él, es algo que no me puedo permitir y que mi papá tampoco me permitiría, pero es tan atrayente que me siento como una polilla yendo directamente hacia el fuego para terminar en llamas.

Porque lo que creo que vi en sus ojos eran una extraña mezcla de emociones, pero no eran buenas, lo que es bastante extraño porque yo nunca lo había visto en mi vida ¿O podría estar imaginándomelo todo? ¿Estoy siendo neurótica? Es lo más probable, que mi cerebro este creando estas ilusiones para hacerme entender que no debo acercarme a él.

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